La integración y cooperación de países han ocurrido en diferentes lugares y épocas históricas, aunque sin los ribetes actuales que los presentan como una característica de nuestro tiempo. Es pertinente, pues, pasar revista panorámica de sus principales procesos fuera del espacio latinoamericano. Todo lo cual revela el aserto visionario de Antenor Orrego.
1. EL DESGARRON HISTÓRICO
1. ¿QUÉ ES EL DESGARRÓN HISTÓRICO?
Un desgarro es una rotura o rompimiento. Rasgar, romper una materia
poco consistente.
Mientras el resto del mundo se encuentra, ya en forma cristalizada y fija,
ya en plena fusión disgregativa; nuestro continente aún permanece siendo
un plasma móvil, un fenómeno en plena refundición vital. Mientras todas
las culturas se hallan en su madurez o en su declinación porque han
encontrado el sentido de su solución humana, nuestra América es todavía
una infancia, una incógnita problemática.
Mientras otros países están desarrollados en cuanto a su cultura, América
aún se encuentra en proceso de formación.
2. PANORAMA HISTÓRICO
Esta situación no es reciente, sino que, desde tiempos coloniales,
América ha tenido una historia periférica y extravertida.
El mundo se insertó en América como una avalancha que aún permanece
extraña al área invadida. Se entiende la analogía debido a la violencia con
la que procedieron nuestros invasores, mal llamados conquistadores.
2. Los acontecimientos que tomaban lugar en América eran hechos
europeos, extraños, exóticos; letras de un alfabeto que pertenecían a un
lenguaje distinto; signos y símbolos impuestos desde afuera.
3. DIFERENCIA CON OTRAS CONQUISTAS
Cuando Roma somete a Grecia, la cultura griega conquista, a su vez, al
invasor; pervive dentro de él y se continúa en floraciones magníficas. Más
aún, la cultura griega a través de Roma se universaliza, toma un vuelo
poderoso y gana el imperio del mundo.
Pero para América, la conquista europea fue una catástrofe, una tragedia
de proporciones cósmicas, ya que ella significó no sólo el hundimiento y
el eclipse de una raza que había llegado a un estadio resplandeciente de
civilización, sino, también, la inserción de un alma extraña que vino, a su
vez, a deformarse dentro de las poderosas fuerzas geobiológicas que
actuaban en la tierra continental como disolvente.
Producto de este choque de culturas, salieron moribundas y
cadaverizadas, como sombras espectrales, la antigua alma indígena y el
alma invasora de España.
3. 4. NUESTRA RAZA
América ha vivido sin su propia experiencia. Toda su vida histórica, ha
sido un abismarse de Europa, una fusión de todas las razas en sus
tórridas entrañas.
Caso en que una prehistoria es superior, es más que la historia, porque lo
que conocemos del Imperio Incaico era ya, desde hacía mucho tiempo
una decadencia, no ha creado todavía nada en América, no ha hecho sino
repetirse mal, y repetirse destruyendo lo que había de vivir.
5. PANORAMA PARA AMÉRICA
América es la aventura, el gran tropezón histórico de Colón y por eso, en
cierto sentido, la hija de lo fortuito y de lo inesperado. América constituye
el recomienzo de una vida nueva para la cual no sirven en su significado
concreto y particular, ni la experiencia, ni las leyes, ni las normas que
ensayaron los hombres europeos y el hombre oriental a través de los
siglos. América es una nueva posibilidad humana.
Y este es el desgarrón histórico de América. Un desgarrón que se
cumple hasta en el hecho simbólico de que un navegante sale en
busca de una cosa y de súbito, se encuentra otra.
4. CONCLUSIONES
Su teoría de los pueblos-continente tiene sentido prospectivo y está
vigente en las relaciones internacionales de nuestro tiempo, aplicable no
sólo en América Latina sino en todo el mundo.
De sus aportes fluye la integración política, social, económica, educativa
y cultural de los países latinoamericanos como un imperativo de su
proceso histórico y dialéctico, y un medio para su desarrollo y defensa
de sus intereses. De allí el apremio de articular nuestros esfuerzos,
recursos y la producción en un extenso y poderoso bloque.
REFERENCIAS
ORREGO, Antenor. PUEBLO CONTINENTE (II) Ensayos para una
interpretación de la América Latina. PUEBLO CONTINENTE, 2016, vol. 18, no
1, p. 65-68. http://www.siese.org/modulos/biblioteca/o/Pueblo-Continente-
Antenor-Orrego.pdf