El pH del suelo se mide con un medidor de pH y representa la acidez o alcalinidad del suelo, con valores entre 1 y 7 indicando acidez creciente y valores sobre 7 indicando alcalinidad creciente, y un suelo neutro tiene un pH de 7. La mayoría de los cultivos prefieren un pH óptimo de alrededor de 6.5, aunque algunos como el té toleran suelos más ácidos con pH 4.5 y otros como la alfalfa toleran suelos más alcalinos con pH 8.5.