Este documento discute los desafíos de sustituir los cultivos de coca en Colombia. Explica que a pesar de los esfuerzos de sustitución voluntaria de cultivos como parte de los Acuerdos de Paz, la cantidad de hectáreas cultivadas de coca ha seguido aumentando debido a factores como la presión de carteles mexicanos y el asesinato de líderes campesinos. El autor argumenta que es necesario un enfoque de salud pública para abordar este problema y hace un llamado a universidades a debatir me
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La coca como herencia, ahí
Emilio Garcia Gutierrez
Catedrático ESAP, Villavicencio, 2018
Fuente:https://cerosetenta.uniandes.edu.co/los-retos-para-sustituir-los-cultivos-de-coca-en-el-
guaviare/
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La coca como herencia, ahí
Emilio Garcia Gutierrez
Catedrático ESAP, Villavicencio, 2018
Introducción
El crecimiento de la Colombia Humana ha estado en señalar que la exportación de
petróleoycarbónnopuedenseguirsiendoelejedelaeconomíacolombiana,sinoquehay
que privilegiar la agricultura, la industria, los ecosistemas y la riqueza de los cerebros,
el conocimiento. No se trata sólo de una visión del futuro, sino de responder a la crisis de
lalocomotoraminero-energéticayalareactivacióndelsectoragropecuariocomosalida
para la economía colombiana en la coyuntura actual,
Con paso vacilante debido al peso de la renta del latifundio, a la extrema debilidad de la
institucionalidad agropecuaria y a los TLC, el agro se ha reactivado en medio del
enfriamiento del conjunto de la economía y de la crisis minera y petrolera por la caída de
los precios internacionales, que de todos modos ha afectado también al agrodiesel.
Además ha bajado el café en el mercado internacional.
Algunos adjudicaron las cifras positivas del crecimiento del producto agropecuario a
resultados de área sembrada del Censo del sector, pero esto no resulta cierto, porque
losdatosde2017y2018nosecomparanconelCensosinoconlosdelañoinmediatamente
anterior y además, la metodología del PIB y de las encuestas agropecuarias es diferente
a la del Censo y no depende de él.
Ligados a la vacilante pero real reactivación del agro están el paro cafetero y el paro
agrario de 2013 y desde luego los acuerdo de paz, que a partir de 2016 crearon un clima
real para el aumento de la producción, que sin embargo tiende a dañarse por la ola de
asesinatos de líderes sociales, que afecta principalmente a las zonas rurales, y por las
serias amenazas al futuro de los acuerdos de paz. ( “Quieren gasificar la paz”. 23 de
noviembre de 2016).
Como toda reactivación económica, ésta no significa por ella misma una mejor situación
para la población rural ni beneficia por igual a todos los sectores. El gran capital que
despreciaba la agricultura y la tierra, se ha volcado a acaparar legal e ilegalmente la
propiedad de la tierra, con la expectativa de rentas de inversión, tal y como pasa en los
Llanos Orientales.
Proyecto de los grandes propietarios
Atodacostasequiereimponeralcampesinolasubordinaciónalosgrandespropietarios,
a partir del prejuicio que indica que el pequeño productor no es eficiente, desconociendo
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experiencias, como la reciente de Vietnam y los casos históricos emblemáticos como el
de los granjeros de Estados Unidos de finales del siglo XIX o de los campesinos
paraguayos de comienzos de la primera mitadde ese siglo. Se invisibilizan la historia y la
actualidad de la vía campesina, para beneficiar en la práctica a los grandes propietarios.
El proyecto de ley que dejó presentado en el Congreso el gobierno Santos insiste en esa
línea de sometimiento del campesino, característica de los proyectos de ley de los
gobiernos de Pastrana y Uribe. A eso se le llamó “alianzas estratégicas” desde hace 20
años, trancando por todos los medios la posibilidad de iniciativa autónoma de los
campesinos, tal y como puede ser las reservas campesinas solicitadas.
El proyecto de ley confunde la función social de la propiedad con un proyecto productivo
de papel, que puede o no concretarse en el terreno, pero que de todos modos subordina
al campesino. Para completar, el proyecto pretende arrasar la garantía de defensa del
ambiente que exigen las normas sobre función ecológica de la propiedad. (“El gobierno
quiere hacer trizas la función ecológica de la propiedad”. 4 de junio de 2018)
Para ampliar el proyecto de los grandes propietarios, el segundo gobierno Santos ya
había logrado en la ley 1776 de 2016, que creó las Zidres, imponer la legalización del
acaparamiento de baldíos adjudicados a campesinos antes de 1994 y que fueron
concentrados en manos de grandes propietarios, incluidos grandes empresas, tanto
nacionales con trasnacionales.
El decreto 1396 de 2008, con el que se despidió la administración Santos, creó la primera
zona de interés de desarrollo rural, económico y social Zidres, en Puerto López, Meta,
áreaconexcelentesvíasdecomunicaciónrápidaconVillavicencioydeintensapresencia
deinversionistasnacionalesytrasnacionales.Pareceríaunempatefrentealasreservas
campesinaspuestambiénsedespidióelgobiernoSantosconlaconstitucióndeuna.Pero
no hay tal, las solicitudes de reserva campesina llevan años, en algunos casos 20 años,
sinqueseresuelvanseisqueestánentrámite,mientraslasZidrestieneapenas dosaños
de creadas.
¿Y entonces que , ¿Qué hacer con la coca?
Recordando el caso delMeta, hace muchos años llegaron aquí unos señores extranjeros
que conocían de la existencia del arbusto llamado popularmente “árbol de coca”, que
crecía en forma silvestre en nuestras tierras ardientes y que nuestras abuelas utilizan
sus hojas en infusión, a modo de té, para calmar los dolores de estómagos y los
decaimientos.
Estas personas fueron las que comenzaron a enseñar en las poblaciones campesinas y
selváticas, donde terminó generalizándose el cultivo de la hoja de coca, el famoso
método Merck, que es el utilizado y patentado para extraer químicamente la cocaína o
clorhidrato de cocaína de estas plantas. Este es un estimulante altamente adictivo que
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está presente en la naturaleza como un alcaloide de la planta de coca (Erythroxylon
coca).
Es aquí donde comienza esta inmensa tragedia para la nación colombiana, que no
terminayque todos los días se ve más difícil de superar. En el año de 2016 se sembró una
cifra récord de hectáreas de hojas de coca: 188.000 hectáreas, según datos de la Oficina
de Política nacional para el Control de Drogas de EE. UU. (ONDCP, por sus siglas en
ingles), del Departamento de Estado de EE. UU, reveladas el 14 de marzo de 2017. Entre
2015 y 2016 las hectáreas de coca en Colombia aumentaron de 160.000 a 180.000
hectáreas.
Hay que recordar que, en el marco de los Acuerdos de Paz, alcanzados entre el gobierno
nacionalylasFarc, se pusoen marchaun planpilotode sustitución voluntariade cultivos
en Antioquia, primero y luego se fue extendiendo a otras regiones como Putumayo,
Caquetá y Norte de Santander. Este plan ha despertado muchas esperanzas entre los
sectorescampesinosqueabriganlaconfianzadedejaratrás,parasiempreestaabsurda,
confusa y traumática tarea; y apuntan sus buenos objetivos a lograr convertirse en
campesinos productores de víveres y alimentos agropecuarios, que tanto requiere la
población colombiana.
A este panorama hay que agregar que existen una serie de fuerzas oscuras que están
interesadas en que el negocio de la hoja de coca continúe y más ahora que han hecho su
aparición, en elterritoriocolombiano, los carteles de lacocaínamejicanos, que sabemos
desualtogradodevirulenciacuandodeprotegerelnegociodelclorhidratodecocaínase
trata y en especial la que ellos envían para los EE. UU. Esto se ha tornado tan grave que
se sindica a gente, de lo que se llama “el Clan del golfo”, de estar detrás de los asesinatos
de líderes campesinos que estánimpulsandolapropuestade lasustitución voluntariade
los cultivos ilícitos.
Por causa de este flagelo de la cocaína, Colombia se ha visto en muchos problemas y
dificultades. Sin embargo, vale la pena decir que los altos costos sociales, políticos y
económicos generados de esta guerra, nos ha tocado pagarlos fundamentalmente a
nosotros. Mientras otros son los países que dejan crecer en forma desorbitada la
demanda, es a Colombia a quien le corresponde responder por todos esos desordenes
existenciales y laborales que es donde prende la necesidad de utilizar el clorhidrato de
cocaína. Todo esto sin decir del desastre económico que representa para la frágil
economía nacional, la cantidad de “lavado de dólares” que se hace a través del
contrabando de mercancías y otras muchas arandelas que sirven, para hacernos
aparecer como una sociedad mafiosa y en manos del “nuevo riquismo”.
Me aterra saber que en nuestras selvas colombianas están sembradas miles de
hectáreas de hoja de coca. ¿Qué va a pasar con esa cocaína que pretenderán sacar de
esos cultivos? ¿Qué daño tan inmenso irán hacer sobre poblaciones indefensas y
desprotegidas? No será que ya llegó el momento de entender que el modelo de
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producción que asumimos está conduciendo a nuestras sociedades a la esquizofrenia y
la locura. ¿No será que ya llegó la hora de declarar esto como una calamidad pública
mundial? Y comenzar a tratar esta pandemia con todo el bagaje de salud pública que
urgentemente está reclamando.
Invitamos a los centros de estudio universitarios en Unillanos, la ESAP, Uniminuto,
Universidad Cooperativa de Colombia , a la Universidad Santo Tomas a nivel nacional y
regional, a abrir el debate y aportar los mejores caminos y salidas para nuestra sociedad
Fuente: https://cerosetenta.uniandes.edu.co/los-retos-para-sustituir-los-cultivos-de-coca-en-el-
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