Mensaje sobre la visita Ad Limina. 9 de marzo de 2001
1. Mensaje sobre la visita Ad Limina
A los fieles cristianos
A las personas de buena voluntad:
La "Visita Ad Limina" es una práctica antiquísima de los obispos,
que llegan a Roma para visitar la "tumba de los Apóstoles Pedro y
Pablo" y para encontrarse con el Santo Padre, sucesor de San Pedro y
Supremo Pastor de la iglesia universal. El Apóstol Pedro recibió la
misión de confirmar en la fe a sus hermanos y de dirigir la Iglesia
universal. Por eso, los obispos viajaremos a Roma para realizar esta
visita durante los días 2 a 7 de abril del corriente año. De esta manera
estaremos cumpliendo, una disposición canónica que tiene lugar cada cinco años.
EL SUCESOR DE PEDRO EN LA IGLESIA UNIVERSAL
Como enseña el Concilio Vaticano II,"por disposición del Señor, San
Pedro y los demás apóstoles forman un solo Colegio Apostólico; de
modo semejante, el Romano Pontífice, sucesor de Pedro, y los
Obispos, sucesores de los apóstoles, se unen entre sí. Y la más antigua
disciplina, según la cual los Obispos establecidos por el todo Orbe
estaban en comunión entre sí y con el Obispo de Roma por el vínculo
de la unidad, de la caridad y de la paz" (LG 22). "La unión colegial
se manifiesta también es las relaciones mutuas de los Obispos
particulares con las Iglesias particulares y con la Iglesia Universal.
El Romano Pontífice, como sucesor de Pedro, es el principio y
fundamento perpétuo y visible de la unidad tanto de los Obispos como
de la multitud de los fieles" (LG 23). Es así como Jesucristo Nuestro
Señor continúa realizando la obra de la salvación y apacentando a su pueblo.
Por eso, cada cinco años llegamos hasta la Sede de Pedro, junto al
Santo Padre para hacer una evaluación global de la vida de la Iglesia
en Paraguay en unión con la Iglesia Universal. Es una misión de
trabajo donde los Obispos, tanto de cada uno personalmente como
colegialmente, estudiamos con el Papa y con los diversos organismos
de la Sede Apostólica la situación de nuestras diócesis. Con solícita
preocupación expondremos los problemas que tienen nuestros pueblos
para ser coherentes con su fe cristiana. Con sincero esfuerzo
procuramos definir lo que debemos ofrecer para que esta fe
entrañablemente arraigada entre nuestra gente continúe progresando.
El encuentro con el Santo Padre tiene un profundo sentido pastoral.
Nos sentimos realmente en familia cuando entablamos un dialogo
cordial con el Santo Padre y con sus colaboradores a fin de realizar la
apasionante misión evangelizadora de la Iglesia que nos motiva a
vivir con gozo el compromiso de la unidad eclesial y de la construcción
del Reino de Dios en nuestro querido país. Esta evangelización nos
2. presenta numerosos desafíos que con la gracia de Dios y con el apoyo
de la Iglesia Universal estamos dispuestos a enfrentar con esperanza cristiana.
ASPECTOS ESPECIALES DE NUESTRA VISITA
Sobre todo estaremos unidos a nuestro pueblo, al que llevamos
entrañablemente en nuestro corazón y que es causa de nuestras
preocupaciones, esfuezos y servicios.
Anhelamos sinceramente que la fe de nuestra gente crezca y se
profundice, que sus esperanzas se vean cumplidas y que la caridad
de Cristo se convierta en el dinamismo para que nazcan los nuevos tiempos que
todos deseamos.
Junto al Santo Padre, los Obispos paraguayos queremos ofrecer la
rica experiencia de fe de nuestras comunidades eclesiales. La realidad
socio-político-cultural de nuestro país es un desafío que debemos
afrontar permanentemente. Lo mismo, la situación de la familia y del
ser paraguayo en particular, pues existe iglesia de Cristo. Todo esto
nos interpela a que tomemos decisiones oportunas en su defensa y su
promoción. Muy dentro de nuestro corazón llevamos las inquietudes
de nuestros primeros colaboradores: los prebísteros, quienes requieren
de nosotros un acompañamiento muy cercano y paternal. Las
vocaciones a la vida consagrada en evidente crecimiento será un tema
muy presente en nuestro diálogo eclesial.
Las circustancias que vivimos, con las características inconfundibles
de una débil democracia, llena de expectativas y no pocas
preocupaciones, sobre todo en lo que toca al campo económico-social,
nos impulsan a reafirmar el propósito de edificar una Iglesia en
comunión, animando la formación de una sociedad más honesta,
solidaria y fraterna. Esto nos compromete a realizar el trabajo de la
Evangelización a fin de que la fe de nuestro pueblo crezca y se vigorice.
Durante nuestra estadía en Roma estaremos compartiendo en
comunidad de hermanos los momentos intensos de oración, la
celebración de la Eucaristía con el Santo Padre y en las Basílicas
mayores de Roma; estos serán puntos obligados de nuestra
peregrinación. Nuestro pedido a la Madre de Dios será para que
nuestras evaluaciones y discernimientos se vean iluminados a fin de
que esta visita tenga el éxito deseado.
CONCLUSIÓN
De todo corazón queremos agradecer aquellas personas que han
colaborado con nosotros en la preparación de esta visita, en particular
a aquellos que nos animan en nuestra misión pastoral y viven fielmente
la experiencia de nuestra tarea de construir el Reino de Dios entre nosotros.
3. Con la esperanza de ser recordados en las oraciones y los buenos
deseos de todos ustedes, nos preparamos para viajar a Roma. Les
bendecimos de corazón confiando en nuestros colaboradores que
animarán la evangelización en las diversas diócesis durante nuestra ausencia.
Que San Roque González de Santa Cruz y Compañeros Mártines,
unidos a la protección especial de María Santísima, madre de Dios y
de la Iglesia, conduzcan nuestros pasos por el camino del amor y de la paz.
Asunción, 9 de marzo del 2001
Por mandato de la 163a. Asamblea Plenaria Ordinaria de la CEP.
Pastor Cuquejo
Obispo Castrense - Secretario General de la CEP