Un poco más allá de la realidad de las noticias falsas, con la que convivimos, desde el punto de vista de la Comunicación surgen preguntas sobre cómo nos afectan, cómo nos sentimos frente a ellas, a quién o a quienes vemos responsables de esta situación que preocupa a medio mundo. Jesús Ortiz nos explica en este artículo como para dar respuesta a esas preguntas que muchos profesionales nos hacemos, hemos realizado en Estudio de Comunicación el estudio "Influencia de las noticias falsas en la opinión pública" en colaboración con Servimedia.
Daño y responsabilidad de las noticias falsas según 500 expertos
1.
Daño y responsabilidad de las
noticias falsas
Septiembre 26, 2018 - 17:22
Escrito por Opinión prnoticias Publicado en PRComunicación
Opinión: Daño y responsabilidad de las noticias falsas
por Jesús Ortiz, director
del área de formación en
Estudio de Comunicación
@JesOrtizAl
Un poco más allá de la
realidad de las noticias
falsas, con la que
convivimos, desde el
punto de vista de la
Comunicación surgen
preguntas sobre cómo
nos afectan, cómo nos sentimos frente a ellas, a quién o a quienes vemos responsables de
esta situación que preocupa a medio mundo. Para dar respuesta a esas preguntas que muchos
profesionales nos hacemos, hemos realizado el estudio "Influencia de las noticias falsas en la
opinión pública" en colaboración con Servimedia.
No era realista plantearse un estudio a nivel de opinión pública global, por su amplitud, así que
optamos por conocer con mayor profundidad la opinión de los llamados públicos informados.
Así, conseguimos la participación de comunicadores, periodistas, políticos, funcionarios,
directivos, estudiantes superiores o profesionales liberales. Todos ellos, personas de educación
universitaria y conocedores de la actualidad y las corrientes de opinión.
Sirvan estas líneas para agradecer su colaboración a las más de 500 personas que
participaron online, que nos permitieron trabajar sobre 478 cuestionarios válidos. Y también, de
manera especial, a los once profesionales de otros tantos sectores que nos brindaron, en una
virtual ‘mesa redonda’, sus reflexiones sobre tres preguntas que sintetizan las inquietudes del
público en general respecto al fenómeno que, por influencia norteamericana, llamamos fake
news. Creemos que son más que interesantes las opiniones que desde ámbitos como la
política, los medios de comunicación, la reputación corporativa o la medición sociológica
vertieron nuestros invitados.
No menos relevantes son algunas de las opiniones de quienes respondieron online, incluyendo
algún testimonio sobre cómo se han sentido directamente afectados, personalmente o de
rebote, por el daño a la empresa a la que pertenecen o pertenecían. Como muestra, uno muy
escueto: “una falsa noticia me cambió la vida”. Es la expresión de una de las personas que
considera graves o muy graves (84,7 % de los consultados) las consecuencias de las fake
news y que atribuye a éstas daños en la reputación de empresas y organizaciones (85,5 %),
pero también personal (66,2 %).
Internet, se desprende de lo que dicen todos los entrevistados, es el vehículo en el que se ha
“reactivado” el virus de la maledicencia. Porque mentiras, como reconocen muchos, las hubo
siempre, aunque lo malo es que ahora amplifican su difusión de forma exponencial merced a
las redes sociales. Y esto hace que el daño sea muchas veces irreparable porque resulta
2. imposible alcanzar con la rectificación la misma cantidad de impactos que con la noticia falsa,
expresión que, como dice uno de los participantes en la ‘mesa redonda’, es contradictoria en sí
misma, porque una notica, por definición, es veraz, puesto que se trata de “información sobre
algo (un hecho) que se considera interesante divulgar” (según definición de la RAE).
En este sentido, es ilustrativo un estudio reciente del Instituto Tecnológico de Massachusetts
(MIT) sobre las noticias falsas emitidas en Twitter y que promovió esta misma red social: los
bulos sextuplican la velocidad de difusión de las informaciones veraces para llegar a 1.500
personas. No es de extrañar que en el trabajo de Estudio de Comunicación las redes sociales,
y principalmente Facebook además de la citada Twitter, protagonicen gran parte de las
opiniones negativas, tanto de los participantes online como de los invitados a responder a tres
preguntas entre las que figuraba la distribución de responsabilidades en la difusión de las
noticias falsas.
Al igual que las redes sociales, los medios de comunicación, tanto los convencionales como los
nuevos modelos digitales, reciben su parte de crítica por los participantes. Comparados cinco
tipos de medios (prensa impresa, prensa online, radio, televisión y agencias de noticias) con las
páginas web oficiales como emisoras de información, son éstas últimas las que salen mejor
paradas en cuanto a la probabilidad de producir falsas noticias (improbable que esto suceda en
una web oficial para un 55,9 %), seguidas de la prensa impresa (en 52,3 %). En el otro extremo
está la prensa online, respecto a la que el 75,7 % de los consultados considera probable o muy
probable que genere malas noticias. Como curiosidad, son los políticos (76,9 %) los que más
posibilidades ven de que se produzcan. Y los periodistas que han participado equiparan, en
cuanto a desconfianza, la prensa online con la televisión: el 62,9 % de ellos creen que dichos
medios son los que más pueden generar noticias falsas.
Preguntamos a los once invitados a la ‘mesa redonda’, lo siguiente: “Se suele repartir la
responsabilidad de luchar contra las noticias falsas y sus efectos entre tres jerarquías:
gobiernos, medios de comunicación y gestores de redes sociales. ¿Quién cree que debe hacer
el mayor esfuerzo por evitar las fake news?”. Las respuestas son variadas, pero la mayoría
reparte responsabilidades a partes iguales y varios, cosa en la que coinciden con muchos
participantes online, añaden una ‘jerarquía’ más: también son responsables los propios
usuarios de las redes sociales y consumidores de información.
La idea que subyace entre quienes así piensan es que el receptor debe ser más crítico con
aquellas cosas que le llegan, investigar, si quiera, mínimamente si la fuente es fiable, y evitar
difundir aquello que no le ofrezca garantías, logrando así no hacer el juego a los provocadores
y mentirosos. En muchos comentarios se leen palabras como educación, cultura… Y
posiblemente sean las claves del futuro inmediato respecto a este fenómeno.
Hay otras palabras que se repiten: comunicación, transparencia, análisis... Me quedo con
frases como “Contra la mentira están la verdad, y su hermana mayor, la transparencia” (Juan
José Morodo, subdirector de Cinco Días), “Hay que ofrecer inmediatamente argumentos
sólidos, con transparencia y con contundencia, para desmontar la falacia” (Amancio Fernández,
director de Diario Abierto), “Cuanto más comunicación exista, más eficaz se será a la hora de
contrarrestar esa información falsa sobre mi organización, empresa o sobre mí mismo. No
comunicar es desde luego la peor solución” (Helena Resano, Informativos La Sexta), “Desde
un punto de vista práctico, lo primero es poder detectar cuanto antes esa noticia falsa y ver el
alcance y velocidad que está teniendo” (Francisco Sierra, responsable de los Contenidos
Multimedia del Grupo Antena 3), “Proactividad, transparencia y rapidez son esenciales a la
hora de hacer frente a las informaciones falsas” (Rosa Yagüe, directora de Comunicación de
Coca-Cola European Partners).
Aunque esté mal que los autores lo digamos, el estudio Influencia de las noticias falsas en la
opinión pública es francamente interesante. Y la fuente es fiable: palabra.
Modificado por última vez: Jueves, 27 Septiembre 2018 11:09
https://prnoticias.com/comunicacion/prcomunicacion/20169970‐dano‐reponsabilidad‐noticias‐falsas‐
fake‐news