1. Información en la red: ¿somos capaces de
separar el grano de la paja?
OPINIÓN PRNOTICIAS 16/04/15
16:44
Dos informaciones publicadas en dos medios diferentes en días sucesivos ponen de
manifiesto la importancia que las nuevas tecnologías pueden tener en el ámbito de
la información y de la formación de los jóvenes. Así, en el diario La Vanguardia se
podía leer que la red social Twitter 'puede ser también un buen instrumento para la
docencia universitaria e incluso para los alumnos de bachillerato. Especialmente
para crear sinergias, espacios de intercambio y complicidades académicas entre el
docente y los alumnos en beneficio de la formación'.
El artículo mencionado nos ofrecía
algunos datos: El 82% de los
internautas españoles entre 18 y 55 años
usa las redes sociales, lo que equivale a
unos 14 millones de personas. De ellos,
el 42% tiene formación universitaria y,
el 35% de secundaria. El 56% de los
usuarios de Internet usa Twitter
fundamentalmente para seguir la
información y opinar sobre la
actualidad.
Existe otro elemento que ha contribuido al crecimiento exponencial en el uso de
Internet y de las redes sociales: el desarrollo de los dispositivos móviles que
permiten la conexión en cualquier lugar, lo que facilita el rápido intercambio de
información entre los usuarios. Estos usuarios tienen hoy la capacidad de acceder a
una ingente cantidad de información, a través de múltiples dispositivos, en
cualquier lugar y, además, en el mismo momento en el que los acontecimientos se
están produciendo.
Resulta evidente que el desarrollo tecnológico e Internet y la expansión del uso de
Internet y de las redes sociales están ofreciendo un gran número de posibilidades
para todos los ámbitos. La interconexión entre los usuarios facilita el intercambio
de información, ideas, opiniones... de una forma dinámica. De hecho, a nadie le
debe extrañar que en poco tiempo se consoliden como un elemento de información
y comunicación en sectores como el educativo.
2. Ahora bien, la existencia de una gran cantidad de información también conlleva un
peligro: la dificultad para separar los datos y hechos relevantes de los accesorios o,
incluso, para diferenciar entre la información real de la que no lo es. La transmisión
de informaciones contradictorias, erróneas o falsas a través de las redes sociales es
algo que se puede comprobar a diario. Un claro ejemplo lo hemos vivido durante el
seísmo que se produjo en España el 23 de febrero. A través de las redes sociales se
difundieron falsas fotografías y datos que muchos, incluso algunos medios de
comunicación, se llegaron a creer.
Dicho esto, y volviendo al principio, un segundo artículo, esta vez publicado en El
País, recogía los resultados del estudio realizado por la Asociación Internacional
para la Evaluación del Rendimiento Educativo sobre el uso que hacen los
estudiantes de la tecnología. Se trata de un trabajo realizado en 18 países del
mundo más dos regiones de Argentina y Canadá (España no estaba entre ellos).
Según este estudio, sólo alrededor del 2% de los alumnos del mundo desarrollado
llegan a saber seleccionar informaciones relevantes de las secundarias en Internet.
Son estos los que, según se señala, demostrarían tener espíritu crítico.
Es evidente que la capacidad de discernir qué información es relevante de la que no
lo es resulta esencial en el ámbito educativo y formativo. Pues de lo contrario
daríamos como hechos o datos ciertos lo que no son. Pero también lo es en el
ámbito de la información y de la comunicación.
Como explican los expertos consultados en ambos artículos, la labor del profesor,
en los ámbitos en los que ya se está produciendo, o ha de producirse, la integración
de las nuevas tecnologías en las aulas, es la de conseguir que los alumnos aprendan
a seleccionar y filtrar la información relevante de la que no lo es.
Hoy, quizá más que nunca, es necesario recordar que una de las tareas de los
periodistas es la de filtrar los datos relevantes de lo accesorio para ofrecérselos a
unos lectores, oyentes o televidentes, que no siempre tienen la capacidad o el
tiempo para analizar la enorme cantidad de información que circula por la red. Una
tarea que adquiere mayor importancia en la situación actual de desarrollo
tecnológico. Frente a los agoreros que, desde hace tiempo, han vaticinado el fin del
periodismo y de los periodistas, al menos como se ha entendido hasta ahora, es
necesario reivindicar su papel, si bien, éstos deberán adaptar su labor a un mundo
en el que la forma de entender y de acceder a la información ya no es la misma.
Gerardo Miguel, consultor sénior de Estudio de Comunicación.
http://www.prnoticias.com/index.php/opinion/1125/20140465