1. El PROFESOR Y
LA LABOR
DISCIPLINARIA.
Una reflexión de nuestro
andar diario.

2. 1. La disciplina del Padre
Champagnat.
 Necesidad
de una buena disciplina.
 Características fundamentales de una
buena disciplina.
 “La disciplina es la mitad de la educación
del niño, sin ella la otra mitad resulta casi
siempre inútil”

3. 2. Conocimientos necesarios y
de vital importancia.
 ¿De
qué le sirve contar, escribir, leer,
razonar, analizar, etc., si no hay
disciplina?
 ¿Servirá que sepa dominar todas sus
inclinaciones?
 ¿Para
que le sirve al alumno ser
disciplinado? (ámbitos donde puede
desarrollarse)

4. 3. Apoyo de la disciplina a la
labor docente.
 Cuando
reina el orden en una clase el
niño se ocupa de sus lecciones…
 La paz y orden en que vive lo hace
dócil…
 La disciplina NO se consigue sin trabajo.
 Las lecciones escolares se hacen más
llevaderas…

5. 4. Características del docente
que enseña la disciplina.
 Dos
características distinguen a este
docente: CARÁCTER Y CONSTANCIA.
 CARÁCTER: es algo innato al ser humano.
 CONSTANCIA: es avocarse a poner
dentro de los parámetros de la
obligación, el extra que me corresponde
dar.

6. 5. La finalidad de la disciplina.
 No
es contener por coacción. Sino
preservarlos de las situaciones de mal.
 Corregir las potencias.
 Formar su voluntad.
 Orientar con afecto y suavemente hacia
el bien.
 Acostumbrarlos al orden para amar el
deber.

7. 6. Promotores que mueven el
corazón hacia el bien.
 Estamos
llamados a ser promotores de
disciplina en la línea del amor y la firmeza
en la formación de la voluntad.
 Los castigos someten, la disciplina forma y
reestructura.
 Las humillaciones denigran la dignidad
humana, la disciplina enaltece las
virtudes y potencias de la humanidad.

8. 7. Tips para mantener la
disciplina.
 Hay
que corregir las transgresiones al
reglamento.
 El espíritu de la escuela debe ser de familia.
 Una
familia donde se perciban los
sentimientos.
 Así como la cizaña sofoca la buena
semilla, los malos tratos terminan por sofocar
los sentimientos nobles que brotan en el
corazón del niño.