1. La catequesis latinoamericana se
constituye en medio para la difusion del
Evangelio en medio de las circunstancias
propias de nuestros pueblos.
Santo Domingo
Latinoamerica emerge como
“continente de la esperanza”. El
reflexionar eclesiologico de Santo
Domingo parte de la conviccion de
que en Pentecostes la Iglesia recibe
el Espíritu Santo y es enviada al
mundo a anunciar la Buena nueva,
a evangelizar.
La nueva evangelizacion es ante
todo el esfuerzo de la Iglesia de
presentarse a sí misma y a Cristo
con un espíritu nuevo a las culturas
diversas que constituyen las comu-
nidades en donde la Iglesia esta
encarnada. Esta es una de las con-
tribuciones mas significativas de
Santo Domingo al proceso de refle-
xion eclesiologica en Latinoamerica
y el Caribe: proveer un lenguaje
adecuado para hablar de la Iglesia
como comunidad que no existe en
el vacío sino que siempre se descu-
bre encarnada en medio de la di-
versidad cultural de los pueblos
que evangeliza. Es el mismo Cristo,
el mismo Evangelio, la misma fe, la
misma Iglesia pero presentados de
una manera nueva a un pueblo re-
novado.
Desarrollo de las
Conferencias generales
del Episcopado
latinoamericano
Eclesiología en
América latina
Seminario Nacional
Nuestra Senora de los
Ángeles
Franklin J. Moya Artavia
Catequética
Fundamental
Áparecida
Las condiciones historicas que acompanaron el
evento son bastante significativas: un nuevo mile-
nio, un nuevo siglo, un nuevo pontificado, una
realidad social marcada por el proceso acelerado
de la globalizacion, una vision renovada de la mi-
sion eclesial, una poblacion con caracter mas ur-
bano, y una lista mas especializada de preocupa-
ciones y compromisos.
1) construye sobre los cimientos teologico-
pastorales de las conferencias generales anteriores
dandole la oportunidad de definir su eclesiología
con mas precision, y 2) propone nuevos senderos
de reflexion eclesiologica para el nuevo siglo.
La vision eclesiologica que emerge en Áparecida,
recogiendo algunos elementos claves de la refle-
xion teologica post-conciliar desarrollados en las
conferencias anteriores, parte del concepto de mi-
sion.
El objeto central de la mision de la Iglesia es facili-
tar un encuentro con Cristo en todo momento y en
todo lugar que lleve a mujeres y hombres a ser sus
discípulos: la mision es inseparable del discipula-
do. En esta vision eclesiologica, todos somos llama-
dos a ser discípulos misioneros, un segundo con-
cepto eclesiologico que es central en las conclusio-
nes de Áparecida: comunion. La vida cristiana solo
puede vivirse en comunidad y dicha dimension es
esencial a la naturaleza de la Iglesia.
2. Medellín
La experiencia de Medellín eviden-
temente fue fruto de la madurez de
un proceso de reflexion profundo
que se venía gestando tanto en la
sociedad latinoamericana por me-
dio de distintos movimientos de
analisis social como en la misma
Iglesia a medida que comenzaba a
asimilar el impacto del Concilio
Vaticano II.
La Iglesia en Medellín se presenta
como una Iglesia pobre que se
identifica con los pobres que de-
nuncia la pobreza material como
fruto de la injusticia, predica y vive
la pobreza espiritual, y se compro-
mete ella misma en la pobreza ma-
terial.
La eclesiología de Medellín
puede considerarse como una al-
ternativa teologico-pastoral a los
desafíos generados por regímenes
políticos, totalitarios y economicos
que afectaban las vidas de los cris-
tianos en el continente a mediados
del siglo XX.
Eclesiología de Comunión
Puebla
La decada que separo a Medellín de Puebla fue
testigo de cambios rapidos y dramaticos tanto
para los varios pueblos latinoamericanos como
para la comunidad eclesial encarnada en ellos.
Á nivel eclesial, el espíritu renovador del Concilio
Vaticano II y el ímpetu profetico de Medellín en-
contraron terrenos fertiles en el deseo de mu-
chos cristianos y sus comunidades de implemen-
tar las ideas frescas propuestas por ambas
reuniones, particularmente por medio de la refle-
xion de sobre la participacion activa de la Iglesia
en el mundo y en la historia.
La reflexion teologica sobre la Iglesia en Puebla
siguio de cerca las pautas que el Papa Juan Pablo
II ofrecio en su discurso inaugural.
El Papa recordo que 1) la mision esencial de la
Iglesia es evangelizar, 2) la Iglesia y el Reino de
Dios no son realidades opuestas, y 3) obediencia
al Magisterio es garantía de unidad y comunion.
Todo esto se hace manifiesto en la adopcion de
una línea teologico-pastoral de comunion y parti-
cipación
La eclesiología que emerge en el documento se
puede apreciar al contemplar las siguientes tres
dimensiones: historia, naturaleza y mision.
a) Á nivel historico, Puebla reconoce
que la Iglesia ha estado con el pueblo latinoame-
ricano desde el descubrimiento, constituyendose
en un elemento clave para su la identidad del
continente, y su obra evangelizadora “es el resul-
tado del unanime esfuerzo misionero de todo el
Pueblo de Dios
b) Puebla define claramente la natura-
leza de la Iglesia desde una perspectiva teologica:
la Iglesia tiene un caracter esen-
cialmente cristocentrico y Trinita-
rio. Como Cristo es su fundador, la
Iglesia es inseparable de Cristo.
c) En cuanto a la mision de
la Iglesia, esta nace del auto-
entendimiento de la comunidad
eclesial como Misterio de comu-
nion. Sin embargo, dicha comunion
en la historia no es perfecta y es
posible percibir tensiones constan-
tes entre grupos que enfatizan o “lo
espiritual” o la accion social como
“promocion humana”. Ámbas di-
mensiones deben estar íntimamen-
te relacionadas.
De Medellín a
Aparecida
Las dos primeras conferencias epis-
copales permitieron abrir un ca-
mino que consolido la eclesiología
de comunion ya propuesta en el
concilio Vaticano II.