En Vizcaya hay un hotel que tiene 6 suites 7 habitaciones que se encuentra no lejos de Bermeo, en las proximidades de Zelagoiti.
Es un edificio histórico que fue palacio de Eugenio Bonaparte, construido por su madre Eugenia de Montijo. Ella mandó a arquitectos franceses para reconstruir una torre de sus ancestros los Arteaga en retribución del gesto de la Juanta de Vizcaya de otorgarle la vizcainía al príncipe Bonaparte a la sazón en Lapurdi.
Con el tiempo fu comprado por particulares que habilitaron un hotel de lujo en donde se realizan fiestas sociales y se alojan turistas.
2. I. Torre de Arteaga
II. Eugenia de Montijo
III. Eugenio Bonaparte
IV. Napoleon III
V. Biarritz
VI. Eugenio Bonaparte y su familia
VII. Inglaterra
VIII. África de los zulúes
IX. Bibliografía
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5. En Vizcaya hay un hotel que tiene 6 suites 7 habitaciones que se
encuentra no lejos de Bermeo, en las proximidades de Zelagoiti.
Es un edificio histórico que fue palacio de Eugenio Bonaparte,
construido por su madre Eugenia de Montijo. Ella mandó a
arquitectos franceses para reconstruir una torre de sus ancestros
los Arteaga en retribución del gesto de la Juanta de Vizcaya de
otorgarle la vizcainía al príncipe Bonaparte a la sazón en Lapurdi.
Con el tiempo fu comprado por particulares que habilitaron un
hotel de lujo en donde se realizan fiestas sociales y se alojan
turistas.
A continuación daremos vistas del palacio y la genealogía de
Eugenio Bonaparte o Napoleón IV.
La gestación de Eugenio se realizó luego de los rezos de la
comunidad fundada por el padre Cestac
Luego hemos de hacer un relato del otorgamiento de la vizcainía
39. La Casa-Torre de 1476 estaba dotada de foso,
puente levadizo y sólida puerta de herraje,
rodeándose por un muro y una cerca externa de
2,10 m de grosor, coronada por almenas de 5,75
m de altura.
En los cuatro ángulos se colocaron otros tantos
torreones o cubos de 5,10 m de radio los
orientados al sur y 3,55 los del norte, dotados
todos de culebrinas (antigua pieza de artillería,
larga y de poco calibre). En el centro de la
fortaleza se levantó la Torre en si a una distancia
de 11 y 15 m de la muralla, con una planta de 17
y 12 m de lado.
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45. 16ª Marquesa de Ardales, Málaga, Andalucía
Marquesa de Moya, Cuenca, Castilla
9ª Marquesa de Osera, Zaragoza, Aragón
9ª Condesa de Ablitas, Navarra
19ª Condesa de Teba, Málaga, Andalucía
Condesa de Baños, La Rioja
Condesa de Mora, Toledo, Castilla
Condesa de Santa Cruz de la Sierra, Extremadura
9º Vizcondesa de la Calzada, Castilla
Dama de la Real Orden de María Luisa
Señora de Torre de Arteaga, Vizcaya
Señora de la Torre de Montalvan, Vizcaya
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47. Eugenia de Montijo 9º condesa de Ablitas, 1839-1920
Sucesora Blanca Carrillo de Albornoz y Elío.
Quedo en la familia Elío a la que pertenciera el virrey Elío
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54. Las sucesivas generaciones son:
Joanes Ruiz de Abendaño y María Gauteguiz de Arteaga
Fortún García de Abendaño
Fortún García II (+ 1356) de Abendaño o de Artiaga, construyó la torre, escudo encina en campo de plata
Martín Roiz II de Arteaga y Abendaño
Fortún García III de Arteaga y Abendaño, en 1476 terminó la casa torre
Juan de Arteaga
Fernando de Arteaga (1571)
Pedro de Arteaga
Juan II
Pedro de Gamboa de la Cerda
Ursula Teresa de la Cierva Leiva, casada con Francisco Quincoces, Conde de Montijo
Josefa de la Cerda Leiva Rocaverti
Mariana de la Cerda
Maria Teresa Fernández de Cordoba
María de Sales Portocarrero
Eugenio Eulalio Portocarrero Palafox
Cipriano Portocarrero
María Eugenia de Montijo, Guzmán y Portocarrero (1826) casada con Napoleón III, de quien nació el príncipe
imperial (1856)
Eugenio, Luis, Juan José Bonaparte, vizcaíno originario de preclara sangre.
55. Eran los años de la luna de miel del matrimonio de Napoleón III y
Eugenia de Montijo. No venía el heredero con la premura que el
improvisado Imperio exigía. Eugenia oyó hablar de la fama de santidad
de un clérigo bayonés que en Anglet había levantado de la nada, con el
solo prestigio de su ardiente fe, una institución mariana titulada
El Refugio, en donde la orden religiosa por él fundada se ocupaba, entre
otras actividades, de recoger a las muchachas campesinas pobres que
llegaban a Bayona a ganar un mísero sustento, cayendo casi siempre en
la prostitución.
Un gran número de estas arrepentidas ingresaba en una orden de rigor
trapense, las Bernardinas, llamadas también las silenciosas. Vivían en
chozas de madera, y trabajaban en el campo durante todo el día. Se
tocaban con un ancho sombrero redondo de paja, sujeto con una cinta
al traje campestre, un atuendo que se asemeja al de las mujeres del
Altiplano de la América meridional.
Allí se presentó un día la pareja imperial. Un cuadrito ingenuo que hoy
se contempla en El Refugio representa al emperador liberal de uniforme
-pantalón rojo, guerrera azul marino, kepi-, acompañado de su esposa y
del padre Cestac, que tal era el nombre del fundador.
56. A las puertas de una de aquellas celdas paupérrimas, una bernardina, de
rodillas, parece escuchar la petición de la emperatriz: "Oraciones de la
comunidad para lograr la gravidez". Súplica de tantas reinas. Los buenos
oficios de la orden silenciosa hicieron realidad lo que era ardiente
esperanza: el príncipe Napoleón nació el 14 de marzo de 1856.
Desde entonces, Napoleón y su cónyuge. se convirtieron en benefactores
notorios de las obras del abate bayonés. Bonaparte, que era un
convencido (como su tío, el primer emperador) de la necesidad de
convertir las Landas, y en general, las dunas del suroeste francés, en
terreno aprovechable para el bosque y la agricultura, halló en el abate
Cestac un pionero de la siembra masiva de las arenas estériles para
convertirlas en prados fértiles.
La amistad entre Cestac y los emperadores duró hasta la muerte del
místico religioso, en 1868, dos años antes de la caída del Imperio.
Todavía hoy se enseña en el oratorio una imagen mariana cuyos rasgos
se inspiran en la belleza radiante de la soberana española.
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67. En 1856 tuvo lugar en Biarritz un episodio histórico que dio lugar a
muchos y contradictorios rumores. Dos caballeros vizcaínos, nombrados
por la Junta General de Vizcaya comisionados especiales, visitaron a los
emperadores para hacerles entrega de un mensaje de aquel organismo
foral aprobado por unanimidad por los apoderados o junteros so el
árbol de Guernica.
El texto, redactado por el famoso historiador y erudito bilbaíno Juan
Eustaquio Delmas, declaraba "bizcaino originario" al príncipe recién
nacido, teniendo en cuenta que procedía por línea materna de Eugenia,
condesa de Teba, señora de la Torre de Arteaga y heredera de uno de
los linajes más antiguos del Señorío, conocido desde tiempo inmemorial.
El lenguaje de Delmas, romántico y fuerista, refleja el sentir y el clima
político de aquel momento.
La Junta General de. Guernica se reunía precisamente el 16 de julio de
1856. Madrid vivía en esos días unas jornadas revolucionarias de
extrema gravedad. El bienio progresista tocaba a su fin, al romperse la
coalición gobernante y enfrentarse O'Donnell con Espartero.
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70. La reina se hallaba prisionera en palacio, defendida por las
tropas leales contra la Milicia Nacional. Las Cortes Constituyentes
estaban cercadas en el Congreso por las fuerzas de Serrano,
capitán general de Madrid. Se decía que la reina iba a ausentarse
de la capital y marchar al País Vasco, buscando apoyo
conservador frente a la revolución progresista. Las Provincias -
como entonces se las llamaba- eran en su gran mayoría carlistas,
y el esparterismo tenía allí escaso apoyo popular.
La idea de nombrar al heredero del trono imperial francés
oficialmente "bizcaino originario de preclara raza, con derecho al
goce y disfrute de todos los derechos y prerrogativas injerentes a
lo bizcaino" no dejaba de ser, en esos instantes de caos
revolucionario nacional, un episodio insólito. El mensaje
recalcaba que la sangre de Arteagas, Ezquerras y Guzmanes
corre por las venas de este infante de noble y antigua estirpe". Es
decir, que lo importante del linaje del príncipe no era solamente
la herencia del gran aventurero corso, sino el caudal genético
que le venía de su madre, de su ascendencia vizcaína.
71. Los comisionados, Antonio López de Calle y José Salvador de Lequerica,
marcharon a París, pero los emperadores se hallaban en Plombières, y la
Embajada de España se hallaba desierta. Salustiano Olózaga, que la
ejercía desde 1854, había acudido a Madrid, reclamado por sus amigos
progresistas para apuntalar en las Cortes con su talento político las
indecisiones y la apatía del duque de la Victoria. Hubieron de esperar a
que llegase el nuevo embajador después del triunfo de O'Donnell y la
retirada de Espartero a Logroño. El general Serrano, cuya intervención
fue decisiva en la derrota del Gobierno progresista, recibió como
recompensa el nombramiento de embajador en París, donde tomó
posesión a primeros de agosto.
Olózaga, alavés de nacimiento, tuvo noticia del acuerdo de las Juntas de
Guernica, y estalló en cólera, denunciando el nombramiento como un
intento de la mayoría reaccionaria de ' la Junta General "de pedir el
protectorado de Francia para el Señorío, de Vizcaya" en caso de
producirse una crisis institucional. Era. un infundio propalado
deliberadamente, en aquel ambiente cargado de violencias,
sublevaciones, combates callejeros y cañonazos en las calles de Madrid.
72. Serrano recibió en la Embajada a los comisionados vizcaínos,
quien es desmintieron rotundamente la grave acusación. Quedó
el flamante embajador en presentarlos a la imperial pareja. Tuvo
lugar la entrevista el 13 de septiembre, en Villa Eugènie-, recién
terminada. Serrano iba de paisano, con la Gran Cruz de Carlos III,
y los mensajeros, de etiqueta. Lequerica pronunció un discurso
en francés, al que contestaron Napoleón y Eugenia. Al cabo de
un rato salió ella del salón y, trajo al príncipe del preclaro
linaje en sus brazos. Al día siguiente, en la residencia estival de
Bayona hubo un banquete de gala en honor de los dos
congresistas vizcaínos. El emperador llevaba el Toisón de Oro,
que rara vez portaba. Al empezar el baile se retiraron los
anfitriones, con Serrano y los legados vizcaínos, a un salón
contiguo al principal. Sobre la mesa habían desplegado un gran
mapa de la costa cantábrica de la Marina francesa. "¿Dónde está
Arteaga? ¿Se puede llegar por mar hasta la misma torre?".
Eugenia de Guzmán no conocía el solar de sus antepasados.
Pidió que le enviasen un ejemplar de los Fueros para saber en
qué consistía el libro de las leyes viejas.
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74. En abril de 2014, estudios de ADN por Gerard Lacotte sobre el
haplogrupo Y, demostraron que el emperador Napoleón III no
era sobrino de Napoleón Bonaparte. Se sabe que su madre
Hortensia de Beauharnais, tuvo un hijo ilegítimo con el
general Charles Joseph, conde de Flahaut, Carlos Augusto de
Morny. No resulta descabellado pensar que el propio Charles
Joseph fuese igualmente el padre biológico de Napoleón III. Ello
implicaría que el monarca francés sería nieto de Talleyrand, dado
que se acepta que Charles Joseph era en realidad hijo biológico
del político y diplomático francés.
El padre legal fue Luis Bonaparte rey de Holanda y su madre
Hortensia era hija de Josefina, esposa de Napoleón I.
Luciano Bonaparte otro hermano de Napoleón fue padre de Luis
Luciano Bonaparte que fue un reconocido euskerólogo que
recopiló los dialectos vascos.
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80. Biarritz era una pequeña aldea de pescadores
y fue visitada por la emperatriz ya que la
conocía de antes. En Bayona visitó a Cestac,
cuya historia contamos en su lugar.
110. Sus 132 habitaciones y sus 22 suites están decoradas al estilo Segundo Imperio,
con mobiliario original de la época, conservado a lo largo del tiempo en el propio
Palacio o adquirido en los mejores anticuarios de Francia. Un lujo que transportará
al visitante al encanto francés del siglo XIX, haciéndole sentir como si estuviera
alojado en un palacio.
Las suites están clasificadas en tres tipos: Suites Reales (Apartamentos Edouard
VII, Alphonse XIII, Sarah Bernhardt y Winston Churchill), inscritas en la tradición de
una notable decoración “gran siglo”, de estilo elegante, donde encontramos
algunos de los más nobles y preciados materiales como la teca de Birmania, el
mármol de Carrara o los mosaicos de pasta de vidrio italiano; Suites
Imperiales (Apartamento Imperial, Emperatriz Sissi, Leopoldo II, Duquesa de
Windsor, Charles Chaplin, Stranvinski, Sinatra y Romy Schneider), tienen una
superficie entre 60 y 75 metros cuadrados y están dotadas, como las Suite Reales,
de los equipos audiovisuales más sofisticados, pantalla gigante LCD y conexión a
Internet de alto rendimiento.
Todas ellas están orientadas al Océano; y Otras Suites (Residenciales, Juniors y
Cour d’Honneur), con una extensión de entre 50 y 65 metros para las dos
primeras clases, que disponen de un salón independiente, y 60 metros cuadrados
para las Cour d’Honneur, que ofrecen un salón integrado.
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115. La villa fue la residencia de verano de la emperatriz Eugenia. En julio de
1854, Napoleón III decidió construir una casa en Biarritz, probablemente
a petición de la emperatriz. Se prefiere a Hippolyte Durand, arquitecto
del departamento de Bajos Pirineos, para construir el edificio.
En relación con el nombre de la emperatriz, el edificio tiene la forma de
una E (1905). Construido en diez meses de 1854, se inauguró en 1855.
Es anfitrión de grandes fiestas a las que asistía todo el Gotha europeo.
En 1859, fue nombrado arquitecto Auguste Ancelet para ampliarlo pero
tras el nombramiento de Ancelet como arquitecto del Palacio de
Compiègne en 1864, fue reemplazado por Auguste Lafollye que
construyó un establo, cuadras y un ático sobre la planta superior para
las habitaciones de la servidumbre en 1867.
La villa pasó a ser propiedad exclusiva de la emperatriz tras la muerte de
Napoleón III en 1873. Eugenia la vendió al Banco de la Unión de París
en 1880. Se convierte primero en un hotel-casino, el "Palais Biarritz", y
en un hotel en 1893.
116. Todavía era una cita de prestigio que recibe a la realeza, como la reina
Victoria, o la Emperatriz Isabel de Austria, más conocida por el apodo
de Sissi.
Destruido por un incendio el 1 de febrero de 1903, el edificio fue
reconstruido de 1903 a 1905 con un ala adicional en la planta en "E" y se
convierte en un hotel de lujo con 120 habitaciones y 33 suites.
El arquitecto Edward John Niermans, autor de esta reconstrucción
conserva los muros exteriores, aprovechando las fachadas
arquitectónicas de estilo Luis XIII. El nuevo edificio, sin embargo, es muy
moderno, construido en hormigón armado con una decoración plateada.
El interior, incluyendo la sala del comedor está diseñado por Niermans,
los frescos murales con el tema de Jason y el vellocino de oro, se deben
al pintor Paul Gervais.
Hasta la fecha, este es uno de los más prestigiosos hoteles de Biarritz y
de Francia, y la decoración recuerda el esplendor de la pareja imperial.
Desde mayo de 2011, el Hotel Palace es una de las ocho escuelas
francesas, y uno de la Costa Atlántica, en disfrutar de la etiqueta oficial
"Distinción Palace", otorgado por un jurado presidido por el Ministro de
Turismo.
157. Los zulúes es un pueblo del tronco bantú que se fue extendiendo hacia Sudáfrica
y llegaron luego del asentamiento de los portugueses y holandeses. En el estado
actual de Natal de la República Sudafricana formaron un reino unificado a fines del
siglo XVIII yconfrontaron con los holandeses de Natal. Inglaterra tomó Natal y los
holandeses se fueron al Estado Libre de Orange y la República de Transvaal. Los
ingleses chocaron con el reino Zulú y el 11 de enero de 1879 se declaró la guerra.
Los zulúes ganaron la batalla de Isandhlwana 22 de enero y luego perdieron la
guerra en la batalla de Ulundi el 4 de julio y el rey fue depuesto Cetshwayo
Eugenio Bonaparte como oficial británico fue asesinado el 1º de junio de 1879
cuando una partida fue emboscada y se retiraba pero cayó del caballo Eugenio por
romperse las cinchas de su montura (silla de Napoleón III en Sedán) y tras una
breve lucha fue abatido a lanzazos. En total fueron 17, uno de ellos le entró por el
ojo y le llegó al cerebro. Después de ello los zulúes lo abrieron en canal el vientre
para permitir que saliera el alma del muerto y su cadáver fue recuperado al día
siguiente. Los zulúes respetaron el cadáver y no lo desmembraron por la bravura
del príncipe, solamente tomaron sus armas entre ellas el sable de Napoleón I.