1. www.fvmartin.net Noviembre 2011
Foto:Baharri http://confidenciasdeungerente.blogspot.com
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Efrén Martín, gerente de coach en profesor de
www.fvmartin.net M&M system
Hemos entrado en casi todos los casinos de Las
Vegas, saliendo siempre sin jugar dinero; pese a
la tentación de los grandes letreros que -en
forma de cheque- reproducían las grandes
sumas que alguien ganó anteriormente. Era
fácil imaginar que, lo que esos pocos ganaron,
otros muchos lo perdieron quizá más
abultadamente.
Son muchas las voces críticas con nuestro
sistema de vida, que gira en torno no ya al vil
metal, sino en torno a una deuda vil. Hace
tiempo que perdimos los papeles en esta
“civilización-casino”, donde seguimos jugando
con pagarés, tras haber perdido hasta la última
ficha en la ruleta de la globalización.
Quizá estuvimos a tiempo de entrar sin jugar
con fuego y a degüello más allá de nuestras
posibilidades; porque lo que es bueno en
pequeña cantidad deja de serlo en cantidades
masivas. Pero el deseo nos tentó y ahora
seguimos apostando, cada vez más
frenéticamente, para poder compensar la
terrible acumulación de pérdidas. Caídos en
arenas movedizas, cuanto más nos movemos
más nos hundimos. La velocidad nos confunde.
Algunos piensan que cuando el problema sea
de todos, todo se olvidará y podremos pasar
página. No es tan fácil.
Es una broma cruel que nuestros propios
bienes individuales sean tan reales o irreales
como lo son nuestras deudas nacionales:
Si la deuda existe, hay que pagarla y será
con nuestros bienes.
Si no hay deuda, también se esfumarán
nuestros ahorros, invertidos en préstamos e
inversiones ruinosos, y que ahora son cifras
vacías en una pantalla de ordenador.
Aunque nos precipitásemos a sacar el
dinero del banco, daría igual. Precipitaríamos
la quiebra total. O quizá se procedería a un
cambio de fichas -euro, dólar, yen, o lo que
sea- con lo que la casa gana y tú pierdes. Lo
peor, sin duda, la tradicional aparición de
violentos psico-killers amantes de una brutal
guerra “game over”.
No es la primera vez que esto pasa, ni será
la última. El disgusto es que nuestra
gigantesca expectativa se ha vuelto amarga y
hemos de tragarla.
Tengo un amigo que dice que la crisis tiene
un origen muy sencillo: “Los que mandan han
querido recordar quién manda aquí, a los que
no lo sabían y a los que lo habían olvidado”.
¿Quién manda aquí? No es una persona,
no es un grupo, es un sistema. Nuestro
sistema de juego, que pretendía establecer
una falacia de infinitas series de vacas
gordas. Tampoco serán infinitas las vacas
flacas si dejamos este desafortunado juego.
Seguramente vendrán otros líderes que
volverán a prometer eterna abundancia
material y felicidad, olvidando de nuevo la
vieja paradoja: “quién salve su vida, la
perderá; quien pierda su vida, la salvará”.
Play again: la Bolsa o la Vida.