1. Publicado en: Observatorio de Recursos Humanos y Relaciones Laborales, Nº 28, octubre 2008
Foto:Baharri http://confidenciasdeungerente.blogspot.com
Efrén Martín, gerente de y profesor de la Universidad de Deusto
www.fvmartin.net
Paseando por París, un hombre se nos acercó y
-mirando a mi mujer- la piropeó
descaradamente delante de mí. Sin ser grosero,
sus formas me indignaron.
Un suceso similar aconteció tiempo después en
Tánger. Un hombre se acercaba a nosotros, de
frente, por la misma acera. Ya a distancia
comenzó a sonreírnos y cuando pasaba a
nuestra altura -sin detenerse- me miró sólo a mí
y me dijo con voz audible y cómplice: “¡qué
suerte tienes, amigo!”. Los tres sonreímos. No he
podido olvidar el lance. Ese hombre quedó bien
con mi mujer….y también conmigo.
Quedar bien con los demás no es sencillo,
porque hay que olvidarse del propio beneficio y
buscar el ajeno. El primer hombre quiso hacerse
el simpático y no lo fue. El segundo procuró
hacernos sentir bien y él quedó mejor. Ambos
lograron influir en nuestro ánimo de forma
diferente; porque uno usó el halago y otro el
elogio.
El halagador parece querer beneficiarte, pero
sólo busca manipularte y beneficiarse a tu costa:
- Su objetivo es lo que tú tienes y le gustaría
poseer (tu esfuerzo, conocimiento, fama, éxito,
poder, dinero, relaciones, etc.).
- Sonríe no para hacerte sentir bien, sino para
caer bien.
- Lo que te dice suena más a petición que a
ofrenda.
- Ofrece -o dice ofrecer- su regalo al principio
y no al final, para obligarte a corresponder.
- Enfatiza y sobreactúa para disimular su
falta de naturalidad y para engañarte mejor.
- Razona no de las premisas a la conclusión
sino de la conclusión a las premisas,
creando un enrevesado canto de sirena.
- Te hace sentir un importante…medio para
sus fines.
El elogiador se interesa sinceramente por
aquellos a quienes quiere obsequiar:
- Te ayuda a valorar aún más lo que tienes.
- Sonríe no para caer bien sino para hacerte
sentir bien.
- Lo que te dice suena más a regalo que a
petición.
- Ofrece su presente sin esperar nada a
cambio, porque suele darlo cuando se va.
- Enfatiza porque su ánimo y honestidad se
abren paso de forma creíble y natural.
- Razona de las premisas a la conclusión,
porque su pensamiento no es taimado.
- Te hace sentir un importante…fin para ti
mismo.
Los halagos psicológicos tienen su paralelo
material en el timo: ofrecerte una caja sin
regalo, una oportunidad que –al menos para
ti- no es tal. Un fraude que descubrirás
demasiado tarde. Son innumerables las
ofertas comerciales, políticas o profesionales
ante las que hay que analizar con cuidado
para quien es realmente importante el asunto:
¿para el emisor o para el receptor?
Cuando un truhán busque tu complicidad
para darte belleza, dinero, amor, prestigio,
éxito, felicidad, paz o libertad; muy
probablemente eso mismo es lo que te va a
costar. Conviene decirle: ¡NO!, gracias.
NNoo tteennggaass mmiieeddoo aa ppeerrddeerr aallggoo bbuueennoo,, oo
aallggoo bbuueennoo ddee vveerrddaadd ppeerrddeerrááss.