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97 odisea
1. Efrén Martín, gerente de FV y profesor de Deusto Business School
OOddiisseeaa
“Quien acerca su nave sin saberlo y escucha la voz de las
Sirenas… lo hechizan éstas con su sonoro canto sentadas
en un prado donde las rodea un gran montón de huesos
humanos putrefactos, cubiertos de piel seca. Haz pasar de
largo a la nave y, derritiendo cera agradable como la
miel, unta los oídos de tus compañeros para que ninguno
de ellos las escuche. En cambio, tú, si quieres oírlas, haz
que te amarren de pies y manos, firme junto al mástil que
sujeten a éste las amarras, para que escuches
complacido, la voz de las dos Sirenas; y si suplicas a tus
compañeros o los ordenas que te desaten, que ellos te
sujeten todavía con más cuerdas”. (Homero)
Ulises superó –gracias a la creatividad de
Circe- el dilema de vivir sin escuchar a las
sirenas o escucharlas y morir. Nosotros, como
el héroe, tenemos un inevitable deseo y
capacidad de elección; que nos empuja a una
continua búsqueda de alternativas. Pero
hemos de velar porque tal fortaleza no se torne
debilidad:
“Somos esclavos de nuestra libertad”.
Estamos condenados a decidir continuamente
cuál es la mejor opción; algo que muchas
veces es agotador e inútil pues no puede
haber unanimidad desde diferentes puntos de
vista, lugar y tiempo. Todo lo bueno esconde
algo malo. Esta seducción es la base de
nuestra economía, donde cantos de riqueza
nos acercan a la costa de los esqueletos: el
libre comercio estimula la producción, la
creación de empleo y el gasto; hasta que los
excedentes paralizan mercados, cierran
empresas y crean un paro que hunde el
consumo. El éxito pasado garantiza el fracaso
futuro cuando no se sabe crecer sin engordar.
“Esclavizarnos a otros tampoco nos
libera”. La mayoría de las opciones que se
nos ofrecen son creadas por otros y para
otros. Somos siervos de la moda en: ropa,
ocio, estudios, alimentación, cosméticos,
medicinas, deportes, política (seguidores del
tío Sam o de papá Marx)...
Nº 97 enero 2015 http://confidenciasdeungerente.blogspot.com www.fvmartin.net
“Ser libre es decidir de qué te haces
esclavo”. Perder la libertad de elección es lo
que voluntariamente hacemos en nuestros
más firmes compromisos: Casarse es más
que elegir una persona para compartir la vida,
es eliminar la posibilidad de elegir a
cualquier otra. Como la oruga –que no es un
caso de libre albedrío- ha de renunciar a serlo
o jamás será mariposa. Podemos hacer que
nuestras decisiones sean irrevocables para
nosotros, sin imponerlas a otros, evitando
convertirnos en los fanáticos que definió
Churchill: “Alguien que no puede cambiar de
opinión y no quiere cambiar de tema”
¿Cómolograr que la vida no sea una Odisea?
Nuestro problema no es el cambio. La
novedad es lo que más gusta a nuestra
insaciable curiosidad, infatigable actividad y
libre elección. Lo grave es la persistencia en
el error y la falta de perseverancia en la virtud;
que nos lleva a abandonar todo propósito, todo
compromiso, a poco de contraerlo. Como
ejemplos: dietas, ejercicios, idiomas, proyectos
y juramentos que tomamos con “arranque de
pura sangre y parada de burro”.
Empecemos por no distraernos. Atémonos de
pies y manos al mástil de nuestro Proyecto
Vital y no prestemos atención a engañosos…
Cantos de sirena