1. EL MOMENTO INESPERADO
En un pueblo muy lejano hacía una tarde muy fría. Habían varias granjas y las familias que vivían
allí se encontraban haciendo sus rutinas diarias. Cada familia trabajaba en su granja de distintas
maneras como por ejemplo labrando la tierra, cultivadas frutas, recogiendo leña, cuidar animales,
etc. Y por supuesto, no todo era trabajo… Luego de las largas jornadas de trabajo y estudio, los
niños de todas las granjas se reunían a jugar quemados, ponchados y básquetbol.
Una de las familias tenía un vecino amargado llamado Ramón quien era regañón, gruñón,
ambicioso y avaro, a quien no le gustaba socializar con nadie y lo peor es que a su familia le
prohibía tratar con los demás vecinos. Su esposa sufría porque ella era una persona amable,
cariñosa tierna, solidaria y amante de los animales, por eso tenían en su granja perros, gatos,
caballos, ovejas, un burro llamado “Pepo “, vacas y conejos. Cultivaban igual que sus vecinos
frutas para su alimentación y se ganaban la vida vendiéndolas y llevándolas a la plaza de mercado.
Adicional a todo lo que tenían, cultivaban moras, fresas, lechugas, acelgas, papa, maíz, cebolla y
tenían un lago de peces.
Los vecinos se trataban muy bien, hacían celebraciones en conjunto, se invitaban a las fiestas
importantes como los bautizos, cumpleaños y las fiestas religiosas que se celebraran.
En una ocasión, organizaron carrozas navideñas y a la familia Pérez le correspondió el nacimiento
de Jesús. Al tener esta noticia, ellos se alegraron y empezaron a organizar la fiesta, pasaron por
todas las casas vecinas pidiendo colaboración para decorar la carroza y todos los vecinos les
ayudaron. Unos con dinero, otros con mercancía, otros con alimentos y otros con objetos como
telas, sillas y animales. La familia que recogía leña todas las tardes (la familia Díaz) tenía un bebé,
el cual fue el elegido para la presentación del nacimiento de Jesús.
Cuando llegaron a la granja de Ramón, éste los recibió personalmente. Fue grosero, mal educado,
y les dijo que a su casa no volverían a entrar a husmear. Sin embargo, la esposa escuchó que
estaban pidiendo colaboración y les dijo que se llevaran una oveja sin que se enterara su esposo.
Llegó la noche de la celebración y todos lo vecinos se encontraban organizados para irse al
festejo, el ambiente estaba muy divertido, la gente tenía disfraces coloridos que le daban vida a la
noche. La carroza de Jesús José, María y sus animales, fue la carroza más hermosa de la noche por
lo que ganó el premio mayor. Ramón solo refunfuñaba y no dejaba ir a su esposa ni a sus hijos al
pueblo, los obligó a acostarse temprano y no permitió celebrar la navidad. Su esposa llorando de
tristeza solo le pidió que le dejara compartir la cena en familia, solo eso y en su oración le pidió
a Dios que su esposo cambiara con su familia y con sus vecinos.
Esa noche ocurrió algo inesperado, sobre la finca de Ramón, se volcó un carro. Las personas
estaban nerviosas y atemorizadas. Ramón se dio cuenta de la situación pero no le importó lo que
2. le había pasado a las personas que sufrieron el accidente, solo le importo los daños que le
ocasionaron a su finca, les hizo pagar todas las matas que habían dañado y les dijo que tenían
plazo hasta el siguiente día. Los vecinos fueron solidarios y les ayudaron a pagar los daños a estas
personas, para que Ramón los dejara tranquilos.
Ramón no quedó tranquilo con el valor pagado y lleno de furia, les hizo lo mismo a estas familias
humildes, llevó su carro a sus fincas y les dañó las matas. Ellos muy nobles no le dijeron nada y no
hicieron reclamos, solo siguieron esforzándose para cosechar de nuevo.
Una mañana se encontraban listos para levantarse para su actividades diarias cuando de pronto
se escuchó un ruido muy intenso y profundo, era el lago de Ramón que se había desbordado.
Nadie podía creer que esta tragedia estuviera pasando y más cuando podía ocasionar muchas
muertes. Sonó la alarma de emergencia para todos los vecinos y Ramón salió a pedir ayuda,
gritaba y gritaba “Auxilio, auxilio!”, todos fingieron no haber escuchado nada por todo lo que él
había ocasionado , hasta que salió su esposa a pedir ayuda a quien sí le ayudaron. Todos los
vecinos fueron a socorrerlos para evitar más tragedias.
Luego de esto, Ramón no era tan gruñón se dio cuenta de la importancia de colaborar y la
amistad y ayudar a sus compañeros, amigos, vecinos y visitantes.
La más feliz fue su esposa, porque él había cambiado y se había dado cuenta de todos los errores
cometidos con sus semejantes.
Camilo Andrés Rodríguez Gamba
Gimnasio Inglés Campestre
Grado quinto