Tres amigos, Simón, Julián y Juan, decidieron explorar un cementerio en busca de zombis. Dentro del cementerio, el espíritu de la abuela de Juan les advirtió del peligro, pero no le hicieron caso. Un zombi atacó a Simón y le comió el cerebro. Más tarde, Julián desapareció y a Juan también se le perdió el rastro. Juan regresó sin una mano y contó que Simón fue atacado y Julián desapareció después de intentar ayudarlo.