El documento habla sobre los desafíos que enfrentan los jóvenes para garantizar la seguridad hídrica y promover la cultura del agua. Menciona la importancia de que los procesos y movimientos de los jóvenes se articulen con los instrumentos de gestión y las metas de los países a través de una articulación intersectorial. También destaca la necesidad de que las acciones de los jóvenes incidan en las políticas y planes regionales y nacionales.