El orden neurológico es el resultado de la interacción entre el cerebro del niño, su herencia genética y su entorno. En los primeros años, el movimiento juega un papel importante en la organización de los sistemas cerebrales a través del cual el niño gana nuevos niveles de independencia. Los reflejos primitivos permiten al bebé sobrevivir pero deben dar paso a reflejos controlados para un desarrollo neurológico adecuado.