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LA VERDAD 001 | Páginas 9 y 10
Teología gay es promovida
por sectores ecuménicos
Por Tito Pérez*
Ecumenismo es la tendencia o movimiento que busca la restauración de la unidad de los
cristianos, es decir, la unidad de las distintas confesiones religiosas cristianas ‘históricas’,
separadas desde los grandes cismas… en la actualidad la palabra ‘ecumenismo’ tiene una
significación eminentemente religiosa, y es usada primordialmente para aludir a los movimientos
existentes en el seno del cristianismo cuyo propósito consiste en la unificación de las diferentes
confesiones cristianas separadas por cuestiones de doctrina, historia, tradición o práctica
(Wikipedia).
Una definición aproximada a la realidad evangélica de nuestro país, a juzgar por los últimos hechos
y sucesos, sería: Ecumenismo es el movimiento impulsado por la iglesia católica con la finalidad de
unir a todos los cristianos bajo la égida del catolicismo romano. En este movimiento participan
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sectores evangélicos de izquierda, y liberales, quienes, en nombre del ecumenismo, relativizan el
evangelio y buscan, más bien, satisfacer sus propios intereses políticos y económicos.
Es un hecho que algunos sectores ecuménicos están promoviendo teologías indecentes, como la
teología gay, llamada teología queer por sus creadores y defensores, y para ello no han dudado en
infiltrarse en las instituciones evangélicas. Entonces, hoy es el tiempo de hablar, las iglesias y las
instituciones paraeclesiásticas, sobre este tema y hacer los deslindes correspondientes. No se
puede aceptar, alegremente, el argumento de los ecuménicos que dicen «ustedes solo critican el
homosexualismo, pero no dicen nada de la mentira, de la injusticia, del adulterio y de otros».
Aquí están, estos son!
Un acercamiento estimado sobre la identificación de las principales entidades ecuménicas da el
siguiente resultado: Consejo Mundial de Iglesias (CMI) a nivel global, y Consejo Latinoamericano
de Iglesias (CLAI) a nivel regional. Iglesia Anglicana, Iglesia Luterana e Iglesia Metodista, iglesias
llamadas históricas. En el segmento de entidades educativas ecuménicas aparecen la Universidad
Bíblica Latinoamericana (UBL) con sede en Costa Rica, y el Instituto Superior Evangélico de
Estudios Teológicos -hoy Instituto Universitario (ISEDET) con sede en Argentina.
El Concilio Nacional Evangélico del Perú (CONEP), miembro del CMI, y Sociedad Bíblica Peruana
(SBP). También, entre otros, Asociación Educativa de Teología Evangélica (AETE), Centro Cristiano
de Promoción y Servicios (CEPS), Servicio Ecuménico de Pastoral y Estudios de la Comunicación
(SEPEC), Instituto de Estudios de la Comunicación (IEC), Alfabetización y Literatura en el Perú
(ALFALIT), Mesa Evangélica Juvenil (MEJ). Del mismo modo las ONGs Asociación Paz y Esperanza,
Lutheran World Relief, Proceso Kairós Perú y Nueva Humanidad. Instituciones ecuménicas afiliadas
al CONEP son Iglesia Metodista, Proceso Kairós y Asociación Paz y Esperanza.
Entre los personajes que pueden ser catalogados de ecuménicos por sus puntos de vista, por su
pertenencia a ONGs afines, y por sus orígenes estudiantiles, tenemos a: Pedro Arana y Pablo
Gutiérrez (Iglesia Presbiteriana y Reformada del Perú); Víctor Arroyo, Enrique Alva y Efraín Barrera
(IEP); Manuel Obeso y Adita Torres (Iglesia Luterana); Ruth Alvarado y Alfonso Wieland (Alianza
Cristiana y Misionera); Fernando Oshige y Samuel Aguilar (Iglesia Metodista); Darío López (Iglesia
de Dios del Perú), Rafael Goto (Iglesia de los Peregrinos), Daniel Córdova (Iglesia Pentecostal del
Perú), Luzmila Quezada (Iglesia Wesleyana), María Elena Zelada (exAsambleas de Dios).
En las esferas ecuménicas peruanas predomina un estilo de trabajo y de ocupación de cargos muy
particular, donde, por ejemplo, varias instituciones ven rotar, a través del tiempo, a los mismos
personajes. Una muestra: Rafael Goto es o ha sido directivo en CEPS, ALFALIT, IEC, KAIRÓS, AETE,
CONEP. Y algo parecido sucede con Luzmila Quezada, Adita Torres, Pedro Bullón y otros. Enrique
Alva, actual presidente del CONEP, estudió en ISEDET y trabajó en CEPS y en Proceso Kairós, y
Víctor Arroyo, director ejecutivo del CONEP, es directivo del CEPS y de Nueva Humanidad.
La teología queer o teología gay
Es evidente que el abordaje de la teología gay ya estaba dándose con ciertos temores al interior de
algunas iglesias, pero fue durante la revocatoria municipal cuando, definitivamente, el tema pasó
a primer plano. Y todo por la insensatez del colectivo Evangélicos por Lima que irrumpió con un
pronunciamiento a favor de Susana Villarán, alcaldesa limeña abiertamente progay, donde
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aparecían como firmantes dos personas gay y varias personas de iglesias progays supuestamente
«pastores y líderes de la iglesia evangélica». El contrabando no logró pasar y fue denunciado.
Dos de los firmantes del pronunciamiento que abogaba por una Lima «sin exclusiones» fueron
Pablo Espinoza, pastor gay de la Congregación Luterana Cristo Rey, y Juan Fonseca, miembro de la
iglesia gay Comunidad Cristiana Ecuménica Inclusiva «El Camino» y miembro, por muchos años, de
la Iglesia de Dios del Perú donde Darío López es principal autoridad. Espinoza había manifestado
que la homosexualidad es un don de Dios y Fonseca había dicho que en su comunidad se refieren
al Señor como Dios Padre y Dios Madre, y que a ellos, a los gays, deberíamos aceptarlos como son
y sin intentar cambiarlos. Para los gays y sus defensores la homosexualidad no es pecado.
Fonseca participó en la marcha del orgullo gay de 2012, aquella donde el teniente alcalde Eduardo
Zegarra desfiló en primera fila cogiendo la banderola con Hernán Núñez, el hoy teniente alcalde
tras la revocatoria. Del «lado evangélico» también marcharon David Limo, de la Iglesia Anglicana;
Sonia León, de la Iglesia Presbiteriana y Reformada; y Boris Risco, exmiembro del Centro
Evangelístico de las Asambleas de Dios. Y lo hicieron de la manera más abierta, demostrando, con
creces, su compromiso con la comunidad LGTB (lesbianas, gay, transexuales y bisexuales).
El periódico El Predicador, que dirige el pastor pentecostal Luis Huanca, fue el medio que publicó,
en primera instancia, la infiltración gay que venían padeciendo la Sociedad Bíblica Peruana y el
Concilio Nacional Evangélico del Perú, importantes instituciones evangélicas del país. Las personas
que se sintieron aludidas, en ambas entidades, reaccionaron con los consabidos insultos y con las
trasnochadas desacreditaciones: es un pasquín, decían unos; es un panfleto que no merecer ser
tomado en cuenta, decían otros. Y se unieron para aplastar al citado periódico y a su director.
También se unieron contra mí porque, el día siguiente de la salida a circulación del periódico,
publiqué un artículo sobre el particular, en mi página de Facebook, señalando como fuente a El
Predicador. Mi artículo no les gustó, nada, a Darío López y a Víctor Arroyo, presidente y director
ejecutivo del CONEP; el segundo me llamó por teléfono para desacreditar mi fuente y para
amenazarme, y el primero impulsó una petición para que la asamblea del Concilio pida a mi
denominación que me llame la atención. López y Arroyo estaban molestísimos, ¿por qué?
Hablé con un pastor metodista de Lima, considerando que la Iglesia Metodista es la única de las
tres iglesias históricas que está afiliada al CONEP, y me dijo que él estaba en contra de discriminar
a cualquier tipo de minorías, incluyendo, por supuesto, los homosexuales. También me dijo: «Yo
puedo aceptar a personas homosexuales en mi congregación, a las cuales les predicaré, pero si
deciden mantener su opción sexual yo los entenderé, pues si así se sienten bien y así sienten que
son amados por Dios, yo no soy nadie para objetar su posición ni para intentar cambiarla».
El CONEP y sus inquilinos
El CONEP ha cometido un grave error al alquilar sus oficinas a entidades ecuménicas que ni
siquiera son miembros de la institución, concretamente a la Iglesia Luterana Evangélica Peruana
(ILEP) y la Asociación Educativa de Teología Evangélica (AETE). Algunos conepistas justifican el
hecho por la crisis económica y por la necesidad de cubrir, entre otras cosas, las planillas del
personal. Otros dicen, sin embargo, que si esa sería la explicación de estos malsanos alquileres,
mejor se hubiese alquilado oficinas a entidades demostradamente evangélicas.
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ILEP es una denominación que tiene congregaciones en Cusco (01), Huancayo (01), Iquitos (01),
Trujillo (04) y Lima (10), y no tiene nada que ver con la Iglesia Evangélica Luterana-Perú (IELP),
cuyo centro de acción está en los departamentos de Arequipa y Puno. AETE, por su parte, es «hija»
de la Universidad Bíblica Latinoamericana (UBL) de Costa Rica, y su director, Efraín Barrera,
miembro de la Iglesia Evangélica Peruana (IEP), es el mismo que dirigía la UBL Recinto Lima en la
misma oficina que hoy tiene AETE. Actualmente AETE y UBL trabajan por convenio.
Quienes conforman la dirección ejecutiva de AETE son Daniel Córdova, como presidente (Iglesia
Evangélica Pentecostal del Perú); Alejandro Cussianovich, como vicepresidente (católico); Víctor
Arroyo, como secretario (Iglesia Evangélica Peruana, director ejecutivo del CONEP); Luzmila
Quezada, como tesorera (Iglesia Wesleyana); Rafael Goto, como vocal (Iglesia Evangélica de los
Peregrinos y expresidente del CONEP), y el citado Efraín Barrera como director académico.
La institución AETE, hija de la UBL, se ha convertido, en los últimos tiempos, en claustro principal
de enseñanzas ecuménicas a cargo de expositores cuestionables.
Ahora bien, entre ILEP y AETE existe una estrecha relación; es decir, el ecumenismo se da la mano,
y se mueve incontenible y permisivamente, dentro de las propias instalaciones del CONEP, y ese es
un hecho que le disgusta a muchos miembros de la institución de Pueblo Libre. ILEP, como se sabe,
tiene a la Congregación Luterana Cristo Rey como una de sus iglesias, pastoreada ésta, como
también se sabe, por un pastor gay convicto y confeso: Pablo Espinoza, exmiembro de la Iglesia
Alianza Cristiana y Misionera, y convertido en luterano en los Estados Unidos.
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Varios miembros de ILEP son profesores de AETE como Michael Ayala, Manuel Obeso y Janett
Regalado, en este caso del programa Educación Cristiana Contextualizada para el Liderazgo Eclesial
(ECCLE). Ayala y Regalado son esposos y congregan en la iglesia Cristo Rey. Pero también son
profesores de AETE Darío López y Víctor Arroyo, expresidente y director ejecutivo del CONEP,
respectivamente. Y aquí sí hay conflicto de intereses, pues los directivos que deciden los alquileres
de las oficinas son profesores de la entidad alquilante, con un sueldo por sus servicios.
Profesores de AETE son, así mismo, Rafael Goto, otro expresidente del CONEP, y Luzmila Quezada
y Daniel Córdova, miembros de la ONG ecuménica Proceso Kairós. Juan Fonseca, exmiembro de la
Iglesia de Dios del Perú y actual miembro de la Comunidad Cristiana Ecuménica Inclusiva «El
Camino» también es docente de AETE, igual que varios integrantes del colectivo Evangélicos por
Lima. Enrique Alva, actual presidente del CONEP, fue profesor de la UBL Recinto Lima, hoy AETE,
junto a Goto, López y Arroyo, directivos y funcionarios, aquel entonces, del Concilio.
Y para terminar de evidenciar esta afinidad, en febrero pasado hubo un evento en la sede de AETE,
concretamente la presentación del libro de Matthias Preiswerk, metodista suizo radicado en
Bolivia, figurando como comentaristas de la mesa Darío López, presidente del CONEP; Juan
Fonseca, miembro de la comunidad gay El Camino; y Birgit Weiler, profesora de la universidad
católica Antonio Ruiz de Montoya. En octubre de 2012 se celebró un aniversario más de AETE, y en
la celebración se pudo ver, en primera línea, a Rafael Goto, Luzmila Quezada y Juan Fonseca.
En la última asamblea del CONEP las Asambleas de Dios del Perú, la denominación más grande que
trabaja en el país, reiteró su pedido de cortar los alquileres de las oficinas a ILEP y a AETE por el
daño que esos alquileres acarrean a la institución. La toma de decisiones ha quedado en manos
del nuevo consejo directivo, donde hay varios miembros que, por su cariz ecuménico y por su
amistad con las entidades inquilinas del CONEP, se opondrían al ansiado desalojo.
Días antes de su asamblea anual, el CONEP se vio forzado a publicar un pronunciamiento donde
señalaba, claramente, su oposición al homosexualismo, precisión que fue destacada por unos y
cuestionada por otros. Por nuestra parte enviamos una comunicación al obispo de la Iglesia de
Dios del Perú para saber cuándo y por qué Juan Fonseca se había alejado de la denominación,
pero no obtuvimos respuesta. Es que Darío López, presionado por algunos pastores en la asamblea
del CONEP, había dicho que Fonseca ya no era miembro de su iglesia desde hacía dos años.
Golpe en Sociedad Bíblica
Sociedad Bíblica Peruana también ha sido infiltrada por personajes gay y progay, situación que se
añade a la condición ecuménica por la cual ya era cuestionada esta institución. Y, como para no
creerlo, los mismos personajes cuestionados del colectivo Evangélicos por Lima son los que han
perjudicado, con su presencia, a la también llamada Casa de la Biblia. Nos referimos, de nuevo, a
Juan Fonseca, y al malhumorado Pablo Gutiérrez; el primero, miembro de una comunidad gay, el
segundo, abierto y rabioso defensor de la agenda gay, se dice, por razones familiares.
Fonseca era miembro del consejo directivo de Sociedad Bíblica Peruana, junto a Jorge Bravo,
Carola Loli, Elena Calderón, Mercedes Alva, William Godfrey, Daniel Silva, Eleana Salas y Josué
Céspedes. Y, además, había sido nombrado, recientemente, director del comité editorial de la
institución. Sociedad Bíblica tenía como director ejecutivo al doctor Moisés Miranda, de la Iglesia
Bautista, y como presidente del consejo directivo al pastor Jorge Bravo, de la Iglesia Metodista.
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Fuentes dignas de crédito nos informaron que Miranda y Bravo se oponían a las actitudes del
grupo progay, motivo por el cual fueron las principales víctimas del golpe de estado que tuvo lugar
en la conocida institución. Moisés Miranda fue cesado por el «nuevo» consejo directivo y Jorge
Bravo se vio obligado a renunciar a su cargo. «El asunto de fondo no es financiero, laboral ni
administrativo, sino la infiltración y copamiento de nuestros proyectos, talleres y diplomado por la
agenda LGTB y la presencia en nuestro consejo de un preclaro líder de ellos» dijo la fuente.
La divulgación primera de estos hechos por el periódico El Predicador propició la venida, a Lima, de
una delegación de Sociedades Bíblicas Unidas, institución internacional que, hasta el cierre de esta
edición, seguía haciendo viajes y gestiones para buscar la mejor solución a la crisis creada por los
golpistas y por los progay. Mientras tanto, y ante el escándalo suscitado, Juan Fonseca se vio
obligado a renunciar a los cargos de miembro del consejo directivo y director del comité editorial
de la Casa de la Biblia. Pero han quedado Gutiérrez y otros personajes afines al renunciante.
En la actualidad la directora ejecutiva encargada es la doctora Mercedes Alva, de la cual se
desconoce su filiación evangélica, en una institución donde, según nuestras fuentes, cerca del
cuarenta por ciento del personal pertenece a la Iglesia Presbiteriana y Reformada. Pablo Gutiérrez,
por ejemplo, es presbítero de esa denominación, después de haber sido miembro de otras iglesias;
pero también es divorciado. Y ser divorciado es otra moda que está imponiéndose en el liderazgo
de las iglesias y de las entidades paraeclesiásticas. También, por supuesto, en el CONEP.
*Escritor y periodista de oficio, autor de varios libros sobre diversos temas, y miembro de la Iglesia
del Nazareno.