Este documento discute los desafíos que plantean las redes sociales y la tecnología para los jóvenes y sus familias. Reconoce que las redes sociales pueden exponer a los jóvenes a contenidos inapropiados y comportamientos de riesgo, y que es importante que los padres hablen con sus hijos, establezcan límites y den el buen ejemplo. También enfatiza la importancia de cultivar los intereses y sueños positivos de los jóvenes para contrarrestar las influencias negativas de la te

2. Anotaciones previas No es por miedo. No son trabes. Es la realidad. La solución más fácil ya no es factible: abandonar. Es una herramienta tecnológica superior al nivel de madurez de la mayoría.

4. Los cambios suceden Qué estamos haciendo para enfrentar estos cambios. Qué hacemos con un joven que utiliza el chat 3 horas diarias para establecer 20 conversaciones simultáneas. Qué hacemos con todas las faltas morales y delitos del supuesto “anonimato” que se maneja en la red. Qué hacemos con las cámaras y grabaciones de los celulares. Qué hacemos con el flagelo de la pornografía al alcance de la mano. Cómo los sacamos de la frivolidad de “mi perfil”.

5. Y ¿qué respuesta, no es respuesta? Yo confío en mi hijo… Es lo normal a estas edades… Desde chiquito le han gustado las computadoras… Mi hijo es tan bueno que nunca tendrá estos problemas. Total yo también lo hago y no me ha ido tan mal. Es solo un juego de adolescentes.

7. No arriesgarse a ver que sale.

10. Separar: internet para tareas, internet para jugar. Compu para tareas, compu para jugar. No dar horario libre… ¡no pueden manejarlo!

13. Si somos testigos de algo relacionado con un delito, castigarlo y pedir reparación: Mensajes claros, ideas claras. Deben conocer los límites con claridad.

16. No arriesgarse: Si nos damos cuenta… ayudar. Remitirlo a algún sacerdote para que con dirección espiritual le ayude. No deformarle la conciencia –nadie da lo que no tiene-.