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Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es
sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble
toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo
de la tierra.
Cristo en el Santuario Celestial
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo en el Santuario Celestial
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo en el Santuario Celestial
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo en el Santuario Celestial
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo en el Santuario Celestial
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo en el Santuario Celestial
El único que tiene
inmortalidad, que habita en
luz inaccesible; a quien
ninguno de los hombres ha
visto ni puede ver, al cual
sea la honra y el imperio
sempiterno. Amén.
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo en el Santuario Celestial
El único que tiene
inmortalidad, que habita en
luz inaccesible; a quien
ninguno de los hombres ha
visto ni puede ver, al cual
sea la honra y el imperio
sempiterno. Amén.
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo en el Santuario Celestial
El único que tiene
inmortalidad, que habita en
luz inaccesible; a quien
ninguno de los hombres ha
visto ni puede ver, al cual
sea la honra y el imperio
sempiterno. Amén.
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo en el Santuario Celestial
El único que tiene
inmortalidad, que habita en
luz inaccesible; a quien
ninguno de los hombres ha
visto ni puede ver, al cual
sea la honra y el imperio
sempiterno. Amén.
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien
entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una
se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni
siquiera uno.
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo en el Santuario Celestial
El único que tiene
inmortalidad, que habita en
luz inaccesible; a quien
ninguno de los hombres ha
visto ni puede ver, al cual
sea la honra y el imperio
sempiterno. Amén.
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien
entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una
se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni
siquiera uno.
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo en el Santuario Celestial
El único que tiene
inmortalidad, que habita en
luz inaccesible; a quien
ninguno de los hombres ha
visto ni puede ver, al cual
sea la honra y el imperio
sempiterno. Amén.
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien
entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una
se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni
siquiera uno.
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo en el Santuario Celestial
El único que tiene
inmortalidad, que habita en
luz inaccesible; a quien
ninguno de los hombres ha
visto ni puede ver, al cual
sea la honra y el imperio
sempiterno. Amén.
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien
entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una
se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni
siquiera uno.
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo en el Santuario Celestial
El único que tiene
inmortalidad, que habita en
luz inaccesible; a quien
ninguno de los hombres ha
visto ni puede ver, al cual
sea la honra y el imperio
sempiterno. Amén.
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien
entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una
se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni
siquiera uno.
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo en el Santuario Celestial
El único que tiene
inmortalidad, que habita en
luz inaccesible; a quien
ninguno de los hombres ha
visto ni puede ver, al cual
sea la honra y el imperio
sempiterno. Amén.
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien
entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una
se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni
siquiera uno.
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo en el Santuario Celestial
El único que tiene
inmortalidad, que habita en
luz inaccesible; a quien
ninguno de los hombres ha
visto ni puede ver, al cual
sea la honra y el imperio
sempiterno. Amén.
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien
entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una
se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni
siquiera uno.
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo en el Santuario Celestial
El único que tiene
inmortalidad, que habita en
luz inaccesible; a quien
ninguno de los hombres ha
visto ni puede ver, al cual
sea la honra y el imperio
sempiterno. Amén.
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien
entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una
se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni
siquiera uno.
Palabra fiel y digna de ser
recibida por todos: que Cristo
Jesús vino al mundo para
salvar a los pecadores, de los
cuales yo soy el primero.
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo en el Santuario Celestial
El único que tiene
inmortalidad, que habita en
luz inaccesible; a quien
ninguno de los hombres ha
visto ni puede ver, al cual
sea la honra y el imperio
sempiterno. Amén.
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien
entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una
se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni
siquiera uno.
Palabra fiel y digna de ser
recibida por todos: que Cristo
Jesús vino al mundo para
salvar a los pecadores, de los
cuales yo soy el primero.
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo en el Santuario Celestial
El único que tiene
inmortalidad, que habita en
luz inaccesible; a quien
ninguno de los hombres ha
visto ni puede ver, al cual
sea la honra y el imperio
sempiterno. Amén.
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien
entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una
se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni
siquiera uno.
Palabra fiel y digna de ser
recibida por todos: que Cristo
Jesús vino al mundo para
salvar a los pecadores, de los
cuales yo soy el primero.
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo en el Santuario Celestial
El único que tiene
inmortalidad, que habita en
luz inaccesible; a quien
ninguno de los hombres ha
visto ni puede ver, al cual
sea la honra y el imperio
sempiterno. Amén.
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien
entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una
se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni
siquiera uno.
Palabra fiel y digna de ser
recibida por todos: que Cristo
Jesús vino al mundo para
salvar a los pecadores, de los
cuales yo soy el primero.
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo en el Santuario Celestial
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien
entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una
se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni
siquiera uno.
Palabra fiel y digna de ser
recibida por todos: que Cristo
Jesús vino al mundo para
salvar a los pecadores, de los
cuales yo soy el primero.
Porque lo que era imposible
para la ley, por cuanto era
débil por la carne, Dios,
enviando a su Hijo en
semejanza de carne de
pecado y a causa del
pecado, condenó al pecado
en la carne;
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo en el Santuario Celestial
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien
entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una
se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni
siquiera uno.
Palabra fiel y digna de ser
recibida por todos: que Cristo
Jesús vino al mundo para
salvar a los pecadores, de los
cuales yo soy el primero.
Porque lo que era imposible
para la ley, por cuanto era
débil por la carne, Dios,
enviando a su Hijo en
semejanza de carne de
pecado y a causa del
pecado, condenó al pecado
en la carne;
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo en el Santuario Celestial
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien
entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una
se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni
siquiera uno.
Palabra fiel y digna de ser
recibida por todos: que Cristo
Jesús vino al mundo para
salvar a los pecadores, de los
cuales yo soy el primero.
Porque lo que era imposible
para la ley, por cuanto era
débil por la carne, Dios,
enviando a su Hijo en
semejanza de carne de
pecado y a causa del
pecado, condenó al pecado
en la carne;
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo en el Santuario Celestial
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien
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siquiera uno.
Palabra fiel y digna de ser
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Jesús vino al mundo para
salvar a los pecadores, de los
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Porque lo que era imposible
para la ley, por cuanto era
débil por la carne, Dios,
enviando a su Hijo en
semejanza de carne de
pecado y a causa del
pecado, condenó al pecado
en la carne;
Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio
Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo en el Santuario Celestial
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien
entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una
se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni
siquiera uno.
Palabra fiel y digna de ser
recibida por todos: que Cristo
Jesús vino al mundo para
salvar a los pecadores, de los
cuales yo soy el primero.
Porque lo que era imposible
para la ley, por cuanto era
débil por la carne, Dios,
enviando a su Hijo en
semejanza de carne de
pecado y a causa del
pecado, condenó al pecado
en la carne;
Cristo es el sacrificio supremo
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Cristo en el Santuario Celestial
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien
entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una
se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni
siquiera uno.
Palabra fiel y digna de ser
recibida por todos: que Cristo
Jesús vino al mundo para
salvar a los pecadores, de los
cuales yo soy el primero.
Porque lo que era imposible
para la ley, por cuanto era
débil por la carne, Dios,
enviando a su Hijo en
semejanza de carne de
pecado y a causa del
pecado, condenó al pecado
en la carne;
Cristo es el sacrificio supremo
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Cristo en el Santuario Celestial
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien
entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una
se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni
siquiera uno.
Palabra fiel y digna de ser
recibida por todos: que Cristo
Jesús vino al mundo para
salvar a los pecadores, de los
cuales yo soy el primero.
Porque lo que era imposible
para la ley, por cuanto era
débil por la carne, Dios,
enviando a su Hijo en
semejanza de carne de
pecado y a causa del
pecado, condenó al pecado
en la carne;
Cristo es el sacrificio supremo
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Cristo en el Santuario Celestial
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien
entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una
se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni
siquiera uno.
Palabra fiel y digna de ser
recibida por todos: que Cristo
Jesús vino al mundo para
salvar a los pecadores, de los
cuales yo soy el primero.
Porque lo que era imposible
para la ley, por cuanto era
débil por la carne, Dios,
enviando a su Hijo en
semejanza de carne de
pecado y a causa del
pecado, condenó al pecado
en la carne;
Cristo es el sacrificio supremo
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Cristo en el Santuario Celestial
Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien
entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una
se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni
siquiera uno.
Palabra fiel y digna de ser
recibida por todos: que Cristo
Jesús vino al mundo para
salvar a los pecadores, de los
cuales yo soy el primero.
Porque lo que era imposible
para la ley, por cuanto era
débil por la carne, Dios,
enviando a su Hijo en
semejanza de carne de
pecado y a causa del
pecado, condenó al pecado
en la carne;
Cristo es el sacrificio supremo
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Cristo en el Santuario Celestial
Que decían a gran voz: El
Cordero que fue inmolado
es digno de tomar el poder,
las riquezas, la sabiduría, la
fortaleza, la honra, la gloria
y la alabanza.
Cristo es el sacrificio supremo
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Cristo en el Santuario Celestial
Que decían a gran voz: El
Cordero que fue inmolado
es digno de tomar el poder,
las riquezas, la sabiduría, la
fortaleza, la honra, la gloria
y la alabanza.
Cristo es el sacrificio supremo
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Cristo en el Santuario Celestial
Que decían a gran voz: El
Cordero que fue inmolado
es digno de tomar el poder,
las riquezas, la sabiduría, la
fortaleza, la honra, la gloria
y la alabanza.
Cristo es el sacrificio supremo
Después de esto miré, y he aquí
una gran multitud, la cual nadie
podía contar, de todas naciones y
tribus y pueblos y lenguas, que
estaban delante del trono y en la
presencia del Cordero, vestidos de
ropas blancas, y con palmas en
las manos; y clamaban a gran voz,
diciendo: La salvación pertenece a
nuestro Dios que está sentado en
el trono, y al Cordero.
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Cristo en el Santuario Celestial
Que decían a gran voz: El
Cordero que fue inmolado
es digno de tomar el poder,
las riquezas, la sabiduría, la
fortaleza, la honra, la gloria
y la alabanza.
Cristo es el sacrificio supremo
Después de esto miré, y he aquí
una gran multitud, la cual nadie
podía contar, de todas naciones y
tribus y pueblos y lenguas, que
estaban delante del trono y en la
presencia del Cordero, vestidos de
ropas blancas, y con palmas en
las manos; y clamaban a gran voz,
diciendo: La salvación pertenece a
nuestro Dios que está sentado en
el trono, y al Cordero.
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Cristo en el Santuario Celestial
Que decían a gran voz: El
Cordero que fue inmolado
es digno de tomar el poder,
las riquezas, la sabiduría, la
fortaleza, la honra, la gloria
y la alabanza.
Cristo es el sacrificio supremo
Después de esto miré, y he aquí
una gran multitud, la cual nadie
podía contar, de todas naciones y
tribus y pueblos y lenguas, que
estaban delante del trono y en la
presencia del Cordero, vestidos de
ropas blancas, y con palmas en
las manos; y clamaban a gran voz,
diciendo: La salvación pertenece a
nuestro Dios que está sentado en
el trono, y al Cordero.
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Cristo en el Santuario Celestial
Que decían a gran voz: El
Cordero que fue inmolado
es digno de tomar el poder,
las riquezas, la sabiduría, la
fortaleza, la honra, la gloria
y la alabanza.
Cristo es el sacrificio supremo
Después de esto miré, y he aquí
una gran multitud, la cual nadie
podía contar, de todas naciones y
tribus y pueblos y lenguas, que
estaban delante del trono y en la
presencia del Cordero, vestidos de
ropas blancas, y con palmas en
las manos; y clamaban a gran voz,
diciendo: La salvación pertenece a
nuestro Dios que está sentado en
el trono, y al Cordero.
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Cristo en el Santuario Celestial
Que decían a gran voz: El
Cordero que fue inmolado
es digno de tomar el poder,
las riquezas, la sabiduría, la
fortaleza, la honra, la gloria
y la alabanza.
Cristo es el sacrificio supremo
Después de esto miré, y he aquí
una gran multitud, la cual nadie
podía contar, de todas naciones y
tribus y pueblos y lenguas, que
estaban delante del trono y en la
presencia del Cordero, vestidos de
ropas blancas, y con palmas en
las manos; y clamaban a gran voz,
diciendo: La salvación pertenece a
nuestro Dios que está sentado en
el trono, y al Cordero.
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Cristo en el Santuario Celestial
Que decían a gran voz: El
Cordero que fue inmolado
es digno de tomar el poder,
las riquezas, la sabiduría, la
fortaleza, la honra, la gloria
y la alabanza.
Cristo es el sacrificio supremo
Después de esto miré, y he aquí
una gran multitud, la cual nadie
podía contar, de todas naciones y
tribus y pueblos y lenguas, que
estaban delante del trono y en la
presencia del Cordero, vestidos de
ropas blancas, y con palmas en
las manos; y clamaban a gran voz,
diciendo: La salvación pertenece a
nuestro Dios que está sentado en
el trono, y al Cordero.
Cristo es el cordero de Dios
El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su
sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su
poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por
medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Cristo en el Santuario Celestial
Que decían a gran voz: El
Cordero que fue inmolado
es digno de tomar el poder,
las riquezas, la sabiduría, la
fortaleza, la honra, la gloria
y la alabanza.
Cristo es el sacrificio supremo
Después de esto miré, y he aquí
una gran multitud, la cual nadie
podía contar, de todas naciones y
tribus y pueblos y lenguas, que
estaban delante del trono y en la
presencia del Cordero, vestidos de
ropas blancas, y con palmas en
las manos; y clamaban a gran voz,
diciendo: La salvación pertenece a
nuestro Dios que está sentado en
el trono, y al Cordero.
Cristo es el cordero de Dios
El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su
sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su
poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por
medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Cristo en el Santuario Celestial
Que decían a gran voz: El
Cordero que fue inmolado
es digno de tomar el poder,
las riquezas, la sabiduría, la
fortaleza, la honra, la gloria
y la alabanza.
Cristo es el sacrificio supremo
Después de esto miré, y he aquí
una gran multitud, la cual nadie
podía contar, de todas naciones y
tribus y pueblos y lenguas, que
estaban delante del trono y en la
presencia del Cordero, vestidos de
ropas blancas, y con palmas en
las manos; y clamaban a gran voz,
diciendo: La salvación pertenece a
nuestro Dios que está sentado en
el trono, y al Cordero.
Cristo es el cordero de Dios
El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su
sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su
poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por
medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Cristo en el Santuario Celestial
Que decían a gran voz: El
Cordero que fue inmolado
es digno de tomar el poder,
las riquezas, la sabiduría, la
fortaleza, la honra, la gloria
y la alabanza.
Cristo es el sacrificio supremo
Después de esto miré, y he aquí
una gran multitud, la cual nadie
podía contar, de todas naciones y
tribus y pueblos y lenguas, que
estaban delante del trono y en la
presencia del Cordero, vestidos de
ropas blancas, y con palmas en
las manos; y clamaban a gran voz,
diciendo: La salvación pertenece a
nuestro Dios que está sentado en
el trono, y al Cordero.
Cristo es el cordero de Dios
El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su
sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su
poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por
medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Cristo en el Santuario Celestial
Que decían a gran voz: El
Cordero que fue inmolado
es digno de tomar el poder,
las riquezas, la sabiduría, la
fortaleza, la honra, la gloria
y la alabanza.
Cristo es el sacrificio supremo
Después de esto miré, y he aquí
una gran multitud, la cual nadie
podía contar, de todas naciones y
tribus y pueblos y lenguas, que
estaban delante del trono y en la
presencia del Cordero, vestidos de
ropas blancas, y con palmas en
las manos; y clamaban a gran voz,
diciendo: La salvación pertenece a
nuestro Dios que está sentado en
el trono, y al Cordero.
Cristo es el cordero de Dios
El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su
sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su
poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por
medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Después de esto miré, y he aquí
una gran multitud, la cual nadie
podía contar, de todas naciones y
tribus y pueblos y lenguas, que
estaban delante del trono y en la
presencia del Cordero, vestidos de
ropas blancas, y con palmas en
las manos; y clamaban a gran voz,
diciendo: La salvación pertenece a
nuestro Dios que está sentado en
el trono, y al Cordero.
Cristo es el cordero de Dios
El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su
sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su
poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por
medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
Ahora bien, el punto
principal de lo que venimos
diciendo es que tenemos tal
sumo sacerdote, el cual se
sentó a la diestra del trono
de la Majestad en los
cielos.
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Después de esto miré, y he aquí
una gran multitud, la cual nadie
podía contar, de todas naciones y
tribus y pueblos y lenguas, que
estaban delante del trono y en la
presencia del Cordero, vestidos de
ropas blancas, y con palmas en
las manos; y clamaban a gran voz,
diciendo: La salvación pertenece a
nuestro Dios que está sentado en
el trono, y al Cordero.
Cristo es el cordero de Dios
El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su
sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su
poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por
medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
Ahora bien, el punto
principal de lo que venimos
diciendo es que tenemos tal
sumo sacerdote, el cual se
sentó a la diestra del trono
de la Majestad en los
cielos.
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Después de esto miré, y he aquí
una gran multitud, la cual nadie
podía contar, de todas naciones y
tribus y pueblos y lenguas, que
estaban delante del trono y en la
presencia del Cordero, vestidos de
ropas blancas, y con palmas en
las manos; y clamaban a gran voz,
diciendo: La salvación pertenece a
nuestro Dios que está sentado en
el trono, y al Cordero.
Cristo es el cordero de Dios
El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su
sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su
poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por
medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
Ahora bien, el punto
principal de lo que venimos
diciendo es que tenemos tal
sumo sacerdote, el cual se
sentó a la diestra del trono
de la Majestad en los
cielos.
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Después de esto miré, y he aquí
una gran multitud, la cual nadie
podía contar, de todas naciones y
tribus y pueblos y lenguas, que
estaban delante del trono y en la
presencia del Cordero, vestidos de
ropas blancas, y con palmas en
las manos; y clamaban a gran voz,
diciendo: La salvación pertenece a
nuestro Dios que está sentado en
el trono, y al Cordero.
Cristo es el cordero de Dios
El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su
sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su
poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por
medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
Ahora bien, el punto
principal de lo que venimos
diciendo es que tenemos tal
sumo sacerdote, el cual se
sentó a la diestra del trono
de la Majestad en los
cielos.
Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin
mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que
los cielos.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su
sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su
poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por
medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
Ahora bien, el punto
principal de lo que venimos
diciendo es que tenemos tal
sumo sacerdote, el cual se
sentó a la diestra del trono
de la Majestad en los
cielos.
Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin
mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que
los cielos.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su
sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su
poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por
medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
Ahora bien, el punto
principal de lo que venimos
diciendo es que tenemos tal
sumo sacerdote, el cual se
sentó a la diestra del trono
de la Majestad en los
cielos.
Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin
mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que
los cielos.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su
sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su
poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por
medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
Ahora bien, el punto
principal de lo que venimos
diciendo es que tenemos tal
sumo sacerdote, el cual se
sentó a la diestra del trono
de la Majestad en los
cielos.
Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin
mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que
los cielos.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su
sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su
poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por
medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
Ahora bien, el punto
principal de lo que venimos
diciendo es que tenemos tal
sumo sacerdote, el cual se
sentó a la diestra del trono
de la Majestad en los
cielos.
Pero estando ya presente Cristo,
sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más
perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación,
y no por sangre de machos cabríos
ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre
en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención.
Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin
mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que
los cielos.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su
sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su
poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por
medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
Ahora bien, el punto
principal de lo que venimos
diciendo es que tenemos tal
sumo sacerdote, el cual se
sentó a la diestra del trono
de la Majestad en los
cielos.
Pero estando ya presente Cristo,
sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más
perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación,
y no por sangre de machos cabríos
ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre
en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención.
Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin
mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que
los cielos.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su
sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su
poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por
medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
Ahora bien, el punto
principal de lo que venimos
diciendo es que tenemos tal
sumo sacerdote, el cual se
sentó a la diestra del trono
de la Majestad en los
cielos.
Pero estando ya presente Cristo,
sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más
perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación,
y no por sangre de machos cabríos
ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre
en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención.
Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin
mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que
los cielos.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su
sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su
poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por
medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
Ahora bien, el punto
principal de lo que venimos
diciendo es que tenemos tal
sumo sacerdote, el cual se
sentó a la diestra del trono
de la Majestad en los
cielos.
Pero estando ya presente Cristo,
sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más
perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación,
y no por sangre de machos cabríos
ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre
en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención.
Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin
mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que
los cielos.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su
sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su
poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por
medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
Ahora bien, el punto
principal de lo que venimos
diciendo es que tenemos tal
sumo sacerdote, el cual se
sentó a la diestra del trono
de la Majestad en los
cielos.
Pero estando ya presente Cristo,
sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más
perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación,
y no por sangre de machos cabríos
ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre
en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención.
Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin
mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que
los cielos.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su
sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su
poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por
medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
Ahora bien, el punto
principal de lo que venimos
diciendo es que tenemos tal
sumo sacerdote, el cual se
sentó a la diestra del trono
de la Majestad en los
cielos.
Pero estando ya presente Cristo,
sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más
perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación,
y no por sangre de machos cabríos
ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre
en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin
mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que
los cielos.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Ahora bien, el punto
principal de lo que venimos
diciendo es que tenemos tal
sumo sacerdote, el cual se
sentó a la diestra del trono
de la Majestad en los
cielos.
Pero estando ya presente Cristo,
sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más
perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación,
y no por sangre de machos cabríos
ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre
en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin
mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que
los cielos.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Ahora bien, el punto
principal de lo que venimos
diciendo es que tenemos tal
sumo sacerdote, el cual se
sentó a la diestra del trono
de la Majestad en los
cielos.
Pero estando ya presente Cristo,
sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más
perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación,
y no por sangre de machos cabríos
ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre
en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin
mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que
los cielos.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Ahora bien, el punto
principal de lo que venimos
diciendo es que tenemos tal
sumo sacerdote, el cual se
sentó a la diestra del trono
de la Majestad en los
cielos.
Pero estando ya presente Cristo,
sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más
perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación,
y no por sangre de machos cabríos
ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre
en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin
mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que
los cielos.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Ahora bien, el punto
principal de lo que venimos
diciendo es que tenemos tal
sumo sacerdote, el cual se
sentó a la diestra del trono
de la Majestad en los
cielos.
Pero estando ya presente Cristo,
sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más
perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación,
y no por sangre de machos cabríos
ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre
en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin
mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que
los cielos.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Ahora bien, el punto
principal de lo que venimos
diciendo es que tenemos tal
sumo sacerdote, el cual se
sentó a la diestra del trono
de la Majestad en los
cielos.
Pero estando ya presente Cristo,
sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más
perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación,
y no por sangre de machos cabríos
ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre
en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por
un mismo Espíritu al Padre.
Pero estando ya presente Cristo,
sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más
perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación,
y no por sangre de machos cabríos
ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre
en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por
un mismo Espíritu al Padre.
Pero estando ya presente Cristo,
sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más
perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación,
y no por sangre de machos cabríos
ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre
en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por
un mismo Espíritu al Padre.
Pero estando ya presente Cristo,
sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más
perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación,
y no por sangre de machos cabríos
ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre
en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por
un mismo Espíritu al Padre.
Para que por dos cosas inmutables,
en las cuales es imposible que Dios
mienta, tengamos un fortísimo
consuelo los que hemos acudido
para asirnos de la esperanza puesta
delante de nosotros. La cual
tenemos como segura y firme ancla
del alma, y que penetra hasta dentro
del velo, donde Jesús entró por
nosotros como precursor, hecho
sumo sacerdote para siempre
según el orden de Melquisedec.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por
un mismo Espíritu al Padre.
Para que por dos cosas inmutables,
en las cuales es imposible que Dios
mienta, tengamos un fortísimo
consuelo los que hemos acudido
para asirnos de la esperanza puesta
delante de nosotros. La cual
tenemos como segura y firme ancla
del alma, y que penetra hasta dentro
del velo, donde Jesús entró por
nosotros como precursor, hecho
sumo sacerdote para siempre
según el orden de Melquisedec.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por
un mismo Espíritu al Padre.
Para que por dos cosas inmutables,
en las cuales es imposible que Dios
mienta, tengamos un fortísimo
consuelo los que hemos acudido
para asirnos de la esperanza puesta
delante de nosotros. La cual
tenemos como segura y firme ancla
del alma, y que penetra hasta dentro
del velo, donde Jesús entró por
nosotros como precursor, hecho
sumo sacerdote para siempre
según el orden de Melquisedec.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por
un mismo Espíritu al Padre.
Para que por dos cosas inmutables,
en las cuales es imposible que Dios
mienta, tengamos un fortísimo
consuelo los que hemos acudido
para asirnos de la esperanza puesta
delante de nosotros. La cual
tenemos como segura y firme ancla
del alma, y que penetra hasta dentro
del velo, donde Jesús entró por
nosotros como precursor, hecho
sumo sacerdote para siempre
según el orden de Melquisedec.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por
un mismo Espíritu al Padre.
Para que por dos cosas inmutables,
en las cuales es imposible que Dios
mienta, tengamos un fortísimo
consuelo los que hemos acudido
para asirnos de la esperanza puesta
delante de nosotros. La cual
tenemos como segura y firme ancla
del alma, y que penetra hasta dentro
del velo, donde Jesús entró por
nosotros como precursor, hecho
sumo sacerdote para siempre
según el orden de Melquisedec.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por
un mismo Espíritu al Padre.
Para que por dos cosas inmutables,
en las cuales es imposible que Dios
mienta, tengamos un fortísimo
consuelo los que hemos acudido
para asirnos de la esperanza puesta
delante de nosotros. La cual
tenemos como segura y firme ancla
del alma, y que penetra hasta dentro
del velo, donde Jesús entró por
nosotros como precursor, hecho
sumo sacerdote para siempre
según el orden de Melquisedec.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por
un mismo Espíritu al Padre.
Para que por dos cosas inmutables,
en las cuales es imposible que Dios
mienta, tengamos un fortísimo
consuelo los que hemos acudido
para asirnos de la esperanza puesta
delante de nosotros. La cual
tenemos como segura y firme ancla
del alma, y que penetra hasta dentro
del velo, donde Jesús entró por
nosotros como precursor, hecho
sumo sacerdote para siempre
según el orden de Melquisedec.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Porque no entró Cristo en
el santuario hecho de
mano, figura del verdadero,
sino en el cielo mismo para
presentarse ahora por
nosotros ante Dios.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por
un mismo Espíritu al Padre.
Para que por dos cosas inmutables,
en las cuales es imposible que Dios
mienta, tengamos un fortísimo
consuelo los que hemos acudido
para asirnos de la esperanza puesta
delante de nosotros. La cual
tenemos como segura y firme ancla
del alma, y que penetra hasta dentro
del velo, donde Jesús entró por
nosotros como precursor, hecho
sumo sacerdote para siempre
según el orden de Melquisedec.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Porque no entró Cristo en
el santuario hecho de
mano, figura del verdadero,
sino en el cielo mismo para
presentarse ahora por
nosotros ante Dios.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por
un mismo Espíritu al Padre.
Para que por dos cosas inmutables,
en las cuales es imposible que Dios
mienta, tengamos un fortísimo
consuelo los que hemos acudido
para asirnos de la esperanza puesta
delante de nosotros. La cual
tenemos como segura y firme ancla
del alma, y que penetra hasta dentro
del velo, donde Jesús entró por
nosotros como precursor, hecho
sumo sacerdote para siempre
según el orden de Melquisedec.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Porque no entró Cristo en
el santuario hecho de
mano, figura del verdadero,
sino en el cielo mismo para
presentarse ahora por
nosotros ante Dios.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por
un mismo Espíritu al Padre.
Para que por dos cosas inmutables,
en las cuales es imposible que Dios
mienta, tengamos un fortísimo
consuelo los que hemos acudido
para asirnos de la esperanza puesta
delante de nosotros. La cual
tenemos como segura y firme ancla
del alma, y que penetra hasta dentro
del velo, donde Jesús entró por
nosotros como precursor, hecho
sumo sacerdote para siempre
según el orden de Melquisedec.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Porque no entró Cristo en
el santuario hecho de
mano, figura del verdadero,
sino en el cielo mismo para
presentarse ahora por
nosotros ante Dios.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por
un mismo Espíritu al Padre.
Para que por dos cosas inmutables,
en las cuales es imposible que Dios
mienta, tengamos un fortísimo
consuelo los que hemos acudido
para asirnos de la esperanza puesta
delante de nosotros. La cual
tenemos como segura y firme ancla
del alma, y que penetra hasta dentro
del velo, donde Jesús entró por
nosotros como precursor, hecho
sumo sacerdote para siempre
según el orden de Melquisedec.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Porque no entró Cristo en
el santuario hecho de
mano, figura del verdadero,
sino en el cielo mismo para
presentarse ahora por
nosotros ante Dios.
Cristo es nuestro intercesor
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales
fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con
mejores sacrificios que estos.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo es nuestro intercesor
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales
fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con
mejores sacrificios que estos.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo es nuestro intercesor
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales
fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con
mejores sacrificios que estos.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo es nuestro intercesor
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales
fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con
mejores sacrificios que estos.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo es nuestro intercesor
Los cuales sirven a lo que es figura
y sombra de las cosas celestiales,
como se le advirtió a Moisés
cuando iba a erigir el tabernáculo,
diciéndole: Mira, haz todas las
cosas conforme al modelo que se
te ha mostrado en el monte.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales
fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con
mejores sacrificios que estos.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo es nuestro intercesor
Los cuales sirven a lo que es figura
y sombra de las cosas celestiales,
como se le advirtió a Moisés
cuando iba a erigir el tabernáculo,
diciéndole: Mira, haz todas las
cosas conforme al modelo que se
te ha mostrado en el monte.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales
fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con
mejores sacrificios que estos.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo es nuestro intercesor
Los cuales sirven a lo que es figura
y sombra de las cosas celestiales,
como se le advirtió a Moisés
cuando iba a erigir el tabernáculo,
diciéndole: Mira, haz todas las
cosas conforme al modelo que se
te ha mostrado en el monte.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales
fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con
mejores sacrificios que estos.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo es nuestro intercesor
Los cuales sirven a lo que es figura
y sombra de las cosas celestiales,
como se le advirtió a Moisés
cuando iba a erigir el tabernáculo,
diciéndole: Mira, haz todas las
cosas conforme al modelo que se
te ha mostrado en el monte.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales
fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con
mejores sacrificios que estos.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo es nuestro intercesor
Pero estando ya presente Cristo,
sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más
perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación,
y no por sangre de machos cabríos
ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre
en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio
inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que
por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales
fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con
mejores sacrificios que estos.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo es nuestro intercesor
Pero estando ya presente Cristo,
sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más
perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación,
y no por sangre de machos cabríos
ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre
en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales
fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con
mejores sacrificios que estos.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo es nuestro intercesor
Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el
santuario será purificado.
Daniel 8:14
Pero estando ya presente Cristo,
sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más
perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación,
y no por sangre de machos cabríos
ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre
en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales
fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con
mejores sacrificios que estos.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo es nuestro intercesor
Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el
santuario será purificado.
Daniel 8:14
Pero estando ya presente Cristo,
sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más
perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación,
y no por sangre de machos cabríos
ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre
en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales
fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con
mejores sacrificios que estos.
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo es nuestro intercesor
Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el
santuario será purificado.
Daniel 8:14
Pero estando ya presente Cristo,
sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más
perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación,
y no por sangre de machos cabríos
ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre
en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo es nuestro intercesor
Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el
santuario será purificado.
Daniel 8:14
Pero estando ya presente Cristo,
sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más
perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación,
y no por sangre de machos cabríos
ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre
en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención.
Diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora
de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la
tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo es nuestro intercesor
Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el
santuario será purificado.
Daniel 8:14
Pero estando ya presente Cristo,
sumo sacerdote de los bienes
venideros, por el más amplio y más
perfecto tabernáculo, no hecho de
manos, es decir, no de esta creación,
y no por sangre de machos cabríos
ni de becerros, sino por su propia
sangre, entró una vez para siempre
en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención.
Diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora
de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la
tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo es nuestro intercesor
Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el
santuario será purificado.
Daniel 8:14
Diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora
de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la
tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
Un río de fuego procedía y salía
de delante de él; millares de
millares le servían, y millones de
millones asistían delante de él;
el Juez se sentó, y los libros
fueron abiertos.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo es nuestro intercesor
Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el
santuario será purificado.
Daniel 8:14
Diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora
de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la
tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
Un río de fuego procedía y salía
de delante de él; millares de
millares le servían, y millones de
millones asistían delante de él;
el Juez se sentó, y los libros
fueron abiertos.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo es nuestro intercesor
Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el
santuario será purificado.
Daniel 8:14
Diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora
de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la
tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
Un río de fuego procedía y salía
de delante de él; millares de
millares le servían, y millones de
millones asistían delante de él;
el Juez se sentó, y los libros
fueron abiertos.
Cristo en el Santuario Celestial
Cristo es el sacrificio supremo
Cristo es el cordero de Dios
Cristo es nuestro sumo sacerdote
Cristo es nuestro intercesor
Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el
santuario será purificado.
Daniel 8:14
Diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora
de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la
tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
Un río de fuego procedía y salía
de delante de él; millares de
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Cristo en el_santuario_celestial_5

  • 1.
  • 2.
  • 3. Si desea una copia de la presentación en PowerPoint visite: www.escuelasabatica 2000.org Si le gusto, apriete me gusta y suscríbase.
  • 4.
  • 5. Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra. Cristo en el Santuario Celestial
  • 6. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo en el Santuario Celestial
  • 7. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo en el Santuario Celestial
  • 8. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo en el Santuario Celestial
  • 9. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo en el Santuario Celestial
  • 10. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo en el Santuario Celestial El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.
  • 11. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo en el Santuario Celestial El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.
  • 12. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo en el Santuario Celestial El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.
  • 13. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo en el Santuario Celestial El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
  • 14. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo en el Santuario Celestial El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
  • 15. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo en el Santuario Celestial El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
  • 16. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo en el Santuario Celestial El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
  • 17. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo en el Santuario Celestial El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
  • 18. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo en el Santuario Celestial El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
  • 19. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo en el Santuario Celestial El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
  • 20. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo en el Santuario Celestial El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
  • 21. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo en el Santuario Celestial El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
  • 22. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo en el Santuario Celestial El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
  • 23. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo en el Santuario Celestial El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén. Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
  • 24. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo en el Santuario Celestial Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
  • 25. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo en el Santuario Celestial Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
  • 26. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo en el Santuario Celestial Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
  • 27. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo en el Santuario Celestial Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne;
  • 28. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo en el Santuario Celestial Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; Cristo es el sacrificio supremo
  • 29. El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Cristo en el Santuario Celestial Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; Cristo es el sacrificio supremo
  • 30. El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Cristo en el Santuario Celestial Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; Cristo es el sacrificio supremo
  • 31. El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Cristo en el Santuario Celestial Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; Cristo es el sacrificio supremo
  • 32. El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Cristo en el Santuario Celestial Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; Cristo es el sacrificio supremo
  • 33. El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Cristo en el Santuario Celestial Que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Cristo es el sacrificio supremo
  • 34. El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Cristo en el Santuario Celestial Que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Cristo es el sacrificio supremo
  • 35. El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Cristo en el Santuario Celestial Que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Cristo es el sacrificio supremo Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.
  • 36. El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Cristo en el Santuario Celestial Que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Cristo es el sacrificio supremo Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.
  • 37. El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Cristo en el Santuario Celestial Que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Cristo es el sacrificio supremo Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.
  • 38. El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Cristo en el Santuario Celestial Que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Cristo es el sacrificio supremo Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.
  • 39. El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Cristo en el Santuario Celestial Que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Cristo es el sacrificio supremo Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero.
  • 40. El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Cristo en el Santuario Celestial Que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Cristo es el sacrificio supremo Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. Cristo es el cordero de Dios El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
  • 41. El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Cristo en el Santuario Celestial Que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Cristo es el sacrificio supremo Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. Cristo es el cordero de Dios El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
  • 42. El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Cristo en el Santuario Celestial Que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Cristo es el sacrificio supremo Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. Cristo es el cordero de Dios El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
  • 43. El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Cristo en el Santuario Celestial Que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Cristo es el sacrificio supremo Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. Cristo es el cordero de Dios El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
  • 44. El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Cristo en el Santuario Celestial Que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. Cristo es el sacrificio supremo Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. Cristo es el cordero de Dios El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.
  • 45. El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. Cristo es el cordero de Dios El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos.
  • 46. El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. Cristo es el cordero de Dios El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos.
  • 47. El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. Cristo es el cordero de Dios El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos.
  • 48. El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. Cristo es el cordero de Dios El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos.
  • 49. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos.
  • 50. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos.
  • 51. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos.
  • 52. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
  • 53. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
  • 54. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
  • 55. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
  • 56. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
  • 57. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Cristo es nuestro sumo sacerdote
  • 58. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Cristo es nuestro sumo sacerdote
  • 59. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Cristo es nuestro sumo sacerdote
  • 60. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Cristo es nuestro sumo sacerdote
  • 61. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Cristo es nuestro sumo sacerdote
  • 62. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos. Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Cristo es nuestro sumo sacerdote
  • 63. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Cristo es nuestro sumo sacerdote
  • 64. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Cristo es nuestro sumo sacerdote
  • 65. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Cristo es nuestro sumo sacerdote
  • 66. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. Cristo es nuestro sumo sacerdote
  • 67. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. Cristo es nuestro sumo sacerdote
  • 68. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. Cristo es nuestro sumo sacerdote
  • 69. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. Cristo es nuestro sumo sacerdote
  • 70. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. Cristo es nuestro sumo sacerdote
  • 71. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. Cristo es nuestro sumo sacerdote
  • 72. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. Cristo es nuestro sumo sacerdote Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios.
  • 73. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. Cristo es nuestro sumo sacerdote Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios.
  • 74. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. Cristo es nuestro sumo sacerdote Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios.
  • 75. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. Cristo es nuestro sumo sacerdote Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios.
  • 76. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. Cristo es nuestro sumo sacerdote Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios. Cristo es nuestro intercesor
  • 77. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. Cristo es nuestro sumo sacerdote Cristo es nuestro intercesor
  • 78. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. Cristo es nuestro sumo sacerdote Cristo es nuestro intercesor
  • 79. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. Cristo es nuestro sumo sacerdote Cristo es nuestro intercesor
  • 80. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. Cristo es nuestro sumo sacerdote Cristo es nuestro intercesor Los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.
  • 81. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. Cristo es nuestro sumo sacerdote Cristo es nuestro intercesor Los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.
  • 82. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. Cristo es nuestro sumo sacerdote Cristo es nuestro intercesor Los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.
  • 83. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. Cristo es nuestro sumo sacerdote Cristo es nuestro intercesor Los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.
  • 84. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. Cristo es nuestro sumo sacerdote Cristo es nuestro intercesor Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
  • 85. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. Cristo es nuestro sumo sacerdote Cristo es nuestro intercesor Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
  • 86. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. Cristo es nuestro sumo sacerdote Cristo es nuestro intercesor Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado. Daniel 8:14 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
  • 87. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. Cristo es nuestro sumo sacerdote Cristo es nuestro intercesor Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado. Daniel 8:14 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
  • 88. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos. Cristo es nuestro sumo sacerdote Cristo es nuestro intercesor Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado. Daniel 8:14 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
  • 89. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Cristo es nuestro sumo sacerdote Cristo es nuestro intercesor Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado. Daniel 8:14 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
  • 90. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Cristo es nuestro sumo sacerdote Cristo es nuestro intercesor Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado. Daniel 8:14 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. Diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
  • 91. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Cristo es nuestro sumo sacerdote Cristo es nuestro intercesor Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado. Daniel 8:14 Diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas. Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos.
  • 92. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Cristo es nuestro sumo sacerdote Cristo es nuestro intercesor Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado. Daniel 8:14 Diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas. Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos.
  • 93. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Cristo es nuestro sumo sacerdote Cristo es nuestro intercesor Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado. Daniel 8:14 Diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas. Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos.
  • 94. Cristo en el Santuario Celestial Cristo es el sacrificio supremo Cristo es el cordero de Dios Cristo es nuestro sumo sacerdote Cristo es nuestro intercesor Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado. Daniel 8:14 Diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas. Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos.