El poema habla sobre el disfrute de momentos robados de alegría y amor, a pesar del dolor y la indiferencia del pasado. La persona que escribió el poema elige vivir en el presente, sin desear fantasías u otros escapes de la realidad. El poema termina sugiriendo que cien minutos de intimidad pueden despertar a alguien de un sueño y hacerle enfrentar la muerte.