Muy amados hermanos y hermanas, lectores y estudiantes del Libro de Urantia, los saludo afectuosamente. En esta ocasión vamos a compartir con ustedes algunas realidades relativas a nuestra mente humana, que los Reveladores celestiales y Cristo Miguel han hecho constar amorosamente a lo largo de los capítulos o documentos de esta revelación actual de la Verdad. Con el deseo de que la luz de estas realidades ilumine nuestra conciencia para acercarnos más íntimamente al Padre divino y quede en nuestro corazón, cooperando mayormente con la presencia espiritual del Padre Universal que es nuestro muy amado Ajustador del Pensamiento que mora en nosotros y que con mucha paciencia y amor siempre nos espera.
La mente humana: Sus realidades y alcances según el Libro de Urantia
1. 1
DE: JAIME DÍAZ PAGE -MEXICO-
ABRIL 2015
ESCRITO 113
REALIDADES Y ALCANCES DE LA MENTE
HUMANA
Muy amados hermanos y hermanas, lectores y estudiantes del Libro de Urantia, los
saludo afectuosamente. En esta ocasión vamos a compartir con ustedes algunas realidades
relativas a nuestra mente humana, que los Reveladores celestiales y Cristo Miguel han
hecho constar amorosamente a lo largo de los capítulos o documentos de esta revelación
actual de la Verdad. Con el deseo de que la luz de estas realidades ilumine nuestra
conciencia para acercarnos más íntimamente al Padre divino y quede en nuestro corazón,
cooperando mayormente con la presencia espiritual del Padre Universal que es nuestro
muy amado Ajustador del Pensamiento que mora en nosotros y que con mucha paciencia
y amor siempre nos espera.
PREÁMBULO
En primer lugar deseo que tengamos en mente estas siete declaraciones:
1 De un Consejero Divino de Uversa: “El hombre está espiritualmente habitado por
un Ajustador del Pensamiento para la sobrevivencia. Si la mente de un hombre está
sincera y espiritualmente motivada, si tal alma humana desea conocer a Dios y hacerse
como él, si honestamente desea hacer la voluntad del Padre, no existe influencia negativa
humana ni fuerza positiva de posible interferencia que impida la segura ascensión de
dicha alma divinamente motivada, hasta los portales del Paraíso”. 63:5.
2 Continúa el Consejero Divino de Uversa: “El Padre desea que todas sus criaturas
estén en comunión personal con Él. ...Dios es accesible, el Padre es alcanzable, el camino
está abierto, las fuerzas del amor divino y los medios de la administración divina se
entrelazan en un esfuerzo para facilitar el avance de todas las inteligencias merecedoras
de cada universo hasta la presencia del Padre Universal en el Paraíso”. 63:6.
3 Dice Cristo Miguel-Jesús: “Toda alma que entre al camino eterno por los 'medios
que yo he creado y ordenado', podrá salvarse, y será capaz de continuar hasta alcanzar
las pasturas eternas del Paraíso”. 1819:3.
4 La siguiente afirmación fue tomada por Jesús y Ganid de las declaraciones de la
literatura budista, influída por las enseñanzas de los misioneros Melquidesek: “Los que
están seguros de la salvación, están liberados para siempre de la lujuria, la envidia, el odio
y las ilusiones de las riquezas. Aunque la fe es la energía de una vida mejor, sin embargo
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tenéis que conseguir vuestra propia salvación con perseverancia. Si queréis estar seguros
de vuestra salvación final, aseguraos sinceramente de cumplir con la rectitud”. 1447:1.
5 Dice un Mensajero Poderoso: “En un mundo material pensáis que el cuerpo tiene
espíritu, pero nosotros consideramos que el espíritu tiene cuerpo. Los ojos materiales son
verdaderamente las ventanas del alma nacida del espíritu. El espíritu es el arquitecto, la
mente es el constructor, el cuerpo es el edificio material” 484:1.
6 Dice Cristo Miguel-Jesús: “La voluntad es la manifestación de la mente que
permite al hombre expresarse de una manera objetiva y experimentar el fenómeno de
aspirar a ser semejante a Dios. En este mismo sentido todo ser humano reflexivo y
animado espiritualmente puede volverse creativo”. 1431:5.
7 Dice un Hijo Vorondadek ubicado en Urantia como observador: “La adoración
es el distintivo para la candidatura a la ascensión espiritual”. 402:8.
Ahora continuamos con las realidades de la mente humana:
Nuestras mentes se originan o provienen de la Mente Cósmica. Los Siete Espíritus
Maestros son el poder físico personalizado de la Mente Cósmica, ellos son el potencial
intelectual del gran universo. La mente en nosotros es un circuito individualizado, una
porción de la mente cósmica otorgada por nuestra Ministra divina del universo local de
Nebadón, mediante la acción y presencia de los Siete Espíritus Ayudantes de la mente.
Nuestras mentes son de origen divino y tienen un destino divino, pero nuestras mentes
humanas aún no han alcanzado la dignidad divina. Debemos trabajar para obtenerla.
103:2,4; 670:1; 189:2; 191:4.
Los Siete Espíritus Maestros dominan las reacciones básicas de las mentes de las
criaturas, porque ellos son la fuente de los potenciales intelectuales y espirituales. 191:5.
La mente es el mecanismo de nuestro organismo humano que nos permite pensar,
percibir y sentir. Nuestra mente asociada con la vida emocional, puede alcanzar hacia
arriba y hacia dentro el nivel del Espíritu mediante la adoración a Dios y la sabiduría.
8:8.
La Mente Cósmica ha otorgado a nuestras mentes una 'cualidad', una dotación
cósmica universal llamada: “sensibilidad de respuesta a la realidad” y esta sensibilidad de
la mente cósmica a la realidad responde a ciertos niveles de la realidad universal. 191:7.
La mente cósmica responde infaliblemente en tres niveles de la realidad universal,
porque reconoce la respuesta. Estas respuestas son evidentes por sí mismas para las
mentes que razonan con claridad y que piensan profundamente. Estos niveles de la
realidad universal son:
3. 3
1.- LA CAUSALIDAD: el campo de la realidad de los sentidos físicos, el campo
científico, el discernimiento matemático.
2.- EL DEBER: el campo de la realidad de la moral, el campo de la razón.
3.- LAADORACIÓN: el campo de la realidad espiritual de la experiencia religiosa,
el reconocimiento de los valores espirituales, la seguridad de la sobrevivencia. 192: 1,2,3,4.
Estas tres respuestas, intuiciones o discernimientos científicos, morales y
espirituales son inherentes o propias de la Mente Cósmica. La experiencia del vivir
desarrolla estas tres intuiciones o respuestas cósmicas, que constituyen la “autoconciencia
del pensamiento reflexivo”; pero pocas personas en Urantia se deleitan en cultivar estas
cualidades del pensamiento cósmico valeroso e independiente. 192:5.
En las dotaciones de mente a los universos locales, estas tres respuestas o
discernimientos de la mente cósmica constituyen las suposiciones a priori que nos
permiten funcionar como personalidades racionales y autoconscientes en los campos de
la ciencia, la filosofía y la religión; dicho de otra manera, nuestra mente humana reconoce
la realidad de estas tres manifestaciones de la realidad universal mediante la técnica
cósmica de autorrevelación. De esta manera la materia y la energía se reconocen por la
lógica matemática de los sentidos; la ciencia se vuelve el ámbito del pensamiento de las
matemáticas de la energía y la materia en el tiempo y en el espacio; la razón de la mente
conoce de manera intuitiva su deber moral; y la fe en el espíritu, la adoración: es la
religión de la realidad de la experiencia espiritual, la adoración a la divinidad: Este es el
discernimiento más elevado que nuestra mente humana puede hacer. 192:6; 1139:4.
Estas tres respuestas o intuiciones del pensamiento reflexivo, pueden unificarse y
coordinarse durante el desarrollo de nuestra personalidad humana, o pueden volverse
desproporcionadas y desconectadas entre ellas. Pero si se unifican, producen un carácter
fuerte que correlaciona una ciencia basada en hechos, una filosofía moral y una
experiencia religiosa auténtica con la divinidad. Estas intuiciones o discernimientos
cósmicos dan validez y realidad a nuestra experiencia humana en y con las cosas, los
significados y los valores. El propósito de estas enseñanzas es que desarrollemos y
afinemos los dones innatos que posee nuestra mente humana. 192:1,2,3,4,5,6; 192:7.
A medida que nuestra mente se hace más espiritual, y se asemeja cada vez más a
Dios, responde menos a la gravedad material, es menos sensible a la atracción del mundo
material. 140:1.
La mente inicia su carrera de ascensión al Paraíso como un mecanismo material e
ingresa al cuerpo de finalistas como una existencia espiritual casi perfecta, cada vez
menos sujeta a la gravedad material y cada vez más sensible a la atracción hacia adentro
de la gravedad espiritual del Hijo Eterno. 84:2.
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Por medio de la técnica de la mente, las realidades espirituales se hacen
experienciales para nuestra personalidad humana, es decir, podemos experimentar las
realidades del espíritu y todo aquello que el espíritu del Padre desea que sintamos y
conozcamos para el crecimiento espiritual de nuestra alma. 140:4.
Todos los seres humanos poseemos un núcleo espiritual divino. Nuestra mente es un
sistema de energía personal que existe alrededor de nuestro núcleo espiritual y funciona
en un ambiente material. Esta relación viva de nuestra mente personal y el espíritu,
constituye el potencial universal para que nuestra personalidad viva eternamente. Los
problemas serios, las desilusiones duraderas, las derrotas graves o la muerte ineludible,
ocurren después de que “nuestros conceptos personales” se han atrevido a desplazar
plenamente el poder dominante de nuestro núcleo espiritual central, interrumpiendo para
siempre el plan cósmico para la identidad de nuestra personalidad. 142:1.
Nuestra mente es el telar cósmico que lleva el tejido morontial sobre el cual nuestro
Ajustador teje los diseños espirituales de carácter universal, de valor duradero y de
significado divino, esto es el alma sobreviviente cuyo destino es el Paraíso, un finalista
potencial, en una carrera sin final. El enlace de nuestra mente con el espíritu produce un
“nuevo valor universal” con potencial para vivir eternamente; este nuevo valor es el alma.
El logro del Paraíso depende de las acertadas decisiones espirituales que tome nuestra
personalidad humana durante nuestra vida. Conviene que recordemos que no existe la
reencarnación, sólo vivimos una vez en Urantia. 1217:6; 1218:1.
Nuestra mente humana es la más baja de todas en el universo. Nuestra mente
evolutiva en sí misma no es conocedora de Dios; la mente es buscadora de Dios. 482:7.
La habilidad de la mente humana que concibe, diseña y crea mecanismos
automáticos, muestra sus cualidades creativas, superiores, decididas e intencionales. La
mente siempre es creativa y siempre está buscando:
1 Crear mecanismos materiales.
2 Descubrir misterios ocultos.
3 Explorar situaciones remotas.
4 Formular sistemas mentales.
5 Lograr metas de sabiduría.
6 Alcanzar niveles espirituales.
7 Lograr los destinos divinos: supremo, último y absoluto. 483: 1 a 9.
La mente es el mecanismo que intercomunica y asocia lo material con lo espiritual,
lo finito con lo infinito. Si nos cuesta comprender que el Padre Universal mora en nuestra
mente, entonces realicemos nuestra propia experiencia interior, en que nuestra alma
contemple la presencia de la chispa divina, para encontrar a Dios y comulgar con ÉL
(Adoración). 1110:11; 62:1.
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Nuestra mente humana y personal no puede poseer valores de sobrevivencia a
menos que logre identificarse con el espíritu divino residente. La mente es una dotación
de la divinidad, pero no puede alcanzar la inmortalidad si funciona sin discernimiento
espiritual y sin la habilidad de adorar a Dios y de anhelar la sobrevivencia. 403:5.
Dios Padre nos ha dado la mente, y ella está sujeta a nuestra libertad de elección.
Según usemos nuestra mente durante la vida, podremos alcanzar la sobrevivencia,
asemejándonos a Dios Padre, o destruirnos a nosotros mismos, perdiendo nuestra
existencia para siempre, entonces la conciencia que hoy tenemos se perderá por toda
eternidad y no volveremos a aparecer conscientemente en ningún mundo del universo de
Nebadón. Según las elecciones de nuestra mente, nuestra alma reflejará riqueza o pobreza
espiritual durante nuestra vida humana. Si elegimos asociarnos con nuestro espíritu
divino, le buscamos y le adoramos con sinceridad buscando la perfección y la rectitud de
Dios Padre, SOBREVIVIREMOS A LA MUERTE FÍSICA DEL CUERPO y
continuaremos VIVOS, existiendo en el universo y alcanzando a Dios Padre en el Paraíso.
1216:4,5.
La mente que hoy tenemos nos ha sido prestada para nuestro uso personal, es un
sistema temporal de intelecto por medio del cual, según el uso que le demos, aceptaremos
o rechazaremos la VIDA ETERNA. 1216:6. Al cumplir con los requerimientos del
Evangelio del Reino, mediante un esfuerzo amoroso para con nuestro Padre, salvaremos
nuestra alma de la extinción. Es importante que, durante nuestra vida humana en pos de
la salvación, procuremos que nuestra alma evolutiva reciba en unidad con Dios los valores
eternos y divinos para la sobrevivencia; si al final de nuestra existencia humana estos
valores divinos de sobrevivencia no estuvieran presentes en el alma, entonces nuestra
vida no habrá tenido ningún significado, nuestra vida habrá sido una ilusión trágica.
1219:6. En cambio, si nuestra alma recibe en su seno los valores divinos de la verdad, la
belleza y la bondad del Padre divino, que indican la comunión con la conciencia de Dios,
se salvará eternamente. El camino para la salvación del alma por la fe está perfectamente
delineado en el Evangelio del Reino de Jesús. En verdad no hay otro camino, en él
encontramos la verdad, la sabiduría y la técnica espiritual para la autorrealización de
nuestra alma y la iluminación de la mente. Se requiere verdaderamente de un esfuerzo
espiritual, de un trabajo espiritual real con Dios mediante la constancia. Debiéramos
hacer a un lado la pereza, la duda y la incredulidad si deseamos el mejor futuro para
nuestra personalidad. Al vivir nuestra vida humana, demos a la materia lo que
corresponde a la materia y demos a Dios lo que es de Dios. Sabiendo y aceptando que
todos somos hijos de Dios, demos siempre a Dios Padre el primer lugar ante cualquier
alternativa potencial.
Los seres humanos que no desean escuchar a los Dioses que les hablan mediante las
leyes del espíritu, la mente y la materia, realizan un acto de desprecio deliberado y
consciente que impide que las elevadas personalidades espirituales escuchen las peticiones
personales de los seres humanos desobedientes que rechazan la ley del Padre. Palabras del
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profeta Zacarías: “Pero se negaron a escuchar, se volvieron de espaldas y se taparon los
oídos para no escuchar”. Jesús dijo: Si alguien desvía su oído para no escuchar la ley
divina, incluso su oración será una abominación. 1638:3.
Ni el amor infinito de Dios puede imponer la salvación de la sobrevivencia eterna a
los seres humanos que no escojan sobrevivir. 1638:5.
La revelación nos dice que la mente humana puede distorsionarse, torcerse,
volverse malvada y fea por las maquinaciones pecaminosas de la voluntad humana
perversa y egoísta. Igualmente, la mente puede volverse noble, bella, verdadera y buena,
realmente grande, de acuerdo a la voluntad iluminada por el espíritu, de un ser humano
que conoce a Dios. Nuestra alma no se mancha, ella es la receptora de las cualidades
divinas del espíritu, que la ennoblecen y la elevan hacia Dios. 1217:1.
La valentía humana es la forma más baja de valor. La valentía mental es un tipo
más elevado de valor humano; pero la valentía más elevada y suprema de todas, es la
lealtad absoluta a las convicciones esclarecidas de las realidades espirituales profundas.
Tal valentía constituye el heroísmo del hombre que ha llegado a conocer a Dios. (Jesús)
1608:4.
Como nuestra mente no es totalmente material, puede alcanzar mediante el camino
interior, los ámbitos de valores de la divinidad que reside en nosotros. Nuestra mente
puede alcanzar elevados niveles de discernimiento espiritual, porque como ya sabemos, el
núcleo espiritual divino, el Ajustador, vive en ella. 2094:5.
Nuestra mente no es capaz de crear valores espirituales verdaderos, pues éstos son
donados por Dios a nuestra alma cuando le buscamos mediante el camino indicado por
Cristo Miguel. Ahora, en cuanto al reconocimiento de los valores morales y el
discernimiento de los significados espirituales, lo único que nuestra mente puede hacer es
descubrirlos, reconocerlos, interpretarlos y elegirlos. Todo esto gracias a la Mente
Cósmica unida al Ajustador del Pensamiento y al Espíritu de la Verdad; sin ellos nada
podríamos hacer para progresar y avanzar espiritualmente en el universo. 2094:9;
2094:15.
Los significados y los valores espirituales no se encuentran en el mundo material o
sensorial. Los significados y los valores podemos 'percibirlos' únicamente en los niveles
más interiores o supramateriales de nuestra experiencia espiritual religiosa, cuando
nuestra mente y alma comulgan con Dios, cuando de todo corazón y con devoción
adoramos al Padre divino que en nosotros mora. 1220:1.
Sólo en los niveles más elevados de la supraconciencia, cuando nos internamos en el
ámbito espiritual de la experiencia religiosa personal, podemos encontrar los elevados
significados y valores que transforman nuestra mente y conciencia, brindándonos una
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civilización mejor y más duradera. Nuestra personalidad es creativa, pero sólo funciona
creativamente en nuestra VIDA INTERIOR ESPIRITUAL, ILUMINADA POR DIOS
PADRE. 1220:2,4.
Es posible que algunas veces se ilumine nuestra mente y que escuchemos la voz
divina que continuamente habla dentro de nosotros, con el propósito de que nos volvamos
parcialmente conscientes de la sabiduría, la verdad, la belleza y la bondad de la
'personalidad potencial' que está residiendo en nosotros, el Ajustador divino. 1199:3.
El Ajustador divino no se ocupa tanto de nuestros asuntos temporales, sino más
bien, en cada día ensaya en nuestra mente humana evolutiva, las realidades de nuestra
carrera futura en el universo. 1195:1.
El Espíritu del Señor ha descendido para morar en nuestros corazones buscando
transformar nuestras mentes, para conducir nuestras almas hasta la presencia del Padre
Universal en el Paraíso. 1475:1.
Hay un maravilloso plan en la mente de Dios, el cual nos involucra a todos; y este
plan es un propósito eterno de oportunidades ilimitadas, de progreso sin límites y vida sin
fin. ¡Y los tesoros infinitos de tan incomparable carrera espiritual serán nuestros tan solo
con esforzarnos, practicando la amistad real con Dios! 365:3; 1766:5.
La presencia del Ajustador en nuestra mente hace imposible que la ciencia y la
filosofía alcancen a comprender satisfactoriamente el alma humana evolutiva. Nuestra
alma es hija del universo y la podemos conocer realmente mediante el discernimiento
cósmico y el descubrimiento espiritual que realice nuestra personalidad humana. 1215:1.
La mente es la tierra en la cual el Ajustador hace surgir nuestra alma morontial,
con la cooperación y determinación voluntaria de nuestra personalidad. 1216:2.
El Ajustador no reside en nuestro cerebro, reside en nuestra mente. El Ajustador es
un manipulador sabio y experto del potencial espiritual de nuestra mente humana, que
nos guía con toda seguridad hacia dentro y hacia arriba, hacia el Paraíso eterno.
Indirectamente y sin reconocimiento, el Ajustador se comunica constantemente con
nosotros, especialmente en las sublimes experiencias del contacto adorador de nuestra
mente con el espíritu en la supraconciencia. 1203:3,4.
La mente es la dote del Espíritu Infinito, por lo tanto su concesión es universal y su
potencial es infinito. El canal de la mente es necesario para que las realidades materiales
y las realidades espirituales del universo se comuniquen entre sí. Mediante la acción o el
ministerio de la mente, podemos concebir y comprender a nuestro espíritu interior. 638:6.
La mente es una realidad material y el Espíritu interior es una realidad espiritual.
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Nuestro Padre Universal mora en el Paraíso eterno, pero también está presente en
las mentes de sus hijos evolutivos y temporales, reside en nuestra mente como un Monitor
Misterioso o Ajustador del Pensamiento. Los Ajustadores son el amor del Padre divino
morando en nuestras mentes y almas. Los fragmentos divinos que viven en nuestras
mentes son la seguridad absoluta de que nosotros, si verdaderamente lo deseamos y nos
esforzamos, podemos encontrar al Padre Universal asociándonos, durante nuestra vida
humana, con su presencia espiritual, el Ajustador del Pensamiento que mora en nosotros.
1176: 1,2,3.
El Ajustador divino crea, dentro de nosotros, el insaciable anhelo de buscar a Dios
y de ser como el ES, para alcanzar al Padre Universal en el Paraíso. 1176:5. Esto sucede si
realmente deseamos conocer, amar y servir a Dios, si deseamos vivir de acuerdo con su
rectitud divina, realizando una verdadera unión con Él, para que más tarde nos
fusionemos con su divina presencia inmortal que reside en nosotros.
Nuestra mente, sin la intervención del Espíritu, no puede sobrevivir después de la
existencia física. La sobrevivencia de la mente depende de que haya sido espiritualizada
por el Ajustador: del nacimiento y evolución del alma. Por eso es importante que
efectuemos la transformación espiritual de nuestra mente material con la ayuda del
Ajustador del Pensamiento y el Espíritu de la Verdad. 565:1.
Cristo Miguel-Jesús nos enseña que la religión del espíritu, en la que buscamos a
Dios mediante la experiencia espiritual religiosa, es una revelación progresiva de las
realidades espirituales a nuestra alma, realidades que nuestra mente por sí misma nunca
podría descubrir o desentrañar por completo. Nuestros esfuerzos intelectuales pueden
revelarnos los hechos de la vida, pero el Evangelio del Reino de Jesús nos expone las
verdades del ser. 1641:3.
La finalidad de la religión de Cristo Jesús consiste en asegurar nuestro progreso
espiritual, cumpliendo con los requerimientos que señala su Evangelio del Reino. No
podemos tener paz en nuestro corazón ni progreso en nuestra mente, a menos que nos
enamoremos de todo corazón de la VERDAD DIVINA y de los IDEALES DE LAS
REALIDADES ETERNAS del universo. 1745:1.
La verdadera religión se origina en nuestra conciencia moral, al aumentar nuestro
discernimiento espiritual por la acción del Ajustador que revela a Dios en nuestra mente
hambrienta de lo divino. 1105:2.
Nosotros, todos los que creemos en Jesús y en su Evangelio divino, debemos
aprender en cada día a apartarnos por un tiempo de los agobios de la vida, de las
actividades del trabajo, del hogar etc., para que, en un lugar privado donde nadie nos
interrumpa, vivifiquemos nuestra alma, inspiremos nuestra mente y renovemos nuestro
ánimo espiritual y humano mediante la comunión espiritual con Dios en la adoración, la
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meditación espiritual en la cual nuestra mente pone su atención en Dios con devoción,
amor y fe. 1739:7.
Jesús enseñó a sus seguidores, y a nosotros también, que después de haber hecho
nuestras oraciones, deberíamos permanecer por un tiempo en un estado de receptividad
silenciosa (ausencia de pensamientos) para proporcionar a nuestro Ajustador interior la
mejor oportunidad de hablar a nuestra alma que escucha. El espíritu del Padre nos habla
mejor cuando nuestra mente se encuentra en una actitud de verdadera adoración.
Adoramos a Dios con la ayuda del Ajustador del Pensamiento y por la iluminación de la
mente a través del ministerio del Espíritu de la Verdad. Jesús nos enseña que la adoración
nos hace cada vez más semejantes al ser que estamos adorando; o sea que nos asemeja a
Dios, porque es a Él a quien adoramos. La adoración es una experiencia espiritual
interior que transforma progresivamente al adorador, y de esta manera el adorador (lo
finito) se aproxima gradualmente a Dios (lo Infinito) y finalmente lo alcanza. 1641:1.
La seguridad que provee la religión, mediante la experiencia con Dios, trasciende
con mucho los razonamientos de nuestra mente humana. La sensación de seguridad
religiosa es mucho más que un sentimiento emotivo. La guía del Espíritu es distinta del
impulso moral de nuestra conciencia humana. La religión experiencial es fe, confianza y
seguridad, porque sus actores son: Dios, el alma y la mente. 1104:3.
Podemos tener la manifestación o expresión del Ajustador mediante el mecanismo
natural y ordenado de nuestra mente; esta es la razón por la cual el Ajustador tiene
dificultades para comunicarse directamente con nuestra mente, porque ella carece de
espiritualidad. Un Melquisedek de Nebadón y un Mensajero Solitario de Orvonton nos
instan a desarrollar y disciplinar espiritualmente nuestra mente; y la mejor manera de
hacerlo es mediante el camino de la adoración perseverante, la comunión con el Ajustador
divino, en la cual él iluminará y ordenará progresivamente nuestra mente humana, con
nuestra cooperación decidida. Así, nos convertiremos en verdaderos pensadores,
facilitando el enlace favorable de comunicación entre el Ajustador y nuestra mente
humana. Esta actividad es básica para la alimentación y crecimiento de nuestra alma.
1104:5; 1213:1.
La mente que puede verdaderamente discernir y escuchar a Dios, al Ajustador del
Pensamiento, es la mente pura, la mente limpia, la mente impregnada de santidad. Los
reveladores nos enseñan algo muy importante: la religión del espíritu debe trabajar bajo
una necesidad paradójica, como por ejemplo, la necesidad de hacer uso efectivo del
pensamiento para su comprensión y discernimiento, asi como tambien durante la
oración; y por otro lado, la necesidad de descartar la utilidad espiritual de todo
pensamiento durante la adoración a Dios o receptividad silenciosa, en la cual nada
pedimos a Dios y nada esperamos recibir. Aprendamos a cultivar la presencia de Dios
(adoración) con devoción, amor y fe en Dios. Así, él se revelará en nuestra alma,
iluminando cada vez más nuestra mente. Este es el camino para la autorrealización
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espiritual de nuestra personalidad. 1104:6;1641:1 1121:3.
Nuestra experiencia religiosa, es el resultado de la impresión que el Ajustador y el
Espíritu de la Verdad producen en nuestra mente; pues ambos espíritus funcionan a
través de nuestras ideas, ideales, discernimientos y luchas espirituales de fe. La religión
prospera por la fe y el discernimiento interior, no por la vista y los sentimientos. 1104:6;
1105:1.
La experiencia religiosa más elevada no depende de actos previos de creencia, de
tradición o de autoridad, tampoco depende de sentimientos sublimes y de emociones
místicas; es en realidad una experiencia profunda y real de comunión espiritual que
experimentamos con los espíritus que residen dentro y junto a nuestra mente humana. Es
la experiencia en que experimentamos la realidad de creer en Dios, una experiencia de fe
puramente personal. 1105:1. El Ajustador reside en nuestra mente y el Espíritu de la
Verdad está junto a nosotros, está en suspenso en el mundo para enseñar la Verdad divina
al buscador sincero.
Jesús nos enseña que nunca podremos comprender o conocer a DIOS en nosotros
mediante la simple enseñanza de la mente, la enseñanza intelectual, sino mediante las
REALIDADES DE LA EXPERIENCIA CON DIOS, LA EXPERIENCIA RELIGIOSA
ESPIRITUAL PERSONAL EN LOS NIVELES DIVINOS DE LA SUPRACONCIENCIA
HUMANA, más allá de nuestro estado de conciencia cotidiano. Es por esta razón que los
reveladores y Cristo Miguel nos enfatizan la real necesidad de practicar LA ORACIÓN-
ADORACIÓN A DIOS, pues esta técnica descubierta, realizada, y donada por Jesús a
nosotros, nos provee el alcance de los niveles divinos y la comunión real con nuestro
espíritu interior, el Ajustador divino. Debemos tener fe en la realidad de estas verdades y
ejercitarlas. No debiéramos conformarnos con las loables lecturas religiosas y nuestros
buenos deseos de progresar espiritualmente, pues estas actividades integran la llamada
religión de la mente, en la que la presencia de Dios no participa directamente. Dios
participa directamente en la religión del espíritu, en la cual nuestra mente, alma y
personalidad ponen su atención en Dios, mediante la adoración, alcanzando así los
niveles superiores de la realidad espiritual, donde Dios Padre alimenta nuestra alma, la
ennoblece y la hace crecer, iluminando nuestra mente dotándola de verdadero
discernimiento espiritual de la realidad divina. Amados hermanos, decimos estas palabras
con todo respeto a su persona y a su fe, con el deseo de ayudarnos a comprender la verdad
revelada y facilitarnos el camino de ascensión espiritual.
Únicamente las personas que se entregan a la guía del espíritu y son alimentadas
por su Ajustador divino, logran sobrevivir la existencia humana espacio-temporal como
hijos inmortales del mundo espiritual eterno, del Supremo, el Último y el Absoluto: EL
INFINITO. 484:3.
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Mediante el consentimiento de nuestra voluntad, el Ajustador tiene el poder de
someter las tendencias de nuestra mente a las acciones transformadoras de las
motivaciones y propósitos de nuestra alma que surge, que se está formando
progresivamente como el vehículo morontial para nuestra personalidad. 1191:5.
La misión del Ajustador consiste en elevar espiritualmente nuestra mente y
conducir nuestra alma a las alturas divinas y a los niveles espirituales de la perfección del
Paraíso. 1185:1.
Debemos saber que el Ajustador divino está trabajando con nuestra mente para
construir, mediante ajustes y espiritualización, una nueva mente para los nuevos mundos.
Su tarea corresponde a nuestra vida futura, no tanto a esta vida. 1191:6.
Después que el Ajustador se separa de nosotros en la muerte física, las
transcripciones de nuestra mente humana y los patrones de nuestra memoria tal como
fueron transformados desde el nivel material al nivel espiritual, quedan como posesión
individual del Ajustador. Estos factores espiritualizados de nuestra mente, memoria y
personalidad, son por siempre parte del Ajustador. 533:1.
Todo lo que en nuestra vida mental es valioso y que tiene valor de sobrevivencia, es
duplicado por el Ajustador y queda retenido como parte de la memoria personal durante
toda nuestra carrera de ascensión. En la medida que pasamos de un mundo a otro, iremos
tomando conciencia de nuestras valiosas experiencias. 535:1.
Los Ajustadores trabajan en los niveles más altos de nuestra mente y buscan
producir duplicados morontiales de cada uno de nuestros valiosos conceptos intelectuales.
El Ajustador no intenta controlar nuestro pensamiento, sino más bien intenta
espiritualizarlo para hacerlo eterno. El Ajustador se dedica a mejorar, ajustar, modificar
y coordinar nuestros procesos de pensamiento, pero más especialmente trabaja para
construir contrapartes espirituales, las transcripciones morontiales de nuestro verdadero
yo en avance, para fines de la sobrevivencia. 1205:1,2.
Durante nuestro sueño, el Ajustador intenta obtener aquello que mediante nuestra
voluntad aprobamos mediante las decisiones y elecciones que realizamos durante el día,
en plena conciencia despierta y que se alojó en los altos niveles de nuestra mente, la
supramente, el campo de enlace de la interrelación de lo humano y lo divino. 1208:2.
Durante nuestra vida, la voluntad humana, el poder de decisión y elección de
nuestra personalidad reside en los circuitos de la mente material. 1219:1.
Los valores divinos los percibimos en los niveles supramateriales de la experiencia
religiosa; estos valores se sienten, son sentidos por el alma. El alma es la creación conjunta
de nuestra mente y nuestro espíritu, y es el espíritu el que da realidad a nuestra alma.
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Cuando nuestra alma se satura de la verdad, la belleza y la bondad, que son los valores
que indican el logro de la conciencia de Dios, nuestra alma se vuelve indestructible. Si al
final de nuestra vida humana nuestra alma no posee valores de sobrevivencia, entonces
nuestra existencia no tiene ningún significado, y nuestra vida es una ilusión trágica.
Alimentemos nuestra alma de la mano de Dios, y recibamos de Él los valores supremos de
sobrevivencia en nuestra alma, mediante la fe, el amor y la perseverancia. 1219:5,6.
La verdad revelada por Dios, la que descubrimos en nuestra experiencia religiosa,
es el deleite supremo de nuestra alma. El alma es la creación conjunta de nuestra mente
humana y del Ajustador interior. La salvación eterna de nuestra alma que discierne la
verdad y que ama la belleza, está asegurada por la sed de bondad que nos conduce a
hacer la voluntad del Padre, a encontrar a Dios y a volvernos como Él. 1459:4. Jesús.
En la búsqueda de Dios y la experiencia religiosa, el ejercicio perseverante de la fe
produce la liberación de las actividades suprahumanas de la chispa divina que vive en
nuestra mente humana; de esta manera nuestra alma acopia poder y riqueza espiritual
duraderas. 1459:6. Jesús.
La presencia del espíritu de Dios en nuestra mente es la promesa de la revelación y
la garantía de la fe de que tendremos una existencia eterna de progreso divino, debido al
esfuerzo o intento de identificarnos con nuestra chispa divina interior, la presencia del
Padre Universal. 1460:2. Jesús.
La fe es el único requisito para entrar al reino de Dios. La fe en Dios, en Cristo, en
las enseñanzas de su Evangelio, tiene un gran poder espiritual pues produce un cambio en
nuestra mente humana, este cambio es el nuevo nacimiento que nos ingresa de inmediato
al reino cuando nos volvemos divinamente conscientes de Dios. La fe viva es la puerta
abierta para que entremos en el amor presente, perfecto y eterno de Dios. 1545:9. Jesús.
Las enseñanzas de Cristo Miguel nos ayudan a confortar nuestra mente, a liberar el
espíritu y a salvar nuestra alma. 1576:6. Jesús.
La ira nos indica la medida en que nuestra naturaleza espiritual no ha podido
obtener control sobre nuestra mente y cuerpo. La ira indica nuestra falta de amor
fraternal tolerante, más la falta de dignidad y auto control. La ira merma nuestra salud,
envilece nuestra mente y limita la guía de nuestro espíritu Ajustador para el alma.
1673:2. Jesús.
Debemos asegurarnos que los cimientos intelectuales y morales de nuestro carácter
sean tan sólidos que puedan soportar la superestructura de nuestra alma que crece y se
ennoblece, alma que transformará nuestra mente para que después, en asociación con la
mente recreada, consigamos el desarrollo espiritual del alma de destino inmortal. 1738:1.
Jesús.
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No debemos cometer el error de estimar el valor de nuestra alma debido a las
imperfecciones de nuestra mente o los apetitos del cuerpo. No debemos juzgar el alma ni
evaluar su destino debido a sucesos humanos desafortunados. Nuestro destino espiritual
está condicionado por nuestros anhelos y propósitos espirituales. 1739:4. Jesús.
El Gran Mandamiento: Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu
alma, con toda tu mente y con toda tu fuerza; y a tu prójimo como a ti mismo. 1809:3.
Jesús.
Muchas personas escuchan la verdad y la creen superficialmente con su mente,
pero pocas permiten que la verdad se anide en su corazón produciendo raíces espirituales
vivas. Estas personas conocen el evangelio en su mente, pero no lo han experimentado en
su corazón. 1927:3. Jesús.
Debemos trabajar para persuadir las mentes de nuestros hermanos, pero no
debemos atrevernos a obligarlos o forzarlos. Todo aquello que deseemos que los hombres
nos hagan a nosotros, hagámoslo nosotros a ellos. 1931:3. Jesús.
La Verdad divina es una realidad viva que discierne nuestra alma. Y esta Verdad
sólo existe en los niveles espirituales superiores de la comprensión de la divinidad y de la
conciencia de la comunión con Dios. Podemos conocer y vivir la verdad, podemos
experimentar el crecimiento de la verdad en nuestra alma y disfrutar de la libertad de su
esclarecimiento (iluminación) en la mente; pero no podemos ni debemos aprisionar la
Verdad divina en fórmulas, códigos, credos, o modelos intelectuales de conducta humana.
Siempre que intentemos formular la Verdad divina de manera humana, ella morirá
rápidamente. La Verdad divina es eterna, está viva y es dinámica, y solo puede tener una
existencia experiencial en nuestra mente humana. La Verdad divina es un valor de la
realidad espiritual (Dios), no es un valor de la realidad material. 1949:4,5. Jesús.
Podemos apropiarnos de manera personal las cualidades de la divinidad mediante
la experiencia real de vivir divinamente, porque vivir divinamente significa: vivir
realmente la voluntad de Dios. 1174:7. Comprendamos que estas palabras nos están
indicando que debemos aliarnos con Dios y adorarle de todo corazón, en cada día de
nuestra vida, dedicando un tiempo a esta actividad divina. Así es que nuestra mente
realiza la decisión suprema: hacer la voluntad de Dios de todo corazón.
Debemos buscar a Dios con el ojo de la fe espiritual y no con los ojos de la mente
material. A través del ejercicio de la fe espiritual, nuestra mente puede discernir el amor
de Dios. 1145:4; 1960:1. Jesús.
No incurramos en el error de escuchar las enseñanzas espirituales de Cristo Miguel
con la mente, sin comprender su significado en el corazón. 2052:3. Jesús. No nos
quedemos en el mero nivel intelectual de la realidad, vayamos al nivel espiritual de la
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realidad divina que mora en nosotros. Hagamos la voluntad de Dios.
Las situaciones problemáticas y los estímulos para ponernos en acción, se unen
para producir las actividades de la mente del alma y del espíritu que contribuyen para
que alcancemos los objetivos de nuestro progreso humano y el logro de los niveles
superiores del destino espiritual. 1719:1. Jesús.
Cristo Miguel-Jesús nos dice lo siguiente: “A todos los que habéis tenido el valor de
confesar vuestra fe en mi evangelio delante de los hombres, yo os reconoceré dentro de
poco delante de los ángeles del cielo; pero cualquiera que niegue a sabiendas la verdad
de mis enseñanzas delante de los hombres, será renegado por su guardián de destino
delante de los ángeles del cielo”. 1820:4. Quien tenga ojos que vea, y quien tenga
entendimiento que entienda.
Amados hermanos y hermanas, hemos compartido con ustedes algunas realidades
sobre la mente humana para que, mediante el conocimiento de ellas, mejore nuestra
comprensión de las realidades del mundo espiritual. Y para que conociendo mayormente
la verdad revelada, amándola y aceptándola en nuestro corazón, aumente nuestra lealtad
al Padre Universal y a nuestro Padre Creador Cristo Miguel-Jesús, ofrendándoles logros
espirituales genuinos junto a la producción de nuestros frutos espirituales que son
necesarios en nuestra carrera de ascensión espiritual, para mayor gloria de Dios Padre y
su Hijo Cristo Miguel.
Para nosotros, los creyentes, no son los conocimientos alojados en nuestra memoria
humana los que nos van a dar la salvación, sino más bien la fiel y férrea determinación de
nuestra voluntad humana de realizar una dedicación entusiasta y amorosa a hacer la
voluntad de nuestro Padre que está en el cielo. Esta es la más grande ofrenda que
podemos entregar a nuestro Padre Celestial durante nuestra vida en Urantia.
Me despido de ustedes agradeciéndoles de todo corazón el tiempo y la atención que
han dedicado a esta presentación, que es solo una fracción de la verdad revelada.
Amados hermanos y hermanas, reciban de mi parte un fuerte abrazo espiritual y
fraternal y que el Padre divino, mediante nuestro esfuerzo personal, nos ilumine a todos.
Sinceramente su hermano Jaime.
FUENTE: EL LIBRO DE URANTIA. www.urantia.org/es