1. Intolerancia en el deporte: un análisis jurídico
8 febrero, 2016 by Carlos Lasheras Romero Leave a Comment
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La intolerancia en el deporte es un asunto que siempre nos ha preocupado a lo largo de
los últimos años. Así, en este ciclo que en universodeportivo.es llevamos a cabo sobre las
conductas intolerantes o discriminatorias que bien analizó David el pasado martes desde
un punto de vista psicológico, hoy tenemos que hablar de la intolerancia en nuestras
normas actuales.
Nuestra manida Ley del Deporte ya habló de este asunto en el año 1990. Fue una de las
propuestas más importantes en materia deportiva que el partido ganador de las
elecciones de 1989 prometió en su programa electoral. Así, el PSOE comenzaba su tercera
legislatura con Felipe González a la cabeza anunciando una Ley del Deporte que se
materializó en el año siguiente, conteniendo, entre otros puntos, el tratamiento a
conductas intolerantes dentro de nuestro deporte.
La Ley 19/2007, de 11 de julio, contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la
intolerancia en el deporte
Sin embargo, pronto nos dimos cuenta que estas conductas trascendían del deporte para
introducirse en nuestra esfera social, por lo que se hizo necesario elaborar una ley propia,
la cual menciono en el encabezado. En general, cuando me refiero a intolerancia lo hago
también a la violencia, racismo y xenofobia. Dicha ley consta de 38 artículos que regulan
las responsabilidades de los organizadores y las medidas a tomar para evitar la aparición
de estas conductas.
Desgranando con algo más de profundidad la ley, el artículo 2 recoge, en su primer
apartado, las conductas violentas, y en el segundo apartado las que responden a
xenofobia, racismo e intolerancia. Y algunas de las medidas dispuestas en la ley son la
prohibición de venta de bebidas alcohólicas y drogas tóxicas, las bebidas que se vendan
deben cumplir una serie de requisitos (no latas, no botellas de más de medio litro, que no
tengan tapón) y la responsabilidad de los organizadores por el incumplimiento de las
medidas que se recogen.
Los artículos 6 y 7 regulan condiciones de acceso al recinto (prohibición de acceso con
armas, exhibición de pancartas con mensajes intolerantes, acceder bebido…) y de
permanencia (no acceder al campo, no lanzar objetos, no entonar cánticos intolerantes…).
Además, existirán circuitos cerrados de televisión en el recinto, libro de registro de
2. actividades de seguidores, controles de accesos y ventas de entradas y medidas especiales
para partidos declarados de alto riesgo. En caso de que se produzcan conductas relativas a
intolerancia, el árbitro podrá llegar a suspender el encuentro, e incluso desalojarse el
recinto si persiste la situación. El órgano creado para la lucha contra esta lacra es la
Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el
Deporte (la que vulgarmente oímos en prensa como Comisión Antiviolencia), que tiene
facultades de promover políticas activas pero no tiene la capacidad de sancionar.
Las sanciones están recogidas a partir del artículo 21, clasificadas en muy graves, graves y
leves, y hay distinción en función del sujeto infractor. Al final de la entrada colgaré la ley
para que podáis observar la lista larga de infracciones. Las sanciones van entre los 150
euros a los 650000 euros y cierre del recinto hasta 2 años para los organizadores y
prohibición de entrada a espectáculos deportivos de hasta 5 años para el sujeto infractor.,
con la prohibición de la condición de socio, y existirá un registro de sanciones. Las
sanciones serán impuestas por una autoridad gubernativa en todo caso, que dependerá
del tipo infractor que se realice.
A partir del artículo 32 se recoge la aparición de la intolerancia cuando es cometida por los
propios deportistas en el seno de una competición, recogiendo un catálogo de
infracciones y sanciones que serán impuestas por el mismo órgano que tenga
competencia para sancionar otra infracción de carácter deportivo.
El papel de organizadores como la LFP
En los últimos tiempos la Liga de Fútbol Profesional, a través de su presidente, ha llevado
a cabo políticas muy serias de lucha contra la intolerancia en el deporte, hasta el punto de
que el menos cántico atentatorio al decoro ha tenido consecuencias para los clubes. Al no
poder sancionar estas conductas, la LFP remite informes a la Comisión Estatal, la cual
propone, en función de los hechos, la imposición de sanciones los órganos competentes si
estiman que han podido producirse infracción de la Ley 19/2007.