El periodista Mario Isidro Moreno nos cuenta en un excelente artículo la historia de la misión salesiana de isla Dawson, sobre el estrecho de Magallanes, en Chile. Entre 1890 y 1911 fueron confinados más de un millar de selk'nam y kawésqar que no lograron sobrevivir al abrupto cambio en sus condiciones de vida, ya que fueron obligados a cambiar su nomadismo ancestral por el sedentarismo y el hacinamiento. Muertos los "indios", monseñor Fagnano, el superior de los salesianos, concluyó un suculento negocio al vender los terrenos de la misión por 82.000 libras esterlinas a una compañía ganadera inglesa... Esta es la historia.
Misión de dawson, artículo El Magallanes, 15 de noviembre de 2015
1. 8 • El Magallanes domingo 15 de noviembre de 2015www.laprensaaustral.cl
Lo que todo magallánico debe saber
Isla Dawson, campo de
concentración de los selknam
H
acia fines del
siglo XIX la isla
de Tierra del
Fuego tuvo el
gran interés de
parte de importantes compa-
ñías ganaderas. La introduc-
ción de las estancias ovejeras
creó fuertes conflictos entre
los nativos y los colonos bri-
tánicos, argentinos y chile-
nos, situación que adquirió
ribetes de guerra de exter-
minio. Las grandes compa-
ñías ovejeras llegaron a pagar
una libra esterlina por cada
selknam muerto, lo que era
confirmado presentando ma-
nos u orejas de las víctimas.
Las tribus del norte fueron
las primeras afectadas, ini-
ciándose una oleada migra-
toria al extremo sur de la isla
para escapar de las masacres.
En busca de alternativas a la
matanza, en 1890 el gobierno
chileno cedió la isla Dawson,
en el estrecho de Magallanes,
a sacerdotes salesianos que
establecieron allí una misión
dotada de amplios recursos
económicos. Los selknam
que sobrevivieron al genoci-
dio fueron virtualmente de-
portados a la isla, la que en
un plazo de veinte años cerró
dejando un cementerio po-
blado de cruces.
Cómo se inicia la historia
Los inicios de la explota-
ción ganadera de Tierra del
Fuego, fueron promovidos
por el Estado chileno, por
medio de arrendamientos de
pública subasta o bien a pe-
tición expresa a las autori-
dades centrales. La primera
concesión recayó en la firma
Wehrhahn y Compañía en
1884, en bahía Gente Grande
al sur de Porvenir, con un to-
tal de 123.000 hectáreas. Más
tarde se entregaría la con-
cesión más grande conocida
por la historia ganadera en
Magallanes, la cual recayó en
José Nogueira, quien solicitó
en 1890 el arrendamiento de
más de un millón de hectá-
reas en Tierra del Fuego, lo
cual fue aceptado por medio
del Decreto Supremo Nº 2616
del 9 de junio de 1890 por un
plazo renovable de 20 años.
Esta enorme concesión, su-
mada a la ya otorgada a No-
gueira y a su cuñado Mau-
ricio Braun, por un total de
350 mil hectáreas, se convir-
tieron en la base de la futura
Sociedad Explotadora de Tie-
rra del Fuego (1893), iniciada
por los hermanos Braun, Sara
y Mauricio, luego de la muer-
te de José Nogueira.
Hacia 1894 la ocupación
de Tierra del Fuego, abarca-
ba prácticamente todos los
terrenos ocupados histórica-
mente por los selknam, sus
antiguos paraderos de caza,
de habitabilidad, de cere-
monias y de tránsito, estaban
condenados a desaparecer y a
ser relegados al extremo me-
ridional de la isla. Además, la
llegada de los ovinos precipi-
tó la pérdida de su principal
fuente alimenticia, los gua-
nacos, que fueron presas de
las armas de fuego por parte
de las estancias. De esta ma-
nera los indígenas, captaron
rápidamente la facilidad de
acceder al guanaco blanco
(las ovejas), y comenzaron a
hacer suyos a estos animales.
Este principal hecho, fue en
consecuencia el primer pun-
to de crisis, entre colonos e
indígenas. La lucha no fue
menor, entre quienes veían
en el indígena como agresor
de los derechos de propie-
dad, y el selknam que veía en
el koliot (‘hombre blanco’,
en idioma selk’nam) un in-
truso de sus ancestrales te-
rritorios.
Comienza el exterminio
selknam
De este modo, comienza el
capítulo más triste de la his-
toria de los selknam. La ocu-
pación ganadera, comenzó a
ser centro de la polémica en
la colonia magallánica, las
autoridades estaban abso-
lutamente al tanto de la si-
tuación de los indígenas, sin
embargo, el criterio fue con-
descendiente con la causa ga-
nadera, y no con los selknam.
Notoriamente la mentalidad
de la época era una reali-
dad que aunque dolorosa, no
contemplaba la inclusión del
mundo indígena a un para-
digma fundamentado bajo los
criterios del “progreso” y la
“civilización”. Así, los em-
presarios ganaderos actuaron
siempre bajo su propio cri-
terio, financiando campañas
de exterminio, para lo cual
se contrataron a numero-
sos hombres, extranjeros en
su mayoría, importándose
considerables cantidades de
armamentos, cuyo objetivo
era hacer desaparecer bajo
cualquier costo a los selknam.
Un costo que en la mente de
estancieros y hombres de ne-
gocios era lógico, pues eran,
en buenas cuentas, el prin-
cipal escollo para el éxito de
sus inversiones. La veracidad
de los acontecimientos fue
ratificada por los propios em-
pleados de estancia, quienes
más tarde, al ser sometidos a
un sumario, confirmaron que
En busca de alternativas a la
matanza de selknam, en 1890
el gobierno chileno cedió la
isla Dawson, en el estrecho
de Magallanes, a sacerdotes
salesianos que establecieron allí
una misión dotada de amplios
recursos económicos
La historia
dice que, ante
las exigencias
de solucionar
el problema
indígena, el
gobernador
Manuel Señoret
no encontró
mejor manera
que capturar
masivamente
a los selknam
y sacarlos
de Tierra
del Fuego,
enviándolos
a la misión
salesiana de isla
Dawson
Mujeres y niños selknam junto a religiosas salesianas en isla Dawson.
2. El Magallanes • 9domingo 15 de noviembre de 2015 www.laprensaaustral.cl
do por grupos que tenían un
fuerte sentimiento de perte-
nencia hacia ese territorio. En
consecuencia, las luchas por
el control del espacio, se hi-
cieron cada vez más intensas
y la resistencia se acrecentó
en la medida que la ocupación
ganadera se hacía efectiva en
el norte de la isla. El escenario
para los selknam se agudizó
notoriamente una vez esta-
blecidas las misiones religio-
sas, donde las enfermedades
fueron responsables en ani-
quilar al resto de la población
que logró salir con vida de
los enfrentamientos con los
blancos.
La Congregación de Pro-
paganda de la Fe, por decre-
to del 16 de noviembre de
1883, confía la misión de la
Patagonia a la Congregación
de San Francisco de Sales,
fundada por Don Bosco. En
tiempos venideros, se deter-
mina establecer misiones en
este confín del mundo y para
ello, en el año 1889, duran-
te el gobierno de José Manuel
Balmaceda, monseñor Rafael
Eyzaguirre, rector del Semi-
nario de Santiago, en repre-
sentación de monseñor José
Fagnano, entre otras peticio-
nes para fundar la Misión San
Rafael en la isla Dawson, le
plantea al gobierno central:
1)Situación de atraso en que
viven los indios de esa zona y
la necesidad de atraerlos a un
lugar fijo donde se les pueda
civilizar, solicitando la cesión
de la isla por 20 años 2) Aco-
ta que el producto práctico
será que los indios, una vez
civilizados “se convertirán
en peones baratos, que per-
mitirán realizar una produc-
ción abundante a poca costa
y una vez que los indios vivan
tranquilos ciertamente llega-
rán a esos lugares ciudadanos
de Chile o del extranjero para
hacerse colonos”.
Más adelante otros con-
flictos entre el gobernador
Manuel Señoret y el jefe de
las misiones salesianas José
Fagnano, no hicieron más que
agudizar la condición de los
indígenas. Las largas disputas
entre autoridades civiles y los
sacerdotes, no permitieron
concretizar un consenso que
lograra encontrar una solu-
Por Mario Isidro Moreno
F Sigue en la P.10
las expediciones en contra de
los indígenas eran prácticas
más usuales de lo que muchos
pensaban.
Si bien, son conocidos los
nombres de quienes actuaron
en las excursiones de exter-
minio, poco se ha mencio-
nado sobre los autores inte-
lectuales de dichas acciones,
específicamente hablamos de
los propietarios ganaderos,
quienes eran los jefes directos
de los empleados que parti-
ciparon en las incursiones.
Estos nombres corresponden
a Mauricio Braun, quien reco-
noció haber financiado algu-
nas campañas, excusándose
que éstas sólo tenían la inten-
ción de proteger sus inversio-
nes (era jefe directo de otro
conocido cazador, Alexander
A. Cameron). También José
Menéndez, quien sin duda fue
uno de los hombres que actuó
con mayor severidad en con-
tra de los indígenas en Tierra
del Fuego (parte argentina).
Este personaje conocido por
ser propietario de dos estan-
cias que ocupaban más de
doscientas mil hectáreas en
el centro del territorio selk-
nam, fue jefe del famoso ca-
zador de indígenas Alexander
Mac Lennan conocido como
“Chancho Colorado”, quien
participó en la triste matanza
de Cabo Peñas, donde habrían
muerto cerca de 17 indígenas.
Cuando se retiró, tras doce
años de servicios, Menéndez
le regaló a Mac Lennan un
valioso reloj de oro en reco-
nocimiento de sus valiosos
servicios.
De esta forma la situación
de los selknam a partir de
la década de los 90 del siglo
XIX, se tornó particularmente
aguda, por un lado, los terri-
torios del norte comenzaron
a ser ocupados masivamente
por las estancias y muchos
indígenas asediados por el
hambre y la persecución de
los blancos, comenzaron a
huir hacia el extremo meri-
dional de la isla, lugar habita-
José Menéndez fue jefe del
famoso cazador de indígenas
Alexander Mac Lennan conocido
como “Chancho Colorado.
Cuando se retiró, tras doce años
de servicios, Menéndez le regaló
a Mac Lennan un valioso reloj de
oro en reconocimiento de sus
valiosos servicios
Banda musical de niños selknam en Dawson.
Indígenas selknam llevados a isla Dawson.
Visita a la misión salesiana de isla Dawson del Presidente de Chile, Federico Errázuriz Echaurren en
1899.Varones selknam en isla Dawson.
3. 10 • El Magallanes domingo 15 de noviembre de 2015www.laprensaaustral.cl
La Fundación SUIZA EN PUERTO YARTOU
comunica a la comunidad magallánica, en especial
a descendientes de colonos suizos; que están
abiertas las postulaciones a la beca de intercambio
escolar, consistente en pasaje y mesada de estadía
durante los meses de Septiembre, Octubre y
Noviembre de 2016 en el Cantón de Friburgo,
Suiza.Suiza.
F Viene de la P.9
ción satisfactoria al tema in-
dígena. Según, los archivos
consultados, el gobernador
Señoret, estuvo siempre a
favor de la causa ganadera,
lo cual quedó en evidencia
frente a su desinterés por fis-
calizar los episodios que se
desarrollaban en Tierra del
Fuego. Sin duda, que siendo
la máxima autoridad civil en
la zona, no tuvo voluntad de
evitar las matanzas que era
de público conocimiento.
Un caso especialmente trá-
gico fue cuando el goberna-
dor de Magallanes, Manuel
Señoret, medio espoleado por
los terratenientes Menéndez
y Braun, organizó una “cace-
ría de indios”. La historia dice
que, ante las exigencias de so-
lucionar el problema indígena,
el gobernador Manuel Señoret
no encontró mejor manera
que capturar masivamente a
los selknam y sacarlos de Tie-
rra del Fuego, enviándolos a la
misión salesiana de isla Daw-
son.
Empleados de la estancia
San Sebastián, de la Sociedad
Explotadora de Tierra del Fue-
go, tomaron prisioneros a un
grupo de 165 indígenas entre
hombres, mujeres y niños y los
llevaron a Punta Arenas.
Para cobijarlos, se les cons-
truyeron unas débiles case-
tas en los tupidos bosques del
zanjón río de la Mano, luego,
con la excusa de instalar con
algunas familias a los natura-
les, se realizó un verdadero re-
mate de personas, separando
a los grupos de sus seres que-
ridos. Las sufrientes madres,
escondían debajo de sus pieles
a sus hijos y hasta se echaban
sobre ellos para protegerlos
con sus cuerpos para que no se
los arrebataran, pero todo fue
inútil.
Más tarde, las calles de la
Colonia contemplaban con
Isla Dawson...
pena a las atribuladas madres
gritando como locas, trepando
cercos y entrando en las casas
en busca de sus pequeños.
Debido a las penurias y con-
tagio de enfermedades la ma-
yoría murió. Poco más de 50
fueron enviados a la isla Daw-
son. Pero la cacería continuó
con la instalación de la Misión
La Candelaria en Río Grande,
Argentina.
El sacerdote José Fagnano
propuso a la Sociedad Explo-
tadora de Tierra del Fuego el
Hacia 1894 la ocupación de
Tierra del Fuego, abarcaba
prácticamente todos
los terrenos ocupados
históricamente por los selknam,
sus antiguos paraderos de caza,
de habitabilidad, de ceremonias
y de tránsito, estaban
condenados a desaparecer
y a ser relegados al extremo
meridional de la isla
compromiso de recorrer los
campos, por lo menos dos ve-
ces al año, para recoger a los
indígenas y llevarlos a las mi-
siones, a cambio de una libra
esterlina por persona para su
alimento y cuidado.
La propuesta se aceptó por
parte de los ganaderos con
el comentario: “Es el modo
más barato de deshacernos de
ellos; más corto que disparar-
les”.
De esta manera, arribaron,
vivieron y murieron los selk-
nam en el primer Campo de
Concentración de isla Dawson.
El 23 de septiembre de 1911
el sacerdote Marco Zanchetta
junto con nueve hermanos
coadjutores salesianos, cua-
tro religiosas de las Hijas de
María Auxiliadora y veinti-
cinco indígenas selknam (5
hombres adultos, 11 mujeres
adultas y 9 niños y niñas) que
conformaban la totalidad de
los últimos residentes de la
Misión Salesiana de San Rafael
(isla Dawson) se embarcaron
a temprana hora de la maña-
na en el vapor que los con-
duciría desde Puerto Harris a
Punta Arenas. Con ese trámite
tenía término histórico una
actividad iniciada en 1889 al
fundarse el establecimiento
misional en Puerto Harris, isla
Dawson.
Selknam en isla Dawson, añorando su Karu-kinka.
Policías, el hijo de José Menéndez y el cazador de selknam
Alexis Mc Lennan.
Un grupo de mujeres y niños selknam en la misión San Rafael.