El documento resume el ensayo de Daniel Innerarity sobre el nuevo espacio público. Innerarity argumenta que el espacio público ha perdido eficacia debido a la preeminencia de lo emocional en los medios, la desafección política, y la falta de un contrapeso al poder como durante la Guerra Fría. También amenazan el espacio público la influencia religiosa y la priorización de la eficacia económica sobre lo político. Innerarity propone que el espacio público sea amplio e inclusivo para diferentes perspectivas, fomente la empat
El elegido para la presentación pública del ensayo de daniel innerarity fue fernando vallespín
1. El elegido para la presentación pública del ensayo de Daniel Innerarity fue Fernando Vallespín,
catedrático de ciencia política, director del Centro de Investigaciones Sociológicas y uno de los
cerebros del ala liberal del PSOE. No es coincidencia: Innerarity es uno de los pensadores
españoles más influyentes de ese espectro ideológico, leído y considerado en Ferraz e
intelectualmente conocido y apreciado por Zapatero. Y si el pensador bilbaíno es una de las
fuentes de influencia del socialismo actual, al menos en su vertiente teórica, El nuevo espacio
público podría considerarse un buen compendio de las visiones y de los argumentos del
pensamiento progresista contemporáneo.Ganador del Premio Nacional de Ensayo y del
premio Espasa, colaborador de Claves (la revista de los intelectuales de Prisa, que dio un
adelanto del presente libro), Innerarity y su obra son un buen ejemplo del camino que el
pensamiento de izquierdas ha recorrido desde sus referentes del pasado, que le anclaban a los
asuntos materiales, al Estado del Bienestar y a las formas regladas de conflicto social, hasta su
desmaterializado presente, vinculado a cuestiones culturales como la religión, el matrimonio
entre homosexuales, el derecho a la diferencia, la mayor flexibilidad hacia las reivindicaciones
de los nacionalismos, etc. Y textos como el presente nos demuestran sobre qué bases se ha
realizado el trayecto.El reparo más inmediato podría surgir en lo formal: poseedor de una
escritura templada, que sabía incorporar al lector menos versado, apuesta en este caso, aún
sin abandonar sus parámetros estilísticos, por hacer sus argumentos un punto menos
didácticos. Por lo demás, El nuevo espacio público supone la continuación de las temáticas
abordadas en sus anteriores obras, La transformación de la política y La sociedad invisible,
tomando ahora como eje la preocupación por el corazón de la política, el espacio público.
Innerarity observa que ese ámbito ha perdido la eficacia que de él se esperaba, concurriendo
varios motivos que explicarían su decaimiento. Desde luego, por la preeminencia de lo
emotivo y de lo emocional, que termina por espectacularizar ese sustrato común a través de
los medios de comunicación. Pero también por una cierta patología de la despertenencia, una
suerte de incredulidad y de desapego respecto de la participación en los asuntos compartidos
que ha arraigado en nuestras sociedades.
Además, porque la pérdida de peso de la política en nuestra sociedad, tomando como
referencia anteriores décadas, donde las reflexiones y argumentos políticos estaban mucho
más presentes, ha tenido como consecuencia el aumento de una contestación irresponsable.
Y, como elemento esencial, porque, para el pensador vasco, la debilidad del poder
contemporáneo consiste en que, al carecer de un igual al que enfrentarse, como ocurría en los
tiempos de la Guerra Fría, el poder no fuerza al respeto sino que atrae la indignación, el rencor
y el odio. Ya no suscita su doble, sino su contrario. El poder ahora termina por producir simple
contestación.
Habría, además, un par de problemas externos que amenazarían ese espacio desde el que
articular las relaciones sociales. El primero de ellos es el deseo de los líderes religiosos de
ejercer una función dominante; la religión, según Innerarity, debería permanecer en el ámbito
privado, es decir, sin ocupar ya una fuente normativa en la configuración de ese mismo
espacio. Lo que no parece ser aceptado sin roces en nuestra época.
La segunda cuestión giraría en torno a la despolitización que ha producido esa demanda
imperiosa de eficacia económica, una tendencia que ha sometido el impulso político,
2. quebrando tradiciones y convirtiendo aquellas sociedades lineales sin demasiados sobresaltos,
con una clase media estable y en aumento, en entornos inestables, de elevada competencia,
sin apenas regularidades y con sus estratos medios en crisis.
Las formas de afrontar esos problemas actuales tendrían un punto de encuentro, el lugar
donde se articula aquello que todos en la sociedad comparten. Pero, ¿cómo debería ser ese
espacio público? ¿Qué características le definirían? Las recetas que propone el autor vasco no
se apartan en exceso de la dirección que el pensamiento progresista ha tomado en los últimos
años.
En primer lugar, exige que ese espacio sea lo suficientemente amplio para contener las
irregularidades, la excepción y el desacuerdo, rechazando las formas de pensamiento que
reducen las cosas a la uniformidad y la homogeneidad. Debe apostar, además, por una visión
empática, que nos sitúe en el punto de vista del otro, respetando y comprendiendo aquello
que incluso no se comparte, entendiendo que el mundo admite más de una perspectiva.
Ha de tender hacia la cosmopolitización, es decir, hacia la conversión de ámbitos entregados a
lo natural (donde rigen la tradición o la autoridad incuestionable) en asuntos sobre los que se
debe discutir y que han de ser sometidas a acuerdos. Así habría de ocurrir en los más diversos
escenarios, desde las formas de organización sociales hasta las relaciones internacionales. Por
último, el espacio público debe ser un lugar de responsabilización, donde las formas
cooperativas y de integración no produzcan zonas que queden fuera de la ley, sino que
permitan una mayor participación democrática en los asuntos comunes.
En definitiva, el ensayo de Daniel Innerarity, un texto que es especialmente interesante si se
reparan en sus fragmentos, resulta útil para entender cuáles son las perspectivas desde las que
se entiende la política en nuestra época.