2. ¿Qué es el paludismo o
malaria?
Es una
enfermedad
infecciosa que se
caracteriza por
ataques
intermitentes de
fiebre muy alta y se
transmite por la
picadura del
mosquito anofeles
hembra.
3. Historia
La malaria ha infectado a los humanos
durante más de 50.000 años, y puede
que haya sido un patógeno humano
durante la historia entera de nuestra
especie. De cierto, especies cercanas a
los parásitos humanos de la malaria se
han encontrado en los chimpancés,
pariente ancestral de los humanos. Se
encuentran referencias de las peculiares
fiebres periódicas de la malaria a lo largo
de la historia, comenzando desde 2700
a. C. en China.
4. Síntomas
Los síntomas son muy
variados, empezando con
fiebre, escalofríos,
sudoración y dolor de
cabeza. Además se puede
presentar náuseas,
vómitos, tos, heces con
sangre, dolores
musculares, ictericia,
defectos de la coagulación
sanguínea, shock,
insuficiencia renal o
hepática, trastornos del
sistema nervioso central y
coma.
La fiebre y los escalofríos
son síntomas cíclicos,
repitiéndose cada dos o
tres días.
5. Tratamiento
Tratamiento del paludismo - panorama general
El paludismo es una enfermedad totalmente prevenible y tratable.
El objetivo primordial del tratamiento consiste en lograr la
eliminación rápida y completa del plasmodio de la sangre del
paciente para prevenir que el paludismo no complicado evolucione
hacia la enfermedad grave, la defunción o la infección crónica, que
produce la anemia relacionada con el paludismo.
Desde una perspectiva de salud pública, el tratamiento se
administra para reducir la transmisión de la infección a otras
personas mediante la reducción del reservorio infeccioso y para
prevenir la aparición y la propagación de la resistencia a los
medicamentos antipalúdicos.
6. Prevención del Paludismo
Existen tres aspectos fundamentales
en la prevención del paludismo o
malaria:
Es aconsejable evitar las picaduras
de los mosquitos, que son los
transmisores de la enfermedad (p.
ej., empleando mosquiteras o
repelentes de insectos).
Debe realizarse la profilaxis con los
medicamentos apropiados, que
variarán según la zona geográfica y
las resistencias a los antipalúdicos.
En ocasiones, en los lugares donde
la resistencia es mayor, debe
iniciarse el tratamiento ante cualquier
cuadro clínico que haga sospechar la
presencia de paludismo, aunque
finalmente no se confirme.
Hay un gran número de estudios que
pretenden conseguir una vacuna
7. Medicamentos antipalúdicos
La utilización de medicamentos
antipalúdicos preventivos es
absolutamente necesaria cuando se viaja
a un país donde existe paludismo por P.
falciparum. El tratamiento debe empezar,
obligatoriamente, antes de la partida; ha
de seguirse escrupulosamente en el lugar
y debe continuarse a la vuelta, durante al
menos 6 semanas, sin interrupción.
En la mayor parte de los países tropicales,
la forma de paludismo más peligrosa es la
resistente a la cloroquina, uno de los
principales tratamientos antipalúdicos. Por
lo tanto, es preciso emplear otro
medicamento (es imprescindible dirigirse a
un especialista). Hay que hacer lo mismo
cuando la estancia es superior a 3 meses.
Para cualquier viaje a un país de riesgo y
a una zona aislada, es prudente
proveerse de una cantidad suficiente de
medicamentos, para tratar una crisis que
se declare a pesar de las medidas de
prevención.
8. Vacuna
Las vacunas para la malaria están en
desarrollo, no hay disponible todavía una
vacuna completamente eficaz. Los primeros
estudios prometedores que demuestran la
posibilidad de una vacuna contra el
paludismo se realizaron en 1967 por la
inmunización de ratones con esporozoitos
atenuados por radiación, que brindan
protección a alrededor del 60 % de los
ratones posterior a la inyección de
esporozoitos normales y viables. Desde la
década de 1970, se ha producido un
considerable esfuerzo para desarrollar
estrategias de vacunación similares en los
seres humanos.
9. Epidemiología
La malaria causa unos 400–900 millones de casos de
fiebre y aproximadamente 2-3 millones de muertes
anuales, lo que representa una muerte cada 15
segundos. La gran mayoría de los casos ocurre en
niños menores de 5 años; las mujeres embarazadas
son también especialmente vulnerables. A pesar de los
esfuerzos por reducir la transmisión e incrementar el
tratamiento, ha habido muy poco cambio en las zonas
que se encuentran en riesgo de la enfermedad desde
1992.24 De hecho, si la prevalencia de la malaria
continúa en su curso de permanente aumento, la tasa
de mortalidad puede duplicarse en los próximos veinte
años. Las estadísticas precisas se desconocen porque
muchos casos ocurren en áreas rurales, donde las
personas no tienen acceso a hospitales o a recursos
para garantizar cuidados de salud. Como consecuencia,
la mayoría de los casos permanece indocumentada.