LA ECUACIÓN DEL NÚMERO PI EN LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE PARÍS. Por JAVIER SOLIS ...
Historia, síntomas y tratamientos de la malaria
1. La malaria ha infectado a los
humanos durante más de 50.000
años, y puede que haya sido un
patógeno humano durante la
historia entera de nuestra
especie.7 De cierto, especies
cercanas a los parásitos humanos
de la malaria se han encontrado
en los chimpancés, pariente
ancestral de los humanos.8 Se
encuentran referencias de las
peculiares fiebres periódicas de la
malaria a lo largo de la historia,
comenzando desde 2700 a. C. en
China.9
2. Los síntomas son muy variados,
empezando con fiebre,
escalofríos, sudoración y dolor
de cabeza. Además se puede
presentar náuseas, vómitos, tos,
heces con sangre, dolores
musculares, ictericia, defectos de
la coagulación sanguínea, shock,
insuficiencia renal o hepática,
trastornos del sistema nervioso
central y coma.
La fiebre y los escalofríos son
síntomas cíclicos, repitiéndose
cada dos o tres días.
3. 1,3 millones de personas
mueren cada año de
paludismo; de éstos, un 90%
son niños menores de cinco
años .
Cada año se producen 396
millones de casos de
paludismo. La mayor parte de
la carga de morbilidad se
registra en el África, al sur de
Sahara.
La intensificación de la
irrigación, las presas y otros
proyectos relacionados con el
agua contribuyen de forma
importante a esta carga de
movilidad.
4. La malaria causa unos 400–900 millones
de casos de fiebre y
aproximadamente 2-3 millones de
muertes anuales,2 lo que representa
una muerte cada 15 segundos. La
gran mayoría de los casos ocurre en
niños menores de 5 años;22 las mujeres
embarazadas son también
especialmente vulnerables.23 A pesar
de los esfuerzos por reducir la
transmisión e incrementar el
tratamiento, ha habido muy poco
cambio en las zonas que se
encuentran en riesgo de la
enfermedad desde 1992.24 De hecho,
si la prevalencia de la malaria
continúa en su curso de permanente
aumento, la tasa de mortalidad puede
duplicarse en los próximos veinte años.
5. La OMS recomienda que
antes de administrar el
tratamiento se confirme el
diagnóstico con métodos
parasitológicos. Se utilizan
la microscopía y las
pruebas rápidas de
detección de Ag en
sangre para obtener los
resultados en menos de
una hora.
6. Se realiza mediante:
• La gota gruesa: es una técnica de
referencia que requiere micros copistas
expertos.
Permite el examen de una mayor
cantidad de sangre en menos tiempo. Se
pone una gota en el centro del porta y se
hacen movimientos envolventes para
romper los hematíes y que los
microorganismos salgan al exterior. La
morfología del parásito cambia y la
interpretación suele ser difícil.
• Extensión sangre periférica: es más lento
que la gota gruesa, no se rompen los
hematíes, por lo que los parásitos no
cambian la morfología y es más fácil
identificarlos.
Puede utilizarse sangre venosa anti
coagulada recogida en tubos con EDTA.
7. La malaria altera el aporte
de sangre a los tejidos
vitales, por lo que si no se
trata, puede ser peligrosa.
Se han observado
resistencias de los parásitos
a varios antipalúdicos. Las
tasas de resistencia
aumentan a medida que
el uso de nuevos
antipalúdicos también
aumenta. La microscopía
es el único método fiable
para controlar la eficacia
del tratamiento. Algunos
de los fármacos que
pueden emplearse son:
8. En zonas endémicas se han
creado estrategias para
protegerse de la infección.
Algunas mutaciones en los genes
de la Hb confieren resistencia a la
malaria. Las personas
heterocigotos para el rasgo de
células falciformes (HbS)
presentan protección frente a P.
falciparum, ya que el parásito
crece mal debido a las bajas
concentraciones de oxígeno. La
HbC reduce la proliferación
parasitaria. La negatividad para
el antígeno Duffy protege de la
infección por P. vivax, ya que
necesita unirse a este Ag para
introducirse en el hematíe. El
déficit G6PD provoca hemólisis
debido al estrés oxidativo y está
asociada al efecto protector e la
malaria por P. falciparum.
9. Las vacunas para la malaria están
en desarrollo, no hay disponible
todavía una vacuna
completamente eficaz. Los
primeros estudios prometedores
que demuestran la posibilidad de
una vacuna contra el paludismo
se realizaron en 1967 por la
inmunización de ratones con
esporozoitos atenuados por
radiación, que brindan
protección a alrededor del 60 %
de los ratones posterior a la
inyección de esporozoitos
normales y viables. Desde la
década de 1970, se ha producido
un considerable esfuerzo para
desarrollar estrategias de
vacunación similares en los seres
humanos
10. Otros métodos
La técnica de los insectos estériles se
está perfilando como un posible
método de control de mosquitos. El
progreso hacia insectos transgénicos, o
genéticamente modificados, sugieren
que las poblaciones de mosquitos
silvestres podrían ser resistentes a la
malaria. La investigación en el Imperial
College de Londres creó el primer
mosquito transgénico para el
paludismo, con la primera especie
resistente a Plasmodium, anunciado
por un equipo de la Case Western
Reserve University en Ohio, en 2002. El
éxito de la sustitución de las
poblaciones existentes con
poblaciones genéticamente
modificadas, se basa en un
mecanismo de transmisión, como los
elementos trasladables para permitir la
herencia mendeliana de los genes de
interés.