Asistimos al mayor número de personas desplazadas desde la II Guerra Mundial. No es, sin embargo, un fenómeno nuevo: año tras año, miles de personas en el mundo se desplazan forzosamente. 23 Septiembre 2015 Noticias Gipuzkoa
1. Noticias de Gipuzkoa – Miércoles, 23 de septiembre de 2015 IRITZIA 5
Hayhartazgoantelacoincidenciade
decisionesjudicialesjurídicamente
extravagantesconlasopiniones
eindicacionesquedifunde
elGobiernodelPPalrespecto
Finalmente, López y Espejel
juzgarán el caso el ‘caso Bárcenas’.
Para aliviar al tesorero caído en
desgracia han elegido un valor
seguro
personas por votar en una cámara legislati-
va (hecho libre constitucionalmente de san-
ción penal) en el sentido que señala la ley,
aconsejaban los servicios jurídicos y dictaba
su conciencia.
El absurdo era tal que el Supremo tuvo que
“forzar la máquina” para, no van a creérselo,
darse a sí mismo la razón. Anuló dos sen-
tencias absolutorias, cambió los criterios
sobre la consideración de las acusaciones
populares que permitieron al banquero
Botín eludir la acción de la justicia y acabó
condenando a Juan María Atutxa, Gorka
Knörr y Kontxi Bilbao. Estos y otros servi-
cios prestados encaramaron a Enrique
López al Tribunal Constitucional al que
recurrieron los condenados en amparo.
Puede parecer increíble, pero tras disponer
el PP de mayoría absoluta en las Cortes
Generales y cambiar la mayoría en dicho
órgano, fue en el propio López, Don Enri-
que, en quién recayó la tarea de redactar la
sentencia que denegó amparo a los tres
atropellados. El borrador elaborado por el
tribunal anterior les daba la razón. Con
estos antecedentes, no es de extrañar que el
contenido de los votos particulares que
acompañaban a las sentencias del Supremo
y Constitucional fuese llamativamente des-
calificador. Los principios pisoteados son
tan elementales que resultan imposibles de
desconocer. Los hechos, tan claros, que solo
tienen una interpretación. Pero López, Don
Enrique, cabalga de nuevo.
Martin Niemoeller, un pastor protestante
alemán, pronunció en 1946 un sermón en
Kaiserslautern que hizo tanta fortuna que
una de sus frases se la quedó Bertol Brecht:
“Primero vinieron a buscar a los comunis-
tas, y yo no hablé porque no era comunista.
Después vinieron por los socialistas y los
sindicalistas, y yo no hablé porque no era lo
uno ni lo otro. Después vinieron por los
judíos, y yo no hablé porque no era judío.
Después vinieron por mí, y para ese
momento ya no quedaba nadie que pudiera
hablar por mí”. Quizá la reflexión pueda
aplicarse también en este caso. ●
Eurodiputada de EAJ/PNV
L
o realmente novedoso es
que, en esta ocasión, llaman
a nuestra puerta, en número
considerable, personas que se ven
forzadas a escapar de su hogar para
evitar los efectos de un conflicto
armado, situaciones de violencia
generalizada o violaciones masivas
de los derechos humanos.
Conviene recordar, que los campos
de población refugiada más anti-
guos y mayores del mundo no están
en Europa. Son precisamente otros
pueblos y otros estados quienes, con
muchos menos recursos, han acogi-
do a centenares de miles de perso-
nas desplazadas durante décadas.
En Kenia, desde 1991, y con más de
400.000 personas, tenemos el cam-
pamento llamado “Dadab”. Habilita-
do inicialmente para acoger 90.000
personas que huían de la guerra de
Somalia es en la actualidad el mayor
campamento de población refugia-
da del mundo que acoge mayorita-
riamente a mujeres, niñas y niños.
En Etiopía, desde 2011, el campa-
mento llamado “Dollo Ado” acoge a
más de 200.000 personas, en su
mayoría somalíes huyendo tras más
de dos décadas de guerra en su país,
pero también procedentes de Sudan
del Sur o Eritrea. Podemos también
recordar a las más de 100.000 perso-
nas palestinas que viven en campa-
mentos en la Franja de Gaza, a las
más de 80.000 personas sirias que
malviven desde 2012 en el campo
llamado “Al Zatari” en Jordania, o
las 200.000 personas saharauis
refugiadas en Tinduf (Argelia) desde
hace décadas tras el abandono de
España del territorio y la posterior
ocupación militar del mismo por
parte de Marruecos.
Sin embargo, los países europeos –
incomparablemente ricos frente a
aquellos- han visto llegar en los últi-
mos meses a aproximadamente
350.000 personas huyendo de las
guerras de Siria, Irak o Afganistán,
menos de las personas refugiadas
que solamente Kenia acoge desde
1991.
Queda claro que los desplazamien-
tos forzados de personas causados
por desastres de cualquier tipo
constituyen un fenómeno creciente
(aunque no nuevo) con el que la
política exterior europea tiene
mucho que ver, y que exige, ante
todo y en primer lugar, políticas
públicas eficaces que garanticen los
derechos humanos de las personas
afectadas: asumir, frente al enfoque
asistencialista y reactivo que escu-
chamos a diario, un enfoque de
derechos humanos en la atención a
estas poblaciones.
En Argituz, y con la vista siempre
puesta en el Derecho Internacional
de los Derechos Humanos, pensa-
mos que la especial vulnerabilidad
de estas personas exige de las admi-
nistraciones públicas una clara posi-
ción de garante y promotor de sus
derechos humanos, posición que
debe orientar -en todo momento-
las políticas públicas (de regulación
y de cuotas de acogida) que se están
ahora mismo planteando.
Estas personas, titulares de todos
los derechos humanos reconocidos,
deben ser destinatarias de políticas
públicas que promuevan su adecua-
da integración en nuestra sociedad
mientras persistan los motivos que
forzaron su huida, garantizando
que sus condiciones de vida sean
respetuosas con la dignidad huma-
na y con el respeto a sus derechos
fundamentales, siendo particular-
mente relevantes, dada su condición
de personas refugiadas, el derecho a
solicitar, y en su caso, obtener asilo,
el derecho a la libertad de movi-
miento, la prohibición de expulsión
colectiva o el derecho a la unidad
familiar.
Facilitar el acceso a los derechos
económicos, sociales y culturales: el
derecho a la educación, a la salud, al
trabajo, a un nivel de vida adecua-
do,… es el camino, y la forma más
eficaz, digna y respetuosa de pro-
mover la integración social, econó-
mica, política o cultural. Acoger sig-
nifica también poner en marcha las
políticas públicas pertinentes para
atender inicialmente las necesida-
des más acuciantes de estas perso-
nas. Pero acoger es además promo-
ver políticas públicas para confor-
mar una sociedad abierta, plural y
diversa, conforme a una concepción
policroma de la identidad social que
se quiere construir, evitando los dis-
cursos del miedo o del odio que
algunos representantes políticos se
empeñan en trasladar.
Atendamos la advertencia que nos
hizo una de las mentes más brillan-
tes de la historia, Albert Einstein,
cuando nos decía que “no podemos
resolver los problemas pensando de
la misma manera que cuando los
creamos”. ●
En representación de la Asociación Pro
Derechos Humanos Argituz
Derechoshumanos,
mediosyfin
Asistimosalmayornúmero
depersonasdesplazadas
desdelaIIGuerraMundial.
Noes,sinembargo,un
fenómenonuevo:añotras
año,milesdepersonasenel
mundosedesplazan
forzosamente.
Colaboración
PORJosuOskoz,Miguel
AngelNavarroyAndrés
Krakenberger