Las experiencias infantiles traumáticas como el abuso, la negligencia y la violencia doméstica pueden afectar negativamente el desarrollo de la salud mental de un niño y aumentar el riesgo de trastornos mentales en la edad adulta como depresión, TEPT y TLP. Los traumas en la infancia también están relacionados con problemas de salud física, abuso de sustancias y estilos de vida riesgosos. Es importante cuidar la salud mental de los niños para prevenir consecuencias a largo plazo.
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Experiencias infantiles traumaticas
1. LAS EXPERIENCIAS INFANTILES TRAUMÁTICAS Y LOS TRASTORNOS
MENTALES
“Educad al niño y no será necesario castigar al hombre”
(Pitagoras)
El desarrollo de una buena salud mental en los primeros años de vida es
importante porque permitirá que un niño pueda lograr la capacidad para poder
experimentar, regular y expresar sus emociones, asegurar unas buenas
relaciones interpersonales, explorar el entorno y aprender todo lo necesario en
el contexto de la familia, la comunidad y la cultura. Por lo que los padres deben
lograr dar a los niños esta estabilidad a fin de garantizar un buen desarrollo social
y emocional. Además, una buena salud mental es fundamental porque es
garantía de un sano desarrollo que suele mantenerse durante la vida adulta.
Sin embargo, cuando el niño no tiene la oportunidad de poseer esta estabilidad
emocional su salud mental se ve afectada en diferentes aspectos como: en el
comportamiento, los sentimientos, el aprendizaje, las relaciones, la salud física
y el bienestar en general.
Las experiencias infantiles adversas que pueden afectar la salud mental del niño
incluyen: abuso emocional, abuso físico, abuso sexual, negligencia emocional,
negligencia física, maltrato violento a la madre, abuso de sustancias en el hogar,
enfermedades mentales en el hogar, separación o divorcio de los padres,
encarcelamiento de un miembro del hogar.
Asimismo, aumentan la posibilidad de factores de riesgos sociales, problemas
de salud mental, abuso de sustancias, violencia doméstica y adopción de estilos
de vida riesgosos en la vida adulta. Todo esto puede afectar negativamente a la
paternidad y perpetuar una exposición continua a experiencias infantiles
adversas a lo largo de las generaciones.
INFLUENCIA DE LAS EXPERIENCIAS INFANTILES TRAUMÁTICAS
Una experiencia infantil traumática puede originar problemas psicológicos en
cualquier persona. Además de los hechos traumáticos que ponen en peligro la
vida, se consideran los abusos o abandonos en la infancia y la violencia de
género. Se listan las consecuencias del trauma y los procesos psicológicos por
los que se desarrollan los trastornos patológicos.
Podemos señalar que existe una correlación entre las experiencias infantiles
traumática y los problemas o trastornos mentales que padece el adulto. A
continuación, algunos rasgos de las experiencias infantiles traumáticas que
pueden afectar en la vida de un adulto:
1. La relación cercana con los padres influye en las relaciones de adulto.
2. El maltrato que se ha sufrido durante la infancia, es más propenso a la
depresión.
2. 3. El bullying escolar acrecienta las posibilidades de tener una vida menos
funcional.
4. Los hechos traumáticos pueden determinar una mayor tendencia a la
obesidad.
TRASTORNOS MENTALES
Es importante describir y clasificar los trastornos mentales, y específicamente
aquéllos que mayor incidencia tienen entre la población infantil y juvenil. Los
principales grupos de patologías de aplicación en el campo infanto-juvenil
definidas en el DSM-5 son:
- Trastornos del desarrollo neurológico (que incluye discapacidades
intelectuales, trastornos de la comunicación, trastorno por déficit de atención
e hiperactividad, trastorno específico del aprendizaje, trastornos motores y
otros trastornos del desarrollo neurológico).
- Espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.
- Trastorno bipolar y trastornos relacionados.
- Trastornos depresivos.
- Trastornos de ansiedad.
- Trastorno obsesivo-compulsivo y trastornos relacionados.
- Trastornos relacionados con traumas y factores de estrés.
- Trastornos disociativos.
- Trastornos de síntomas somáticos y trastornos relacionados.
- Trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos.
- Trastornos de la excreción.
- Trastorno del sueño-vigilia.
- Disforia de género.
- Trastornos destructivos, el control de los impulsos y de la conducta.
- Trastornos relacionados con sustancias y trastornos adictivos.
A continuación, se describirán algunos traumas generados por las experiencias
infantiles traumáticas:
a) Inadaptación en la crianza de sus hijos
Cuando un adulto ha sufrido experiencias infantiles traumáticas, éstas pueden
limitar sus capacidades como padres o tener conductas de inadaptación en la
crianza de sus hijos. Los cambios fisiológicos que se han producido en el
sistema de respuesta al estrés del adulto como consecuencia del trauma
inicial pueden dar lugar a una menor capacidad para actuar saludablemente
ante factores de estrés adicionales. Muchas veces, esos niños que crecen sin
arraigo familiar o con unos padres que no han sabido, o no han querido
estrechar ese vínculo imprescindible con sus hijos, provoca que se llegue a la
madurez con muchas carencias, con muchas faltas.
b) El estrés
El estrés provoca un menor desarrollo del hipocampo y el cortex prefrontal.
Provoca una hipersensibilidad de ciertas características de manera que sus
3. efectos adversos aparecen décadas después. Entre dichos efectos se
encuentran problemas inflamatorios, mayores niveles de estrés o una mayor
sensibilidad al estrés.
La negligencia casi siempre es crónica, cuando continuamente no se
satisfacen necesidades básicas como casa, comida o seguridad emocional,
día tras día. Con frecuencia la negligencia se observa junto con instancias de
abuso y puede ser excepcionalmente grave; así en el Manual diagnóstico y
estadístico de los trastornos mentales se señalan algunos problemas
relacionados con el abuso o la negligencia:
- Abuso físico del niño
- Abuso sexual del niño
- Negligencia de la infancia
- Abuso físico del adulto
- Abuso sexual del adulto
El niño que ha vivido experiencias adversas tiene más probabilidades de
presentar problemas de aprendizaje y conducta y corre mayor riesgo de un
inicio temprano en la actividad sexual y el embarazo adolescente. Estos
efectos pueden verse magnificados a lo largo de las generaciones si no se
tratan las experiencias traumáticas.
Si bien algo de estrés es normal en la vida —y hasta necesario para el
desarrollo—, el tipo de estrés que se produce cuando un niño vive una
experiencia adversa puede convertirse en tóxico si hay “una activación fuerte,
frecuente o prolongada de los sistemas de respuesta al estrés del organismo
ante la ausencia de la protección moderadora de una relación con un adulto
que le brinde apoyo.” La respuesta biológica a este estrés tóxico puede ser
increíblemente destructiva y durar para toda la vida.
Algunos psiquiatras denominan a esta situación “estrés precoz”, hechos
ocasionadospor traumas físicos o emocionales que van a alterar en gran parte
el rumbo de nuestro desarrollo y nuestra madurez. La herida va a quedar en
nuestro cerebro, ese pico tan grave de estrés y sufrimiento deja su lesión,
provocando que, llegada la edad adulta, tengamos más riesgos de desarrollar
algún tipo de depresión.
c) La Depresión
La depresión, caracterizada por una tristeza y una pérdida de interés
mantenidos en el tiempo, está clasificada como la causa más importante de
discapacidad en el mundo.
La inutilidad de los esfuerzos que realiza el paciente para controlar el
sufrimiento provoca sentimientos de depresión y valoraciones negativas de sí
mismo, porque considera que algo no funciona en él porque no puede
controlar el sufrimiento. El hecho de que el suceso traumático haya sido
inesperado y súbito le lleva a temer que en cualquier momento y cualquier
lugar pueda volver a ocurrir. Esto le genera una visión del mundo como un
enemigo hostil que puede atacar en cualquier momento (criterio D del DSM
5).
d) Trastorno límite de personalidad (TLP)
4. Se señala que un paciente desarrolla una patología en el adulto, pero para
que aparezca la enfermedad el trauma debe ocurrir sobre una personalidad
previa vulnerable y que no exista una relación no biunívoca entre trauma y
enfermedad; el TLP tiene un origen multifactorial en el trauma puede ser tan
solo un de los elementos de riesgo o causales. Sin embargo, la presencia de
traumas en la infancia es un precedente de un amplio grupo de trastornos
además del TLP y le TEPT, ya que se asocia a:
- Personalidad paranoide
- Explosivo intermitente
- Trastorno disociativo
- Personalidad fóbico-evitativa
- Personalidad pasivo agresiva
e) Trastorno de Estrés Pos Traumático (TEPT)
El TEPT se caracteriza por una serie de síntomas característicos que siguen
a la experiencia directa, observación o conocimiento de un suceso o sucesos
extremadamente traumáticos (ocurrencia o amenaza de muerte o lesiones
graves o amenaza a la integridad física de uno mismo o de otras personas;
criterio A1) a los que la persona respondió con miedo, impotencia u horror
intensos (se requiere, pues, no sólo cierto tipo de sucesos, sino también cierto
tipo de respuestas; criterio A2). Los síntomas incluyen la reexperimentación
persistente del evento traumático (p.ej., mediante sueños, recuerdos intrusos;
criterio B), la evitación persistente de los estímulos asociados con el trauma y
la disminución de la capacidadgeneral de reacción (p.ej., reducción del interés
en actividades significativas, incapacidad para sentir amor) (criterio C), y
síntomas persistentes de activación aumentada (p.ej., dificultades para
conciliar o mantener el sueño, ataques de ira; criterio D).
El diagnóstico de TEPT según el DSM-IV-TR requiere, además de los criterios
A, B, C y D, que los síntomas duren más de 1 mes y que la perturbación
produzca un malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de
otras áreas importantes de funcionamiento. Se distingue entre TEPT agudo y
crónico según los síntomas duren menos de 3 meses o tres o más meses.
También se habla de inicio demorado cuando los síntomas aparecen al menos
6 meses después del acontecimiento traumático (American Psychiatric
Association, 2000).
Hay estudios (Bardeen, Tull, Stevens, & Gratz, 2015; Orsillo & Batten, 2005)
que afirman que uno de los factores que tiene más peso en el desarrollo de
un trastorno por estrés postraumático es la evitación experiencial, que se da
cuando la persona tiende a eliminar por todos los medios el sufrimiento
emocional, esforzándose en evitar recuerdos, sentimientos o pensamientos
relacionados con el suceso y también cualquier situación o elemento que los
pueda despertar (criterio C del DSM 5). Son estas conductas de evitación las
que generan la principal parte del sufrimiento.
Las personas que padecen TEPT suelen sentirse culpables por cosas que
hicieron o no hicieron, por sentimientos que experimentaron o no
experimentaron y por pensamientos o creencias previos que son
considerados falsos tras el trauma. También pueden sentirse culpables por
haber sobrevivido cuando otros no lo hicieron, por las cosas que tuvieron que
5. hacer para sobrevivir, por no haber prestado suficiente ayuda a los otros, por
no haber sido capaces de prever o evitar la ocurrencia del suceso (en casos
de violación, p.ej.) o, en el caso de mujeres maltratadas, por no sentir
suficiente ira hacia el agresor o por no haber abandonado antes la relación.
Alisic, Jongmans, Van Wesel, & Kleber, (2011) han encontrado que la
existencia de problemas presentes en momento del hecho son los que mejor
lo predicen. Entre ellos destacan la existencia previa de estrés postraumático
de corta duración, la depresión, ansiedad, y que los padres tengan estrés
postraumático.
En conclusión, los traumas infantiles que una persona pudo haber sufrido influyen
para el resto de su vida, afectando sus capacidades intelectuales y su desarrollo
personal, de ahí que debemos considerar fundamental cuidar la salud mental de
los niños y adolescentes, pero no es una responsabilidad solo de los padres sino
también del estado y de los profesionales en salud mental.
Las afecciones de salud más comunes que suponen un riesgo para la vida
adulta, incluidas la obesidad, enfermedades cardíacas, alcoholismo y abuso de
drogas, están directamente relacionadas con las adversidades durante la niñez.
La relación entre las experiencias infantiles traumáticas y la apariciónposterior en
el adulto de síntomas disociativos, Trastorno de estrés postraumático (TEPT) y
Trastorno límite de personalidad (TLP) es un hecho observable en muchos
pacientes.
Referencias Bibliográficas
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