1. ACTIVIDADES PARA ALUMNADO DE 2º ESO CON LENGUA CASTELLANA Y
LITERATURA PENDIENTE DE 1º ESO
El anillito del elfo
[Cuento. Texto completo]
Anónimo suizo
Tirado sobre la polvorienta carretera, yacía un ramo de dorados "dientes de león". Mucha gente
pasaba por su lado sin fijarse en él. Algunos hasta le daban con el pie. Pero cuando Marlenchen lo
vio dejó el pesadísimo cesto en el suelo y levantó el ramo. Se dirigió con él al arroyuelo e hizo
beber a los tallos.
Mientras mantenía el ramo así en el agua, y los rayos del sol jugueteaban en torno a la niña y las
flores, surgió de dentro de una de las abatidas cabecitas de las flores un pequeño elfo, tan pequeño
como un dedo, el cual, con una suave vocecita, dijo:
-¡Gracias, Marlenchen!
Se arregló la dorada corona sobre su cabecita, y apareció entonces a su alrededor un claro
resplandor, como de una velita de Navidad. Este resplandor lo convirtió el elfo en un anillo para el
dedo, fino como un cabello.
-¡Póntelo en el dedo anular de la mano izquierda! -dijo a la niña-. Cuando tú lo mires, relucirán tus
ojos, y la persona a quien tú mires se sentirá alegre, y el que esté enojado recobrará su buen humor.
Cuando hubo acabado de hablar, el pequeño elfo desapareció, y Marlenchen no separó, durante el
camino de regreso a su casa, sus miradas del anillo. No sentía ya el pesado cesto; ¡todo era tan
ligero!...
Pero, cuando llegó delante del portal de la casa, oyó reprender en su interior a la madre, y pelearse
entre sí a las hermanas. Eran siete y daban mucho que hacer. Entonces miró Marlenchen de nuevo
su anillito y entró decidida en la habitación.
A su entrada, todos levantaron la mirada. ¡Cómo resplandecía Marlenchen! De golpe se acabaron
las riñas y las discusiones. La madre se dirigió gozosa al trabajo, y todo le salía fácil de la mano, y
los pequeños jugaban con Marlenchen, y todos se querían entre sí.
Cuando se hizo de noche, regresó a casa el padre, cansado y abatido del pesado trabajo y del largo
camino. Marlenchen salió a su encuentro. Al ver a la niña rio el padre; él mismo no sabía por qué,
pero sentía su corazón repleto de alegría hasta lo infinito.
Nadie vio el anillo en el dedo de Marlenchen. Era invisible para los demás. Pero Marlenchen sí lo
veía, y lo conservó en su dedo durante toda su vida. Cuando se despertaba por la mañana, a él
dirigía su primera mirada, y a su vista lucía el sol en sus ojos. Este sol calentaba todo lo que estaba
cerca de la niña. Si había alguien enfermo en la casa, o triste simplemente, o enfadado, mandaban a
buscar entonces a Marlenchen, y todo se ponía nuevamente bien. La gente llamaba a Marlenchen
"la niña del Sol". Ellos mismos no sabían por qué, pero no podían encontrarle otro nombre mejor.
FIN
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2. 1- Resume el cuento.
2- ¿Qué personajes aparecen? ¿Qué sabes de ellos?
3- Señala al margen la estructura del texto.
4- Completa el cuadro con las palabras en negrita del cuento:
DETERMINANTES TIPOS PRONOMBRES TIPOS
5- Busca en los dos primeros párrafos cinco adjetivos que estén
acompañados de sustantivos y especifica:
Adjetivo y sustantivo Género y número Grado del adjetivo
6- Escribe en tres grados diferentes estos adjetivos:
Alegre
Dulce
Gandul
7- ¿Cómo forman el superlativo en –ísimo estos adjetivos?
a. Cruel
b. Fuerte
c. Antiguo
d. Notable
e. Amable
2
3. 8- Explica por qué llevan tilde o no las palabras subrayada de este
párrafo:
Tirado sobre la polvorienta carretera, yacía un ramo de dorados "dientes de león". Mucha
gente pasaba por su lado sin fijarse en él. Algunos hasta le daban con el pie. Pero cuando
Marlenchen lo vio dejó el pesadísimo cesto en el suelo y levantó el ramo. Se dirigió con él
al arroyuelo e hizo beber a los tallos.
9- Busca un sinónimo y un antónimo para cada uno de los siguientes
términos en negrita extraídos de la lectura:
Las abatidas cabecitas
Una suave vocecita
Esté enojado
Entró decidida
Su corazón repleto
10- A partir del siguiente fragmento cambia el desenlace de la historia
inicial, inventándote un nuevo final. (20 líneas, aproximadamente)
Pero, cuando llegó delante del portal de la casa, oyó reprender en su interior a la
madre, y pelearse entre sí a las hermanas. Eran siete y daban mucho que hacer.
Entonces miró Marlenchen de nuevo su anillito y entró decidida en la habitación…
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