Este documento discute la importancia de crear escuelas inclusivas que valoren a todos los estudiantes. Propone que las escuelas deben establecer políticas y valores compartidos que apoyen la diversidad e innovación educativa para que todos los estudiantes puedan aprender. También argumenta que se requiere un cambio de paradigma educativo para lograr la inclusión, reconociendo los derechos de todos a la educación y la participación en un sistema escolar inclusivo.
1. Realizar una reflexión crítica sobre el sentido, la fundamentación y la
problemática de la Escuela Inclusiva, desde el análisis de tu propio contexto
profesional.
El desarrollo de la Educación Inclusiva debe direccionarse hacia el cumplimento de
varios propósitos, planteados desde varias perspectivas interrelacionadas (cultura,
las políticas y las prácticas de los centros).
Esta reflexión crítica, resultaría entonces que el sentido de crear escuelas inclusivas
involucra la creación de una comunidad escolar segura, placentera, acogedora,
colaboradora, inspiradora y estimulante en la que cada persona es valorada, como
el fundamento primordial para que todo el alumnado tenga mayores niveles de logro.
Diseña y plantea el desarrollo de valores inclusivos, compartidos por toda la
comunidad escolar, cuyos principios derivados guían las disposiciones o decisiones
que se concretan en las políticas escolares de cada centro educativo y en el
quehacer diario, y de esta forma el aprendizaje de todas las personas encuentra
apoyo en el proceso continuo de innovación educativa.
Elaborar políticas inclusivas considera el apoyo (o apoyo pedagógico), como todas
aquellas actividades que incrementen la capacidad de un centro educativo para
tener en cuenta a la diversidad del alumnado. Proporcionar apoyo individual a
determinados alumnos es sólo una de las formas a través de las cuales es posible
hacer accesibles los contenidos de aprendizaje a todo el alumnado. Esto implica el
abordaje de todas las políticas en ara o pro del mejoramiento del aprendizaje y la
intervención o participación abierta del alumnado en ese proceso, es decir, el
esfuerzo debe ir encaminado al alumno más que al centro de enseñanza o
aprendizaje.
También se ofrece apoyo, por ejemplo, cuando los docentes programan unidades
didácticas donde consideran diferentes puntos de partida y distintos estilos de
aprendizaje o cuando se plantea una metodología cooperativa. El apoyo se
transforma en parte integral de toda enseñanza, y esto se muestra en el desarrollo
de prácticas inclusivas, con el propósito de articular el aprendizaje.
Para alcanzar, adquirir o conseguir escuelas inclusivas se requiere de un cambio en
el paradigma educativo, desde integración hacia la inclusión; enmarcado en el
derecho a la educación, a la igualdad de oportunidades y a la participación. Es
habilitar escuelas para que tengan en cuenta a toda la comunidad como parte de un
sistema inclusivo, desde las políticas en general, hasta la reestructuración educativa
y el contexto sociocultural.
La inclusión es entonces, una manera diferente de entender la educación, implica
pensar en una nueva filosofía, con nuevas formas de analizar la cotidianidad
escolar, de trabajar y de convivir, es decir, pretende o requiere un conjunto de
2. acciones escolares, sociales y de la comunidad que excluyan las barreras que
impiden la intervención de los estudiantes en el aprendizaje, aceptando y valorando
las diferencias individuales.