Este documento propone una estrategia para analizar personajes literarios en grupos. Los participantes reciben tarjetas con breves descripciones de personajes de una novela o cuento que han leído. Cada uno debe adivinar de quién se habla y compartir su opinión. Luego se discuten las cualidades positivas de los personajes para destacar valores humanos. El objetivo es comprender mejor la lectura a través del análisis de personajes.
2. Nos parece adecuado el
titulo, ya que se trata de
descubrir el personaje a
través de un breve esbozo
que se hace de él. Y también
porque el animador hará a
cada participante esta
pregunta: «De quién
hablamos?».
3. Pueden ser niños muy pequeños o
niños y niñas mayores, según se
prepare la estrategia con un libro
muy elemental o una novela de
lectura más difícil.
En cuanto al número de
participantes, siempre que sea
posible conseguir la atención y el
silencio, pueden llegar incluso a
treinta.
4. Comprender lo
leído.
Dar importancia a
los sentimientos y
actitudes.
Ejercitar la
atención.
5. Como en todas las estrategias, se
necesitan suficientes ejemplares del libro
elegido.
Algunas hojas de cartulina, o fichas para
confeccionar las cartas. En cada una de
estas fichas el animador escribirá un
esbozo de cada personaje, procurando
que sea expresivo y teniendo en cuenta
sus sentimientos, sus actitudes y sus
cualidades psicológicas. Bastara fijar la
atención en ocho o diez personajes y
considerar distintos aspectos de cada
uno, hasta conseguir tantas cartas como
niños participen.
Se debe elegir un cuento o una novela
que tenga muchos personajes.
6. Preparado el material, y leído
previamente el libro por todos los
niños, la animación se lleva de la
siguiente forma:
El animador habla con brevedad del
argumento, solamente para recordar
la obra a los participantes.
Se reparte una carta, boca abajo, a
cada niño, pidiendo que nadie la lea
hasta que todos tengan la suya.
Cuando todos tienen ya su carta en
la mano, cada uno lee el contenido y
piensa en la respuesta que debe dar.
Pueden concederse cinco minutos de
silencio.
7. En ese memento el animador pide
al primer niño que lea su carta, y
al terminar de leer, le pregunta:
«De quién hablamos?». Y el niño
debe dar su opinión. Así, uno tras
otro, hasta lograr la participación
de todos.
Cuando han intervenido todos los
asistentes, el animador pregunta,
en general, qué personaje es el
más atractivo, el más noble, el
más generoso, el más limpio, etc.,
con el fin de destacar las
cualidades más importantes en el
ser humano.
8. Estará en razón del
número y edad de los
participantes, pero lo
normal será emplear
una hora en el desarrollo
de esta estrategia.
9. Se logrará el interés del niño si se
han elegido bien los personajes,
destacando tanto los más
importantes como algunos
secundarios que tengan una
cualidad notable. Y fijando la
atención no solamente en los que
presentan valores positivos, sino
también negativos.
La dificultad puede estar en la
escasa comprensión de lo leído y
en la mala elección del libro.
10. El animador debe evaluar
el desarrollo de la
animaci6n empezando por
su propia situación. Pero
también debe considerar si
el libro estuvo bien
elegido, si los personajes
eran adecuados, si se
destacaron o no los
valores que enriquecen al
ser humano, etc.