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La lucha por la popularidad en las redes sociales
1. La lucha por la popularidad en las
redes sociales
Por Manuel Alonso
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10-05-2018 Vistas: 1,458
Es quizá durante la adolescencia cuando se
despierta la inquietud expresa por la
popularidad. Quién es la más atractiva, la que
viste a la moda, la que cuenta con mayor
número de pretendientes, la que destaca por sus
éxitos deportivos o escolares sin llegar a ser
un nerd, su impactante personalidad o su
desbordante simpatía. Esas eran algunas de la
cualidades que determinaban el grado de
popularidad. Hoy, los parámetros de la
popularidad han tomado otro rumbo.
El terreno en donde se disputa ahora
la popularidad dista mucho de ser el patio de la
escuela o las reuniones sociales. Es más abierto, evidente, medible y
comprobable y para competir, la personalidad es apenas una de las exigencias; se
requiere de habilidad, creatividad, constancia y de una importante inversión en
tiempo (a veces en dinero), lo que al final puede resultar desgastante y hasta
estresante.
Las redes sociales se han convertido en un tasador patente y manifiesto de los
niveles de popularidad de una persona. Y no estamos hablando sólo del número
de “likes” o de seguidores. La popularidad en las redes llega a tener referencias
más complejas para establecer parámetros de medición, como el número de
ocasiones que un nombre es “tagueado”, el nivel de comentarios o actividad
generada por un post o el diferencial que resulta entre las personas que te siguen
contra el número de las que sigues.
Redes sociales como Facebook han dejado de ser solo un lugar para pasar el rato.
Estudios recientes muestran que tienen un mayor impacto en el comportamiento
y actitudes de las personas, especialmente los jóvenes, ya que se ha convertido en
su registro de popularidad.
En su afán por sobresalir, los jóvenes dedican tiempo en exceso a este propósito
y si bien les brinda la posibilidad de conectarse y comunicarse con sus amigos,
también puede generar estrés y hasta decepción.
Y es que mantener un ritmo creciente de seguidores, cuidar y elaborar los
contenidos para generar un mayor número de likes o influir en la conversación,
2. exige tiempo, creatividad, originalidad y dedicación, y cuando el resultado no es
el esperado, bueno, viene la frustración.
Se dice que en los adolescentes esto ha llegado a generar problemas de salud
mental. Puede ser tal la obsesión, que sus hábitos en la casa y en la escuela se ven
afectados. Estudios muestran que estos jóvenes enfrascados en la lucha frenética
por la popularidad, son más propensos al abuso de sustancias y tiene un mayor
número de compañeros sexuales en la búsqueda de esa aceptación.
Esta práctica no solo se da en la esfera de los adolescentes, también ha alcanzado
a profesionales y ejecutivos que encuentran en LinkedIn, Facebook, Twiter y
hasta en Tinder, espacios para calibrar su popularidad. Y claro que es
comprensible, lo que no es válido es que esta labor se le dedique tiempo en
exceso y más aún si es en horas laborables; entonces el costo resulta mayor.
La afectación en los profesionales, a diferencia de los adolescentes, no
necesariamente es en la salud mental; si en el ego, la vanidad, el amor propio,
pero sobre todo en el rendimiento en el trabajo. Un estudio de Learnstuff.com,
revela que los trabajadores interrumpen su actividad cada 10.5 minutos para
actualizar sus perfiles sociales. Esto implica que tarda 23 minutos en volver al
trabajo, lo que le puede costar una empresa hasta 100 mil pesos al año.
Un bajo desempeño en el trabajo trasciende hacia la relación de un empleado con
sus colegas y especialmente con sus superiores y por más seguidores y likes que
obtenga, eso no le salvará de perder su bono anual o inclusive su trabajo. Otra
consideración que habría que tomar en cuenta es que el 88 por ciento de las
empresas consulta la actividad de sus candidatos en las redes sociales. La
popularidad tiene un precio.
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