Este documento discute cómo las películas, las redes sociales y la publicidad han distorsionado la imagen de las personas que trabajan en revistas de moda, haciéndolas parecer más estilizadas de lo que son. El autor argumenta que es más importante proyectar a los lectores que son personas inteligentes con criterio, no estilizadas. La revista busca guiar a una mujer culta y ocupada a encontrar atuendos que la hagan sentir segura en el trabajo o en citas.