El documento describe numerosos factores que pueden afectar el desarrollo físico de un individuo desde el embarazo hasta la primera infancia, incluyendo factores constitucionales, ambientales y nutricionales. La primera infancia se caracteriza por grandes cambios motrices como caminar y correr. El desarrollo puede verse influenciado por la edad y salud de la madre, nutrición, enfermedades, atención recibida y factores socioeconómicos.

2. Desde el nacimiento hasta la muerte, todo ser viviente pasa por numerosos y profundos cambios en su composición, estructura, forma y funcionamiento. Las transformaciones que se producen durante el crecimiento y desarrollo tienen una magnitud mayor en los primeros años de la vida. Poco a poco, y de manera paralela a los incrementos del desarrollo físico, la maduración del sistema nervioso alcanza niveles progresivamente superiores, que permiten transformar la actividad neurológica primitiva del neonato de pocas semanas y con pobre coordinación visomotora, en el lactante de un año, capaz ya de trasladarse por sí mismo, manipular diversos objetos que se encuentren a su alcance cercano, e incluso, sin ayuda, adquirir la posición de pie y la marcha con apoyo, entre sus principales logros.

3. La primera infancia (0 a 6 años) se caracteriza por grandes cambios en el desarrollo motor. Es la etapa de la adquisición de las habilidades motrices básicas: caminar, correr, saltar, escalar, trepar, lanzar y capturar, así como la cuadrupedia y la reptación. Estas habilidades motrices no solo aparecen por efectos de la maduración biológica, sino que también son un producto de la actividad práctica del niño y la niña en el medio que los rodea.

5. Numerosos factores pueden incidir sobre el desarrollo físico, y de la más diversa índole: constitucionales, ambientales y nutricionales, entre otros. Estos factores que influyen desde el desarrollo intrauterino se vinculan con los siguientes aspectos: edad de la madre, gestaciones anteriores, trastornos funcionales de la madre, sensibilidad de la madre, régimen alimentario, infecciones, medicamentos, agentes físicos y factores emotivos.

6. Edad de la madre.- Estudios efectuados indican que el tiempo más favorable para tener un hijo o hija se extiende, como promedio, entre los 22 y 28 años, período durante el cual los órganos femeninos alcanzan su plena madurez. Gestaciones anteriores.- Está definido perfectamente que el número de gestaciones anteriores tiene relación con la supervivencia del niño y la niña y con la frecuencia de anomalías en el feto.

7. Sensibilidad de la madre En el caso de que los genes de la madre y el feto presenten diferencias en lo concerniente al grupo sanguíneo, la madre puede estar sensibilizada y producir anticuerpos que afecten desfavorablemente el desarrollo del niño y la niña. Trastornos funcionales de la madre Se incluyen todos los desórdenes o afecciones funcionales que pueden aparecer durante el embarazo, y que pueden tener serias consecuencias sobre el desarrollo del feto, por ejemplo, hipertensión, estados pre-diabéticos o diabéticos, hipertiroidismo y otros.

8. Régimen alimentario . Este es el elemento más importante que puede influir sobre el desarrollo del feto, por el conjunto de elementos nutritivos que le aporta la madre. Infecciones Distintos microbios pueden pasar de la madre al feto. Los virus que llegan a él durante el 1. er trimestre de vida prenatal pueden influir gravemente sobre su desarrollo y causar malformaciones

9. Agentes físicos La variación intrauterina por causas internas o externas puede afectar desfavorablemente el desarrollo normal del feto. Pueden aparecer deformidades por una posición inadecuada, inmovilización prolongada, cambios de temperatura, etc. Las radiaciones de rayos X son peligrosas especialmente durante los primeros meses. En los últimos años, se ha demostrado que las vibraciones o los ruidos violentos pueden producir una reacción convulsiva. Medicamentos El peligro que ocasiona al feto, la ingestión por parte de la madre de ciertos medicamentos, fue puesto en evidencia después de 1962 en Alemania, debido al nacimiento de numerosos niños y niñas deformes cuyas madres habían ingerido thalidomida durante la gestación.

10. Factores emotivos Se señala que los desórdenes de tipo emocional pueden ocasionar alteraciones en el desarrollo físico y psíquico del niño y la niña. El sistema nervioso fetal puede ser sensible a la bioquímica propia de los estados afectivos negativos de su progenitora. Etapa postnatal A partir del nacimiento se pueden presentar otros factores que puedan ejercer una acción perjudicial sobre el recién nacido.

11. Nutrición Los casos agudos de desnutrición afectan enormemente el crecimiento y desarrollo del niño y la niña y pueden devenir en cuadros clínicos más severos. Enfermedades Las afecciones que sufren el niño y la niña, unas más severas que otras, pueden dejar huellas imborrables en su desarrollo posterior.

12. Atención al niño y la niña La insuficiente atención puede perturbar notablemente el desarrollo. El niño y la niña que no han gozado del amor y calor parentales durante los seis primeros años de la vida, sufrirán frustración, de forma más o menos grave, durante el resto de su vida. El desarrollo socioeconómico Este factor posee una proyección biológica consistente en la tendencia hacia un nivel de desarrollo más alto: mayor talla y peso, brote más temprano de los dientes, osificación más rápida, maduración sexual más temprana. O, por el contrario incidir negativamente en tales índices si las condiciones no son favorables.

14. - Se consideran normales el niño y la niña que se encuentran comprendidos dentro de la franja de curvas que forman el haz entre el 3 y el 97, de acuerdo con la edad y el sexo. - El niño y la niña ubicados entre el 3 y el 10 percentil también deben ser analizados con detenimiento para indagar sobre factores causales. - Cambios bruscos de un percentil a otro en cortos períodos y de gran disparidad entre los percentiles de peso y talla, también deben ser evaluados cuidadosamente. - Debe tenerse en cuenta que no existe para ninguna medida en particular un punto fijo que separe lo normal de lo anormal.