La inteligencia interpersonal se refiere a la capacidad de las personas para gestionar con éxito sus relaciones con los demás, entender sus intenciones y conectarse con sus deseos, según la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner. Implica habilidades como la empatía, guiar grupos, y descubrir intenciones ocultas. Se puede desarrollar escuchando activamente, viendo las perspectivas de los demás, e identificando emociones propias y ajenas.
1. ARTICULO 2
Inteligencia interpersonal
¿Qué es la inteligencia interpersonal?
Según la Teoría de las Inteligencias Múltiples propuesta por Howard Gardner en
1983, la inteligencia personal es aquella que le permite a los individuos gestionar
con éxito sus relaciones con los demás. Implica entender rápidamente sus
intenciones, conectar con sus deseos, elaborar distinciones y cualquier otro tipo de
aproximaciones al contacto social con otras personas. Recordemos que la teoría
de Gardner distingue entre los distintos tipos de capacidad analítica del ser
humano. Explica su capacidad para enfrentar con éxito y soltura determinadas
situaciones de la cotidianidad, poniendo en práctica un conjunto de factores de
tipo biológico, cultural, histórico y personal. De ese modo, la inteligencia
interpersonal se distingue en sus características específicas de otros tipos de
inteligencia, como son la lingüístico-verbal, la lógico-matemática, la espacial o
visual, la musical, la corporal-kinestésica, la naturalista y la intrapersonal. Así, la
inteligencia interpersonal se da con fuerza en cierto tipo de personas, como las
que solemos hallar en posiciones de liderazgo, en la política, en el rol de
maestros, terapeutas o incluso figuras religiosas.
Características de la inteligencia interpersonal
La inteligencia interpersonal no es necesariamente de tipo verbal, o sea, no
requiere siempre del uso de la palabra, aunque ésta sea el instrumento de
comunicación más efectivo y usual de los seres humanos. Se trata de una cierta
facilidad para la comprensión y el entendimiento del mundo interior de los demás,
lo cual involucra determinados niveles de empatía. Reconocer sentimientos
ajenos, brindar la respuesta adecuada, conducir grupos o incluso descubrir
intenciones ocultas, forman parte de las capacidades que este tipo de inteligencia
entraña. Los individuos con este tipo de inteligencia muy desarrollado pueden
guiar a otros hacia la identificación y resolución de sus problemas, así como hacia
la toma eficiente de decisiones sociales.
Cómo desarrollar la inteligencia interpersonal
Aprender a escuchar. Hacer consciente nuestra actitud mientras oímos a otro,
puede darnos luces respecto a qué tanta atención estamos prestándole y qué
tanto podemos conectarnos con lo que intenta expresar. Interrupciones, retiros de
atención, gestos inquietos… son evidencia de que no estamos prestando atención
sino esperando el turno al habla.
Ponerse en “los zapatos de los demás”. El ejercicio de la empatía es una buena
forma de mejorar la inteligencia interpersonal. Analizar ciertas situaciones
asumiendo realmente la perspectiva del otro, en lugar de acudiendo al “deber ser”,
puede ayudarnos a sensibilizar la mirada y conectar con las emociones del otro.
2. Identificar las emociones. El trabajo de identificar y comprender las propias
emociones y nuestras reacciones ante ellas puede darnos luces respecto a las emociones
de los demás. Después de todo, nuestros cuerpos están constantemente comunicando
nuestro mundo interior, y si aprendemos a leer sus señales, podremos también leer las
señales ajenas.