Exu, Ogum, Oxóssi, Nanã, Oxumarê, Omolu/Obaluaiê, Xangô, Oiá o Iansã, Obá, Oxum, Iemanjá y Oxalá entre varios otros, son algunos de esos dioses y diosas africanos que componen el culto en el candomblé queto y cuya presencia en el imaginario de nuestro país yaa es bastante difundida, sea en la música popular o en las representaciones, imágenes, ilustraciones, etc.
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1_El Panteón nagô-queto: orixás
1. El Panteón nagô-queto: orixás
En esta religión, la creencia en un panteón propio de divinidades es otra característica
fundamental. El “de fundamento”, si preferimos los términos de los propios grupos de
devotos en general, el llamado “povo de santo”, al referirse a estos principios de sus
prácticas y concepciones. Esas divinidades son muy características y conocidas en el
ámbito de la cultura brasilera en general: los orixás.
Esos dioses y diosas africanos cultados aqui por varias “naciones” de candomblé, por
ser elementos centrales de esos cultos, fueron ampliamente estudiados. Un autor
igualmente central por su contribución a esos y otros estudios fue el francés radicado
en Salvador, Pierre Verger, figura de gran importancia tanto en los campos
académicos cuanto en el propio territorio de la religiosidad, principalmente en tierras
baianas. En sus múltiples idas y vueltas a través del Atlantico, Verger no solo se
integró de forma destacada entre los lideres religiosos, sino que también llegó una
obra destacada para el campo de estudios sobre las religiones afro-brasileras,
principalmente en su vertiente nagôqueto (al respecto de su reducida actuación en los
medios académicos “inclusive por la aversión que demuestra el diálogo con los
intelectuales” ), y estableció una nueva perspectiva de relación con las comunidades
estudiadas.
Etnólogo de caudalosa producción, pero también eximio fotógrafo se volvió babalaô en
el propio Keto africano, en 1950, a partir de ahí recibiendo el título de Fatumbi: “aquel
que nació nuevamente por la gracia de Ifá”. Este portador de varios aspectos y
saberes sobre el candomblé expone su concepción sobre las divinidades de esa
religión, en obra dedicada al estudio de esos dioses en Brasil y en África, de la
siguiente manera:
El orixá sería, en principio, un ancestral divinizado, que, en vida,
establecerá vínculos que le garantizan un control sobre ciertas fuerzas de
la naturaleza, como el trueno, el viento, las aguas dulces o saladas, o,
también, asegurándole la posibilidad de ejercer ciertas actividades como la
caza, el trabajo con metales o, también, adquiriendo el conocimiento de las
propiedades de las plantas y de su utilización. El poder, àse, del ancestral-
orixá haría, después de su muerte, la facultad de encarnarse
momentáneamente en uno de sus descendientes durante un fenómeno de
posesión por él provocada (VERGER, 2002, p. 18).
Veremos, como el trecho anterior ya anticipa, la importancia también de los otros
principios religiosos fundamentales, integralmente relacionados a las divinidades y que
serán reiteradamente evocados, principalmente por su relación con los aspectos
sonoros: El transe/ posesión y el axé. Ambos integralmente ligados a las concepciones
de orixá. Y todos operando conjuntamente para la solidificación de los lazos entre los
miembros del grupo religioso, en un cuadro de reconstrucción de relaciones étnicas,
culturales, sociales y religiosas. En sus formas originales, los cultos a ancestrales y
divinidades estaban fuertemente ligados a las estructuras familiares y a relaciones
locales:
En África, cada orixá estaba ligado a una ciudad o a un país entero [...]
Sàngó en Oyó, Yemoja en la región de Egbá, Iyewa en Egbado [...] Los
orixás viajaron, en seguida, para otras regiones africanas, llevados por los
pueblos en el curso de sus migraciones [...] Cuando el africano era
transportado para Brasil, el orixá tomaba un carácter individual, ligado a la
suerte del esclavo, ahora separado de su grupo familiar de origen.
2. La cualidad de las relaciones entre un individuo y su orixá es, diferente, en
el caso de que se encuentre en África o en el Novo Mundo. En África, la
realización de las ceremonias de adoración al orixá es asegurada por los
sacerdotes designados para tal [...]
En Brasil, al contrario, cada uno debe asegurar personalmente las
minuciosas exigencias del orixá, teniendo, la posibilidad de encontrar en un
terreiro de candomblé un medio donde inserir-se, y un pai o mãe-de-santo
competente, capaz de guiarlo y ayudarlo a cumplir correctamente sus
obligaciones en relación a su orixá [...] Existen, así, en cada terreiro de
candomblé, múltiples orixás personales, reunidos en torno al orixá del
terreiro, símbolo del reagrupamiento, del que fue dispersado por el tráfico
(ibid., p. 32-33).
Por lo tanto, fue la reelaboración de las prácticas religiosas africanas en Brasil, en el
contexto de la opresión esclavista – principalmente en los últimos tiempos de ese
régimen - que dio origen al candomblé queto. De esa forma, algunas características
locales se tornaran bastante presentes en esas religiones, como la estructuración de
los grupos en comunidades denominadas terreiros, “termino que acabó siendo
sinónimo de la asociación y del lugar donde se práctica la religión tradicional africana”
(SANTOS, 2002, p. 32). O sea, un punto de reunión de los practicantes de la religión
albergado por los fundamentos de sus prácticas y también morada para algunos de
sus miembros. Sobre esos miembros, conviene destacar otra peculiaridad de su
organización:
La familia-de-santo fue la forma de organización que estructuró los terreiros
donde negros y mulatos, destituidos de un grupo de referencia por la
esclavitud, se reunian, estableciendo vínculos basados en lazos de
parentesco religioso. Esa forma de organizarse persiste hasta hoy (SILVA,
2005, p. 56-57).
Los orixás forman, entonces, un conjunto de divinidades cuya importancia en las
concepciones y prácticas de la religión es primordial. Su panteón “en América es
constituido por aproximadamente una veintena de orixás y, tanto en Brasil como en
Cuba, cada orixá, con pocas excepciones, es celebrado en todo el país” (PRANDI,
2001, p. 20).
Es la concepción religiosa de que esos “ancestrales divinizados”, como se refiere
Verger, tienen sus “hijos” que son por ellos influenciados espiritualmente. Más allá de
las fuerzas de la naturaleza y de las actividades por eles presididas, su multiplicidad
de temperamentos y la riqueza narrativa de los mitos propician una serie de
explicaciones religiosas para la igual diversidad de personalidades y destinos de sus
hijos espirituales. En todas las obras citadas hasta aquí, en el decorrer de este
capítulo, se encuentran expuestas y analizadas as características, funciones religiosas
y atribuciones de los orixás, siendo que en Verger (2002) encontramos más
detalladamente aspectos generales de las formas de culto en África y en el Nuevo
Mundo y en Prandi (2001) una colección de mitos recopilados de varias fuentes,
oriundos de esos cultos.
Por tanto, Exu, Ogum, Oxóssi, Nanã, Oxumarê, Omolu/Obaluaiê, Xangô, Oiá o Iansã,
Obá, Oxum, Iemanjá y Oxalá entre varios otros, son algunos de esos dioses y diosas
africanos que componen el culto en el candomblé queto y cuya presencia en el
imaginario de nuestro país yaa es bastante difundida, sea en la música popular (ver
PRANDI, 2005, p. 175-214 e AMARAL e SILVA, 2008) o en las representaciones,
imágenes, ilustraciones, etc.
3. En el contexto de las fiestas públicas del candomblé, cuyo interés para este trabajo es
bastante acentuado, existe un calendario de efemérides de los orixás fuertemente
influenciado por el sincretismo, como las datas de las fiestas relacionadas a las de las
conmemoraciones católicas en su distribución a lo largo del año.
Por esa influencia del catolicismo en el calendario de las fiestas de candomblé
notamos la asociación de las datas que, considerando las “equivalencias” sincréticas,
serian consagradas las aproximaciones católicas dos orixás. Así, por ejemplo, se
atribuyó la data del 8 de diciembre, día de Nossa Senhora da Conceição, a las fiestas
de Oxum o de Iemanjá como interpretación de la correspondiente simbología entre
ambas (sobre sus variaciones regionales, ver SILVA, 2005, p. 75 98)
Lo que se observa en el trabajo de campo, principalmente en el acompañamiento de
fiestas del candomblé queto, es una razonable variabilidad que, en tanto gira en torno
de las datas establecidas de forma general (23 de abril para Ogum/ San Jorge; las
Fogueiras de Xangô a fines de junio, asociadas a las fiestas de los santos juninos;
etc.), pero que obedece las condiciones particularizadas, tales como disponibilidad de
recursos, de tempo de los principales involucrados; disposiciones del oráculo de los
orixás homenajeados y otras variables. Se observa, una tendencia de desvinculación
de la especificidad de la data católica bastante evidente en los procesos más recientes
en el desenvolvimiento histórico de la religión.
Que lleva a una búsqueda y cultivo de los principios más fundamentales. Vamos a
detenernos un poco en algunos de esos fundamentos y su importancia para la
comprensión del contexto en que las sonoridades se articulan.
Traducción: Nicolás Rodríguez.
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- RIBEIRO DE VASCONCELOS, Jorge Luiz; AXÉ, ORIXÁ, XIRÊ E MÚSICA: Estudo
de música e performance no candomblé queto na Baixada Santista; Campinas; 2010