El documento describe el descubrimiento y la historia del Monolito de Pampas del Inca. Miguel Samaniego Morí descubrió la piedra tallada de 2 metros de altura en 1965 mientras cazaba. Representa a una figura femenina con atuendos ceremoniales. Fue trasladado a una escuela local para su protección, aunque actualmente se encuentra en condiciones no adecuadas sin protección. El documento argumenta que es necesario que las autoridades tomen medidas para conservar y promover este importante resto prehispánico y convertir
1. “Monolito de Pampas del Inca”
Autora: Nimia Pérez Herrera1
.
Tras haber recorrido 120 km aproximadamente desde la provincia de Jaén,
región Cajamarca, en dirección al distrito de San José del Alto, se ubica el caserío de
Pampas del Inca, lugar al que se puede acceder con movilidad sin ningún
contratiempo en 2 horas 45 minutos. Su clima durante el año es variado: lluvioso, frío y
templado.
El señor Miguel Samaniego Morí, fue el teniente gobernador y gestor, conjuntamente
con otros pobladores como, el señor Daniel Gavidia Hurtado, Evaristo Rufasto,
Segundo Gavidia, entre otros. Antes de su creación, este territorio perteneció al actual
centro poblado de Peña Blanca.
Entre los primeros pobladores del caserío de Pampas del Inca se tiene, al
Señor Miguel Samaniego, Martín Montalbán, Ezequiel Montalbán, Manuel Rodríguez,
Daniel Gavidia, Segundo Gavidia, Evaristo Rufasto, entre otros.
Fue un día 15 de agosto de 1965, cuando el señor Miguel Samaniego Morí
salió al campo portando una escopeta calibre “16”, ajo, sal y agua bendita (como
creencia y precaución de cualquier acción o “mala hora” que se le presente). Estando
en el fondo de la montaña, encontró
una perdiz a quien la persiguió,
cambiando pronto su “presa” por un
enorme oso a quien le dio más
importancia, cambió de munición a
“00” y partió tras las huellas de este
sabroso y curativo animal silvestre .
Durante la búsqueda de este animal
silvestre, se encontró con esta
piedra tallada a horas 3:00 de la
tarde, quedó sorprendido, dejó de
perseguir al oso y con su “machete”
despejó las hierbas que estaban en
su contorno. El señor Miguel
Samaniego Morí, tenía precaución
de tocarlo con la mano, por eso es
que no lo hizo, los bejucos y
hojarascas los limpiaba con la punta
de su machete. Como creencia para
que no lo hiciera nada, le dejó su
pañuelo y su bivirí, asimismo le dejó
ajo, sal y agua bendita.
El monolito estaba parado,
cuya mirada era hacia donde sale el
sol, la cabeza ya estaba rajada.
Luego de dar la noticia de este
caso, otros cazadores también lo
encontraron pero ya había huellas,
porque estaba despejado entre ellos
un señor Agurto, entre otros.
El descubridor del monolito
se identifica con DNI Nº 27696965, nació el 21 de enero de 1926 y actualmente
aborda los 87 años de edad, a quien todavía se ha tenido la suerte de conversar
1 Licenciada en Historia, Geografía y Turismo. 2015.Jaén-Peru.
2. personalmente en su propio domicilio, en donde tiene varias piezas originales de
piedra y arcilla para mostrar al público.
El Monolito tiene una altura de 2 metros con 14 centímetro y pesa
aproximadamente una tonelada, es decir, 20 quintales. Perteneció al horizonte
temprano, representa a un personaje con sus atuendos ceremoniales, sus rasgos son
femeninos, tiene orejeras y dos plumillas en la cabeza, asimismo se observa manos,
pies y ombligo. Existen dos hipótesis más acertadas con respecto a la rajadura de la
cabeza por el cuello. Una de ellas es, que el monolito posiblemente fue un Dios o el
jefe de mando de todo el grupo humano o cultura de esta zona, a quien adoraban u
obedecían, al entrar otra cultura extraña a dominar sus propios seguidores, rompieron
la cabeza para que no lo tomen o lo tengan como trofeo o muestra de derrota. La otra
hipótesis es, que posiblemente en épocas de lluvias torrenciales le cayó un rayo y
pudo causarle esa rajadura.
Después que la gente tomo conocimiento de la existencia de este resto
hispánico a quien le llamaban “Inca”, dialogaban y creían que en el fondo de la tierra
podría haber riquezas. Sucedió, que el señor Leocadio Vílchez Remarachín, se decidió
ir un día a hacer excavación alrededor del monolito, entusiasmado de encontrar oro y
plata, logró voltearlo pero no encontró nada, en la tarde llegó a su casa con un fuerte
malestar, en poco tiempo murió arrojando sangre por la boca y el ano. A partir de este
hecho la población tenía temor acercarse al monolito.
El campo ceremonial es amplio donde estuvo parado originalmente el
monolito, donde llegaban posiblemente sus seguidores a rendirle culto, hoy este
campo se ha convertido en una inverna para ganado vacuno. Con un proyecto cultural
se puede restaurar la zona, ubicar una réplica para la explicación a los turistas.
La población luego de tomar conciencia de la importancia de este resto
histórico, decidió trasladarlo a la IE. “Mario Vargas Llosa” y para ello primeramente lo
hicieron bendecir, cuyo sacerdote fue el “Padre Eugenio Mego Díaz”, después lo
trasladaron con palos y sogas y lo llegaron en dos días, 40 varones cargaban el
cuerpo y 20 mujeres la cabeza, hoy permanece en un aula de la IE “Mario Vargas
Llosa” de manera original. Cuando visites el monolito, ubica el dedo medio en el
ombligo y mentalmente pide tu deseo que más necesitas en tu vida, pronto se te
cumplirá (Carlos Segundo Herrera Quiroz, comunicación personal, febrero del 2013).
Se visitó la instalación donde se encuentra el “Monolito de Pampas del Inca” y
se pudo observar que se encuentra en un ambiente no acondicionado para la
conservación y protección de este resto prehispánico; al encontrarse sin ninguna
protección a su entorno, personas por desconocimiento del valor histórico que posee,
le pasaron tiza de pizarra a la cara, brazos y ombligo; se deduce que lo hicieron para
remarcar el rostro y brazos, para así tener una visualización genérica de la imagen.
Tras esta visita surgen unas interrogantes, ¿Por qué este resto prehispánico se
encuentra en esas condiciones? ¿Existe desconocimiento por parte de autoridades
provinciales y distritales? ¿falta de políticas culturas? Se descarta, que sea por
desconociendo de autoridades provinciales y distritales, puesto que autoridades
municipales conocen al caserío de Pampas del Inca y han visitado este resto
prehispánico, asimismo en el escudo de la provincia de Jaén está plasmado esta
imagen. Se infiere, que el monolito de Pampas del Inca, se encuentra en esas
condiciones por falta de conciencia cultural y políticas culturales, por parte de la
población y autoridades.
Es momento propicio que autoridades regionales y locales tomen conciencia de
éste resto prehispánico y le den la de vida conservación y difusión, y así convertir a
Pampas del Inca en un atractivo turístico.