El documento describe las características de la obra Venezuela Heroica de Eduardo Blanco. Explica que es una epopeya romántica que presenta una visión subjetiva de los hechos históricos a través de la empatía y el apoyo de fuentes documentales. También analiza los recursos épicos que utiliza Blanco como la ampliación del espacio y el tiempo para magnificar a los héroes como Bolívar y Ribas.
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Epopeya de Venezuela Heroica
1. CASTELLANO Y LITERATURA
PROFA.: NARCISA CONTRERAS
CARACTERÍSTICAS DE VENEZUELA HEROICA
EPOPEYA ROMÁNTICA
Venezuela Heroica es una historia cargada del subjetivismo de Eduardo
Blanco. Es decir, es una historia romántica en la que se evidencian los
siguientes aspectos:
Visión crítica de la realidad: Eduardo Blanco trata de explicar el hecho
histórico.
Empatía: Eduardo Blanco se identifica con los hechos que presenta, y
aunque no los vivió, tuvo la oportunidad de oírlos de boca de sus
principales testigos, especialmente del General José Antonio Páez.
Apoyo de fuentes documentales: Blanco no solo se basó en el
testimonio de personas y héroes que vivieron los hechos, sino que en su
condición de militar tuvo la oportunidad de revisar documentos y fuentes
directas, por ejemplo en el cuadro “La Victoria” representa la Proclama
que Ribas dirige a sus soldados.
Visión subjetiva del hecho histórico: el autor canta lo que ve pero
desde sus emociones.
Estilo poético: Venezuela Heroica está presentada en un tono
declamatorio.
CARACTERÍSTICAS ÉPICAS DE “VENEZUELA HEROICA”
Según Eduardo Crema, la tonalidad épica de “Venezuela Heroica” se da
mediante los recursos de ampliación en el espacio, en el tiempo y líricamente
en base a comparaciones, epítetos, hipérboles y otros recursos.
La ampliación en el espacio persigue magnificar a los héroes en relación
con los héroes que lo rodean.
Cada héroe se destaca en relación con su entorno humano.
Cada héroe que interviene tiene su distintivo que lo honran, pero hay dos
de mayor dimensión: Bolívar y Ribas.
En cuanto a la ampliación en el tiempo, los acontecimientos son
agrandados mediante la comparación.
2. La Victoria
(12 de febrero de 1814)
II
¡He aquí el año terrible! El año de las sangres y de las pruebas
en cuyo pórtico aparece escrito por la espada de Boves, el Lasciate
ogni speranza para los republicanos de Venezuela.
En torno de aquel feroz caudillo, improvisado por el odio, más
que por el fanatismo realista, las hordas diseminadas en la dilatada
región de nuestras pampas, invaden, como las tumultuosas olas de
mar embravecida, las comarcas hasta entonces vedadas a sus
depredaciones.
Mayor número de jinetes jamás se viera reunido en los campos
de Venezuela. De cada cepa de yerba parecía haber brotado un
hombre y un caballo. De cada bosque, como fieras acosadas por el
incendio, surgían legiones armadas, prestas a combatir. Los ríos, los
caños, los torrentes que cruzan las llanuras, aparecen erizados de
lanzas y arrojan a sus riberas tropel innúmero de escuadrones
salvajes, capaces de competir con los antiguos centauros.
Suelta la rienda, hambrientos de botín y venganzas, impetuosos
como una ráfaga de tempestad, ocho mil llaneros comandados por
Boves hacen temblar la tierra bajo los cascos de sus caballos que
galopan veloces hacia el centro del territorio defendido por el
Libertador.
Nube de polvo, enrojecida por el reflejo de lejanos incendios, se
extiende cual fatídico manto sobre la rica vegetación de nuestros
campos. Poblaciones enteras abandonan sus hogares. Desiertas y
silenciosas se exhiben las villas y aldeas por donde pasa, con la
impetuosidad del huracán, la selvática falange, en pos de aquel
demonio que le ofrece hasta la hartura el botín y la sangre, y a quien
ella sigue en infernal tumulto cual séquito de furias al dios del
exterminio.
Es la invasión de la llanura sobre la montaña: el
desbordamiento de la barbarie sobre la República naciente.
Conflictiva de suyo la situación de los republicanos, se agrava
con la aproximación inesperada del poderoso ejército de Boves.
3. Bolívar intenta detener las hordas invasoras, oponiéndoles el
vencedor en Mosquiteros”, con el mayor número de tropas que le es
dado presentar en batalla.
Vana esperanza. Campo Elías es arrollado en “La Puerta”, y
sus tres mil soldados acuchillados sin misericordia.
Tan funesto desastre amenaza de muerte la existencia de la
República.
Campo Elías vencido, es la base del ejército perdida, es el flaco
abierto, la catástrofe inevitable.
Todos los sacrificios y prodigios consumados por el ejército
patriota para conservar bajo las armas la parte de territorio tan
costosamente adquirida, van a quedar burlados.
La onda invasora se adelanta rugiendo: nada le resiste, todo lo
aniquila. Detrás de aquel tropel de indómitos corceles, bajo cuyas
pisadas parece sudar sangre la tierra, los campos quedan yermos, las
villas incendiadas sin pan el rico, sin amparo el indigente: y el pavor,
como ave fatídica, cerniéndose sobre familias abandonadas y grupos
despavoridos y hambrientos que recorren las selvas como tribus
errantes.
¡El nombre de Boves resuena en los oídos americanos como la
trompeta apocalíptica! Cunde el terror en todos los corazones; mina
de desconfianza el entusiasmo del soldado; Caracas se estremece de
espanto, como si ya golpearan a sus puertas las huestes del feroz
asturiano; decae la fe en los más alentados, y una parálisis violenta,
producida por el terror, amenaza anonadar al patriotismo. Cual si uno
de los gigantes de la andina cordillera hubiese vomitado de improviso
gran tempestad de lavas y escorias capaz de soterrar el continente
americano, todo tiembla y toda se derrumba.
Sólo Bolívar no se conmueve; superior a las veleidades de la
fortuna, para su alma no hay contrariedad, ni sacrificio, ni prueba
desastrosa que la avasalle ni la postre.
Sin detenerse a deplorar los hechos consumados, alcanza con
el relámpago del genio los horizontes de la patria; pesa la situación
extrema que le trae la derrota de Campo Elías y la doble invasión que
practican a la vez Rosete y Boves sobre la capital y sobre el centro
de la República; mide sus propias fuerzas, que nunca encontró
débiles para luchar por la idea que sostuvo, y concibe y pone en
4. práctica, con enérgica resolución, un nuevo plan de ataque y de
defensa.
Seguido de parte de las tropas con que asedia Puerto Cabello,
va a fijar en Valencia su cuartel general; punto céntrico desde el cual
con facilidad puede auxiliar a D’ Eluyar, a quien ha dejado frente a los
muros de la plaza sitiada; al ala izquierda del ejército patriota, que
cubre el Occidente; y a atender al conflicto producido en Aragua con
la aproximación de Boves.
A tiempo que Ribas improvisa en Caracas una división para
marchar sobre el enemigo,Aldao recibe orden de fortificar el estrecho
de la Cabrera, donde va a situarse Campo Elías con los pocos
infantes salvados de la matanza de La Puerta.
A Urdaneta que combate en Occidente, se le exige reforzar con
parte de sus tropas las milicias que se organizan en Valencia.
Ínstasele a Mariño a que acuda en auxilio del Centro. Díctase
medidas extremas, pónese a prueba el patriotismo; al que puede
manejar un fusil se le hace soldado; acéptase la lucha, por desigual
que sea; y Mariano Montilla, con algunos jinetes, sale veloz del
cuartel general, se abre paso por entre las guerrillas enemigas que
infestan la comarca, y va a llevar a Ribas las últimas disposiciones
del Libertador.
Nada se omite en tan difíciles circunstancias; lo que está en las
facultades del hombre, se ejecuta, lo demás toca a la suerte decidirlo.
El conflicto entre tanto, crece con rapidez. Como aquellos
terribles conquistadores asiáticos, ávidos de poder y venganza,
Boves se adelanta por entre un río de sangre, que alimentan sus
feroces llaneros al resplandor siniestro de cien cabañas y aldeas
incendiadas, que el invasor va dejando tras sí convertidas en ceniza.
Apercibido a la defensa, el Libertador aguarda confiado en su
destino la sucesión de los acontecimientos que van a efectuarse. Al
terror general que le circunda, opone, como fuerza mayor, su carácter
tenaz e incontrastable; al huracán que se desata para aniquilarle,
enfrenta en primer término, toda una fortaleza; el corazón de José
Félix Ribas.
El jaguar de las pampas va a medirse con el león de la sierra;
son dos gigantes que rivalizan en pujanza y que por la primera vez
van a encontrarse.
5. Luego de leer el texto asignado dar respuesta a las siguientes
interrogantes desde un punto de vista crítico reflexivo.
1.- ¿Con qué figura literaria inicia el canto leído? (1 pto)
2.- Localice en el texto 2 comparaciones o símiles en donde se
asocien imágenes que signifiquen fenómenos naturales. (2 ptos)
3.- Precise en el texto expresiones que producen un efecto épico. (2
ptos)
4.- Identifique en el texto: (2 ptos)
a.- Expresiones hiperbólicas
b.- Expresiones metafóricas
5.- ¿Cómo aparece destacada la figura de Bolívar? Señale las
expresiones que utiliza el escritor para magnificar al héroe. (3 ptos)
6.- Observe el último párrafo e indique ¿Con qué expresiones se
magnifica a los héroes que se van a enfrentar en la batalla. (3 ptos)
Presentación (1 pto)
Ortografía (3 ptos)
Interpretación y análisis personal (3 ptos)
Fecha de entrega: 18 de febrero de 2022
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