Habilidades Motrices Básicas de manera didáctica para niños
Los diez principios del fitness
1. Los diez principios del fitness
▪
▪ Control del peso: No podemos estar vigilando los gramos que
perdemos o ganamos durante nuestra práctica deportiva. Es
una batalla perdida ya que no debemos creer que, por entrenar
una semana, vamos a perder los kilos deseados de una
sentada. La grasa y el peso se irá reduciendo, pero poco a poco,
y con el tiempo lo iremos notando en nuestro cuerpo. Debemos
ponernos fechas límites para controlar el peso
periódicamente, pero no semanal o diariamente.
▪ Alimentos procesados: Lo que debemos tener claro es que si
consumimos productos procesados en fábrica con
asiduidad, nuestra calidad de vida disminuirá y su duración
también. Varias investigaciones han concluido que el
sobrepeso es la causa de muerte de más de 200.000 personas
en EEUU, y que los alimentos procesados han contribuido
mayoritariamente en el alto nivel de obesidad que tienen en
Norteamérica hoy en día.
▪ Vida activa: Cuando nuestro cuerpo se mueve, genera
energía y activa todas sus funciones motrices. Todos
nuestros sistemas se mueven al unísono y hacen del cuerpo
una máquina perfecta capaz de todo y más
▪ Trabajar duro pero poco: Siempre he dicho a mis
clientes fitness que cuando trabajen con unos ejercicios de
altas cargas o de esfuerzos mayores, lo hagan en sesiones
de corta duración, y viceversa si el entrenamiento es ligero.
Todo esto es dado que el cuerpo y sus músculos necesitan
relajarse para poder seguir con un nuevo esfuerzo de esa
magnitud. Si trabajamos duro durante 2 horas, nuestro sistema
locomotor estará débil al día siguiente si queremos realizar
ejercicios de la misma magnitud. Es un error común.
2. ▪ Verduras + Proteína + Grasa: Las verduras son un
complemento que debemos tomar diariamente y en gran
cantidad. Un par de frutas, algunas proteínas animales, un
huevo o dos, un puñado de nueces y grasa saludable (aceite de
oliva) sería lo idóneo para cada día de entrenamiento. La dieta
ideal no existe, lo que si hay es una dieta adaptada a cada
persona a cada organismo diferente de otro. Con mi experiencia
de trabajo con unos pocos cientos de clientes de gimnasio,
puedo concluir que el consumo de productos naturales
integrales es, sin duda, el camino a seguir para una dieta
equilibrada y sana.
▪ Aeróbico regularmente: Cada día de entrenamiento que
tengamos debe incluir unos 20-30 minutos de trabajo
aeróbico, es decir, carrera continua, natación de fondo,
elíptica o bicicleta. Debemos trabajar duro en ocasiones, pero
también aeróbicamente cada día al inicio o al final del
entrenamiento. El trabajo de cardio, como su nombre
indica, fortalece nuestro corazón y lo prepara para esfuerzo
mayores y de prolongada duración.
▪ Duerme bien: Siempre nos han dicho que debemos dormir 8
horas diarias para levantarnos con energías suficientes
para soportar el día entero sin decaer. Es totalmente cierto,
y además, esta recomendación se hace mucho más presente
para aquellas personas que entrenan cada día y llevan a cabo
una vida activa. Nuestras hormonas vitales se liberan
cuando uno duerme y ayudan al cerebro, al sistema
inmunológico e incluso podrían ayudar a perder peso.
▪ Uso de peso: Hemos nacido con un peso determinado que ha
ido aumentando durante años. Pero para trabajar nuestros
músculos necesitaremos añadir algo más de peso para una
buena formación y desarrollo de nuestras fibras. De igual forma
existen cientos de ejercicios físicos en los que no
dependeremos de pesos externos sino, tan sólo, de nuestra
propia masa corporal. Con ellos ejerceremos resistencia y
3. tensión en nuestros músculos, los cuales desarrollaremos
de forma correcta.
▪ Reducir el sodio: Las dietas saludables suelen ser bajas en
sodio, pero en EEUU se suelen ingerir una media de 3.400 mg
de sodio al día, cuando la cantidad recomendada está
situada en 2.400 mg. Esta última cantidad equivale a una
cucharadita de café. Desde este principio, os
recomiendo reducir esa cantidad de sodio hasta los 1.500
mg diarios, e incluso bajar hasta los 1.000 mg si tiene la
tensión arterial alta.
▪ Aire fresco: A medida que pasan los años, pasamos menos
tiempo al aire libre haciendo ejercicio, parece que sólo se
ha reducido al gimnasio y poco más. Cuando yo era un crío,
pasaba con mis amigos entre 8 y 9 horas al día jugando al
fútbol, béisbol, balonmano, baloncesto, poli-caco, escondite,
pilla-pilla, etc. Echo de menos esos momentos. Así
que, quedarse en casa la mayor parte del día o sentado en
un despacho u oficina, es lo menos saludable que podemos
hacer. ¡Pasemos el día fuera!