1. INDICE
Contenido
INDICE.............................................................................................................................................. 1
LEYENDA DE LA NOCHE ESTRELLADA.............................................................................................. 2
LA LEYENDA DEL SOMBRERÓN........................................................................................................ 3
LEYENDA DEL NIÑO DEL BOTE......................................................................................................... 4
LEYENDA DE LOS MUERTOS QUE REGRESAN.................................................................................. 5
LA LEYENDA DE LA TATUANA.......................................................................................................... 6
CUENTO DEL HADA DEL LAGO ........................................................................................................ 7
CUENTO DEL NIÑO ENFERMO......................................................................................................... 8
Cuento El ángel................................................................................................................................ 9
Cuento Los tres deseos ................................................................................................................. 11
Cuento de Santi el Valiente........................................................................................................... 13
Fabula la Pulga y el Hombre .................................................................................................... 15
Fabula el León y el Mosquito.................................................................................................... 16
Fabula el Buen Tiempo y la Lluvia........................................................................................... 17
Fabula las Ranitas y el Tronco Tallado................................................................................... 18
Fábula corta: La bruja.................................................................................................................... 19
MITO LA MADRE DE AGUA .................................................................................................... 20
MITO EL CÓNDOR.......................................................................................................................... 21
MITO EL NIÑO LLUVIA................................................................................................................... 22
MITO LA MISTERIOSA LUNA LLENA............................................................................................... 23
MITO EL CHARRO Y LA PARTERA................................................................................................... 24
POEMAS......................................................................................................................................... 25
REFRANES...................................................................................................................................... 28
TRABALENGUAS ............................................................................................................................ 29
2. LEYENDA DE LA NOCHE ESTRELLADA
Una joven pareja decide dar un paseo nocturno por el bosque cercano
a su ciudad para ver las estrellas y el firmamento sin la polución de la
urbe. En el momento de regresar a casa, el muchacho se da cuenta
que el coche no arranca. Tras un rato intentándolo, él le propone a ella
esperarle en el coche mientras va a pedir ayuda. Ella, aunque algo
asustada, acepta. Nada más partir él, cierra bien todos los seguros.
El tiempo pasa y su novio aún no ha regresado...Siguen pasando los
minutos y el miedo en ella cada vez es mayor. De repente, ella
empieza a escuchar un ruido en el exterior, más concretamente en el
techo del coche. Parecía como si una rama de árbol rozará con el
coche por el aire que soplaba fuera. Aunque era extraño, porque no
estaban próximos a ningún árbol. Aunque asustada, al final termina
durmiéndose.
Al amanecer, la muchacha es despertada por la policía. Extrañada,
ella abre la ventanilla y le piden que salga del coche, pero que no mira
detrás de ella. Evidentemente, se volvió y vio a su novio muerto,
colgando de la rama de un árbol mientras sus pies rozaban el techo
del coche.
3. LA LEYENDA DEL SOMBRERÓN
Una de las leyendas más conocidas sobre este personaje de la cultura
guatemalteca y además también es muy conocida en Aguadas, Caldas dice así:
Una noche El Sombrerón caminaba en un barrio de La Antigua Guatemala cuando
vio a una muchacha muy bella con pelo largo y se enamoró de ella. Buscó su casa
y le llevó serenata una y otra noche, pero ella no le dijo nada a sus padres sobre
él. Un día empezó a dejar de comer hasta el punto de que casi murió, y fue
entonces cuando la madre se dio cuenta que era por El Sombrerón.
Llevó a su hija a un convento creyendo que ahí iba a estar mejor, pero la niña
siguió sin comer y un día despertó con una trenza en su pelo hecha por el
espectro y ese día murió. Luego en el velorio, apareció El Sombrerón llorando y
sus lágrimas eran como cristales. Jamas olvida a las muchachas que ha amado.
También se cuenta que les hace trenzas a los caballos y mulas... Se cuenta
también que este espanto a parte de enamorar a muchachas jóvenes, gusta por
cabalgar mulas y caballos de los establos de las fincas en las noches agotándolos.
Por ello, las bestias durante el día no cumplen las tareas sumado a que se vuelven
hostiles con las personas, los campesinos y finqueros al ver este comportamiento
buscan si el Sombrerón no les ha hecho trenzas en la greñas. Si es así, el animal
ya no sirve para tareas...
Una forma de saber si el Sombrerón está haciendo de las suyas en fincas y casas,
es colocar ya sea cerca de un balcón de casa o cerca de los establos una silla y
mesa de pino recién elaboradas, junto a aguardiente y una guitarra en noche de
luna y deben guardar silencio todas las personas, sólo así se escuchará la guitarra
y los cantos del Sombrerón. Al Sombrerón le atraen las muchachas de pelo largo y
ojos grandes, por ello, cuando se sospecha que está tras una joven se le debe
cortar el pelo a esta para que el Sombrerón no se gane el alma de la joven.
4. LEYENDA DEL NIÑO DEL BOTE
Se cuenta que en el domicilio que se ubica en Calle Galeana 1976, cerca de lo
que es hoy el puente sobre la avenida ayuntamiento. Vivía un matrimonio con su
pequeño hijo. Hubo un tiempo en que el pequeño se mostraba sumamente
nervioso y preguntaba a sus padres -¿Quién juega y llora en la azotea todas las
noches?-, los padres no le tomaban ni la mas mínima importancia, y decían: -ha
de ser un gato ¡duérmete!-,
El pobre niño despertaba a media noche, asustado, porque sobre el techo de su
cama se escuchaban gemidos, y el sonido de una lata rodando continuamente de
un lugar a otro. Llamaba a sus padres, pero estos desde su habitación le
ordenaban volver a dormir. Incluso intentaba dormir con ellos, pero también se lo
impedían. Una de tantas ocasiones, el matrimonio fue despertado a mitad de la
noche por un grito de terror proveniente de la habitación del niño, y después de
eso no pudieron encontrarlo por ningún lado.
Dieron aviso a las autoridades y al siguiente día, al volver a casa después de un
largo día buscando a su hijo, ven un bote atado con un lazo colgar de la azotea.
Con algo de enojo el hombre sube a la azotea, y ve otro bote tirado sobre el techo
de la recamara de su hijo, al acercarse ve a su hijo en un rincón, sentado en
cuclillas, abrazando sus piernas, tiene el cuerpo totalmente arañado y su rostro
muestra un gesto de infinito terror…¡Sin vida!. El matrimonio se mudó, pero en su
nuevo hogar, a media a noche los despertó el sonido de un bote rodando en la
azotea, y parado frente a su cama, vieron a su hijo diciendo: -Me asusta el ruido
de allá arriba-. Después de eso no lo volvieron a ver, pero cada año en el
aniversario de su muerte, se escucha el ruido del bote y el llanto del niño.
5. LEYENDA DE LOS MUERTOS QUE REGRESAN
Una familia se encontraba pacífica y feliz, pero entonces sufrió la
muerte del padre de la casa, así fue como la madre y el pequeño se
unieron para continuar sus vidas de la mejor manera posible. Ellos
salieron adelante, pero con el tiempo fueron perdiendo la vida otros
familiares y perdidos en tanto dolor es que a la madre del niño se le
ocurre que sería una excelente idea crear un gran altar para poder
homenajear a los muertos en su día, pero ella no lo haría dentro de la
casa o en el garaje, sino que usaría la terraza para que sea enorme y
muy importante.
Todos aquellos que conformaban la familia y que aún se encontraban
con vida, iban directamente hacia el altar que esta mujer había
construido para dejar allí sus ofrendas y así es como crecía cada vez
más. Luego de un tiempo, todos se sintieron conformes con la obra de
arte y homenaje que habían creado.
Fue así que llegó el 1 de noviembre y entonces ella escuchó una voz
que la llamaba del otro lado de la ventana, por eso se levantó de la
cama. De pronto comenzó a ver sombras en toda la casa, las vio en su
habitación, en la ventana, en el living y todas le indicaban que vaya a
la terraza. Ahí es donde fue y se encontró algo que le lleno el corazón
de felicidad, ahí estaban todos los muertos a los cuales le había
construido el altar disfrutando de todo lo que habían dejado para ellos.
6. LA LEYENDA DE LA TATUANA
Hay relatos que cuentan que hace muchos años, en época colonial,
hubo en Guatemala una joven y bella mujer de origen mulato a la que
llamaban Tatuana, que disfrutaba con los placeres de la carne y con
los placeres del lujo, los cuales no estaban bien vistos en una
sociedad recatada y religiosa. Así pues, se acusó a la joven de
brujería y de hacer maleficios para conseguir a los hombres. Se le
acusó de codicia y de no seguir los preceptos de la iglesia. Por todas
estas razones fue juzgada por el tribunal de la Santa Inquisición, y fue
condenada a muerte. La Tatuana se negó a recibir la gracia de
confesión de sus pecados antes de morir. Cuentan, que la noche
anterior a su muerte, pidió como última gracia un trozo de carbón,
unas velas y unas rosas blancas. Con estas tres cosas hizo en la
celda una especie de altar donde realizó una hechicería. Con el
carbón pintó en la pared una gran barca mientras recitaba conjuros, y
se dice que se presentó ante ella el mismo demonio. El demonio le
sacó de la celda montada en la barca que había pintado en la pared, y
se dice que todavía se la puede ver en los días que llueve grandes
aguaceros.
Se cree que los antecedentes de esta leyenda provienen de la
mitología maya, y más concretamente de la leyenda de Chimalmat
(Diosa que se vuelve invisible por causa de un encantamiento).
7. CUENTO DEL HADA DEL LAGO
Hace mucho, mucho tiempo, mucho antes incluso de que los hombres llenaran la tierra y
construyeran sus grandes ciudades , existía un lugar misterioso, un gran y precioso lago,
rodeado de grandes árboles y custodiado por un hada, al que todos llamaban la hada del
lago. Era justa y muy generosa, y todos sus vasallos estaban siempre dispuestos a
servirla. Pero de pronto llegaron unos malvados seres que amenazaron el lago, sus
bosques y a sus habitantes. Tal era el peligro, que el hada solicitó a su pueblo que se
unieran a ella, pues había que hacer un peligroso viaje a través de ríos, pantanos y
desiertos, con el fin de encontrar la Piedra de Cristal, que les dijo, era la única salvación
posible para todos.
El hada advirtió que el viaje estaría plagado de peligros y dificultades, y de lo difícil que
sería aguantar todo el viaje, pero ninguno se echó hacia atrás. Todos prometieron
acompañarla hasta donde hiciera falta, y aquel mismo día, partió hacia lo desconocido
con sus 80 vasallos más leales y fuertes.
El camino fue mucho más terrible, duro y peligroso que lo predicho por el hada. Se
tuvieron que enfrentar a terribles bestias, caminaron día y noche y vagaron perdidos por
un inmenso desierto, que parecía no tener fin, sufriendo el hambre y la sed. Ante tantas
adversidades muchos se desanimaron y terminaron por abandonar el viaje a medio
camino, hasta que sólo quedó uno, llamado Sombra. No era considerado como el más
valiente del lago, ni el mejor luchador, ni tan siquiera el más listo o divertido, pero
fielmente continuó junto a su hada sin desfallecer. Cuando ésta le preguntaba de dónde
sacaba la fuerza para seguir y por qué no abandonaba como los demás, Sombra
respondía siempre lo mismo “Mi señora, os prometí que os acompañaría a pesar de las
dificultades y peligros, y éso es lo que hago. No me voy a ir a casa sólo porque que todo
lo que nos advertiste haya sido verdad”.
Gracias a su leal Sombra el hada pudo por fin encontrar la cueva donde se hallaba la
Piedra de Cristal, pero dentro había un monstruoso Guardián, grande y muy poderoso que
no estaba dispuesto a entregársela. Entonces Sombra, en un gesto más de la lealtad que
le profesaba al hada, se ofreció a cambio de la piedra, y se quedó al servicio del monstruo
por el resto de sus días.
La poderosa magia de la Piedra de Cristal hizo que el hada regresara al lago
inmediatamente y así pudo expulsar a los seres malvados, pero cada noche lloraba la
ausencia de su fiel Sombra, pues gracias a aquel desinteresado y generoso compromiso
surgió un amor más fuerte que ningún otro. Y en su recuerdo, el hada quiso mostrar a
todos lo que significaba el valor de la lealtad y el compromiso, y regaló a cada ser de la
tierra su propia sombra durante el día; pero al llegar la noche, todas las sombras acuden
el lago, donde consuelan y acompañan a su triste hada.
8. CUENTO DEL NIÑO ENFERMO
Estaba una vez un niño jugando al futbol con sus amigos, cuando de pronto al meter el
pie en un hueco del campo se rompió la pierna. Pronto le escayolaron toda la pierna y
tuvo que guardar reposo en la cama en su habitación. Tenía que estar todo el día en la
cama sin poder moverse. El pobre sufría mucho por ello, al no poder correr y jugar con
sus amigos, y por ello empezó a dejar pasar los días triste y decaído, mirando al cielo a
través de la ventana.
Pasó algún tiempo, y cada vez estaba más desanimado y enfadado, hasta que un día se
abrió la puerta de su habitación, y de pronto vio una extraña sombra : era un pingüino
comiendo un bocata de chorizo, entró a la habitación, le dio las buenas tardes, pego una
serie de extraños saltos y se fue por donde había entrado. El niño se quedó muy
extrañado, y aún no sabía qué había sido aquello, cuando vio aparecer por la misma
puerta un mono en pañales inflando un globo. El niño no podía entender lo que pasaba y
se preguntaba qué sería aquello, pero poco a poco, y mientras seguían apareciendo los
más locos personajes por aquella puerta, ya no podía dejar de reír, al ver un cerdo
tocando la pandereta, un elefante saltando en cama elástica, o un perro con gafas que
sólo hablaba de política …
El niño estaba tan sorprendido de todo este desfile que dudaba si eran reales o producto
de un maravilloso sueño, así que decidió no contárselo a nadie, aunque aquellos
personajes terminaron alegrando el espíritu y el cuerpo del niño, y en muy poco tiempo
este mejoró notablemente y pudo volver al colegio.
Cuando llegó se decidió a contarle todo a sus amigos, narrando las cotidianas visitas que
recibía y las cosas tan raras que había visto. Todos le miraban extrañados, menos su
mejor amigo, que sonreía con gran felicidad, y entonces se percató que algo extraño
asomaba de su mochila. Le preguntó qué era, y tanto le insistió, que finalmente pudo ver
el contenido de la mochila:
¡¡allí estaban todos los disfraces que había utilizado su buen amigo para intentar
alegrarle!!
Eso se le quedó grabado y cuando su amigo y él se hicieron mayores utilizaban parte de
su tiempo en visitar a los niños que estaban enfermos en los hospitales, para vestirse con
toda clase de disfraces, y conseguir que todos los niños sonriesen, y fueran felices con
su actuación. Para ellos arrancar una sonrisa de los niños era lo más maravilloso del
mundo.
9. Cuento El ángel
Cada vez que muere un niño bueno, baja del cielo un ángel de Dios Nuestro Señor, toma
en brazos el cuerpecito muerto y, extendiendo sus grandes alas blancas, emprende el
vuelo por encima de todos los lugares que el pequeñuelo amó, recogiendo a la vez un
ramo de flores para ofrecerlas a Dios, con objeto de que luzcan allá arriba más hermosas
aún que en el suelo. Nuestro Señor se aprieta contra el corazón todas aquellas flores,
pero a la que más le gusta le da un beso, con lo cual ella adquiere voz y puede ya cantar
en el coro de los bienaventurados.
He aquí lo que contaba un ángel de Dios Nuestro Señor mientras se llevaba al cielo a un
niño muerto; y el niño lo escuchaba como en sueños. Volaron por encima de los
diferentes lugares donde el pequeño había jugado, y pasaron por jardines de flores
espléndidas.
-¿Cuál nos llevaremos para plantarla en el cielo? -preguntó el ángel.
Crecía allí un magnífico y esbelto rosal, pero una mano perversa había tronchado el
tronco, por lo que todas las ramas, cuajadas de grandes capullos semiabiertos, colgaban
secas en todas direcciones.
-¡Pobre rosal! -exclamó el niño-. Llévatelo; junto a Dios florecerá.
Y el ángel lo cogió, dando un beso al niño por sus palabras; y el pequeñuelo entreabrió
los ojos.
Recogieron luego muchas flores magníficas, pero también humildes ranúnculos y violetas
silvestres.
-Ya tenemos un buen ramillete -dijo el niño; y el ángel asintió con la cabeza, pero no
emprendió enseguida el vuelo hacia Dios. Era de noche, y reinaba un silencio absoluto;
ambos se quedaron en la gran ciudad, flotando en el aire por uno de sus angostos
callejones, donde yacían montones de paja y cenizas; había habido mudanza: se veían
cascos de loza, pedazos de yeso, trapos y viejos sombreros, todo ello de aspecto muy
poco atractivo.
Entre todos aquellos desperdicios, el ángel señaló los trozos de un tiesto roto; de éste se
había desprendido un terrón, con las raíces, de una gran flor silvestre ya seca, que por
eso alguien había arrojado a la calleja.
-Vamos a llevárnosla -dijo el ángel-. Mientras volamos te contaré por qué.
Remontaron el vuelo, y el ángel dio principio a su relato:
-En aquel angosto callejón, en una baja bodega, vivía un pobre niño enfermo. Desde el
día de su nacimiento estuvo en la mayor miseria; todo lo que pudo hacer en su vida fue
cruzar su diminuto cuartucho sostenido en dos muletas; su felicidad no pasó de aquí.
Algunos días de verano, unos rayos de sol entraban hasta la bodega, nada más que
media horita, y entonces el pequeño se calentaba al sol y miraba cómo se transparentaba
la sangre en sus flacos dedos, que mantenía levantados delante el rostro, diciendo: «Sí,
hoy he podido salir». Sabía del bosque y de sus bellísimos verdores primaverales, sólo
porque el hijo del vecino le traía la primera rama de haya. Se la ponía sobre la cabeza y
soñaba que se encontraba debajo del árbol, en cuya copa brillaba el sol y cantaban los
pájaros.
10. Un día de primavera, su vecinito le trajo también flores del campo, y, entre ellas venía
casualmente una con la raíz; por eso la plantaron en una maceta, que colocaron junto a la
cama, al lado de la ventana. Había plantado aquella flor una mano afortunada, pues,
creció, sacó nuevas ramas y floreció cada año; para el muchacho enfermo fue el jardín
más espléndido, su pequeño tesoro aquí en la Tierra. La regaba y cuidaba,
preocupándose de que recibiese hasta el último de los rayos de sol que penetraban por la
ventanuca; la propia flor formaba parte de sus sueños, pues para él florecía, para él
esparcía su aroma y alegraba la vista; a ella se volvió en el momento de la muerte,
cuando el Señor lo llamó a su seno. Lleva ya un año junto a Dios, y durante todo el año la
plantita ha seguido en la ventana, olvidada y seca; por eso, cuando la mudanza, la
arrojaron a la basura de la calle. Y ésta es la flor, la pobre florecilla marchita que hemos
puesto en nuestro ramillete, pues ha proporcionado más alegría que la más bella del
jardín de una reina.
-Pero, ¿cómo sabes todo esto? -preguntó el niño que el ángel llevaba al cielo.
-Lo sé -respondió el ángel-, porque yo fui aquel pobre niño enfermo que se sostenía sobre
muletas. ¡Y bien conozco mi flor!
El pequeño abrió de par en par los ojos y clavó la mirada en el rostro esplendoroso del
ángel; y en el mismo momento se encontraron en el Cielo de Nuestro Señor, donde reina
la alegría y la bienaventuranza. Dios apretó al niño muerto contra su corazón, y al instante
le salieron a éste alas como a los demás ángeles, y con ellos se echó a volar, cogido de
las manos. Nuestro Señor apretó también contra su pecho todas las flores, pero a la
marchita silvestre la besó, infundiéndole voz, y ella rompió a cantar con el coro de
angelitos que rodean al Altísimo, algunos muy de cerca otros formando círculos en torno a
los primeros, círculos que se extienden hasta el infinito, pero todos rebosantes de
felicidad. Y todos cantaban, grandes y chicos, junto con el buen chiquillo bienaventurado y
la pobre flor silvestre que había estado abandonada, entre la basura de la calleja estrecha
y oscura, el día de la mudanza.
11. Cuento Los tres deseos
Cuando Federico llegó a su casa una noche, malhumorado y refunfuñando como de
costumbre, encontró a su mujer sentada en la silla de la cocina con una expresión muy
rara. En el regazo tenía una carta arrugada.
-¿Qué te pasa? -preguntó él de malos modos.
-Entra y cierra la puerta, Federico. No vas a creértelo, pero he recibido una carta de las
hadas. ¡Nos han concedido que expresemos tres deseos!
El cogió la carta bruscamente y la leyó despacio.
-Hemos de sacarle a esto el máximo provecho, Magda. No debemos precipitarnos. Tres
deseos que pueden hacernos ricos, importantes, famosos. Pero debemos pedir lo que
más nos convenga.
Mira: un palacio para mí y una corona de rey para ti. Para mí he pedido belleza, para ti
larga vida. Pediremos una reina que nos haga de criada y oro y joyas… ¡He estado tan
ocupada haciendo la lista que no me ha dado tiempo de preparar la cena!
Federico exclamó irritado: -¿Cómo? ¿Que no está la cena? ¿Cómo voy a tomar
decisiones importantes con el estómago vacío? No creo que sea pedir mucho. ¡Qué
gandula eres, Magda! ¡Ojalá hubiera algo preparado…, aunque fueran unas pocas
salchichas!
Se oyó un curioso zumbido, como el batir de alas de hadas y, ¡plop!, sobre el plato de la
mesa de la cocina apareció una sarta de salchichas. Federico las observó humeando en
el plato y relamió sus labios.
Magda le dio con una hogaza de pan en la cabeza, gritando:
-¡Has desperdiciado un deseo! ¡Qué estúpido eres! Si hay que hacer algo, lo haré yo, qué
torpe eres, Federico, me pones mala…
¡Ojalá que esas salchichas te colgaran de la punta de la nariz!
Se oyó un ruidito mágico, como de hadas cantando, y, ¡clac!, las salchichas saltaron del
plato y fueron a engancharse a la punta de la nariz de Federico.
El se quedó mirando y rompió a llorar. Ambos tiraron, tiraron y tiraron de las salchichas,
pero fue inútil.
-¡Hay, qué calientes están! -exclamó -¡No te muevas! Las cortaré con un -¡Deja ese
cuchillo, mujer! ¡Cómo has podido hacerme esto!
Pero las salchichas estaban firmemente sujetas.
En esto, llamaron a la puerta. Federico y Magda se miraron.
-¡No vayas! ¿Quieres que todos los vecinos sepan que llevas unas salchichas pegadas en
la nariz?
12. -¡Cómo! ¡No voy a pasarme el resto de la vida escondiéndome! ¡Ay!, ahora me doy cuenta
de lo afortunado que era antes cuando tenía una nariz normal y corriente. ¡Ojalá no
estuviéramos siempre peleando!
-Sí, es verdad, no sabes cuánto lo siento -dijo Magda. -No, no, la culpa no es tuya,
querida. Ojalá que las hadas se hubieran guardado sus deseos y todo siguiera como
antes.
-Tienes razón -sollozó Magda. Entonces se oyó un ruidito, como de hadas riéndose, y,
¡blip!, las salchichas se desprendieron de la nariz de Federico.
Federico y Magda se abrazaron, rieron y se pusieron a bailar por la cocina. Y las hadas
que estaban en la puerta salieron apresuradamente a echar otra carta al correo.
13. Cuento de Santi el Valiente
Santi quería ser diferente. Quería ser más grande, más fuerte, como Roque. Roque era el
jefe de la pandilla. El era quien dirigía los partidos de fútbol, sabía qué casas viejas
estaban vacías y cómo franquear muros para colarse en los jardines abandonados. Sabía
también cómo hablarles a los mayores para que se les pasara el enfado y se rieran.
Pero Santi sólo tenía seis años. No podía superar los muros de los jardines, se le
escapaba el balón y los mayores le aterraban.
Santi oyó a Roque reuniendo a la pandilla.
—Venid todos. Como no hay coches que nos estorben, jugaremos al fútbol. Venga, Santi.
Unete a nosotros.
Santi movió la cabeza en sentido negativo, aterrado sólo de pensar en los balonazos y en
los otros chicos. Estos, imitando a Roque, le llamaban para que se uniera a ellos, y
canturreaban: “Venga, Santi. Tonto, más que tonto.” Santi odiaba eso.
Un día que Santi estaba sentado cerca de sus compañeros, oyó sus planes inmediatos.
Iban a meterse en la casa número 40. Santi no salía de su asombro. En el número 40
trabajaban unos obreros de la construcción, corpulentos, llenos de polvo, que habían
prohibido a los chicos acercarse a las hormigoneras, a los montones de arena y a las
carretillas.
Santi se escondió detrás de un coche y estuvo observando a los chicos. Se fueron calle
arriba, subieron las escaleras y desaparecieron tras la puerta de la casa número 40. A
Santi le parecía increíble que fueran tan atrevidos. Se acercó a la puerta de la casa y oyó
a la pandilla riendo y cuchicheando mientras se dedicaban a explorar una sala. Luego se
hizo un largo silencio. De pronto, Santi oyó un débil grito. Permaneció inmóvil sobre un
montón de arena. Después vio a la pandilla bajar atropelladamente por las escaleras.
Continuaron corriendo por la calle. Todos —José, Miguelito, Javier, Pedro, Pablito, Pipo—
corrían aterrorizados. ¿Pero dónde estaba Roque? ¿Por qué no estaba con ellos? ¿De
dónde procedía aquel grito? Santi estaba empeñado en enterarse. Temblando, subió las
escaleras sigilosamente. Aquello era un revoltijo de polvo, paredes derribadas y cables
colgando del techo. Santi oyó un extraño ruido, como un gemido.
—¡Socorro! ¡Mamá, papá, socorro!
Era Roque, y estaba en apuros. Santi intentó decirle algo, pero estaba tan asustado que
de su garganta sólo salió un débil chillido. El gemido procedía de debajo del suelo.
Entonces Santi vio un agujero en el suelo del pasillo.
—¿Roque? ¿Te has caído por este agujero? —¡Santi, sácame de aquí! ¿Por qué lloraba
Roque, un chico tan grande y tan fuerte? —¿Qué ha pasado, Roque? —¡Oooh! —gimió
Roque— Estoy herido. Rápido, Santi, ayúdame.
Santi estaba hecho un lío. ¿Qué podía hacer? —¡Ooooh, Santi! Apresúrate. ¿Dónde
están Javier y los demás? —Se han ido corriendo -dijo Santi— Pero yo estoy aquí y voy a
ayudarte. —Ten cuidado, Santi. El suelo ha cedido y me he caído por este agujero negro.
Roque rompió a llorar otra vez. —Me he hecho daño en la pierna, Santi. —¡Rápido,
rápido, en el número 40, donde están los obreros de la construcción, tenemos que
rescatar a Roque!
14. El señor Quintana, sin perder un momento, cogió una manta y corrió a socorrer a su hijo.
Le pidió a Santi que sostuviera la manta sobre los bordes desgarrados del agujero. Luego,
se deslizó por ella y a los pocos minutos Roque salía del agujero. Santi echó la manta
sobre los hombros de Roque. Pobrecillo Roque, tenía un tobillo roto y su padre lo llevó al
hospital. La señora Quintana le dio a Santi un gran pedazo de tarta y alabó su valentía y
sensatez.
Después de este episodio, Santi fue el mejor amigo de Roque en la pandilla, lo que le
parecía tan fantástico como ser el propio Roque. Y Javier, Miguelito y todos los demás se
sentían tan avergonzados que no volvieron a cantar aquello de “Santi, tonto, más que
tonto” nunca más.
15. Fabula la Pulga y el Hombre
Un hombre disfruta de un buen sueño, cuando comenzó a sentir picazón por todo el cuerpo.
Molesto por la situación, buscó por toda su cama para ver qué era lo que les estaba causando
tanta molestia. Tras su búsqueda encontró a una minúscula pulga y le dijo las siguientes palabras:
- ¿Quién te crees que eres insignificante bicho, para estar picándome por todo mi cuerpo y no
dejarme disfrutar de mi merecido descanso?
- Contestó la pulga: "Discúlpeme señor, no fue mi intención molestarlo de ninguna manera; le pido
por favor que me deje seguir viviendo, ya que por mi pequeño tamaño no creo que lo pueda
molestar mucho." El hombre riéndose de las ocurrencias de la pulga, le dijo:
- Lo siento pequeña pulga, pero no puedo hacer otra cosa que acabar con tu vida para siempre, ya
que no tengo ningún motivo para seguir aguantando tus picaduras, no importa si es grande o
pequeño que pueda ser el prejuicio que me causes.
Moraleja: todo aquel que le hace daño a otra persona, debe estar dispuesto a afrontar las
consecuencias.
16. Fabula el León y el Mosquito
Erase una vez un león, se encontraba muy tranquilo en la selva, cuando un mosquito muy grande
decidió hacerle la vida imposible.
"¡No creas que por ser más grande que yo te tengo miedo!", dijo el mosquito desafiando al león,
conocido como el rey de la selva.
Luego de esas palabras, el mosquito ni corto ni perezoso, empezó a zumbar le la cabeza al león
volando de un lado a otro, mientras que el león buscaba el mosquito como loco.
El león rugía de la rabia ante el atrevimiento del mosquito y a pesar de sus intentos por matarlo, el
mosquito lo picaba en diferentes partes del cuerpo, hasta que el león demasiado cansado se
derrumbó en el suelo.
El mosquito sintiéndose victorioso, retomó el camino por donde vino. En poco tiempo el mosquito
se tropezó con una tela de araña y vencido se vio también.
Moraleja: No existen nunca peligros pequeños, ni tropiezos insignificantes.
17. Fabula el Buen Tiempo y la Lluvia
“Nunca llueve a gusto de todos” así dice el refrán, y la historia que sigue parece darle la razón.
Había una secuela muy hermosa en un pueblo apartado. A la escuela iban tres perritos y
tresranitas. Ellos vivían muy cerca y eran buenos amigos. A menudo iban juntos a clase, eran muy
puntuales.
Muchas veces antes de llegar a la escuela peleaban. Si el día amanecía con lluvias las ranitas se
ponían felices, a diferencia de los perritos ya que se ponían rabiosos.
"¡Wiii! Que feliz estoy, nos daremos un buen baño en las charcas que la lluvia está formado." -
Decía una de las ranitas.
"Que feo es cuando llueve, es un día perdido para mi, me deprime tanto la lluvia." - Dijo uno de los
perritos con una cara triste.
Cundo el día amanecía soleado un con radiante sol, sucedía todo lo contrario; los perritos no se
cambiaban por nadie, se sentían felices. En cambio las ranitas estaban sin ánimos, ya que se
imaginaban el calor y la sequedad que iba a torturarlas. Sé que todos se estarán preguntando que
día estarían contentos los perritos y las ranitas. ¡Muy fácil! Los días que amanecían grises y fríos
pero sin lluvia, que pocos días amanecía así.
Moraleja: Debemos aceptar la vida tal cual como se presenta, de esta manera nunca se sentirán
infelices.
18. Fabula las Ranitas y el Tronco Tallado
Había una vez unas familia de ranitas que vivía en un lago, pero sentían mucho miedo por un
tronco tallado que se veía en la orilla del lago, las ranitas les gustaba mucho las fiestas, eran muy
divertidas, pero sentían mucho respeto por el tronco. En muchas oportunidades no hacían fiestas
para no hacer tanto ruido y no molestar al tronco.
Ellas pensaban que el tronco era un monumento de alguna tribu que ya no habitaba en ese lugar,
pero como no se atrevían a acercarse a él para ver bien de que se trataba, solo podían suponer y
mirar de lejos su rostro serio que inspiraba autoridad.
Un día muy tormentoso con horribles truenos, el tronco cayó al lago y en ese instante las ranitas
pudieron ver que era solo un tronco tallado que no podía hacerles daño. Al darse cuenta de eso
comenzaron a reírse de los temores por lo que habían pasado y comenzaron a jugar con él.
Moraleja: lo que por ignorancia atemoriza, a veces es solo digno de risa.
19. Fábula corta: La bruja
Érase una vez una bruja que se ganaba la vida vendiendo encantamientos y
fórmulas para calmar la cólera de los dioses.
Con esta promesa a la bruja no le faltaban clientes y conseguía grandes
cantidades de dinero de este modo de vida.
Pero un día fue acusada de ir contra las leyes y la llevaron ante los jueces
supremos del país.
Así, tras un juicio muy corto, la culparon y la hicieron condenar a muerte.
Viéndola salir de la sala del juicio, una de las personas presentes le dijo:
- Bruja, tú que decías poder desviar la cólera de los dioses, ¿Cómo no has podido
persuadir a los hombres?
Moraleja: hay que ser precavido con quienes prometen solucionar todo problema
que tengas a cambio de dinero pero son incapaces de arreglar los suyos.
20. MITO LA MADRE DE AGUA
Es una verdadera diosa de las aguas, aunque sus pies sean volteados
hacia atrás no deja de ser bella, la Madre de agua deja rastros a la
dirección contraria a la que se dirige.
Esta mujer solo persigue a niños, a quienes se le dirige con ternura,
los enamora, los atrae con dulzura y amor maternal, situación que
preocupa a los padres de familia. Los niños atraídos por la Madre de
agua se enferman, sueñan con la hermosa rubia que los adora y la
llaman con frecuencia. Cuando los niños están cerca del río, que
escuchan su voz la siguen tirándose al agua con peligro.
Los campesinos creen que la Madre de agua surgió de una bella joven
española que se enamoró de un joven indígena, con quien tuvo un
niño. Cuando el padre de la joven se enteró de lo sucedido, ahogó al
niño frente a sus padres, luego mató al amante indígena. La madre
desesperada se lanzó al río, convirtiéndose en una apasionada por los
niños y vengativa de la humanidad.
21. MITO EL CÓNDOR
En un pueblo un hombre vivía con su hija, ella tenía como tarea cuidar
a las ovejas. Todos los días iba un joven a visitarla mientras ella
cuidaba las ovejas, hasta que un día se hicieron buenos amigos.
Un día soleado empezaron a jugar a que él la cargaba y ella a él,
cuando de pronto ella se dio cuenta que estaba volando. Desde ese
día el joven se convirtió en su cóndor, él la cuidaba, la alimentaba.
Pasaron muchos años los dos crecieron tuvieron hijos, pero ella no
dejaba de pensar en su padre y todas las noches lloraba ya que había
abandonado a su padre y lo había dejado solo con los animales.
Un día ella se encontraba regando las flores y encontró a una
mariposa la cual le pidió ayuda para volver a ver a su padre, la
mariposa le dijo al cóndor que su esposa y sus hijos habían
desaparecido, mientras la mariposa hablaba con el esposo ella
escapaba con sus hijos y regresaba con su padre.
Desde que ella regresó con su padre, el cóndor jamás volvió, ella
todos los días volaba para ver si veía al cóndor pero nunca más lo
volvió a ver.
22. MITO EL NIÑO LLUVIA
En el bosque vivía un niño con un hombre, ahí también se
encontraban varios niños, pero es éste niño de cabellos largos tenía
una particularidad, el niño no era un humano, si no lo lluvia convertida
en un niño, entonces el hombre como no sabia nada se quedó con el
niño, cuando quiso agua para la tinaja el niño escurrió su cabello largo
y se la dio para que pudiera tomarla.
Pasó el tiempo y unos niños quisieron jugar con él, entonces
comenzaron a jugar, el hombre no avisó que tuvieran mucho cuidado
con él, que no le fueran a hacer nada malo.
Los niños comenzaron a pegarle patadas por todo su cuerpo, luego
ocurrió algo terrible, el niño lluvia comenzó a lanzar relámpagos desde
debajo de su brazo, cuando terminaron los relámpagos empezó a
llover mucho y los niños que le hicieron daño desaparecieron y más
nuca se volvió a saber del niño lluvia..
23. MITO LA MISTERIOSA LUNA LLENA
Una noche de luna llena una pareja encuentra a un perro estaba todo
lastimado y decidieron llevárselo a su casa para curarlo, el hombre se
quitó el cinturón y se lo colocó al perro en el cuello, la mujer comienza
a limpiar las heridas que tiene el perro, al agacharse el perro ve una
cruz que tiene la mujer en su cuello y de inmediato el perro comienza
a morderla y corre por toda la casa. El perro se lanza por una ventana
sin saber que están en el piso 13 de un edificio, la pareja queda
sorprendida y evita asomarse a la ventana ya que sabían que el perro
moriría.
El día siguiente se presenta un agente de la policía en su casa, el
agente le pregunta si escuchó un ruido extraño la noche anterior, ellos
dijeron que no, el policía dice: “encontramos un enano corriendo por la
calle desnudo y con un cinturón en el cuello”. A partir de ahí nadie
sabe que sucedió con el perro y con el enano.
24. MITO EL CHARRO Y LA PARTERA
En una pequeña aldea cabalgaba un misterioso charro que se
aparecía en ocasiones a los habitantes. Una noche llegó el charro a
solicitar los servicios de una partera y la llevó a su casa, la partera
trajo al mundo el hijo del charro, el hombre llevó a la partera de vuelta
y le pagó con monedas de oros, pero este le advirtió que guardara el
secreto del parto o sino moriría.
La partera asustada por aquella advertencia entró a su casa y espero
a que el charro se fuera, como no escuchó las pisadas del caballo
pensó que aún se encontraba ahí, entonces se asomó por la venta y
se asombró al descubrir que no estaba ahí.
La partera estuvo varios días encerrada y confundida en su casa por
aquella advertencia. Un día decidió contarle a una vecina quien le
aconsejó no decirle a nadie más y dejar las monedas en la iglesia. Al
día siguiente la partera amaneció muerta, algunas personas decían
que escucharon cabalgar al charro por ahí.
25. POEMAS
EL PASO DEL TIEMPO
Esperé a que volvieras
durante días, semanas, años
quizá toda la vida
desde que tengo memoria
Y nunca volviste
Siempre tú, en mis sueños
Siempre tú, en mis esperanzas
Siempre tú
Y ahora que te vuelvo a ver
qué suerte,
ya no te necesito.
VIDA
Vivir como una isla,
lleno por todas partes
de ti, que me rodeas
ya presente o distante
con un temblor de luz
primera, sin pulir,
sin arista de tarde,
ni sombra de jardín.
Y ángeles en espejos
guardando tu mirada
para hacerse verdades
y noches estrelladas.
26. LA PRIMAVERA BESABA...
La primavera besaba
suavemente la arboleda,
y el verde nuevo brotaba
como una verde humareda.
Las nubes iban pasando
sobre el campo juvenil...
Yo vi en las hojas temblando
las frescas lluvias de abril.
Bajo ese almendro florido,
todo cargado de flor
-recordé-, yo he maldecido
mi juventud sin amor.
Hoy en mitad de la vida,
me he parado a meditar...
¡Juventud nunca vivida,
quién te volviera a soñar!
NO LAS OYES
No las oyes
aunque corren...
(¿Llevan envueltos
sus pies en flores?)
No las oyes
aunque cantan...
(¿Llevas envuelta
su voz en alma?)
No las oyes
aunque gritan...
27. Callan sus lenguas.
¡Voz infinita!
EN UN RETRATO
Cuando, bajo el montón cuadrangular
de tierra fresca que me ha de enterrar,
y después de ya mucho haber llovido,
cuando la hierba avance hacia el olvido,
aún, amigo, mi mirar de antaño,
cruzando el mar vendrá, sin un engaño,
a envolverte en un gesto enternecido,
como el de un pobre perro agradecido.
28. REFRANES
A la vejez viruela.
(Se refiere a que debemos aceptar la condición de los años.
Se utiliza para afirmar que lo que no se hizo de joven,
no se podrá hacer de grande.)(significado)
Al mal paso darle prisa.
(Alude a burcar soluciones cuando nos encontramos
en situaciones adversas)(significado)
A palo dado ni dios lo quita.
(Significa que lo vivido no se puede volver a repetir.)
A quien dios no le dio hijos,
al diablo le dio sobrinos.
(Se refiere a que los hijos ajenos son tan propio
cuando pertenecen a la misma familia.)(significado)
Al buen perdedor no le duelen las prendas.
(Alude a cumplir con las responsabilidades
sin que lleguemos a sentir pesar por ello.)
Amigo reconciliado,enemigo agazapado.
(Significa que hay que tener cuidado con ciertas personas.)
A caballo regalado no se le ve colmillo.
(Se refiere a que no debemos cuestionar o criticar
las cosas u objetos que nos obsequian.)
Árbol que nace torcido
jamás su tronco endereza.
(Se refiere a que las malas conductas
y mañas no son faciles de corregir.)
Con la vara que midas seras medido.
(Alude a que todo lo hecho se nos regresa.)
Cada quien con su cada cual.
(Alude a encontrar a la persona ideal.)
29. TRABALENGUAS
El anillo del llavero
no tiene llaves.
¿Quién se ha llevado la llaves
del anillo del llavero?
Trabalenguas del cielo estrellado
El cielo está estrellado.
¿Quién lo desestrellará?
El que lo desestrelle,
buen desestrellador será.
Trabalenguas de las cerezas
Cerezas comí,
cerezas cené.
Tantas cerezas comí,
que me encerecé.
Trabalenguas del Ornitorrinco
Ornitorrinco, ornitorrinco,
atrévete y pega un brinco.
Trabalenguas de la cuesta
A Cuesta le cuesta
subir la cuesta.
Y en medio de la cuesta,
Cuesta va y se acuesta.
Trabalenguas de las tizas
Teresa trajo las tizas
¿y cómo las tizas trajo?
Hechas trizas
las tizas trajo.
Trabalenguas del pintor
Pedro Pérez pintor
pinta preciosos paisajes
por pocas pesetas
para poder partir para París.
Trabalenguas de los cuentos
Cuenta tantos cuentos
que ni Cuentín cuenta tantos.