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ENSAYO: LA NUEVA COLOMBIA DEL SIGLO 21
BASADO EN LA OBRA DE ALVIN TOFFLER
Por Jaime Aldana Valdés
B.Sc., M.P.A.
“Los países en general enfrentan una decisión que afectará a todos sus habitantes y a sus hijos en
las próximas décadas. O toman la decisión u otros la tomarán por ellos. Es la decisión de seguir
siendo países dependientes, compitiendo a base de bajos sueldos y elevados niveles de pobreza o
países con economías de avanzada y un papel en la economía global. Esta decisión se debe tomar
muy rápido. La velocidad es necesaria, porque el mundo está pasando por la más rápida y radical
distribución de poderes económicos de los últimos siglos. Algunos países se beneficiarán en gran
medida. Otros se quedarán por fuera. La fuerza que empuja esta reestructuración es el surgimiento
de una nueva forma de creación de riqueza en el planeta dependiendo del conocimiento”. Alvin
Toffler
Prólogo Personal
Con el patrocinio de la Cámara de Comercio de Bogotá, en 1994 colaboré en la realización del
simposio “La Gerencia del Futuro” y en la participación del sociólogo futurista Alvin Toffler en el
evento.
La Cámara de Comercio de Bogotá realizó un gran despliegue para que asistieran el gobierno
colombiano y los principales líderes de los sectores político, público y privado.
La conferencia de Alvin Toffler, como muchas de las que se presentan en Colombia, rápidamente
pasó al olvido. Sin embargo, tuve la oportunidad de intercambiar ideas sobre su modelo
socioeconómico y las grandes posibilidades para Colombia.
El Presidente de Corea del Sur, Kim Dae-jung, escuchó la misma conferencia de Alvin Toffler y no
dudó en invitarlo para que le colaborara en trazar una visión a la cual podría llegar Corea en el siglo
XXI, y así lograr el cambio hacia una sociedad del conocimiento.
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En mi libro virtual “Visión Colombia Siglo21, Manual para Gobernantes” presento en su anexo A,
un resumen del informe de Alvin Toffler al presidente Kim Dae-Jung de Corea, “Más Allá de la Crisis:
Corea en el Siglo 21”. En el anexo B, presento dos informes sobre el progreso de Corea a partir del
informe de Alvin Toffler: “La Iniciativa División Digital & Cyber Korea 21” por Yang Seung-taik, junio
de 2002 y “República de Corea, Centro de Investigación para el Desarrollo”, por Jong Sung Hwang
and Sang-Hyun Park, modificado el 4 de junio de 2009.
El éxito del cambio y el progreso de Corea, se debió principalmente a que el Presidente Kim Dae-
jung lideró la visión de Toffler hasta convertirla en un Propósito Nacional.
En el año 1997 tuve la oportunidad de ser el asesor económico de la campaña presidencial del
General ® Harold Bedoya Pizarro y mi interés estaba puesto en poner en marcha un proyecto
nacional basado en la sociedad del conocimiento con la asesoría de Alvin Toffler.
Posteriormente en el año 2008 por mi iniciativa, el Congreso de Economistas de América Latina y el
Caribe, le otorgó a Alvin Toffler el Premio como el “Visionario del Mundo”. Esta vez llevé a cabo la
investigación para un libreto de video sobre su obra.
Esta cercanía tanto personal como a la obra de Alvin Toffler, me ha llevado al reto de resumir en las
siguientes páginas, sus argumentos y sus fundamentos profundos desarrollados a lo largo de su
obra completa de 60 años, aplicados a lo que sería la Nueva Colombia del Siglo21.
Prólogo
Generalmente los gobiernos muestran su desempeño a través de cifras agregadas como
crecimiento económico, tasa de desempleo e inflación.
En el caso de Colombia las cifras aproximadas para el año 2013 fueron: crecimiento de 4,5%, tasa
de desempleo cercano del 10% y tasa de inflación menor al 2%.
Pero detrás de estas cifras se esconde otro panorama:
Violencia: Según informa el Diario El Espectador, en el ámbito internacional, el sistema judicial del
país está evaluado como ineficiente: ocupa el puesto 88 dentro de 142 países (Foro Económico
Mundial 2011-2012), el sexto lugar como la justicia más lenta en el mundo (Doing Bussines 2011).
Un proceso puede tardar, en promedio, 1.346 días.
Conflicto Armado: El conflicto armado aún sin terminar a pesar de los Diálogos de Paz del Gobierno
del Presidente Santos y las FARC en la Habana.
Posconflicto: El posconflicto parcial que está trasladando el conflicto de nuestras zonas rurales a
nuestras ciudades: cinturones de miseria, narcotráfico en las calles y aumento del índice de
criminalidad en las grandes ciudades por cuenta de bandas criminales emergentes.
Bandas Criminales, Bacrins: Según el informe especial de El Tiempo del 27 de febrero de 2011,
sobre bandas emergentes, estas bandas realizaron más ataques contra la población civil que las
FARC y el ELN juntos, se convirtieron en el principal factor de desplazamiento forzado en el País, y
ya controlan por lo menos, la mitad de los cultivos de coca y la producción de cocaína, además de
las principales rutas de salida de la droga. Según el mismo informe más de mil funcionarios, policías,
fiscales y militares están siendo investigados o han sido retirados por nexos con bandas
delincuenciales.
Abuso Sexual: Entre 2005 y 2007, fueron violadas 721,246 mujeres, la mayoría en edades entre los
13 y los 49 años. De ese universo de mujeres abusadas, el 78,4% vivía en zonas urbanas y el
restante 21,6%, en áreas rurales.
Narcotráfico: 68,000 hectáreas cultivadas. Las bandas criminales emergentes manejan más de
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32,000 hectáreas de coca que producen al año, 148 toneladas de alcaloide, y las coloca como una
transnacional del tráfico de drogas. Según la Dirección Nacional de Estupefacientes, se estima que
los ingresos por el tráfico de drogas en Colombia, supera los USD$30 mil millones anuales.
Paramilitarismo: Una investigación realizada por la Fundación Paz y Reconciliación, dirigida por
León Valencia, asegura que 70 congresistas tendrían vínculos con paramilitares.
Corrupción: En el Índice de Percepción de Corrupción de Transparencia Internacional, Colombia
partió de un puntaje de 2,2/10 en 1998. En 2006, el País obtuvo una puntuación de 3.9/10; en
2007, alcanzó 3.8/10 entre 183 países, y en 2008, obtuvo la misma calificación 3.8/10, esta vez
entre 180 países, y Colombia se ubicó en el puesto 70, una vergonzosa posición por sus
implicaciones en la legitimidad de las instituciones, la equidad, la justicia social, la generación y la
distribución de la riqueza.
Burocracia: Según el Foro Económico Mundial los mayores problemas para generar negocios en
Colombia los encabeza la corrupción, seguida por infraestructura e ineficiencia burocrática. Según
un columnista del diario El Espectador, en nuestro País, la mermelada burocrática se ha convertido
en el combustible de los partidos y movimientos políticos, sin ella difícilmente sobreviven. A más
mérmela, más gloriosos serán.
El Desempleo: Según el DANE, en la fecha de Septiembre del 2011, la desocupación en Colombia
está afectando a más de 2,196,000 colombianos, aunque la tasa se situó por debajo de los dos
dígitos en 9,7%, la cifra aún es preocupante por el tamaño de la población desempleada. La
desocupación está bajando, pero el fenómeno del subempleo sigue subiendo. En julio, el número
de subempleados alcanzó la cifra de 7,340,000 colombianos. El panorama laboral sigue mostrando
un crecimiento en materia de subempleo, lo que significa que cada vez hay más personas en la
informalidad y en el rebusque.
Pobreza: Según cifras del Dane entre julio del 2012 y junio del 2013 el porcentaje de personas en
situación de pobreza en el país fue del 32 por ciento, lo que corresponde a 14,662,000 ciudadanos.
En las zonas urbanas el porcentaje es del 28% y en el sector rural del 46%. La pobreza extrema en el
país fue del 10,1%, correspondiendo a una cifra de 4,596,000 ciudadanos. En las zonas urbanas el
porcentaje es del 6,5% y en el sector rural del 21,8%. El ingreso per cápita de la unidad de gasto
para el total nacional se ubicó en $512.640, mientras que en las cabeceras fue de $605.076, en el
resto fue de $210.386.
PIB/cápita: En el año 2013, según el Banco Mundial y el FMI, Colombia ocupa el puesto 83 en la lista
descendente del PIB/cápita (USD$7,044) en el mundo entre 180 y 187 países. Según la revista
Dinero, los cálculos de FocusEconomics, firma que mensualmente sondea los indicadores
económicos de la región, muestran que el PIB per cápita de Colombia ha estado por debajo del
promedio latinoamericano y que este año será el séptimo de la región. A la cabeza estarán Uruguay
y Chile, con datos de US$16.395 y US$14.102, respectivamente. Le seguirán Argentina, México y
Brasil, con cifras que superan los US$9.000 y luego sí vendrá Colombia con US$7.044. Estamos por
encima solamente de la mayoría de países con menos niveles de desarrollo del mundo. En cambio,
los primeros lugares lo ocupan en su mayor parte países con empleos que dependen del
conocimiento.
Medio Ambiente: De acuerdo con el Informe 2014 sobre el índice de desempeño ambiental,
elaborado por las universidades de Yale y Columbia, Colombia ocupa el puesto 85 entre 178 países
que mide la calidad del aire, saneamiento del agua, tratamiento de aguas residuales, agricultura,
cubierta forestal, pesca, biodiversidad, energía e impactos en la salud.
Educación: En las pruebas PISA del 2012 de la OCDE, Colombia ocupó el puesto 61 entre 65 países
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en lectura y matemáticas. En la solución creativa de problemas Colombia ocupó el último lugar
entre 44 países.
Salud: Según la Corporación Viva la Ciudadanía, el Sistema de Seguridad Social en Salud colapsó.
Para el gobierno, el problema sigue siendo un asunto financiero. Para otros es un problema
estructural. Son visiones muy diferentes, tanto de las causas de la crisis como de las soluciones.
Justicia: Según informa el Diario El Espectador, en el ámbito internacional, el sistema judicial del
país está evaluado como ineficiente: ocupa el puesto 88 dentro de 142 países (Foro Económico
Mundial 2011-2012), el sexto lugar como la justicia más lenta en el mundo (Doing Bussines 2011).
Un proceso puede tardar, en promedio, 1.346 días.
Impuestos: En lugar de reducir la burocracia para aumentar la eficiencia del sector público el
gobierno eleva los impuestos: el gobierno ha realizado reformas tributarias en el 2013, 2014 y
ahora prepara una nueva para el 2015.
Estos altos niveles de pobreza y pobreza extrema, los empleos de baja capacitación y
remuneración, los campesinos escuálidos y envejecidos prematuramente y los desplazados del
conflicto fluyendo a las ciudades engrosando los cinturones de miseria, la burocracia, la corrupción
gubernamental, los altos niveles de contaminación, la mala calidad de la educación, las graves fallas
en el sistema de salud, el caos en la justicia y el desorden en el transporte en las grandes ciudades,
están llevando al país a un grado inclinado de insostenibilidad.
Macro Sistemas
A lo largo de la historia de la humanidad ha habido tres grandes descubrimientos que han
modificado el sistema como producimos la riqueza: El primero, las semillas para el cultivo de la
tierra, el segundo, las máquinas industriales para la fabricación masiva de productos y el tercero, las
máquinas inteligentes para fabricar productos en pequeñas escalas personalizados. Con el primer
descubrimiento, se desarrolló la sociedad agrícola que duró alrededor de 10,000 años, con el
segundo, la sociedad industrial de fábricas de chimeneas que duró cerca de 300 años y con el
tercero, la nueva sociedad del conocimiento.
Cada sistema de creación de riqueza define la forma como vivimos, nos educamos y nos integramos
política, cultural y socialmente. Ello define un macro sistema, una sociedad o una civilización.
Cuando cambia el sistema de creación de riqueza, los otros componentes del macro sistema
empiezan a modificarse para adaptarse al nuevo. Sin embargo, se desarrollan conflictos derivados
de los dueños del poder del macro sistema anterior y del nuevo.
Generalmente se les llama revoluciones a cambios en los componentes de un macro sistema, como
por ejemplo, revolución de la moda o producto revolucionario. Pero revoluciones que lo cambian
todo solamente ha habido dos en la historia de la humanidad, la revolución agrícola y la revolución
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industrial y ahora nos enfrentamos a la revolución del conocimiento.
En el primer macro sistema, la violencia se convirtió en el principal componente del poder y de allí
las grandes conquistas de nuevos territorios que definieron el colonialismo y el imperialismo. En el
segundo, el dinero se convirtió en el principal componente del poder y de allí la gran expansión del
capitalismo que se propagó por el mundo. En el tercero, el principal componente del poder es el
conocimiento que está jugando cada vez un papel más decisivo en la lucha por el poder global.
Hay una congruencia entre los sistemas de creación de riqueza, el poder y los sistemas políticos. En
la sociedad agrícola, el poder a través de las armas, promovió las conquistas de territorios y los
sistemas esclavistas, feudales y monárquicos. En la sociedad industrial, el poder del dinero
promovió el capitalismo, la producción de masas, la democracia de masas, partidos políticos de
masas, gobiernos burocráticos y centralizados. En la nueva sociedad del conocimiento, el poder del
conocimiento está promoviendo la desmasificación de la producción, la desmasificación de la
democracia, el surgimiento de nuevos partidos minoritarios, la eliminación de la burocracia y la
descentralización política y gubernamental.
En la descripción de los cambios acelerados de hoy día, los medios de comunicación nos disparan
con informaciones dispersas sin ninguna relación. Los expertos nos llenan de montañas de
monografías especializadas e inconexas. Los pronosticadores nos presentan listas de tendencias no
relacionadas. Todo lo anterior, sin un modelo que nos muestre las interrelaciones o las fuerzas que
permitan reversarlas. Como resultado, los cambios en sí mismos se pueden ver como anárquicos.
Sin embargo, las premisas de los cambios de alta velocidad de hoy día, no son tan caóticos o
imprevisibles como nos los hacen creer.
Para que tengan sentido los grandes cambios, necesitamos conocer como estos cambios se
relacionan unos con otros. Ellos son el resultado de fuerzas y patrones que los afectan. Una vez
que las entendemos, es posible tratar con ellas conjunta y estratégicamente.
Para tratarlas conjunta y estratégicamente se deben entender los fundamentos profundos que se
recogen en el presente ensayo.
Entender este trasfondo es fundamental, para que como ciudadanos, podamos diseñar nuestro
futuro y elegir nuestros gobernantes que entiendan todas estas interrelaciones y puedan
desarrollar políticas públicas, para enfrentar el más apremiante de todos nuestros
problemas: la pobreza. Pero adicionalmente, lograr el cambio de un país con empleos de baja
remuneración, a un país de altos salarios basados en el conocimiento
La Tercera Ola
A lo largo de las siguientes páginas vamos a presentar el resumen del pensamiento de Alvin Toffler,
el más reconocido visionario y de mayor influencia entre los gobernantes de los países avanzados.
Es un trabajo de 60 años, explicando los cambios sociales a través de las tres revoluciones que han
marcado el paso de la historia de la humanidad y que han llevado consigo cambios fundamentales
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en los sistemas de creación de riqueza, sistemas políticos y el manejo del poder. Su análisis es
complementado con situaciones reales, recogidas a través de sus innumerables viajes recorriendo
el mundo, reuniéndose y entrevistándose con primeros ministros, presidentes, reyes, empresarios y
los líderes más reconocidos de la humanidad.
Como parte de este ensayo, siguiendo su pensamiento, proponemos un nuevo modelo de
desarrollo, dirigido a la solución integral de la pobreza a través de la aceleración de cambio hacia la
sociedad del conocimiento.
La Revolución de la Riqueza
Antes de que surgiera el primer sistema de riqueza, los humanos, empezamos como cazadores
nómadas, matando y recolectando las partes de los animales para conseguir lo mínimo necesario.
Con la domesticación de animales, la caza y la recolección, se fusionaron progresivamente en forma
de rebaños o pastoreo. Pero hace miles de años apenas era algo más que un sistema de
supervivencia, a lo que difícilmente se le puede aplicar la expresión sistema de riqueza.
Fue únicamente la capacidad de la humanidad para producir un excedente económico lo que hizo
posible el primer sistema de riqueza. Y aunque desde entonces, se han ensayado gran número de
modos distintos de producir dicho excedente, descubrimos que a lo largo de la historia, los
métodos se reducen a tres grandes categorías.
El primer sistema de riqueza surge cuando el hombre descubre y planta la primera semilla,
introduciendo así una manera de crear riqueza. El nacimiento de la agricultura se remonta al cultivo
del trigo y la cebada y la domesticación de animales como las cabras y el ganado, en la Península de
Anatolia alrededor de los 8000 AC. Es así, como en lugar de esperar a que la naturaleza proveyera,
podíamos dentro de ciertos límites, hacer que la naturaleza hiciera lo que deseábamos.
La invención de la agricultura significó que en los años buenos, el trabajo del campesino podía
producir un excedente por encima de la mera subsistencia. Y eso conllevó a que en lugar de vivir
como nómadas, nuestros antepasados pudieran establecerse en aldeas permanentes para cultivar
cereales y criar animales en sus campos cercanos. Así la agricultura trajo un modo de vida
completamente nuevo a medida que se esparcía por el mundo.
El pequeño excedente ocasional hizo posible almacenar algo para prevenir por los malos años por
venir. Pero con el tiempo, también permitió a las élites dirigentes, señores de la guerra, nobles y
reyes apoyados por soldados, sacerdotes y recaudadores de impuestos y tributos, hacerse con el
control de todo o parte de dicho excedente, una riqueza con la cual crear un estado dinástico y
financiar su propio y lujoso tren de vida. Dichas élites pudieron construir grandes palacios y
catedrales, cazar por diversión y hacer regularmente la guerra para hacerse con tierras y esclavos o
siervos que produjesen para ellos, excedentes aún mayores con los cuales mantener en las cortes a
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artistas y músicos, arquitectos y magos, al tiempo que los campesinos pasaban hambre y morían.
En resumen, a medida que se extendía por el mapa, la primera ola de riqueza, creó lo que hemos
dado en llamar la civilización agrícola.
Durante milenios la agricultura fue el modo de producción más avanzado: la siembra intensiva, los
campos abiertos, la nueva integración de agricultura y rebaños, la rotación trianual de los cultivos,
los modernos arneses, las herraduras de clavos y el balancín del carruaje, se combinaron formando
un sistema total de explotación agraria.
Esa primera ola de riqueza trajo consigo una mayor división del trabajo; de ahí la necesidad de
intercambio en la forma de comercio, trueque, compra y venta.
Pero el hambre y la pobreza extrema seguían marcando la pauta. Hambrunas, pestes, campesinos
fluyendo periódicamente a las ciudades creando poblaciones marginales y mendicidad masiva. En
su libro “El Pan Salvaje” Piero Camporesi cita originales y vívidas fuentes de los estragos que causa
el hambre en la piel y los órganos de sus víctimas, los olores pútridos, la suciedad y las heces, los
cuerpos apilados en montones de estiércol. La asociación casi táctil con los productos de la muerte:
cadáveres, huesos, enfermos y moribundos. Y en sus lujosos palacios los monarcas en banquetes y
lujosas fiestas.
Hoy en día, la situación de pobreza extrema predomina en regiones agrícolas atrasadas, donde los
campesinos siguen trabajando y viviendo como sus antepasados de hace siglos o fluyendo
periódicamente a las ciudades creando los cinturones de miseria.
Un segundo sistema de riqueza y sociedad revolucionaria, la industrialización, empezó a emerger a
finales del siglo XVII y se potenció con el descubrimiento del primer pozo petrolero por Edwin L.
Drake en Titusville, Pennsylvania en 1859, creando una segunda ola de transformación en buena
parte del planeta.
El sistema de riqueza de la segunda ola, condujo a fábricas, urbanización y laicismo, combinando la
energía procedente de los combustibles fósiles con las tecnologías de la fuerza bruta, que exigían
un trabajo físico repetitivo, producción en serie, educación masiva, medios de comunicación de
masas y cultura de masas.
Al colisionar con las formas de trabajo, valores y estructuras familiares tradicionales y con cada vez
más decadentes instituciones políticas y religiosas de la sociedad agrícola, los intereses de una élite
comercial urbana e industrial emergente se sobreponen a las arraigadas élites rurales agrícolas.
Subsecuentemente, los modernizadores de la segunda ola llegaron al poder en todas las economías
que hoy denominamos como desarrolladas.
La industrialización contaminó la tierra, compañeros suyos fueron el colonialismo y las guerras,
propagó mucho sufrimiento, pero también propició el auge de una vasta civilización urbana e
industrial expansiva, que creó riqueza más allá de los sueños más desenfrenados de nuestros
antepasados campesinos.
Construida sobre los principios comunes de la estandarización, la especialización, la sincronización,
la concentración, la centralización y la maximización de la escala, las economías industriales
adoptaron diversas formas, desde el capitalismo angloamericano, hasta el comunismo estalinista,
desde la tercera vía sueca hasta la variante japonesa, la versión coreana de dicha variante y muchas
formas más. Todas ellas estuvieron profundamente entregadas a la producción en sus etapas
iniciales y más tarde al consumo.
La tercera y más reciente ola de riqueza, desafía todos los principios de la industrialización, puesto
que sustituye los factores tradicionales de la producción industrial, tierra, mano de obra y capital,
por el conocimiento cada vez más refinado. Esta tercera ola de riqueza se remonta a la introducción
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del primer computador capaz de almacenar y correr un programa desde su memoria, el Univac en
1950. Sin embargo su primera potenciación se origina en la micro miniaturización de los circuitos
electrónicos, iniciada por Intel en 1971 y que con el desarrollo de la nanotecnología y los microchips
han ido evolucionando pasando de los chips de finales de esa década del sesenta con cientos de
transistores integrados, hasta los chips desarrollados actualmente con capacidad para integrar
millones de transistores microscópicos. La combinación de esta potencia computacional con el
desarrollo de nuevos sistemas inteligentes y el avance en las comunicaciones y las tecnologías de
Internet, está potenciando una gigantesca tercera ola de creación de riqueza que se popularizó y se
incorporó en virtualmente cada aspecto de la vida moderna a partir de la década final del siglo
veinte.
El resultado es un cambio profundo de la producción masiva de las grandes fábricas a la producción
en pequeñas escalas personalizada por medio de las impresoras tridimensionales y la robótica, que
va a permitir la fabricación de casi cualquier cosa en los hogares en cualquier lugar del mundo.
Mientras el sistema de riqueza de la segunda ola trajo consigo masificación, la tercera ola
desmasifica la producción, los mercados y la sociedad.
Mientras la segunda ola construyó jerarquías verticales cada vez más dominantes, la tercera ola
tiende a nivelar las organizaciones, las traslada a las redes y numerosas estructuras alternativas.
Mientras la segunda ola promovió poderosas estructuras burocráticas gubernamentales, la tercera
ola las elimina y aplana las organizaciones gubernamentales.
Mientras la segunda ola creó gigantescos centros urbanos con sistemas de transporte masivos, la
tercera promueve la descentralización urbana, telecentros de trabajo, telecentros de educación y la
desmasificación del transporte.
Mientras la segunda ola trajo consigo la familia nuclear de “una talla nos sienta bien a todos”, la
tercera ola reconoce y acepta una gran diversidad de formatos familiares.
Y todo ello es solamente el principio de una larga lista de cambios radicales. Así, fabricar las cosas
que podemos tocar, la función central de las economías de la segunda ola, se ha convertido cada
vez más en una actividad comparativamente sencilla y de bajo valor agregado.
Frente a ello, funciones intangibles como la financiación, el diseño, la planificación, la investigación,
el mercadeo, la publicidad, la distribución, la gestión, la logística, el servicio y el reciclaje suelen ser
más difíciles y costosos. A menudo agregan más valor y generan más beneficios que las forjas de los
metales y el trabajo físico. El resultado es un cambio profundo en las relaciones de los diferentes
sectores de la economía.
En resumen, mientras el sistema de riqueza de la primera ola se basaba principalmente en hacer
crecer cosas y el segundo en fabricar cosas, el sistema de riqueza de la tercera ola se basa cada vez
más en servir, pensar, saber y experimentar.
No hay duda, de que al igual que la industrialización creó por lo general más riqueza y mayores
excedentes per cápita de lo que jamás pudieron alcanzar las economías campesinas, la cantidad de
riqueza producida por las economías precedentes, va a ser muy pequeña comparada con el aún
incompleto sistema de riqueza de la nueva economía. Esta incrementará no solo la riqueza en
metálico, sino la riqueza humana, la riqueza no monetaria que creamos para nosotros mismos y los
seres queridos.
Cada uno de estos tres sistemas de riqueza impone diferentes obligaciones a las sociedades y las
vidas de las gentes corrientes. Producen formas y cantidades de riqueza muy distintas. Tienen
consecuencias económicas y culturales manifiestamente distintas. Y producen tres estilos de vida
radicalmente distintos.
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Para entender estas diferencias y a donde nos conducen, debemos dirigirnos a donde los
economistas y expertos financieros rara vez nos llevan: los fundamentos subterráneos de los que
depende el futuro de la riqueza.
La Revolución del Poder
Hace 10,000 años, la Revolución Agrícola produjo el primer sistema de creación de riqueza y con
ello sistemas políticos como el esclavismo, el feudalismo y las monarquías, los cuales apoyados en
el uso de la fuerza bruta, representada en la espada y el fusil, se apoderaron de parte o el total de
los excedentes producidos por los campesinos para financiar lujos y excentricidades y delegar el
poder en sus descendientes.
Hace trescientos años, la Revolución Industrial favoreció el que un nuevo sistema de creación de
riqueza surgiera. Fábricas de chimeneas poblaron los cielos que antes habían sido campos de
cultivo. Las fábricas proliferaron. Estos negros talleres satánicos trajeron con ellos una nueva forma
de vida y un nuevo sistema de poder, representado en el dinero.
Los campesinos, liberados de su dependencia de la tierra, se convirtieron en trabajadores urbanos
subordinados a patronos, privados o públicos. Este cambio trajo también consigo otros cambios en
las relaciones de poder en el hogar. Las familias rurales, compuestas por varias generaciones que
vivían bajo el mismo techo, regidas todas por un patriarca de barba blanca, dieron paso a familias
nucleares, de las que los ancianos no tardaron en verse apartados o, cuando menos, privados de su
prestigio e influencia. La familia en sí, como institución, perdió poder social a medida que muchas
de sus funciones eran transferidas a otras instituciones, la enseñanza a las escuelas, la salud a los
hospitales, por ejemplo.
Tarde o temprano, a medida que las máquinas de vapor y eléctricas se multiplicaron, le siguieron
profundos cambios políticos. Las monarquías se desplomaron o pasaron a ser atracciones para
turistas. Nuevas formas políticas hicieron su aparición.
Los terratenientes rurales que fueron previsores se trasladaron a las ciudades, a pesar del dominio
que habían ejercido en sus respectivas regiones, para subirse a la cresta de la ola de la expansión
industrial y sus hijos pasaron a ser corredores de bolsa o dirigentes de empresa. La mayoría de la
pequeña aristocracia rural que se aferró a su forma secular de vida se volvió una especie de nobleza
empobrecida, cuyas mansiones acabaron por convertirse en museos o en parques de safari para
obtener dinero.
No obstante y en contra de su menguante poder, se levantaron nuevas clases: líderes
empresariales, banqueros, burócratas, magnates de los medios de comunicación... La masificación
de la producción, la distribución, la educación y las comunicaciones fueron acompañadas de la
democracia de masas, o de las dictaduras que pretendían ser democráticas.
Estos cambios internos corrieron parejos con gigantescos cambios en el poder mundial. A medida
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que las naciones industrializadas colonizaban, conquistaban o dominaban una parte del resto del
mundo, crearon una jerarquía de poder mundial que todavía existe en parte.
En resumen, la aparición de un nuevo sistema para la creación de riqueza minó todos y cada uno de
los pilares del antiguo sistema de poder de la sociedad agraria y en último extremo transformó la
vida familiar, las empresas, la política, la nación-estado y la estructura del poder mundial. Aquellos
que lucharon por el control del futuro hicieron uso de la violencia y de la riqueza.
Hoy en día, una convulsión similar ha comenzado, aunque, mucho más acelerada. Los cambios que
hemos visto recientemente en las empresas, la economía, la política y la globalización, son sólo las
primeras escaramuzas de unas luchas por el poder muchos mayores, que han de sobrevenir.
Porque estamos ante el más profundo cambio de poder de la historia de la humanidad.
Músculo, Dinero y Mente
El poder no es ni bueno ni malo, es sólo una dimensión más dentro de casi todas las relaciones
humanas. De hecho, es el recíproco del deseo y dado que los deseos humanos tienen una infinita
variedad, todo aquello que pueda satisfacer los deseos de cualquier persona es una potencial
fuente de poder. El traficante que puede manejar la entrega de una papeleta con cocaína tiene
poder sobre el drogadicto. Si un político desea votos, aquellos que pueden entregárselo tienen
poder.
Con todo, las tres fuentes de poder, violencia, dinero y conocimiento, resultan ser las más
importantes entre las innumerables posibilidades. Cada una de ellas toma muchas y diferentes
formas en el drama del poder. La violencia, por ejemplo, no necesita ser real; la amenaza de
recurrir a su uso suele bastar para producir acatamiento. La amenaza de violencia también puede
estar al acecho detrás de la ley. La espada o músculo, la joya o el dinero y la mente o conocimiento
forman en conjunto, un sistema interactivo singular. Bajo ciertas condiciones, cada uno de ellos
puede transformarse en alguno de los otros. Un arma puede conseguir dinero a quien la porta, o
arrancar información secreta de los labios de su víctima. El dinero puede comprar información, o
también adquirir un arma. La información puede utilizarse o bien para aumentar la cantidad de
dinero que uno posee o para acrecentar las fuerzas que uno controla.
Y más importante aún, es posible utilizar los tres en casi todos los planos de la vida social, desde la
intimidad del hogar hasta la arena política.
En la esfera privada, un padre puede azotar a su hijo (usar la fuerza), no darle dinero o sobornarle
con unas monedas (usar el dinero o su equivalente) o lo más eficaz, moldear los valores del hijo de
tal manera que sienta deseo de obedecer. En el mundo de la política, un gobierno puede encarcelar
a un disidente o torturarle, sancionar económicamente a sus críticos y subvencionar a sus
defensores o manipular la verdad para obtener el consenso.
Al igual que máquinas herramientas capaces de crear más máquinas, la fuerza, el dinero y el
conocimiento, adecuadamente usados, pueden dar a quien los posea el dominio de muchas fuentes
adicionales de poder. Cualesquiera que sean las otras herramientas de poder que una determinada
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clase dirigente explote o cualquier persona en sus relaciones privadas, la fuerza, el dinero y el
conocimiento son las palancas y forman la triada del poder.
Es cierto que no todos los cambios o transferencias de poder son resultado del uso de esas
herramientas. El poder cambia de manos como resultado de muchos acontecimientos naturales. La
peste negra que asoló Europa en el siglo 14, arrastró a la tumba a los poderosos y a los desvalidos,
creando muchas vacantes entre las minorías dominantes en las comunidades supervivientes.
El azar también afecta a la distribución del poder en la sociedad. Pero tan pronto como nos
centramos en los actos humanos intencionados y nos preguntamos por qué razón los individuos y
las sociedades en su conjunto se someten a los deseos del poderoso, nos encontramos, una vez
más, frente a la trinidad, músculo, dinero y mente.
En su forma más simple, el poder entraña el uso de la violencia, el dinero y el conocimiento, para
conseguir que la gente actúe de una forma determinada.
El centrarnos en esta trinidad y el definir el poder de esta manera nos permiten analizarlo de una
forma totalmente nueva, mostrando con mayor claridad que antes, cómo es usado el poder para
controlar nuestra conducta desde la cuna hasta el cementerio. Cuando lo hayamos comprendido y
sólo entonces, podremos identificar y transformar aquellas obsoletas estructuras de poder que
amenazan nuestro futuro.
Poder de gran calidad
Los supuestos más convencionales respecto al poder, al menos en la cultura occidental, implican
que el poder es cuestión de cantidad. Pero, desde el momento en que es evidente que algunos de
nosotros tenemos menos poder que otros, este enfoque pasa por alto lo que ahora puede ser el
factor más importante de todos: la calidad del poder.
Es indiscutible que hay diferentes clases de poder y que algunas de ellas son de muy bajo octanaje.
Aquellos que comprendan la importancia de la calidad, tendrán una ventaja estratégica muy
apreciable en las feroces batallas por el poder que pronto se van a desencadenar en escuelas,
hospitales, empresas, sindicatos y gobiernos.
Nadie duda que la violencia, encarnada en la navaja de un atracador o en un cohete nuclear, pueda
lograr resultados terribles. La sombra de la violencia o la fuerza, grabada en la ley, se proyecta
detrás de todo acto de gobierno y al final, todo gobierno descansa en el ejército y en la policía para
hacer cumplir su voluntad. Esta omnipresente y necesaria amenaza de la violencia oficial en la
sociedad mantiene el sistema en funcionamiento, exige el cumplimiento de los contratos
mercantiles, reduce la delincuencia y facilita el mecanismo para la pacífica resolución de las
disputas. En este paradójico sentido, la velada amenaza de la violencia, es lo que ayuda a que la
vida cotidiana no sea violenta.
Pero la violencia en general, adolece de importantes inconvenientes. Para empezar, nos induce a
llevar un spray o cualquier otro producto capaz de dejar fuera de combate a un agresor o que los
países emprendan una carrera de armamentismo que aumenta los riesgos del uso de la violencia.
Para todos incluso, cuando funciona la violencia, esta produce resistencia. Sus víctimas o sus
supervivientes quedarán al acecho de la primera oportunidad que se les presente para replicarla.
Sin embargo, la principal debilidad de la fuerza bruta o la violencia es su absoluta inflexibilidad. Sólo
es posible utilizarla para castigar. Supone un poder de bala calidad.
En contraste con esto, el dinero es una herramienta de poder de mejor calidad. Una cartera repleta
de billetes resulta mucho más versátil. En lugar de limitarse a amenazar o a imponer castigos,
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puede ofrecer recompensas de exquisita graduación, pagos y detalles en dinero o en especie. El
dinero puede usarse de forma positiva o negativa. Por lo tanto, es mucho más flexible que la fuerza.
Sin embargo, el poder de mejor calidad se deriva de la aplicación del conocimiento. El poder de
buena calidad no es la simple influencia. No sólo la habilidad para para hacer que los demás hagan
lo que uno quiere. La buena calidad implica mucho más. Implica eficiencia, usar el mínimo de
recursos para alcanzar una meta. Usar el conocimiento para hacer que a la otra parte le guste
nuestro programa de acción. Incluso puede llegar a persuadir a la otra parte de que fue ella quien lo
propuso.
Por lo tanto, de las tres fuentes básicas de control social, el del conocimiento es posible utilizarlo
como castigo, recompensa, persuasión y para transformar en aliado al más acérrimo enemigo. Y lo
mejor de todo es que con los conocimientos adecuados se puede sortear situaciones peligrosas y
evitar el gasto de fuerzas o de dinero.
El conocimiento puede utilizarse para aumentar la fuerza o dinero disponibles o para reducir la
cantidad necesaria para alcanzar un determinado fin. En cualquier caso, aumenta la eficiencia y
permite que uno gaste menos fichas de poder en cualquier enfrentamiento.
Por supuesto, quienes disponen del máximo poder son aquellos que están en situación de utilizar
estas tres herramientas en hábil conjunción entre sí, alternando la amenaza del castigo con la
promesa de la recompensa y con la persuasión y la inteligencia. Los jugadores del poder
experimentados saben por intuición o por entrenamiento cómo utilizar e interrelacionar sus
recursos de poder.
Para evaluar a los diferentes contendientes en un conflicto, sea una negociación o una guerra—
sirve de gran ayuda saber quién tiene acceso a las herramientas básicas del poder.
El conocimiento, la violencia y el dinero y las relaciones entre ellos definen el poder en la sociedad.
Francis Bacon equiparaba el conocimiento al poder, pero no prestaba atención a su calidad o a sus
vínculos cruciales con las otras fuentes principales del poder social. Ni nadie podía prever hasta
ahora los cambios revolucionarios que iban a producirse estos días en las relaciones entre los tres.
Una revolución está ocurriendo en el mundo después de Bacon. Ningún genio del pasado, Sun-Tzu,
Maquiavelo o el mismo Bacon, hubiera imaginado jamás el profundo cambio de poder: el inmenso
grado en que la fuerza y el dinero dependen del conocimiento.
Hasta hace poco, el poderío militar era una prolongación del inconsciente puño. En la actualidad se
basa casi por completo en la mente sólida: el conocimiento incluido en las armas y en las
tecnologías de observación y vigilancia. Desde los satélites hasta los submarinos, las armas
modernas son fabricadas a base de componentes electrónicos repletos de información. Los aviones
de combate actuales son computadores volantes. Los drones, aviones no tripulados contienen ya
cámaras y sistemas de almacenamientos tan sofisticados que pueden realizar la vigilancia de una
ciudad de tamaño medio día y noche, grabando las imágenes del tamaño de un celular.
El Ejército, por citar un solo ejemplo, usa conocimiento computarizado, sistemas expertos en sus
cohetes defensivos. Los sistemas expertos pueden procesar entre 10,000 a 100,000 reglas
desarrolladas por especialistas. El computador debe escanear, pesar e interrelacionar estas reglas
antes de llegar a una decisión de cómo responder al reto.
El proyecto SyNAPSE de la DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency ) está dirigido a
construir un sistema de microprocesador que iguala las funciones del cerebro de un mamífero,
tamaño y consumo de potencia. Replica 10 billones de neurones, 100 trillones sinapsis, consume 1
kw y ocupa menos de 2 litros de espacio.
Del mismo modo dentro del mundo empresarial, la riqueza depende cada vez más del poder del
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cerebro, de la capacidad intelectual. La economía avanzada no podría funcionar durante 30
segundos sin la ayuda de los computadores y de las nuevas complejidades de la producción, la
integración de muchas tecnologías diferentes en constante cambio, la desmasificación de los
mercados en aumento, saltos enormes y de la cantidad y calidad de la información para hacer que
el sistema produzca riqueza. Además, debemos considerar que apenas estamos en el principio de
este proceso. Nuestros mejores computadores y sistemas de diseño asistido por computador y de
fabricación asistida por computador son tan primitivos todavía como el hacha de la Edad de Piedra.
Por lo tanto, el conocimiento en sí mismo resulta no sólo ser la fuente del poder de más alta
calidad, sino también el ingrediente más importante de la fuerza y del dinero. En otras palabras, el
conocimiento ha pasado de ser un complemento del poder del dinero y de la fuerza a su propia
esencia. De hecho, es el amplificador definitivo. Esta es la clave del cambio de poder que nos
espera, y explica el por qué la batalla por el control del conocimiento y de los medios de
comunicación se está calentando alrededor del mundo.
Dinastías y Democracias
En cualquier sistema, democrático o no, es necesario que haya una cierta congruencia entre la
forma en que un pueblo crea riqueza y en cómo se gobierna. Si los sistemas político y económico
tienen profundas disimilitudes, el uno acabará por destruir al otro.
Sólo dos veces antes, en toda la historia de la humanidad el hombre ha inventado formas nuevas de
crear riqueza. Y cada una de estas dos veces, inventó nuevas formas de Gobierno que las
acompañaran.
La propagación de la agricultura acabó con las agrupaciones tribales, bandas de cazadores y otros
ordenamientos sociales y políticos, sustituyéndolos por las ciudades-estado, los reinados dinásticos
e imperios feudales. La Revolución Industrial, a su vez, barrió muchos de estos ordenamientos. Con
la producción en masa, el consumo en masa y los medios de comunicación de masas, en muchos
países surgió un sistema equivalente; la democracia de las masas.
Sin embargo, la democracia de las masas tropezó con una enconada resistencia. Las antiguas
fuerzas del agrarismo feudal, la aristocracia rural, las iglesias jerárquicas y sus apologistas
intelectuales y culturales, opusieron resistencia con astucia y batallaron al naciente industrialismo y
a la democracia de masas que frecuentemente llevaba consigo.
A decir verdad, la principal contienda política en todas las sociedades industriales no ha sido como
muchos imaginan, entre la izquierda y la derecha, sino entre los admiradores del agrarismo y sus
valores por una parte y las fuerzas del modernismo industrial por la otra.
Tales luchas por el poder suelen ser libradas bajo otras banderas, el nacionalismo o la religión o los
derechos civiles. Ellas corren a través de la vida familiar, las relaciones entre sexos, las escuelas, las
profesiones, las artes, como también en la política. Hoy día, aquellos conflictos históricos, aún
presentes, están siendo ensombrecidos por uno nuevo, el advenimiento de una tercera sociedad,
una civilización posmoderna que está enfrentando el modernismo y el tradicionalismo.
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Y sí es cierto que una nueva economía basada en el conocimiento está remplazando a la producción
de la sociedad industrial, entonces debemos de esperar una lucha histórica para rediseñar nuestras
instituciones políticas y volverlas congruentes con la nueva y revolucionaria economía.
Todas las sociedades industriales se enfrentan ya a crisis convergentes, crisis en todos sus sistemas
más básicos: El sector agrario, el sector industrial, los sistemas urbanos, los sistemas de la
educación, los sistemas de la salud, los sistemas de bienestar social, los sistemas de transportes y
los sistemas ecológicos.
Los políticos de la sociedad industrial continuarán respondiendo a estas crisis, una al tiempo, con
variaciones basadas en los viejos enfoques. Pero estas crisis pueden ser insolubles con las
herramientas existentes, diseñadas para una sociedad de masas.
Adicionalmente, la naciente economía nos plantea problemas y crisis totalmente nuevos que
destrozan los supuestos y las alianzas convencionales de la era de la democracia de masas.
Mosaico Democrático
La democracia de masas implica la existencia de masas. Se basa en movimientos de masas, partidos
políticos de masas y medios de comunicación masivos. Pero, qué pasa cuando la sociedad de masas
empieza a desmasificarse, los grandes partidos y los medios masivos de comunicación se
desintegran?
Si la tecnología permite la personalización de los productos, si los mercados se rompen en nichos y
si los medios se multiplican y sirven continuamente a audiencias más estrechas y si aún las
estructuras familiares y culturales se vuelven cada vez más heterogéneas, porqué debemos
presumir en política la existencia de masas homogéneas?
Todos estos cambios que elevan las posiciones localistas, la resistencia a la globalización, el
activismo ecológico, la mayor conciencia étnica y racial y las relaciones familiares reflejan el
aumento en la diversidad social de las economías avanzadas. Ellos apuntan al final de la sociedad de
masas.
El resultado inicial del rompimiento de la sociedad de masas es un tremendo salto en la absoluta
complejidad de la política. Lo que está emergiendo no es una democracia de masas sino una
democracia de mosaico, correspondiente a la aparición de pequeños grupos de poder en la
economía, operando de acuerdo con sus propias reglas. Ello nos forzará a redefinir los supuestos
más fundamentales de la democracia.
Las democracias de masas están diseñadas para responder a factores masivos, movimientos de
masas, partidos políticos de masas, medios de comunicación de masas.
A medida que la política se va desmasificando, los líderes que trataron con unos pocos pero
grandes grupos de electores, están viendo cómo éstos se desintegran en incontables pequeños,
temporales grupos políticos, formando, rompiendo y reconformando alianzas a grandes
velocidades. Cualquiera de ellos, encontrándose en una intersección política estratégica, en el
momento apropiado, puede aumentar considerablemente su influencia.
Estos líderes no saben cómo hacer frente a los mosaicos. Y esto los hace doblemente vulnerables a
los ataques de los partidos minoritarios.
El desempleo urbano, la pobreza, los sin hogares, el analfabetismo, promesas incumplidas, la
corrupción en la política y gobiernos no preparados para el cambio, son caldos de cultivo de la
inquietud social.
Como es posible verlo en las presentes y futuras elecciones, la alta intención del voto en blanco no
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es sino una manifestación de la juventud contra las viejas tradiciones políticas y el no tener canales
de expresión que los identifique.
La aparición de una nueva clase de economía, desconocida hasta ahora, amenazadora para muchos
y que exige rápidos cambios en el trabajo, las formas de vida y las costumbres, lanza a enormes
masas de población, aterradas del futuro, a espasmos de intransigentes reacciones. La economía
avanzada, basada en computadores, información, conocimiento y profunda comunicación, pone en
tela de juicio todas las defensas tradicionales de la democracia, desafiándonos a redefinirla en
términos válidos para el siglo 21.
El Partido Invisible
A pesar de que los medios de comunicación se centran en una u otra figura política aislada, incluso
el líder más popular y destacado es cautivo del sistema. Este, desde luego, no es capitalismo ni
socialismo, sino burocratismo. Porque la burocracia es la más predominante forma de poder en
todos los países de la sociedad industrial. Los burócratas, funcionarios no elegidos
democráticamente, pero generalmente por cupos de los partidos de masas, esencialmente llevan la
gestión de todos los gobiernos de una forma cotidiana y hacen que casi todas las decisiones se
atribuyan públicamente a los máximos dirigentes de las naciones.
Los líderes políticos suelen lamentarse de la dificultad con que se enfrentan para conseguir que sus
burocracias lleven a cabo sus deseos. El hecho es que independientemente del número de partidos
que se enfrentan en las elecciones e importar cuál consigue más votos, hay un solo partido que
siempre gana. Es el Partido Invisible de la Burocracia.
La nueva economía no sólo transformará las empresas, sino también los gobiernos. Y lo hará
alterando la relación básica entre políticos y burócratas y reestructurando de forma espectacular la
burocracia en sí misma.
Ya hemos visto cómo grandes empresas se disocian en pequeños centros de beneficios, aplanan sus
pirámides jerárquicas e instalan sistemas de información de libre flujo que dan al traste con los
cubículos y canales burocráticos.
Pocas son las personas que parecen haber caído en cuenta de que si cambiarnos la estructura de la
empresa y dejarnos intacta la del gobierno, crearemos una brecha organizacional con el
consiguiente desencaje que perjudicaría a las dos estructuras. Una economía avanzada requiere
una constante interacción entre las dos. Si una se reestructura, debemos esperar cambios
correspondientes en la otra.
La nueva economía revolucionaria no sólo transformará las empresas, sino también los gobiernos. Y
lo hará alterando la relación básica entre políticos y burócratas y reestructurando de forma
espectacular la burocracia en sí misma.
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Privatización
Después de medio siglo en el que los gobiernos asumieron cada vez más tareas, las décadas desde
el inicio de la nueva economía, han visto un desarrollo verdaderamente sorprendente.
En las economías avanzadas, sus líderes empezaron sistemáticamente a reducir las operaciones
gubernamentales o sus funciones. Otros líderes los han seguido a nivel mundial. La privatización se
volvió el lema de moda.
Ello se ha tomado ampliamente como el triunfo del capitalismo sobre el socialismo. Pero el empuje
por la privatización no se puede tomar como una política capitalista o reaccionaria.
Pocos observadores han advertido los paralelismos ocultos entre el afán del sector público por la
privatización y la reestructuración actual de las empresas en el sector privado.
Estamos viendo cómo grandes empresas se disocian en pequeños centros de beneficios, aplanan
sus pirámides jerárquicas e instalan sistemas de información de libre flujo que dan al traste con los
cubículos y canales burocráticos. Es la única forma de responder al poder del consumidor en la
nueva economía.
Así mismo, se ha puesto en marcha una profunda re-conceptualización, un primer paso hacia el
aplanamiento y la reestructuración de los gobiernos, en formas paralelas con los cambios
introducidos por las organizaciones de la economía privada. Ello responde a la nueva influencia de
los ciudadanos en los gobiernos.
Nada de esto quiere decir que la privatización sea la panacea que los puristas del libre mercado
reclamaban. Porque con frecuencia conlleva su propia lista de inconvenientes. Sin embargo, en una
época en la que todos los gobiernos enfrentan a un entorno mundial caleidoscópico y
sorprendente, la privatización ayuda a los líderes a centrarse en las prioridades, en lugar de disipar
los recursos de los contribuyentes, en una barahúnda de actividades secundarias que sólo les sirven
para distraerlos de sus auténticos intereses políticos.
Y lo que es más significativo, acorta los tiempos de respuesta, tanto de las actividades enajenadas
como de las conservadas. Y todo ello sirve para volver a sincronizar al Gobierno con el más rápido
ritmo vital y empresarial de la nueva economía.
Eliminación de las Jerarquías
No obstante, la privatización no es la única forma en que los gobiernos, consciente o
inconscientemente, tratan de afrontar las nuevas realidades.
En la nueva economía muchas compañías mantienen una denodada lucha para reducir el grado de
integración vertical, la dependencia de su propio personal, por la subcontratación de determinadas
tareas con proveedores externos.
Resulta evidente a todas luces que también muchos gobiernos están reconsiderando sus decisiones
de hacer o comprar y se preguntan si realmente deben seguir administrando laboratorios y
lavanderías y otras tareas que podrían pasarse a contratistas externos. Los gobiernos se están
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moviendo hacia el principio de que su tarea es asegurar la entrega de servicios, no la prestación.
Tanto si la función específica es adecuada o no que la realicen subcontratistas del sector privado, la
movilización hacia la contratación externa es la imagen espejo del replanteamiento de la
integración vertical en los negocios.
Una vez más, al igual que en el caso de las empresas, los gobiernos
empiezan a eliminar sus jerarquías, eliminando el poder burocrático.
Las nuevas tecnologías de las comunicaciones socavan también las jerarquías del Gobierno,
haciendo posible eliminarlas. Los esfuerzos de los gobiernos de colocar funciones de los gobiernos
para que las realicen los ciudadanos en portales de Internet, apuntan en la dirección de eliminar la
burocracia. A medida que el poder del ciudadano se aumenta, los gobiernos tendrán que elevar la
eficiencia del gasto y se enfrentarán a una férrea oposición al aumento de los impuestos para
gastos burocráticos.
Todo esto, combinado con la privatización y la inminente redistribución del poder a niveles local,
regional y supranacional, apunta hacia cambios básicos en el tamaño y forma del gobierno del
mañana. Da a entender que a medida que penetremos más a fondo en la nueva economía, las
crecientes presiones obligarán a los gobiernos, al igual que hicieron anteriormente con las
empresas, a un proceso de dolorosa reestructuración.
Lo que esperamos ver, es una lucha entre políticos y burócratas por el poder del sistema a medida
que pasamos de una democracia de masas a una democracia de mosaicos.
Problemas ambientales
Muchos de nuestros más serios problemas ambientales, desde la contaminación atmosférica hasta
los residuos tóxicos, son subproductos de los antiguos métodos de crear riqueza de las fábricas de
chimeneas de la sociedad industrial. En contraste con ellos, el nuevo sistema, con la sustitución de
los recursos materiales por el conocimiento, la dispersión más que concentración de la producción,
la creciente eficiencia energética y el potencial para unos avances espectaculares en las tecnologías
del reciclado, lleva a la esperanza de combinar la salud ecológica con el progreso económico.
La Biología Sintética tiene un tremendo potencial en la naturaleza y en la vida de las futuras
generaciones. Podemos usarla para producir biocombustibles más baratos y más eficientes,
precursores de drogas médicas o crear nuevas plantas que alumbren naturalmente. Todos los
organismos vivos contienen instrucciones que determinan como son y que hacen. Estas
instrucciones están codificadas en el DNA del organismo, una larga y compleja banda de moléculas
incrustada en cada célula viviente. Este es el código genético del organismo o
genoma. La humanidad ha estado alterando el código genético de las plantas y animales a través de
la cría selectiva de individuos con características deseables. A medida que los científicos han
aprendido más acerca de cómo leer y manipular este código, han empezado a tomar información
genética asociada con características útiles de un organismo y agregarla a otro organismo. Esta es la
base de la ingeniería genética, que ha permitido a los científicos acelerar el proceso de desarrollar
nuevas especies de plantas y animales. Más recientemente, hemos aprendido como hacer nuevas
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secuencias de DNA desde cero. Combinando estas técnicas con los principios de la ingeniería
moderna, los científicos pueden usar ahora computadores y químicos de laboratorios para diseñar
organismos que hagan nuevas cosas.
La creación de plantas vegetales que alumbran usando biología sintética y software compilador del
genoma es el primer paso en crear una luz natural sostenible. La idea de largo plazo es reemplazar
la luz eléctrica o del gas con luz natural proveniente de las plantas.
Descentralización
La era de la sociedad industrial fue la gran época de creación de países, que llevó al control central
de las pequeñas comunidades, regiones y provincias. Fue la consolidación que llevó a las capitales
nacionales a convertirse en grandes centros de poder estatal. El declive de la sociedad industrial
hará aflorar profundos resentimientos y provocará violentas mareas emocionales a medida que los
centros de poder se vayan transfiriendo.
En contra de la opinión convencional, las regiones y localidades en lugar de irse haciendo más
uniformes, se tornarán más diversas. A medida que la nueva economía se amplía, creará cambios
radicales de poder entre los niveles locales, regionales, nacionales y globales. Los votantes se
dividirán en cuatro distintos grupos: globalistas, nacionalistas, regionalistas y localistas. Cada uno
de ellos defenderá sus identidades con ferocidad y cada uno de ellos buscará aliados. Cada grupo
atraerá diferentes soportes en los grupos financieros e industriales dependiendo de los intereses
propios, pero también atraerá a artistas, escritores e intelectuales que desarrollarán las ideologías
apropiadas para cada uno de ellos.
Tanto si se miden en proyectos de construcción de nuevas viviendas, tasas de crecimiento, niveles
de empleo, inversión o condiciones sociales, es probable que estas diferencias se acentúen más, en
lugar de reducirse, bajo el impacto de una nueva economía que va en contra de la
homogeneización de la sociedad industrial.
A medida que las regiones y las localidades asuman su propio carácter cultural, tecnológico y
político, resultará más difícil para los gobiernos administrar las economías con las herramientas
tradicionales de la regulación del banco central, impuestos y controles financieros. Elevando o
disminuyendo las tasas de interés o colocando una nueva tasa de impuestos, producirá
radicalmente diferentes consecuencias en diferentes partes del mismo país.
Países Menos Desarrollados: PMD
Uno de los mayores desequilibrios de poder que hay en la tierra separa hoy en día a los países ricos
de los pobres. Esa desigual distribución de poder que afecta a la vida de miles de millones de seres
humanos, pronto se transformará a medida que el nuevo sistema de creación de riqueza se
extienda.
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Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, el mundo se ha dividido entre capitalismo y
comunismo, norte y sur. En la actualidad, a medida que estas antiguas divisiones pierden
significado, surge una nueva. Porque, de ahora en adelante, el mundo se dividirá en veloces y
lentos.
El ser veloz o lento no es sólo una cuestión de metáfora. Economías completas son lentas o veloces.
Los organismos primitivos tienen sistemas neurales lentos. El sistema nervioso humano, más
evolucionado, procesa las señales con mayor velocidad. Lo mismo es aplicable a las economías
primitivas y avanzadas. Si observamos la historia, el poder ha pasado de los lentos a los veloces y es
indiferente que hablemos de especies o de naciones.
En las economías veloces, la tecnología avanzada acelera la producción. Pero esto es lo menos
importante. Su ritmo viene determinado por la velocidad de las transacciones, el tiempo necesario
para tomar decisiones, la velocidad a la que se crean las nuevas ideas en los laboratorios, la
velocidad que se llevan al mercado, la velocidad de los flujos de capital y sobre todo, la velocidad en
que los datos, la información y el conocimiento fluyen a través del sistema económico. Las
economías veloces generan riqueza y poder más rápido que las lentas.
Por el contrario, en las sociedades agrarias, los procesos económicos se mueven a un ritmo mucho
más lento. La tradición, lo ritual y la ignorancia limitan las opciones aceptables para la sociedad. Las
comunicaciones son primitivas, el transporte restringido. Antes de que el sistema de mercado
apareciera como instrumento para realizar opciones de inversión, la tradición regía las decisiones
tecnológicas.
Con la mayoría de las personas viviendo en el puro límite de la subsistencia, la experimentación era
peligrosa, se prescindía de los innovadores y los progresos en los métodos de creación de riqueza
se producían con tal lentitud que casi resultaban inapreciables en el transcurso de toda una vida.
Los momentos de innovación iban seguidos de siglos de estancamiento.
La histórica explosión que ahora llamamos la Revolución Industrial
potenció el metabolismo económico. Las carreteras y las comunicaciones mejoraron. Personas
emprendedoras, motivadas por la posibilidad de obtener beneficios, se afanaron por encontrar
innovaciones. Las máquinas reemplazaron la fuerza bruta. Se masificó la producción y se
aprovecharon las economías de escala. Se introdujo el tiempo como factor de producción. La
sociedad tenía un mayor excedente al que recurrir, lo que reducía el peligro social de la
experimentación.
Todo esto, sin embargo, no hizo más que montar el escenario para la economía simbólica super
veloz de la actualidad. El código de barras en los productos, el computador en el camión de la
agencia de envíos urgentes, el lector electrónico de caracteres en las cajas del supermercado, los
cajeros automáticos de los bancos, la difusión por todo el planeta de las redes de datos extra
inteligentes, los robots accionados a distancia, la informatización del dinero y otras muchas
novedades, son los pasos preliminares hacia la formación de la economía del siglo 21, que
funcionará a velocidades próximas al tiempo real.
En su debido momento, todo ciclo de creación de riqueza se supervisará a medida que se produzca.
Se producirá una continua retroalimentación de datos a partir de sensores incorporados en la
tecnología inteligente como lectores ópticos en los comercios y de transmisores en camiones,
aviones y barcos que enviarán señales a los satélites a fin de que los directivos puedan seguir la
pista del lugar en que se encuentra cada vehículo. Esta información se combinará con el resultado
de una continua consulta al público y con la información de un millar de otras fuentes.
El efecto de aceleración, al hacer que cada unidad de tiempo que se ahorre sea más valiosa que la
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última unidad, crea una espiral de realimentación positiva que aumenta la aceleración.
Las consecuencias de ello, no serán meramente evolucionarias, sino revolucionarias, porque el
trabajo, la gestión y las finanzas en tiempo real serán completamente diferentes de los métodos
más avanzados de hoy en día. Incluso ahora, antes de que se puedan realizar las operaciones en
tiempo real, el tiempo en sí ha pasado a ser factor de producción cada vez más crítico. En
consecuencia, el conocimiento se utiliza para acortar los intervalos de tiempo.
Este aumento de la velocidad de las respuestas neurales económicas en las naciones de alta
tecnología, contiene consecuencias aún inadvertidas para las economías con baja tecnología o sin
tecnología alguna.
Porque a medida que el tiempo se haga más valioso, los factores tradicionales de producción, como
las materias primas y la mano de obra, serán menos valiosos. Y eso, en su mayor parte, es lo que
estos países venden.
Comprimiendo el tiempo
En las sociedades campesinas, las personas no cobraban en general un salario por horas. En su
calidad de esclavos, siervos o aparceros, recibían o guardaban para para sí mismos, una parte de lo
realmente producido.
En la sociedad industrial el concepto del tiempo y los horarios se establecieron en las fábricas.
Horarios de entrada y salida estableció la diferencia. Con la esperanza de maximizar los resultados,
se aceleraron las cadenas de montaje o pagaron por piezas fabricadas para explotar más la fuerza
muscular de los trabajadores. Bajo la fórmula de que el tiempo es hora, se terminó pagando por
horas a los trabajadores en las fábricas. De la misma manera, los modernizadores de la sociedad
industrial, legitimaron el valor del dinero con intereses basados en el tiempo. A ello siguió, la
expansión de otros pagos basados en el tiempo por parte de consumidores, empresas y gobiernos.
Ello significó que todas las personas quedaran encadenadas al tiempo como trabajadores,
consumidores, prestamistas, prestatarios e inversionistas.
En esta nueva sociedad del conocimiento, las multitareas y medios multifocales de interés,
sustituyen la concentración en algo fijo y una nueva generación entera crece en medio de una
cultura que se desplaza de una economía secuencial a una economía multi secuencial, esto es,
hacer varias cosas al mismo tiempo: acceso al mismo tiempo a computadores, controles remotos,
internet, correos electrónicos, búsquedas, celulares, reproductores, video juegos, cámaras digitales
y otros. Para esta generación, las nociones de tiempo y distancia significan muy poco. Procesan más
y más información a ritmos más y más rápidos y se aburren con cualquier cosa que consideren
lenta. Detrás de todo esto, está el momento histórico en pro de un nuevo sistema de riqueza, cuya
principal materia prima, el conocimiento, puede moverse ahora a casi la velocidad del tiempo real.
Cada intervalo de tiempo vale ahora más dinero que el anterior, porque en principio, si no en la
práctica, se puede crear más riqueza durante sus cada vez más cortos intervalos de tiempo.
Lo anterior nos conduce a otro de los pilares de la nueva economía. El trabajo como agentes libres,
esto es, profesionales que trabajan por cuenta propia, contratistas independientes, asesores y
trabajadores autónomos, estableciendo sus propios horarios diarios o nocturnos y muchos de ellos
desde su casa. Probablemente la mayoría de estos agentes libres son pagados por proyectos o
comisiones u otras variables no basadas en el tiempo.
La velocidad y la desregulación de las actividades van de la mano con otro cambio del
funcionamiento intermitente al de flujo continuo 24 horas, siete días a la semana, 365 días al año.
En su carrera por adaptarse a los cambios del mercado, la economía y otras variables, las empresas
se están embarcando en reorganizaciones internas de flujo continuo.
21. 21
Este cambio histórico tiene implicaciones sociales, culturales, psicológicas y económicas
relacionadas a que cada intervalo de tiempo es potencialmente más valioso que el anterior, con
nuestra capacidad de medir, explorar y controlar magnitudes de tiempo cada vez más cortas y cada
vez más largas.
Estirando el espacio
A medida que cambiamos nuestra relación con el tiempo, también cambia la relación con el
espacio, los sitios donde se crea la riqueza, los nuevos criterios por los que elegimos esos lugares y
la forma en que los vinculamos entre sí.
El resultado es un periodo de turbulencia espacial. Esta creciente movilidad de la riqueza, afectará
el futuro de los empleos, la inversión, las oportunidades empresariales, la estructura de las
empresas, la situación de los mercados y la vida cotidiana de las personas en el mundo.
Determinará también el destino de las ciudades, países y continentes.
Algunos describen el ciberespacio como un territorio sin lugar en el mundo físico e incluso como la
primera instancia de un mundo paralelo. La digitalización no desmaterializa el espacio, no sustituye
la realidad por el espacio virtual. Pero si acelera y facilita el traslado y creación de riqueza en todas
partes, no solo en el gran círculo del poder del pasado, sino hacia abajo, al nivel local. Los
mapamundis de la riqueza se están redibujando a medida que las oleadas de cambio atraviesan la
tierra, impulsando rumbo al futuro a algunas ciudades y regiones y relegando a otras al olvido
económico. Por todo el mundo, los lugares de alto valor agregado empiezan a tomar forma.
No hace falta repetir todos y cada uno de los argumentos sobre los costos y beneficios de ampliar la
dimensión espacial y las economías en proceso de globalización. Incluso identificar los pros y
contras es más complejo de lo que parece.
Pero aún, todos los aspectos negativos deben sopesarse frente al hecho de que la China se ha ido
integrando a la economía mundial y ya en el año 2001 había utilizado capital mundial para sacar a
doscientos setenta millones de campesinos de la miseria extrema.
Frente a las críticas contra la globalización, otros afirman que nuestro destino es la globalización
total conectando a todos los lugares, todas las personas y todas las cosas. Estas personas aseguran
que ningún país dará paso atrás al indefinidamente asombroso potencial de la globalización para
elevar el nivel de vida, que nos enfrentamos a nuevos problemas que no pueden resolverse sin ella
y que las nuevas tecnologías la facilitarán cada vez más.
Pero una mayor presión hacia la globalización proviene de la industria espacial que ha venido
creciendo a tasas del 15% anual desde la década de 1990. Adicionalmente esta industria tiene
efectos sobre empresas que dependen del espacio como las grandes redes de televisión, tecnología
médica, agencias de publicidad, agencias del deporte, compañías telefónicas y de internet,
proveedores de datos financieros, para citar algunas.
En resumen, estamos trasformando simultáneamente la relación de la riqueza con el tiempo y el
espacio, dos de los fundamentos profundos que han apuntalado toda la actividad económica. Hoy
en día la riqueza no es meramente revolucionaria, sino que está abarcando mayores espacios a
mayores velocidades.
22. 22
Hiper velocidades
El estiramiento del espacio y la compresión del tiempo determinan dos aspectos fundamentales de
la creación de riqueza como son la hiper velocidad y la sincronización de las actividades
económicas.
El nuevo sistema de creación de riqueza abre la posibilidad de un futuro mucho mejor para
enormes masas de población que ahora se encuentran entre los pobres de la tierra.
A menos que los líderes de los PMD prevean estos cambios, condenarán a sus pueblos a una
perpetua miseria y a ellos mismos a la impotencia política.
Según John Leahy, director de clientes de Airbus, "para el 2032, la región de Asia-Pacífico será la
primera del mundo en tráfico aéreo, superando a Europa y Norteamérica. Hoy en día, una
proporción de un quinto de la población de los mercados emergentes toma anualmente un vuelo.
En 2032, la cifra llegará a dos tercios. El atractivo de los viajes aéreos significa que el número de
pasajeros será de más del doble de los actuales (de 2900 millones a 6700 millones), demostrando
claramente el papel esencial de la aviación en el crecimiento económico".
Durante 22 años un equipo de 30 ingenieros de la empresa Reaction Engines, dirigida por el
ingeniero espacial Alan Bond, ha estado desarrollando un motor que permite a las aeronaves volar
a una velocidad supersónica de 6.500 kilómetros por hora y baja contaminación, lo que hará posible
volar de Los Angeles a Tokio en un poco más de dos horas. El nuevo motor puede instalarse en el
avión de nueva generación Lapcat. Aunque en la actualidad los aviones de pasajeros no suelen volar
a una altura superior a 15 kilómetros, el Lapcat podría ascender hasta los 30 kilómetros con 300
pasajeros a bordo. El avión no tendrá ventanas para soportar la fuerte presión del exterior.
La empresa Japonesa Taise, planea la construcción de una isla artificial de cinco kilómetros de
longitud que sirviera como AVA o “Aeropuerto de Valor Agregado” capaz de atender al tráfico de
los hipersónicos y de servir como centro internacional de convenciones, de exposiciones y de otros
servicios, enlazado mediante trenes de alta velocidad a zonas de alta densidad demográfica.
La Central Japan Railway pondrá en marcha un tren de levitación magnética capaz de alcanzar los
600 kilómetros por hora. La empresa que ha comenzado las pruebas con estos nuevos modelos de
trenes de alta velocidad, conocidos como “Maglev” (“Magnetic Levitation”), comenzará las labores
de construcción de una nueva línea de Tokio a Nagoya con seis estaciones a partir del 2014.
Carl Dietrich, co-fundador, CEO y CTO de Terrafugia, Ph.D de MIT en Aeronáutica y Astronáutica
está a cargo del programa TF-X que literalmente trasformará el transporte personal. El automóvil
volador TF-X, que será capaz de levantar vuelo y aterrizar verticalmente, está diseñado para
transportar 4 personas a una velocidad de 320 km/hr y se puede estacionar en el garaje. Lo anterior
contrasta con la velocidad promedio en Bogotá que es de 24 km/hr.
Por otro lado, la proliferación de las redes extra inteligentes se está produciendo rápidamente y
actualmente hay propuestas para crear redes especiales de fibra óptica para más altas velocidades,
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que enlazarán unos supercomputadores estratégicamente repartido por EE.UU., con miles de
laboratorios y grupos de investigación.
Actualmente hay más de mil millones de computadores personales en el mundo y cerca de
seiscientos mil millones de chips de computadores. HP ha encontrado la manera de colocar billones
de transistores de tamaño molecular en un diminuto chip.
El nuevo computador Sequoia alcanzará velocidades de 20 petaflops o 10 elevado a la 15 flops.
En el 2013 había 2400 millones de usuarios de Internet y cerca de 7000 millones de celulares en el
mundo, equipados cada vez más con efectos especiales para convertirlos en aparatos digitales más
avanzados y versátiles.
La revolución digital no es la única fuente de cambios fundamentales que se nos viene encima.
Los científicos que investigan la antimateria han creado anti hidrógeno. Se están produciendo
avances espectaculares en campos tan diversos como los polímeros conductores, los materiales
compuestos, la microdinámica de los fluidos, la química supramolecular, la nanotecnología, la
clonación, la óptica, la
medicina, la energía.
En la sociedad industrial se empezaron a construir máquinas para hacer mejores máquinas. En la
actualidad las denominamos herramientas básicas.
Ese mismo proceso a escala más amplia, se está produciendo con lo que podríamos llamar
herramientas K, los instrumentos que utilizamos para generar más conocimiento, la forma de
riqueza más importante en la sociedad del conocimiento. En el futuro es probable que veamos
herramientas básicas cada vez más potentes para la adquisición del conocimiento y también
herramientas básicas para construir esas herramientas básicas.
Los MOOC son Cursos Masivos en Línea Abiertos (Massive Open Online Course). Los líderes
tradicionales del mercado, las universidades elites como Harvard, Stanford y MIT, han estado a la
cabeza del movimiento MOOC. Ello puede cambiar en este año 2015, si la primera máquina
inteligente empieza a enseñar completamente un MOOC, enseñando, clasificando y participando
con los estudiantes de la misma manera que lo hace el profesor. Este nuevo sistema de MOOC
revolucionará la educación, desafiando la estructura de costos actuales de la educación superior. A
diferencia de los humanos, las máquinas están dispuestas a completar todo el trabajo del curso y
hacer todas las tareas. Pueden enseñar no sólo para el conocimiento, sino para estudiar cómo
aprenden los humanos y recoger los diversos matices de un campo específico de conocimiento.
Como la computadora Watson de IBM, aprende medicina, no sólo memorizando un montón de
conocimientos médicos, sino también mediante el análisis del trabajo de casos, que muestran cómo
los médicos piensan. Los MOOC empezaron como una manera de educar a los hombres, pero
pueden terminar como una manera de educar a las máquinas. Al menos, una vez que un MOOC
puede ser enseñado por una máquina, puede terminar haciendo que el profesor universitario sea
un artefacto pintoresco del pasado no digital.
La combinación de más científicos, herramientas K más potentes, MOOC, comunicaciones
instantáneas, colaboración a escala mundial y una base de conocimiento cada vez más amplia, está
cambiando las fronteras de la propia ciencia hacia lo que considerábamos ciencia ficción. Día tras
día, los laboratorios ofrecen nuevos descubrimientos y muchos de ellos nos van a enfrentar a temas
profundamente morales como la clonación y la investigación con células madres. Ahora se
dispones de pistas sobre la manipulación genética de ciertas formas de inteligencia y ello conlleva a
peligros sociales y políticos de estas manipulaciones.
El Sistema molecular conocido como Crispr se utiliza para crear animales de laboratorio con
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ingeniería genética más fácilmente de lo que se podía hacer antes, con cambios en múltiples genes.
Los científicos creen que también se puede usar para realizar cirugías genómicas con el fin de
corregir genes erróneos que causan enfermedades. Trabajando en laboratorios, no en humanos
todavía, investigadores en el Instituto Hubrecht de Holanda mostraron que pueden arreglar una
mutación que causa fibrosis. Pero aunque todavía es una revolución emocionante, se crean
profundas preguntas, como las que se presentaron con la terapia de genes, las células madres y la
interferencia DNA, que indudablemente se tendrán que resolver antes de ser usada en pacientes.
La técnica también eleva cuestiones éticas. La facilidad de crear monos y roedores alterados, puede
llevar a mayores experimentos con animales. Y la técnica de alterar genes en sus embriones puede
posiblemente trabajar con embriones humanos, elevando el espectro del llamado diseño de bebés.
Hace más fácil realizar ingeniería genética de la línea germinal humana, explica Graig C. Mello,
premio Nobel de la Escuela de Medicina de la Universidad de Massachusetts, refiriéndose a la
realización de cambios genéticos que pueden pasar a las futuras generaciones.
La velocidad se convierte en asombrosamente lenta cuando se trata de la física nuclear. Científicos
holandeses y franceses batieron records al crear pulsaciones de luz estroboscópica de duración de
doscientos cincuenta attosegundos (10elevadoa la -18 de segundo). Investigadores de Estados
Unidos están trabajando en un lasetrón para crear destellos en zeptasegundos (10 elevado a la -
21de segundo).
Todo lo anterior tendrá también repercusiones en las profesiones como las conocemos hoy día.
Con el escaneo de los ADN, se podrán diseñar drogas personalizadas instantáneas para cada
enfermedad sin el concurso de los médicos. Operaciones con robots más precisas que las que
realizan los cirujanos. Este mismo tipo de repercusiones de formas diferentes, se presentarán en
profesiones como la enseñanza, la arquitectura, las ingenierías y las relacionadas con la
administración de empresas, ventas, mercadeo, publicidad, control de inventarios, logística,
manejos contables, etc.
En el campo de la agricultura, observaciones visuales de cómo van creciendo las semillas, cómo se
construyen las estructuras internas de los granos a medida que crecen, se almacenan, se
transportan y se cocinan y en caso de cualquier enfermedad, soluciones adecuadas instantáneas.
Los avances en herramientas básicas para la expansión del conocimiento, son como un cohete en
etapa de combustión, que se prepararán para lanzarnos hacia la próxima fase de creación de
riqueza, que ha de difundirlo más ampliamente por el mundo. La revolución está en marcha y la
civilización que está surgiendo desafiará todo lo que creíamos conocer acerca de la riqueza.
La Sincronización
El nuevo sistema de creación de riqueza se compone de una creciente red mundial de mercados,
bancos, centros de producción y laboratorios, en comunicación instantánea entre ellos,
intercambiando de manera continua y en aumento, enormes flujos de datos, información y
conocimiento.
Esta será la economía veloz del mañana. Esta nueva máquina de hacer riqueza, acelerada y
dinámica, es la fuente del progreso económico. Y como tal, la fuente de gran poder. Desacoplarse
de ella es excluirse del futuro.
Y, sin embargo, ése es el destino al que muchos de los países menos desarrollados se enfrentan.
A medida que el principal sistema del mundo para la producción de riqueza vaya aumentando su
velocidad, los países que deseen vender tendrán que operar al ritmo de aquellos que estén en
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situación de comprar. Esto significa que las economías lentas deberán acelerar sus reacciones
neurales, si no quieren perder contratos e inversiones o incluso, quedarse rezagadas por completo
de la carrera.
Una gran muralla separa a los veloces de los lentos y esa muralla aumenta su altura cada día que
pasa. Esta gran muralla cultural y tecnológica explica, en parte, la alta tasa de fracasos en proyectos
conjuntos entre países veloces y lentos.
Muchas operaciones se vienen abajo cuando un proveedor que opera en un país lento deja de
cumplir los plazos de entrega prometidos a un país veloz. El diferente ritmo de la vida económica en
los dos mundos contribuye a la estática cultural. Las exigencias de mayor velocidad parecen
irrazonables e incluso arrogantes. Sin embargo, para la parte contratante del país veloz, nada hay
más importante. Una entrega retrasada es casi tan lesiva como una entrega incumplida.
El creciente coste de la falta de confiabilidad, de negociaciones interminables, del seguimiento y
supervisión inadecuados y de los retrasos en las respuestas a las solicitudes de información
instantánea, reduce aún más la ventaja competitiva del trabajo manual de bajo coste en las
economías lentas.
Lo mismo sucede con los gastos motivados por retrasos, irregularidades, estancamientos
burocráticos y lentos procesos de toma de decisiones, por no mencionar los pagos corruptos que
con frecuencia se requieren para activar las cosas.
La rapidez a la hora de tornar decisiones ha pasado a ser un aspecto en las economías avanzadas.
Algunos ejecutivos se refieren a los inventarios de decisiones en curso (DEC) como uno de sus
costos más importantes, similar a los trabajos en curso. Ellos pretenden sustituir la toma secuencial
de decisiones por un procesamiento paralelo que rompa con la burocracia. Hablan de velocidad al
mercado, respuesta rápida, tiempo corto del ciclo y competencia basada en el tiempo.
La mayor precisión de la sincronización exigida por los sistemas del tipo justo a tiempo, significa
que el vendedor debe cumplir unas exigencias de programación mucho más rígidas y restrictivas
que antes, por lo que es más fácil tener tropiezos en ese sentido.
Por otra parte, a medida que los compradores exigen entregas más frecuentes y puntuales del
extranjero, los proveedores que operan en un país lento se ven obligados a mantener mayores
existencias o reservas por propia cuenta, con el consiguiente riesgo de que las piezas almacenadas
se tornen obsoletas o invendibles en poco tiempo.
El nuevo imperativo económico es claro: los proveedores extranjeros que operen en países en vías
de desarrollo, tendrán que modernizar sus propias tecnologías para cumplir las normas de rapidez
exigibles en cada momento, o de lo contrario, se verán apartados de sus mercados, como víctimas
del efecto de la aceleración.
Más allá de las materias primas
Los países que basan sus planes de desarrollo en la exportación de materias primas, como la
bauxita o el mineral de cobre, van a enfrentar los cambios económicos.
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La producción en serie requería enormes cantidades de un pequeño número de recursos. Por el
contrario, a medida que los métodos de producción se desmasifican, se necesitarán más recursos
diferentes en cantidades menores.
Adicionalmente, el metabolismo más rápido del nuevo sistema mundial de producción, conlleva a
que los recursos considerados cruciales hoy en día puedan no ser útiles mañana y con ellos, las
industrias de extracción, carreteras, sistemas ferroviarios, explotación de minas, instalaciones
portuarias y otras infraestructuras requeridas. Y, al contrario, lo que hoy en día se tiene por basura
inútil tal vez adquiera de repente un gran valor.
El petróleo en un tiempo se consideró inútil, hasta que las nuevas tecnologías, como el motor de
combustión interna lo volvieron vital. El titanio era un polvo blanquecino prácticamente inútil,
hasta que cobró valor en la construcción de aeronaves y submarinos. En esa época el ritmo de
materialización de las nuevas tecnologías fue lento. Ahora, es muy diferente. El grafeno, nuevo
material muy publicitado en el momento, por ejemplo, tendrá profundas repercusiones en la
superconductividad, lo cual reducirá la necesidad de energía al disminuir las pérdidas por
transporte. Adicionalmente el grafeno será parte vital de la ingeniería biológica, optoelectrónica,
ultrafiltración, materiales compuestos, células fotovoltaicas y almacenamiento de energía, lo cual
requerirá el uso de nuevas materias primas. Los nuevos dispositivos para eliminar la contaminación
producida por los motores de gasolina no dependerán del platino. Los nuevos productos
farmacéuticos, posiblemente requieran sustancias orgánicas desconocidas y carentes de valor en la
actualidad. Estos tipos de cambios afectarán las exportaciones actuales de materias primas de los
PMD.
Fondo Monetario Internacional menciona que en 1984, Japón consumió sólo el 60 % de las
materias primas requeridas para el mismo volumen de producción industrial en 1973. El
conocimiento más avanzado nos permite conseguir más con menos. Y a medida que lo hace, retira
poder de las manos de los grandes productores de materias primas.
Más allá de lo anterior, el conocimiento científico, con su imparable crecimiento, aumenta la
capacidad de crear sustitutivos de los recursos importados. Es posible que las economías avanzadas
sean pronto capaces de crear conjuntos de nuevos materiales completos adaptados a las
necesidades de procesos o a clientes específicos, tales como los nanocompuestos fabricados a
partir de chatarra. Cuanto más progresen las naciones con alta tecnología en la micro manipulación
de la materia, menos dependientes de las importaciones de materias primas.
El nuevo sistema de creación de riqueza es demasiado variable y demasiado veloz para depender
de unos pocos materiales vitales. Por ello, el poder pasará de los grandes productores de las
materias primas a los que controlen unas cantidades minúsculas de sustancias temporalmente
cruciales y de éstos a aquéllos que controlen el conocimiento necesario para crear nuevos recursos.
La costosa mano de obra barata
Lo anterior es bastante malo. Pero es probable que otro golpe incida todavía con mayor dureza
sobre los PMD y que cambie las relaciones de poder dentro y entre ellos mismos.
Siempre, durante la sociedad industrial, los fabricantes capitalistas han buscado sin descanso la
oportunidad de fabricar con mano de obra barata. Después de la Segunda Guerra Mundial, la
cacería de fuentes externas de mano de obra barata se convirtió en una auténtica estampida.
Muchos países en vías de desarrollo se jugaron todo su futuro económico en la teoría de que
vendiendo mano de obra barata los llevaba a la modernización.
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Algunos, como los cuatro tigres del Sudeste Asiático, Corea, Taiwan, Hong Kong y Singapur, incluso
ganaron la apuesta. Contaron con la ayuda de una fuerte ética del trabajo y otros factores
culturales, incluyendo también el hecho de que dos enconadas guerras, la de Corea en el decenio
de 1950 y la de Vietnam en el de 1960 y principio de 1970, bombearon miles de millones de dólares
en la región. Algunos japoneses denominaron a este aluvión de dólares “el viento divino”.
Debido al éxito que alcanzaron, ahora se cree de forma casi universal que pasar de la exportación
de productos agrícolas o materias primas a la exportación de bienes fabricados con mano de obra
barata es el camino del desarrollo. Sin embargo, ello está muy alejado de la realidad en el largo
plazo.
Es indudable que todavía se sigue jugando el juego de la mano de obra barata en todos los rincones
del mundo. Incluso hoy en día Japón está transfiriendo fábricas y contratos desde Taiwán y Hong
Kong (donde han subido los salarios) a Tailandia, Malasia y China donde los salarios siguen siendo
una décima parte de los de Japón. No hay duda de que todavía hay muchas oportunidades de que
los países ricos utilicen la mano de obra barata en los PMD.
Pero, al igual que con la exportación de materias primas provenientes de minerales, la venta de
mano de obra barata está alcanzado sus límites exteriores. La razón de bien sencilla. Dentro del
nuevo sistema de creación de riqueza, la mano de obra barata es cada vez más cara.
A medida que se extiende el nuevo sistema de riqueza, los costes de la mano de obra pasan a
representar una fracción menor de los costes totales de producción. Hoy en día, los costes de la
mano de obra en algunos sectores representan solamente el 10% de los costes totales de
producción.
Por el contrario, una mejor tecnología, unos flujos de información más veloces, menores
inventarios o una organización más ligera, pueden producir ahorros muy superiores a los que
pueden conseguirse a base de reducir la retribución de los trabajadores manuales.
Esta es la razón de que pueda ser más rentable explotar una instalación avanzada en Japón o
Estados Unidos, con un grupo pequeño de empleados altamente calificados y bien pagados, que
depender de una anticuada fábrica en China o Brasil, llena de trabajadores mal calificados y muy
mal pagados.
El nuevo significado del desempleo
Muchas de las lamentaciones a cuenta del declive del sector industrial están basadas en conceptos
obsoletos de la riqueza, la producción y el desempleo.
En el año de 1962, el trabajo semillero llamado “La Producción y Distribución del Conocimiento en
los Estados Unidos” por el economista de Princeton Fritz Machlup, sentó las bases para una
avalancha de estadísticas que documentaban el hecho de que ahora los trabajadores manejan más
símbolos que cosas. A finales de los 50 y principios de los 60, en libros, artículos, revistas y
monografías, un pequeño grupo de futuristas en los Estados Unidos y Europa, preveían la transición
del trabajo manual al trabajo mental y habilidades humanas. En aquellos años, estos tempranos
avisos fueron considerados como demasiado visionarios.
Desde entonces, el cambio del trabajo manual al trabajo de servicios y a la actividad super
simbólica se ha generalizado de una forma espectacular e irreversible. En los Estados Unidos estas
actividades representan las tres cuartas partes del empleo total. La gran transición se refleja
globalmente en el hecho sorprendente de que las exportaciones mundiales de servicios y
propiedad intelectual igualan a las de electrónica y automóviles juntas o a la combinación de
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alimentos y combustibles.
Como las señales tempranas fueron ignoradas, la transición ha sido innecesariamente lenta.
Despidos masivos, quiebras y otras convulsiones azotaron la economía a medida que las viejas
industrias se rezagaron en la instalación de computadores, robots y sistemas de información
electrónica, demoraron mucho su reestructuración y se vieron doblegadas por ágiles competidores.
Muchas le echaron la culpa a la competencia externa, altas o bajas tasas de interés, sobre
regulaciones y muchos otros factores.
Algunos de estos factores, sin duda, jugó un papel. Pero también se podría culpar a la arrogancia de
las industrias de chimeneas más poderosas, fabricantes de automóviles, acerías, astilleros,
empresas textiles, que habían dominado la economía durante mucho tiempo. Su miopía
administrativa castigó aquellos miembros de la sociedad que menos responsabilidad tenían en el
retraso industrial y que menos podían protegerse: los trabajadores. Incluso los directivos de niveles
intermedios sintieron la amargura del desempleo y vieron cómo sus cuentas bancarias, sus
ilusiones e incluso sus matrimonios se venían abajo a consecuencia de la confusión reinante. El
gobierno hizo muy poco por atenuar los golpes.
El hecho de que el empleo industrial agregado estuviera en 1988 al mismo nivel que en 1968 no
significa que los trabajadores despedidos en ese período retornaran a sus antiguos puestos de
trabajo. Antes al contrario, al haberse implantado unas tecnologías más avanzadas, las empresas
necesitaron que la masa trabajadora también fuera diferente.
Las antiguas fábricas de la sociedad industrial necesitaban trabajadores intercambiables. En
contraste con ello, las instalaciones de la sociedad del conocimiento exigen técnicas diversas y
evolución de habilidades continuas, lo que significa que los trabajadores son cada vez menos
intercambiables. Y esto da la vuelta por completo a todo el problema del desempleo.
En las sociedades de la sociedad industrial una inyección de dinero o un mayor poder adquisitivo de
los consumidores estimularía la economía y generaría empleo. Si había un millón de parados, uno
podía en principio, activar la economía y crear un millón de puestos de trabajo. Dado que los
trabajos eran intercambiables o requerían poca capacitación, podían enseñárseles en menos de una
hora y virtualmente cualquier trabajador desempleado podía llenar una vacante. El problema
desaparece.
En la economía super simbólica de nuestros días, esto es menos cierto y ahí se encuentra la razón
de que una gran cantidad del desempleo parezca insoluble y de que los tradicionales remedios
keynesianos o monetaristas no den buen resultado. Para superar la Gran Depresión, recordemos
que John Maynard Keynes propuso el crecimiento del gasto público financiándolo mediante déficit
presupuestario para poner dinero en el bolsillo de los consumidores. Una vez que los consumidores
tenían dinero, se apresurarían a comprar cosas. Ello a su vez, haría que los fabricantes ampliaran
sus fábricas y contrataran más trabajadores. Adiós al desempleo. Los monetaristas, por su parte,
propugnaron por la manipulación de los tipos de interés u oferta monetaria, para aumentar o
disminuir el poder adquisitivo de acuerdo con las necesidades de la economía.
En la economía mundial de nuestros días, el hecho de poner dinero en el bolsillo del consumidor,
acaso no sirva más que para provocar su salida a ultramar, haciendo poco en ayuda de la economía
interior. El estadounidense que compra un televisor, un celular o un reproductor de discos
compactos está enviando dólares a Japón, Corea, Malasia o cualquier otro país. Su compra agrega
solo unos puestos de trabajo en Estados Unidos.
Ellas se centran en la circulación de dinero más que en el conocimiento. Así y todo, resulta
imposible reducir el desempleo aumentando las vacantes, porque el problema no es sólo cuestión
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de números. El desempleo ha pasado de cuantitativo a cualitativo.
De este modo, aunque hubiera 10 ofertas de empleo por cada trabajador desempleado, aunque
hubiera 10 millones de puestos vacantes y sólo un millón de desempleados, este millón no podría
desempeñar los puestos de trabajo disponibles a menos que tuviera una capacitación,
conocimiento acorde a las exigentes técnicas de esos nuevos puestos de trabajo. Estas técnicas son
ahora tan variadas y cambian tan de prisa, que los trabajadores no pueden intercambiarse como en
el pasado. El dinero y los números no resuelven el problema.
Los desempleados necesitan dinero con urgencia. Si ellos y sus familias han de sobrevivir, es
necesario y moralmente justo, proveerles con niveles decentes de asistencia pública. Pero cualquier
estrategia efectiva para reducir el desempleo en una economía super simbólica depende menos de
la asignación de riqueza y más de la asignación de conocimiento.
Además, como no es probable que estos nuevos puestos de trabajo se encuentren en lo que
todavía seguimos imaginando que es la industria, lo que se necesita no es sólo cuestión de
habilidades mecánicas pero también de un amplio abanico de aptitudes culturales e
interpersonales. Necesitaremos preparar a la gente mediante la escolarización, aprendizaje y
formación en el puesto de trabajo.
Y como suele afirmarse que los salarios son bajos en el sector servicios, la solución no es
lamentarse por el declive relativo de los puestos de trabajo en los sectores industriales, sino en
incrementar la productividad de los servicios e inventar nuevas formas de organización de la clase
trabajadora y de negociación colectiva. Los sindicatos, creados para la fabricación en serie,
necesitan una transformación total o ser reemplazados por organizaciones con un nuevo estilo,
más apropiadas para la economía del conocimiento. Para sobrevivir, deberán dejar de tratar a los
trabajadores en forma masiva y en cambio pensar en ellos en forma individual, apoyando, en vez de
obstaculizando, acciones tales como los programas de trabajo en casa, el horario flexible, el trabajo
compartido y otras por el estilo.
En resumen, el auge de la economía super simbólica nos obliga a conceptualizar de nuevo el
problema del desempleo desde sus mismas raíces. Desafiar los supuestos obsoletos es también
desafiar aquellos que se benefician de ellos. El sistema de creación de riqueza de la sociedad del
conocimiento amenaza las relaciones de poder profundamente enraizadas en las corporaciones,
los sindicados y los mismos gobiernos.
La lucha que se vislumbra por el control mundial
Observemos el crecimiento explosivo de los “forex”, o mercados de divisas y las redes electrónicas
que los facilitan. Hace unos pocos años, el Banco de Japón podía influir la relación yen-dólar,
comprando o vendiendo 16 billones equivalentes de dólares. Hoy, esa suma es irrisoria. Se estima
en 200 billones de dólares el valor de las divisas que se intercambian cada día en Londres, Nueva
York y Tokio solamente —más de un trillón a la semana. De la suma anterior, no más del 10 por
ciento está relacionada con el comercio mundial, el 90 por ciento restante es especulación.
Ante este panorama, el papel de bancos centrales e incluso el de los grandes actuando en conjunto