PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pdf
Marcos 15:33-41
1.
2.
3. (15:33) Los líderes
religiosos se habían
burlado de Jesús y le
habían pedido una
señal. Ahora Dios les
daba señales inequí-
vocas de que Jesús
era su Hijo.
Jesús ha sido crucificado a las 9 am y al me-
dio día ocurre la primera señal: La Oscuridad.
4. Al medio día algo inusual ocurrió, de repente
la tierra se oscureció. Por la manera como se
describe debió ser muy intensa e inolvidable.
Además, ocurrió a la hora más inesperada, al
mediodía, duró tres horas. El texto afirma
que fue en toda la tierra. Razón por la que no
pudo se un eclipse o un fenómeno natural.
Si la oscuridad fue regional pudo tratarse del
‘sharav’ o viento del este, conocido como el
‘siroco’ son nubes muy densas, cargadas …
5. … de polvo y arena que evitan el paso de la
luz oscureciendo por completo el lugar por
donde pasan. Pueden durar de unas cuantas
horas hasta varios días.
Ya sea que fue un fenómeno natural o inter-
vención divina, el mensaje de juicio era claro,
la oscuridad se cernía por el pecado.
La oscuridad era un símbolo de que Dios se
apartaba de su Hijo, quien cargaba el pecado
de la humanidad sobre sus hombros.
6. La 9na plaga en Egipto fueron 3 días de tinie-
blas, seguidos de la última plaga, la muerte
del hijo primogénito. La oscuridad en el Cal-
vario anunciaba que el Primogénito de Dios
daba su vida por los pecados del mundo y el
juicio que se avecina para quienes no crean.
“Cuando llegue ese día, dice el Señor Dios,
haré que el sol se ponga a mediodía. El día
estará claro, pero yo cubriré de tinieblas la
tierra” (Am 8:9).
7. Al lanzar este grito Je-
sús usó palabras toma
das del Salmo 22. Quería que la gente se die-
ra cuenta de que lo que estaba ocurriendo …
(15:34) Si oyes como
empieza una canción
que conoces, entonces
sabrás como es que
continúa: “Por una
vereda viene…”
8. … delante de sus ojos había sido profetizado
en dicho salmo. Ver Salmo 22 (1,7,8,14-18).
¿Cuál es el significado de las palabras: Dios
mío, porque me has desamparado? Jesús lle-
vaba sobre sí la carga del pecado del mundo
y nuestro Dios es un Dios Santo.
Jesús ya le había pedido a Dios que, de ser
posible, aparte de sí esa copa (Mr 14:36), es
decir, si existía alguna manera de evitar la
cruz, que lo permitiera, ¡mas no lo había!
9. “Al que no cometió ningún pecado, por no-
sotros Dios lo hizo pecado, para que en él
nosotros fuéramos hechos justicia de Dios”
(2 Cor 5:21).
“Cristo nos redimió de la maldición de la ley,
y por nosotros se hizo maldición (porque
está escrito: Maldito todo el que es colgado
en un madero” (Gal 3:13).
Jesús, siendo santo, tomó nuestro pecado y
pagó con su vida para hacernos salvos.
10. Por supuesto, la soldadesca romana que esta
ba allí no distinguían el hebreo y arameo …
(15:35) No faltó entre
la muchedumbre al-
guien que creyó que
Jesús estaba llaman-
do al profeta Elías pa-
ra que lo libre. Ahora
querían ver el espec-
táculo.
11. … y creyeron que llamaba al profeta Elías.
Jesús esta muriendo en la cruz, y ellos se
burlan de Él, convirtiendo esto en un vulgar
espectáculo.
Además, existía entre los judíos la creencia
popular de que Elías presentaría al Mesías al
pueblo y viviría junto a él por un tiempo como
su ayudante. De esta manera el Cristo sería el
libertador del pueblo que se hallaba a punto
de perecer en manos de sus enemigos.
12. (15:36) Es entonces cuan
do Jesús dice, “tengo
sed” (Jn 19:28). Un solda-
do al oír a Jesús delirar,
le acercó una esponja
con vino en una caña,
para aliviarle el dolor.
La intención era prolongarle la vida y ver si
Elías lo ayudaba. Ver Sal 69:7-9, 21.
13. “Cuando Jesús
probó el vinagre, dijo: Consumado es; luego
inclinó la cabeza y entregó el espíritu” (Jn 19:
30).
(15:37) Jesús lleva seis ho-
ras colgando de la cruz, y
el dolor que siente es inso-
portable. La descripción de
Marcos es cruda: Jesús
lanzó un grito desesperado
y murió.
14. Cuando Jesús murió satisfizo dos contextos:
el judío y el romano.
La palabra griega ‘Tetelestai’ significa:
“consumado es, la deuda está cancelada”.
Tetelestai significaba que la obra que el Padre
le había encomendado, ya se había cumplido;
había dada su vida en rescate por la huma-
nidad. “El Hijo del Hombre no vino para ser
servido, sino para servir, y para dar su vida
en rescate por muchos” (Mt 20:28).
15. Lucas añade: “Padre en tus manos encomien
do mi espíritu” (Lc 23:46), para demostrar que
había recuperado la plena consciencia de la
presencia del Padre, y encomendaba su es-
píritu a Su cuidado. Así volvió a la gloria que
había tenido con Él desde la eternidad.
A Jesús no le quitaron la vida en la cruz, sino
que Él la entregó. No fue un mártir; sino que
se trató de un sacrificio voluntario por los
pecados del mundo.
16. (15:38) La Segunda Señal: La
ruptura del velo. El velo, que
tenía 10 cm de espesor, sepa
raba el lugar santo del lugar
santísimo, al cual solo el su-
mo sacerdote tenía acceso.
El velo se rasgo desde arriba
hacia abajo. La orientación
de la rasgadura indica que
fue una acción de Dios.
17. Esto ocurrió a las 3 de la tarde cuando Jesús
expiró. Desde de la muerte de Jesús nada
nos puede evitar el acceso al Padre.
“Esta esperanza mantiene nuestra alma firme
y segura, como un ancla, y penetra hasta de-
trás del velo, donde Jesús, nuestro precursor
entró por nosotros y llegó a ser sumo sacer-
dote para siempre, según el orden de Melqui-
sedec” (Heb 6:19-20). Por la sangre de Jesús, te-
nemos libre acceso a Dios.
18. “Hermanos, puesto que con toda libertad po-
demos entrar en el Lugar Santísimo por la
sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y
vivo que él nos abrió a través del velo, es de-
cir, de su propio cuerpo, y puesto que tene-
mos un gran sacerdote al frente de la casa de
Dios, acerquémonos con un corazón sincero,
y con la plena seguridad de la fe, con el cora-
zón purificado de una mala conciencia, y con
el cuerpo lavado en agua pura” (Heb 10:19-22).
19. turión que estaba frente a Jesús. El había si-
do testigo de todo el proceso contra Jesús.
(15:39) La 3ra Señal: La
Confesión del Centu-
rión Romano. La con-
ducta de Jesús desde
la flagelación hasta la
crucifixión arrancó una
sorprendente confe-
sión al endurecido cen
20. Había sido testigo de que Jesús nunca había
perdido la compostura y jamás había presen-
ciado un comportamiento como el de Jesús.
Ese hombre que no se conmovía ante nada,
dijo: ‘Verdaderamente este hombre era Hijo
de Dios’. Está declaración pudo meterlo en
problemas con los líderes judíos.
Lucas añade que el centurión “dio gloria a
Dios, diciendo: verdaderamente este hombre
era justo”. Que testimonio tan magnífico.
21. Estaban María Magdalena, María madre de Ja-
cobo y Salomé, esposa de Zebedeo.
(15:40) Los discípulos
no estaban al pie de la
cruz sino las mujeres.
Son ellas quienes mues
tran agallas en los mo-
mentos en que sus se-
res queridos pasan por
situaciones difíciles.
22. Se menciona, además,
a otras muchas muje-
res, probablemente
eran galileas y habían
seguido a Jesús desde
esa región hasta Jeru-
salén, en Judea.
(15:41) Marcos no cita
a María, la madre del
Señor Jesús.
23. Todos moriremos, y no existe nada en la vida
del hombre tan importante como su final.
Pero nunca hubo una muerte tan solemne
como la que tenemos ahora ante nosotros. En
el momento en que nuestro Señor exhaló su
último aliento se cumplió la obra expiatoria
por el pecado del mundo. Por fin se pagó la
deuda por el pecado. El cielo se abrió para
todos los creyentes. La única esperanza real
que tenemos se encuentra solo en la Cruz.