1. EL EVANGELIO SEGÚN
SAN MARCOS
Mr 6:45-56
Un Estudio Expositivo de los 16
capítulos del Evangelio de Marcos
2. (6:45-47) Acciones de Jesús
(6:45) Jesús obli-
gó a sus discípu-
los a entrar en la
barca para ir al
otro lado, en tanto
que Él despedía a
la multitud.
Jesús sabía, por la excitación mesiánica
en el ambiente, “que iban a apoderarse
de él y hacerle rey” (Jn 6:15) y no quería
que sus discípulos participaran de esto.
3. (6:45-47) Acciones de Jesús
Los discípulos ha-
bían tratado que Je-
sús despidiera a la
multitud. Ahora que
estaban satisfechos
Jesús amablemente
los despide.
(6:46) La muerte de Juan y la actitud de
la gente lo impulsaron a orar. ¿Acaso se
enfrentaba a la tentación de ganar a las
multitudes por la aclamación popular,
antes que por el camino de la cruz?
4. (6:45-47) Acciones de Jesús
Jesús aprovecha la
tranquilidad para apar
tarse a orar, muestra
su naturaleza humana
y su dependencia del
Padre.
(6:47) Al llegar la noche, se levantó una tem-
pestad. Juan dice, “el mar empezó a agitar-
se porque soplaba un viento fuerte”; Mateo
agrega, “la barca era azotada por las olas”.
Marcos subraya que es de noche y están en
medio del mar, y Jesús no estaba con ellos.
5. (6:48-50) Anda sobre el Agua
(6:48a, RV60) Desde el
monte, los ve luchar
en contra de las olas,
son entre las 4-6 am.
Jesús es omnisciente,
todo lo sabe, todo lo
ve (Jn 2:24-25).
(6:48b, RV60) Jesús se les acercó andan-
do sobre el mar, haciendo eco a Job 9:8 y
Sal 77:19. Para Jesús no existe ni oscuri-
dad ni tempestad ni olas que lo puedan
mantener alejado de los suyos. Cuando
lo necesitan, él desea estar con ellos.
6. (6:48-50) Anda sobre el Agua
(6:49) Creyeron ver
a un aparecido, la
muerte los venía a
recoger. Ellos gritan
de terror. Jesús no
está con ellos.
Los discípulos aun estaban bajo la influ-
encia de creencias supersticiosas que
afloraban en tiempos de angustia. Es sor
prendente reconocer la ignorancia que
hay en la iglesia respecto a las supersti-
ciones.
7. (6:48-50) Anda sobre el Agua
Hoy hay miembros
de iglesias que con-
sultan a los adivinos
para averiguar el fu-
turo, temen al núme-
ro 13, a un gato ne-
gro que se les cruza en el camino, se es-
pantan si tienen que pasar bajo una esca
lera o derraman sal, y no hacen nada sin
consultar a su horóscopo. La Biblia es
muy tajante y clara al respecto, Moisés lo
declaró en Deuteronomio 18:9-14.
8. (6:48-50) Anda sobre el Agua
(6:50) Marcos aclara
que todos lo vieron y
se turbaron, queda
ron sin capacidad de
poder reaccionar. No
sabían que Jesús era
quien venía.
La respuesta de Jesús es inmediata, les
dice lo que necesitan escuchar para bo-
rrar el terror a la muerte: ‘Ánimo, soy yo,
¡no tengan miedo!’. Es Jesús, quien los
eligió, ha guiado y quien los ayudará.
9. (6:51-53) Estaban Asombrados
(6:51) Tan solo la pre
sencia de Jesús en
el bote de nuestras
vidas es suficiente
para terminar con
toda tormenta que
intente destruirnos.
Los discípulos estaban muy impresiona-
dos con los eventos ocurridos y no al-
canzaban a procesar toda la información
respecto a quien era este que caminaba
sobre el mar y calmaba la tormenta.
10. (6:51-53) Estaban Asombrados
(6:52) Ni siquiera el
milagro de calmar la
tempestad abre los
ojos de los discípu-
los, que no hacen
más que mostrar
perplejidad.
Si hubiesen comprendido el significado
de la multiplicación del pan, habrían en-
tendido el poder de Jesús sobre el uni-
verso material, incluidas las olas del mar
y los vientos.
11. (6:51-53) Estaban Asombrados
En la Biblia el corazón
corresponde a la totali-
dad del ser del hombre
por eso las adverten-
cias en Pr 4:23 y 1 Sam
4:17.
(6:53) Originalmente iban a Betsaida (v.
45), pero debido a la tormenta arribaron a
Genesaret (8 km de desviación) ambas
ciudades estaban ubicadas en la parte
superior del lago de Galilea en márge-
nes opuestas del río Jordán.
12. (6:54-56) Sana a los Enfermos
(6:54) Aunque debe ha
ber sido muy temprano
en la mañana, Jesús
fue reconocido inme-
diatamente. Su popula
ridad había escalado.
La identidad de Jesús como enviado de
Dios se hace cada vez más visible, aun
así los discípulos no pueden asimilar
quién es Jesús, a pesar de que a ellos se
les ha dado a conocer los misterios del
reino de Dios.
13. (6:54-56) Sana a los Enfermos
(6:55) A estas alturas
ya se le conocía bien
como sanador. Había
habido curaciones
individuales y en ma-
sa notables.
No es extraño que las noticias de su
llegada se difundiesen rápidamente. La
gente corría para propagar las buenas
noticias. Resultado: de todas partes la
gente le llevaba sus enfermos a Jesús.
14. (6:54-56) Sana a los Enfermos
(6:56) Donde se decía
que Jesús estaba, le
llevaban enfermos. Ve
nían de todas partes, e
iban a donde sea que
Jesús estuviese.
Estaban convencidos de que si al enfer-
mo se le permitía tocar el manto de Je-
sús, se produciría la curación. Todos los
que lo tocaron fueron instantánea y com
pletamente sanados. ¡Ya lo hiciste!
15. Conclusión
• Ahora somos azotados por las tormen-
tas de la vida y no disfrutamos de la
presencia visible de nuestro Señor.
Como los discípulos, veremos las co-
sas cambiar cuando Jesús venga por
nosotros. Ya no seremos azotados por
las tormentas. Habrá una gran calma.
• Cuando la barca estaba en medio del
mar, los vio remar con gran fatiga, fue a
ellos sobre el mar, y los animó dicien
do: ¡Tengan ánimo, yo soy, no teman! y
transformó la tormenta en calma.
16. Conclusión
Dondequiera que estés o en las circuns-
tancias en que te encuentres, el Señor
Jesús te ve. Solo o acompañado, en sa-
lud o en enfermedad, en el mar o en la
tierra, en peligro en la ciudad o en el de-
sierto, los mismos ojos que vieron a los
discípulos azotados en el mar nos están
contemplando siempre. Nunca estare-
mos fuera del alcance de su cuidado.
Nuestro camino nunca estará escondido
delante de sus ojos. Jesús nos ve y no
nos abandonará, lo ha prometido.
17. Conclusión
Traían sus enfermos a Jesús, hagamos
lo mismo. Esforcémonos por llevar a los
que nos rodean al gran médico Jesús
para que sean sanados. El tiempo es
breve, cada día mueren personas. Las
oportunidades pasan rápido. Llega la
noche, cuando nadie puede trabajar. No
escatimemos esfuerzo para llevar a
hombres y mujeres al conocimiento de
Jesucristo para que sean salvos. Agrada
pensar que “todos los que le tocaban
quedaban sanos”.