El documento describe la evaluación de la productividad de los sistemas agrícolas, considerando las entradas y salidas energéticas, así como las pérdidas por factores climáticos. Explica que los agroecosistemas actuales tienen dos flujos energéticos: 1) el flujo natural de energía solar, que es abundante y gratuita; y 2) un flujo auxiliar controlado por el agricultor a través del uso de insumos industriales fósiles, que son finitos, caros y contaminantes.