La Fundación de los Colores empodera a mujeres de contextos sociales vulnerables y las capacita en el oficio del maquillaje profesional. El curso que dicta está inspirado en el de la Universidad de Alberta, Canadá, y está avalado por la Universidad de Flores.
Actualmente hay más de 300 maquilladoras graduadas y planifican llevar el proyecto a más ciudades del interior del país.
1. 08 . Obra Social de Viajantes Vendedores de la República Argentina
Solidaridad!
Superarse y
vencer prejuicios
La Fundación de los Colores empodera a mujeres de contextos sociales vulnerables y
las capacita en el oficio del maquillaje profesional. El curso que dicta está inspirado en
el de la Universidad de Alberta, Canadá, y está avalado por la Universidad de Flores.
Actualmente hay más de 300 maquilladoras graduadas y planifican llevar
el proyecto a más ciudades del interior del país.
2. andarobrasocial . 09
tían con la autoestima más elevada y
más seguras de sí mismas.
El primer curso oficial
Nathalie se contactó con el colegio Ma-
ría de Guadalupe, que está en el barrio
Las Tunas, de la localidad de Pacheco, y
N
athalie Stevens tra-
bajó durante veinte
años en el área de
marketing de em-
presas de cosmética muy reco-
nocidas en las que siempre que
necesitaban maquilladoras, re-
currían a mujeres de bajos recur-
sos, sin experiencia.
“Pude ver como en tres o cuatro
meses, una persona que no sabía
nada de maquillaje, luego estaba
trabajando en un punto de venta
en un shopping. Esa persona iba
haciendo carrera y se daba una
movilidad social dentro de un ru-
bro que parece frívolo” , recuerda.
En el año 2013 Nathalie re-
nunció al lugar donde trabajaba y
dos años más tarde decidió empezar
con este proyecto social. Se contac-
tó con una maestra que conocía, que
daba clases de alfabetización para
adultos de la villa 1-11-14, en el Hos-
pital Ramos Mejía, y le ofreció dar a
sus alumnas un curso de maquillaje,
para que les sirviera como salida la-
boral alternativa y para que tuvieran
un ingreso adicional.
Del “no puedo” al “sí puedo”
Durante el primer curso, Nathalie se
dio cuenta que las mujeres que se
sumaban al proyecto tenían una gran
timidez y una relación particular con
su cuerpo, su imagen y su autoestima.
“Cuando les daba el espejo para que
vieran como habían sido maquilla-
das por sus compañeras, notaba que
había mucha incomodidad. En la ter-
cera clase lo entendí. Me dijeron que
no estaban acostumbradas a verse
ellas mismas porque no tenían espe-
jos en su casa y que hacía años que
no se miraban en uno”, explica.
Poco a poco, Nathalie fue descu-
briendo que por medio del curso
de maquillaje, las mujeres no solo
aprendían un oficio que les brinda-
ba una oportunidad laboral concreta
en sus barrios, sino que también se
revalorizaban como mujeres, adqui-
rían nuevas capacidades y se sen-
3. 10 . Obra Social de Viajantes Vendedores de la República Argentina
les ofreció a las autoridades dar el cur-
so a las madres de los alumnos, que vi-
ven en barrios carenciados de la zona.
“Fueron los primeros en confiar, por eso
les voy a estar eternamente agradecida.
Al principio les pareció rara la propues-
ta, pero luego pudieron ver como esas
mujeres se volvían más responsables y
llevaban ese buen ejemplo a sus fami-
lias. Hoy nos siguen derivando madres
de alumnos ”, cuenta Nathalie.
En 2017 Nathalie Stevens
recibió el Premio
Abanderados de la
Argentina Solidaria
Luego de ese primer curso oficial, lleva-
ron la experiencia a un grupo de mujeres
de la Villa 31 y la demanda fue más gran-
de. “Empezaron a formarse filas. El curso
arrancaba y después llegaban más perso-
nas a las que ya no podíamos recibir”.
Elsaltohaciaotrocontextosocial
El siguiente paso consistió en poder
vincular a las alumnas con contextos
Solidaridad!
sociales diferentes a los suyos, para
que logren salir de su entorno de
vulnerabilidad.
El Banco Santander Río fue la primera
empresa que confió en Nathalie y en
sus alumnas y las contrató para dictar
un curso a sus clientas.
“Empezaron a maquillar a mujeres de
otra clase social, de un contexto social
diferente y las felicitaron por su profesio-
nalidad y la calidad de los contenidos. Re-
cuerdo que las maquilladoras se llevaron
importantes contactos de ese curso”.
UN EJEMPLO
DE QUE SE PUEDE
Verónica es hoy Coordinadora
de Capacitaciones de la Funda-
ción, pero hasta hace unos años
era empleada doméstica y se
levantaba a las 4 de la maña-
na para poder cumplir con tres
trabajos distintos. “Hoy por hoy
es mi mano derecha. Me ha re-
emplazado en reuniones impor-
tantes con mejores resultados de
los que yo hubiera logrado”, dice
orgullosa Nathalie.
Las características del curso
La Fundación de los colores tomó como
referencia el curso de maquillaje pro-
fesional que se dicta en la Universidad
de Alberta, en la Ciudad de Montreal,
Canadá, máximo referente de la indus-
tria cosmética de lujo.
Nathalie reformuló ese curso y lo adap-
tó a una realidad en la que muchas de
las mujeres que podían participar ten-
drían un nivel bajo de escolarización.
“Los contenidos del curso están basa-
dos en la morfología del rostro y la co-
4. . 11andarobrasocial
FUNDACIÓN
DE LOS COLORES
https://www.facebook.com/
lafundaciondeloscolores/
El costo del set de maquillaje es finan-
ciado a las alumnas, quienes a partir de
la entrega del diploma pagan 12 cuotas
fijas mensuales, de 1000 pesos cada una,
un poco más del valor que se cobra por
un maquillaje profesional en un barrio.
Las maquilladoras que se reciben en la
Fundación de los Colores, son a su vez
capacitadas para dar los cursos a las
nuevas aspirantes. “Para las alumnas
eso es muy fuerte porque les muestra
que también pueden tener ese mismo
recorrido” , afirma Nathalie.
Un mensaje
que vale la pena transmitir
Nathalie resalta la importancia de trans-
mitir a todas aquellas personas que se
anotan en el curso que pueden conver-
tirse en maquilladoras profesionales, que
tienen la capacidad para hacerlo y que
pueden ganar dinero por sus propios me-
dios. De hecho, una de cada dos lo logra.
Mucho tiene que ver con vencer el pre-
juicio que presupone que una mujer,
por el contexto social en el que vive no
va a poder lograr lo que se propone.
Con el curso de maquilladora profesio-
nal, muchas mujeres dieron un vuelco en
su vida y pudieron resolver muchas cues-
tiones pendientes que no podían supe-
rar. “Todas las mujeres que se gradúan, pa-
san por un proceso en el que se dan cuenta
de que sí pueden. Cuando se dan cuenta de
que pueden, no se abre una sola puerta,
sino que se abren todas”, concluye.
lorimetría. Son todos conceptos duros y
complejos, pero nosotros los dictamos de
una manera mucho más visual que escri-
ta. Nos manejamos con fotos y consignas
visuales, no con textos largos”, dice.
El curso exige que las alumnas apren-
dan a generar ingresos que les permi-
tan vivir del oficio del maquillaje. “No-
sotros no solo enseñamos conceptos
técnicos, sino también aspectos comer-
ciales. Enseñamos a ganar plata. No se
puede graduar nadie que no aprenda
esto”, remarca.
Un proyecto autosustentable
Una vez finalizado el curso, que cons-
ta de 13 clases, las alumnas reciben
un set de maquillaje profesional de la
marca Andrea Pellegrino, un unifor-
me, diseñado por Martín Churba, y se
les entrega el título de Maquilladora
Profesional en una ceremonia que se
realiza en la Universidad de Flores, que
avala académicamente el curso.
LA EXPANSIÓN
DEL PROYECTO
El curso ya se dictó en distintos
barrios de CABA y en más de 20
localidades de la Provincia de
Buenos Aires, logrando cubrir
los tres cordones del conurba-
no bonaerense. Actualmente,
están probando replicar el pro-
yecto en Rosario y planean lle-
varlo también a otras ciudades
del interior del país.