"Lo que tú quieras", biografía ilustrada de Montse Grases.
49 editorial P. Héctor Herrera
1. ¿VIVIREMOS UNA DEMOCRACIA QUE TENGA COMO FIN LA DIGNIDAD DE LA PERSONA
HUMANA?
“Una auténtica democracia no es sólo el resultado de un respeto formal de las reglas, sino que
es el fruto de la aceptación convencida de los valores que inspiran los procedimientos
democráticos: la dignidad de toda persona humana, el respeto de los derechos del hombre, la
asunción del “bien común” como fin y criterio regulador de la vida política” (CDSI No. 407)
Este es el principio que debe guiar a los poderes del Estado. No entrar en la confrontación ni
en la soberbia, sino tomar conciencia que en la vida democrática: La autoridad política es
responsable ante el pueblo. “Los organismos representativos deben estar sometidos a un
efectivo control por parte del cuerpo social” (CDSI No.408).
La democracia es un ordenamiento y un instrumento, quienes han sido electos tienen la
obligación de responder a los gobernados, con más transparencia y responsabilidad en el
ejercicio del acuerdo nacional que responda a los problemas de la inseguridad ciudadana. Se
va avanzando, pero el ciudadano común y corriente no lo siente por los asaltos y crímenes que
aún subsisten.
Otro de los problemas es la corrupción, como muy bien señala Sinesio López: “la permanente
injerencia de los intereses privados en las políticas públicas del Estado para beneficio propio y,
por otro, a la apropiación privada de los bienes públicos por parte de los funcionarios del
Estado”.
Atacar el problema de la corrupción a todo nivel es urgente, como muy bien recuerda el Papa
Francisco: “Alguno se comporta con la corrupción como con las drogas: piensa en poderlas
usar y dejarlas cuando quiere”.
“Se comienza con poco: una pequeña suma de aquí, un soborno allá… y entre esta y aquella,
lentamente se pierde la libertad”, produce “dependencia y genera pobreza, explotación,
sufrimiento” (Papa Francisco 18.9.16)
“Un elemento central de la agenda de la democracia, será la respuesta del Estado a los casos
de la corrupción brasileña que atañen al Perú. Como se sabe, por lo menos los tres últimos
gobiernos han sido tocados por el esquema corrupto que ahora se juzga en Brasil.
El escenario más desfavorable para la democracia peruana es que las certezas sobre estos
graves casos sean respondidas desde la impunidad, los retrasos procesales o la indiferencia.
Esto implicaría un serio revés en los propósitos de la transparencia pública y la pérdida de una
valiosa oportunidad. Al contrario, el escenario más promisorio sería el de una respuesta
institucional firme con una alta cuota de vigilancia ciudadana” (La República 29.12.2016).
“En cambio, cuando buscamos seguir la lógica evangélica de la integridad, de la transparencia
(…) de la fraternidad, nos convertimos en artesanos de justicia” (18.9.2016)
Ser creíbles ante los gobernados es responsabilidad de todos los poderes. Trabajar por la
gobernabilidad, las reformas electorales, salud, avance en la educación que responda a
calidad, mejorar la calidad de vida, control político, regular la subida de precios, luz, agua, etc.,
que afectan a los más pobres.
Lunes 09 de enero de 2017