En la actualidad, la Resonancia Magnética (RM) permite evaluar gran parte de la anatomía de los doce pares craneales. Las secuencias empleadas tradicionalmente permiten evaluar los más grandes; sin embargo, los avances en los equipos y el desarrollo de la secuencia steady-state free precession (SSFP) proveen una mejor resolución espacial, submilimétrica y de alta resolución de contraste entre el líquido cefalorraquídeo (LCR) y las estructuras sólidas, que permiten una adecuada evaluación de sus segmentos cisternales y canaliculares con gran detalle anatómico.
1. Actividad 7 - Función y localización anatómica de los pares craneales
Yuliana Marcela Carvajal Alian ID: 100094646
Natalia Martínez Lara ID: 100094683
Shirlys Sandrith Sierra Herrera ID: 100094289
Corporación Universitaria Iberoamericana
Carlos José Quintero Cárdenas
04/08/2021
2. Función y localización, anatómica de los pares craneales:
En la actualidad, la Resonancia Magnética (RM) permite evaluar gran parte de la anatomía de los doce
pares craneales. Las secuencias empleadas tradicionalmente permiten evaluar los más grandes; sin
embargo, los avances en los equipos y el desarrollo de la secuencia steady-state free precession (SSFP)
proveen una mejor resolución espacial, submilimétrica y de alta resolución de contraste entre el líquido
cefalorraquídeo (LCR) y las estructuras sólidas, que permiten una adecuada evaluación de sus
segmentos cisternales y canaliculares con gran detalle anatómico.
3. Par craneal Origen
Olfatorio Bulbo olfatorio
Óptico Globo ocular
Motor ocular común Mesencéfalo cara anterior, surco
interpeduncular
Troclear Mesencéfalo cara posterior Mesencéfalo cara posterior
Trigémino Cara anterolateral del puente, entre el puente
y el pedúnculo cerebeloso medio
Abducens Atravesando el seno cavernoso cerca del hueso
esfenoides
Facial Surco pontobulbar
Auditivo Zona intermedia del tronco encéfalo
Glosofaríngeo Entra a la pared de la faringe acá, entre los
músculos constrictores superior y medio.
Vago Bulbo raquídeo surco postolivar
I. Accesorio craneal núcleo ambiguo del bulbo raquídeo y en los
cinco o seis primeros segmentos medulares
Hipogloso Bulbo raquídeo surco preolivar
4.
5. I. Olfatorio
Es el único nervio sensorial que no tiene una conexión precortical con el tálamo. Las neuronas
receptoras residen en la mucosa olfatoria localizada en el techo de la cavidad nasal y los axones de
estas neuronas bipolares se extienden a través de la lámina cribosa del etmoides y terminan en el
bulbo olfatorio. Dicho de otra manera, las primeras neuronas nacen en la mucosa, hacen sinapsis
con las segundas neuronas en el bulbo olfatorio y continúan por el tracto olfatorio para dirigirse
hacia posterior a través de la fosa craneal anterior en el surco olfatorio. Posterior a este surco, los
segmentos cisternales del nervio transcurren por debajo del giro recto y del giro orbital medial, para
finalizar de manera adyacente a la sustancia perforada anterior en tres estrías olfatorias; la medial,
la intermedia y la lateral. La evaluación imagenológica se debe hacer en los cortes axiales y
coronales de forma complementaria anotando que la interpretación del corte coronal es más fácil y
confiable debido a que los nervios se observan cortados perpendicularmente y evita confundirlo con
el giro recto, durante su trayecto en el surco olfatorio.
6. II. Óptico
Es el responsable de la visión y del componente aferente del reflejo pupilar fotomotor. El nervio óptico tiene 4
segmentos que pueden ser valorados por RM: intraocular, orbitario, canalicular y cisternal. El intraocular abandona
el globo ocular a través de la lámina cribosa de la esclera, el segmento orbitario se extiende posteriormente a
través de la órbita rodeado por duramadre y LCR. En el espacio intraconal, el cual comprende desde el globo
ocular hasta el vértice de la órbita, el nervio óptico se encuentra rodeado por grasa intraorbitaria, razón por la cual
se evalúa mejor en secuencias T2 con saturación grasa. Su segmento intracanalicular tiene recorrido a través del
canal óptico, característicamente discurriendo por debajo de la arteria oftálmica. Al pasar a la cisterna supraselar
adquiere el nombre de segmento cisternal en donde tiene relación anatómica con la arteria cerebral anterior que
pasa lateral al mismo. Finalmente, el nervio óptico termina formando el quiasma, donde se decusan la mayoría de
las fibras nasales y siguen sin decusar las fibras temporales. Del quiasme emergen los tractos ópticos, siguiendo
su trayecto lateral a los pedúnculos cerebrales para finalizar en los cuerpos geniculados laterales del tálamo. Por
último, de estos cuerpos surgen las radiaciones ópticas con dirección hacia la corteza visual primaria localizada en
la región calcarina de los lóbulos occipitales.
7. III. Motor ocular común o oculomotor
Se origina en el mesencéfalo, profundo a los colículos superiores, anterior a la materia gris periacueductal,
dorsal al fascículo longitudinal medial e inferior a glándula pineal. Es fácilmente identificable en las imágenes
axiales cuando emerge a la cisterna interpeduncular como segmento cisternal. En su trayecto pasa por la
cisterna prepontina entre dos estructuras vasculares que son útiles reparos anatómicos: la arteria cerebral
posterior por encima y la arteria cerebelosa superior (ACS) por debajo. Ingresa a la pared lateral del seno
cavernosos (segmento cavernoso) ubicándose como el nervio más superior dentro del mismo y termina su
trayecto entrando a la órbita por la fisura orbitaria superior dentro del anillo de Zinn para dividirse en una porción
superior y otra inferior, las cuales transcurren laterales al segundo par craneal.
8. IV. Troclear o patético
Tiene su núcleo en el mesencéfalo a nivel de los colículos inferiores cerca de la línea media. Como
característica única, sus axones cruzan la línea media previo a su emergencia en la cara dorsal del
mesencéfalo. Su curso es en sentido ventral por lo que cruza por las cisternas cuadrigeminal y ambiens,
donde tiene relación con las arterias cerebral posterior y cerebelosa postero superior para finalmente
alcanzar el margen libre del tentorio. Una vez completa este recorrido, se dirige por la pared lateral del seno
cavernoso (inferior al tercer par y superior a la rama oftálmica del quinto par craneal) hacia la órbita en
donde ingresa por la fisura orbitaria superior para inervar el músculo oblicuo superior.
9. V. Trigémino
Es el más grande de los nervios craneales, tiene un componente sensitivo que inerva la cara, las órbitas, las fosas nasales
y la cavidad bucal y un componente motor que inerva a los músculos masticatorios. Tiene tres segmentos:
– Intraaxial: constituido por 4 núcleos principales localizados en el tallo encefálico y extendiéndose hasta el segmento
medular cervical superior.
– Cisternal: emerge lateral al puente y discurre anteriormente en la cisterna prepóntica para ingresar al cavum de Meckel
a través del porus trigéminus.
– Interdural: Dentro del cavum de Meckel la rama sensitiva forma el ganglio de Gasser o semilunar proporcionando tres
ramas sensitivas principales:
– V1 o rama oftálmica: ingresa a la órbita a través de la fisura orbitaria superior para dar origen a las ramas nasociliares ,
lagrimales y frontales.
– V2 o rama maxilar: discurre al igual que V1 por la pared lateral del seno cavernoso, emerge de la base del cráneo a
través del agujero redondo, cruza la fosa pterigopalatina, ingresa a la órbita y finalmente da origen al nervio infraorbitario.
– V3 o rama mandibular: constituido por fibras motoras que no hacen sinapsis en el ganglio de Gasser y por fibras
sensitivas que sí las hacen. Esta rama deja la base del cráneo a través del agujero oval, no pasa por del seno cavernoso y
da múltiples ramas que inervan los músculos de la masticación , el ganglio ótico , la piel de la región temporal y la mucosa
oral.
10. VI. Abducens o motor ocular externo
Nervio con componente motor, inerva el músculo recto lateral y su núcleo se localiza debajo del piso del
cuarto ventrículo en la región dorsal de la protuberancia. Deja el tallo a nivel del surco pontobulbar, cruza
la cisterna prepóntica hacia la pared posterior del clivus y pasa a través del canal de Dorello dentro del
plexo venoso basilar. Alcanza el seno cavernoso siendo el único par craneal que va en el interior del
mismo y por último llega a la fisura orbitaria superior para ingresar junto a la vena oftálmica, el II y el IV
par craneal a la órbita para cumplir su función.
11. VII. Facial
Tiene dos fascículos, uno puramente motor y el otro además con componente sensorial y parasimpático, denominado nervio intermediario de Wrisberg;
ambos emergen del ganglio geniculado. El núcleo motor del nervio facial está localizado en la porción inferior del puente, en posición ventral, lateral y
caudal al núcleo del VI par craneal; allí se origina el fascículo motor que presenta un curso dorsal, craneal y pasa a ser medial por detrás del núcleo
abducens en el piso del cuarto ventrículo donde forma el colículo facial. Los fascículos del VII par craneal surgen del tronco cerebral en el borde inferior del
puente, en el segmento lateral del surco pontobulbar (medial al VIII par craneal) (Figura 7), en donde continúa su transcurso por la cisterna del ángulo
pontocerebeloso hasta ingresar a la porción petrosa del hueso temporal por el conducto auditivo interno (CAI). Después de ingresar, discurre por el canal
facial (en el hueso petroso) desde el CAI hasta el foramen estilomastoideo. Durante su transcurso por el canal facial se pueden reconocer los siguientes
tres segmentos:
1. Laberíntico: inicia en el CAI y transcurre perpendicularmente al eje largo del hueso petroso, se dirige en sentido anterior y lateral.
2. Timpánico: Inicia en el ganglio geniculado y se dirige en sentido dorsal y caudal, inferior al canal semicircular lateral y superior a la ventana oval.
3. Mastoideo: transcurre verticalmente hacia el foramen estilomastoideo.
Después de dejar la base del cráneo por el foramen estilomastoideo, el tronco principal del VII par craneal atraviesa la glándula parótida, en donde se
divide en cinco ramas principales. El ganglio geniculado está localizado en el extremo distal del segmento laberíntico, allí se encuentran los cuerpos
neuronales de las fibras aferentes del nervio intermediario de Wrisberg. Estas fibras se originan de los receptores de los primeros dos tercios de la lengua,
su curso es primero a través del nervio lingual (rama del V par craneal) hasta alcanzar el ganglio geniculado por medio de la cuerda del tímpano. Luego
discurren con el nervio intermediario por el CAI y la cisterna del ángulo pontocerebeloso para finalizar en el polo superior del núcleo del tracto solitario
(llamado núcleo gustativo de Nageotte) (1,2). Las fibras parasimpáticas del nervio intermediario se originan en el núcleo salivatorio, pasan por el ganglio
geniculado sin formar sinapsis en este punto para luego acompañar al nervio petroso mayor en su recorrido. Este último junto con el nervio petroso menor
emergen del VII par craneal a nivel del ganglio geniculado y dejan el hueso temporal a través de su respectivo hiato del canal facial. El nervio petroso
mayor superficial emerge con el nervio petroso mayor profundo (del IX par craneal) dando fibras parasimpáticas preganglionares para la glándula lagrimal y
el tejido conectivo de la boca, nariz y faringe. Se dirigen hacia el ganglio pterigopalatino localizado en la fosa pterigopalatina donde hace sinapsis para que
luego las fibras postsinápticas acompañen al nervio maxilar en su recorrido (1,2).
12. VIII. Auditivo o vestibulococlear
Tiene dos componentes, el nervio coclear o auditivo y el nervio vestibular. El primero se origina por la unión de los
axones de las células bipolares del ganglio espiral de Corti cuyas dendritas finalizan en las células ciliadas internas. El
nervio vestibular por su parte se origina del ganglio de Scarpa localizado en el CAI, sus axones constituyen los nervios
vestibular superior e inferior mientras que sus dendritas periféricas finalizan en las estructuras receptoras del laberinto
membranoso (sáculo, utrículo y canales semicirculares). Los nervios coclear y vestibular atraviesan el CAI hacia la
cisterna del ángulo pontocerebeloso. En el CAI, el VII par craneal, los nervios vestibular superior e inferior y el nervio
coclear tienen un trayecto paralelo; encontrándose el VII par craneal en posición anterosuperior, el nervio vestibular
superior en posición posterosuperior, el coclear en posición anteroinferior y el vestibular inferior en posición
posteroinferior. Esta distribución característica se puede observar en una proyección sagital oblicua en secuencia SSFP
de RM; sin embargo, en proyección axial usualmente solo se visualizan dos de los cuatro nervios; si el modiolo de la
cóclea está presente en el corte axial se pueden ver el nervio coclear y el vestibular inferior, de lo contrario los nervios
observados son el facial y el vestibular superior.
Después de atravesar la cisterna del ángulo pontocerebeloso, el VIII par craneal ingresa al tronco cerebral por el aspecto
lateral del surco pontobulbar a nivel de los pedúnculos cerebelosos inferiores. Los núcleos cocleares dorsal y ventral y
los cuatro núcleos vestibulares se localizan en el bulbo dorsolateral en relación con los ángulos laterales del piso del
cuarto ventrículo. Radiológicamente, el VIII par craneal presenta un curso cisternal y canalicular similar al del nervio
facial (VII par craneal), llegando al aspecto lateral del borde inferior del puente desde la cisterna del ángulo
pontocerebeloso de forma oblicua, donde pueden tener proximidad con la arteria cerebelosa inferior anterior.
13. IX. Glosofaríngeo
Las fibras motoras del IX par craneal se originan en el núcleo ambiguo, las parasimpáticas en el núcleo salivatorio
inferior y las sensoriales se dirigen hacia los núcleos solitario y espinal del nervio trigémino (V par craneal); todos estos
núcleos se localizan en el bulbo medular. El IX par craneal emerge del bulbo en forma de 10 a 20 raicillas a lo largo del
tercio superior del surco postolivar, superior al nervio vago (X par craneal), conformando su segmento cisternal el cual
atraviesa la cisterna bulbocerebelosa lateral en cercana relación con el flóculo cerebeloso para ingresar al foramen
yugular a través del meato del glosofaríngeo. En el foramen yugular, el IX par craneal forma los ganglios superior e
inferior, el primero encontrándose inmediatamente inferior al orificio externo del acueducto coclear y el inferior
inmediatamente caudal al superior. A nivel del foramen yugular, el nervio glosofaríngeo es anterior a los nervios vago y
espinal accesorio (XI par craneal) y se encuentra rodeado de su propia vaina dural. En el ganglio inferior, el IX par
craneal da su rama timpánica denominada nervio de Jacobson que atraviesa el canalículo timpánico para entrar a la
cavidad timpánica. Luego de salir de la base del cráneo por el foramen yugular, el nervio glosofaríngeo discurre
primero entre la arteria carótida interna y la vena yugular para luego localizarse entre los músculos estilofaríngeo y
estilogloso hasta alcanzar la base de la lengua. En su trayecto, el IX par craneal cruza la arteria palatina ascendente y
la porción inferior de la amígdala dando varias ramas.
14. X. Vago
Es un nervio mixto con componentes sensitivo, sensorial, motor y parasimpático y se divide en cuatro segmentos: intraaxial,
cisternal, de la base del cráneo y extracraneal. Sus fibras motoras surgen de la base del núcleo ambiguo y forman el núcleo dorsal
del vago; ambos núcleos están localizados en el bulbo en donde los núcleos dorsales forman el “trígono vagal” localizado en la cara
caudal del piso del cuarto ventrículo. Comprende dos raíces o haces nerviosos, el superior y el inferior que emergen del tercio
superior del surco postolivar entre el IX par craneal (por encima) y la porción bulbar del XII par craneal (por debajo), se desplaza
anterolateralmente a través de la cisterna cerebelomedular paralelo al IX y el XI par craneal. Debido a esta trayectoria paralela, es
difícil diferenciar entre el IX y X par craneal en imágenes axiales; por lo tanto, los cortes coronales o coronales oblicuos a lo largo del
curso de los nervios son mejores para visualizarlos y diferenciarlos.
Después de atravesar la cisterna, el segmento de la base del cráneo del nervio vago entra por el meato vagal a la porción vascular
posterior del agujero rasgado posterior (también llamado agujero yugular) junto con el XI par y el bulbo yugular. El ganglio vagal
superior se encuentra dentro del agujero rasgado posterior, donde emerge la rama auricular o de Arnold. El segmento extracraneal
inicia cuando el nervio emerge del agujero rasgado posterior y entra al espacio carotídeo donde desciende por la cara posterolateral
de la arteria carótida interna por dentro de la vaina carotídea, entre la vena yugular interna y la arteria carótida común. Continúa en
dirección inferior hacia el arco aórtico en el lado izquierdo y la arteria subclavia en el lado derecho, dando como ramas los nervios
laríngeos recurrentes, para luego formar un plexo alrededor del esófago y los vasos sanguíneos mayores que dan inervación al
corazón y los pulmones. Los nervios gástricos surgen del plexo esofágico proporcionando la irrigación parasimpática al estómago. La
inervación intestinal y visceral sigue el curso de los vasos arteriales de cada órgano.
15. XI. Accesorio craneal
Es un nervio motor puro que inerva los músculos esternocleidomastoideo y trapecio. Tiene cuatro segmentos:
intraaxial, cisternal, de la base del cráneo y extracraneal . Se compone de múltiples raíces craneales y espinales; las
primeras se originan en la porción caudal del núcleo ambiguo y en el núcleo dorsal del vago, algunas emergen del bulbo en
el surco retroolivar caudal a los haces del nervio vago y van a la cisterna lateral cerebelomedular por debajo del X par
craneal. Las raíces espinales por su lado emergen de los segmentos cervicales superiores (C1-C6) de la médula espinal,
ventrales a las raíces cervicales posteriores y ascienden dentro del canal espinal. Las raicillas espinales se dirigen
superiormente a través del foramen magno hacia la cisterna magna, posterior a la arteria vertebral y se unen a las raíces
craneales en la cisterna cerebelomedular lateral. En el segmento de la base del cráneo el XI par craneal atraviesa la porción
vascular posterior del agujero rasgado posterior (agujero yugular) junto con el nervio vago. Las raíces espinales salen del
agujero yugular, descienden oblicua y lateralmente entre la arteria carótida interna y la vena yugular interna en el espacio
carotídeo donde comienza el segmento extracraneal. Este último atraviesa el espacio subparotídeo posterior llegando a la
cara posterior del músculo esternocleidomastoideo y trapecio. La evaluación por RM de este par craneal es muy limitada; sin
embargo, es importante conocer su trayecto para evaluar eventuales patologías.
16. XII. Hipogloso
Es un nervio motor para los músculos extrínsecos e intrínsecos de la lengua. El único músculo extrínseco de la
lengua no inervado por este par es el palatogloso que es inervado por el X par craneal. Se compone de 4
segmentos anatómicos: intraaxial, cisternal, de la base del cráneo y extracraneal. El núcleo del hipogloso está
localizado en la cara posterior del bulbo, hace una protrusión focal en el piso del cuarto ventrículo llamado trígono
hipogloso y emerge del bulbo en el surco preolivar. Posteriormente cruza la cisterna cerebelomedular lateral, donde
se encuentra en relación anteriormente por la arteria vertebral y posteriormente por la arteria cerebelosa
posteroinferior los cuales coalescen para formar uno o dos troncos hipoglosos. Finalmente, emerge de la base del
cráneo perforando la duramadre por el conducto que lleva su mismo nombre, uniéndose al X y XI par craneal por
debajo del agujero yugular, desciende por la vaina carotídea en el espacio carotídeo, entre la arteria carótida interna
y la vena yugular interna y alcanza al músculo geniogloso a través de las áreas submandibular y sublingual. Al igual
que el XI par craneal, su valoración por resonancia magnética es limitada debido al calibre de sus estructuras
normales; sin embargo, al conocerse su anatomía y transcurso pueden sospecharse procesos patológicos propios
de estos nervios. En la figura 11 se muestra un esquema de los orígenes aparentes de todos los pares craneales
con el fin de evaluar estos sitios anatómicos a la hora de interpretar un estudio de RMN.
17. Médula espinal: Anatomía, función y sus partes:
La médula espinal es la parte más caudal del sistema nervioso central, empezando en el bulbo raquídeo y
terminando en la zona lumbar.
Se trata de la parte inferior del neuroeje, de forma cilíndrica levemente aplanada y asimétrica que, al igual que el
cerebro, está fuertemente protegida al estar rodeada por la columna vertebral. Asimismo, también goza de la
protección de las meninges y el líquido cefalorraquídeo, las cuales impiden la mayor parte de daños producidos por
los elementos del entorno.
En cierto sentido, es una parte del sistema nervioso que no está totalmente separada anatómicamente del encéfalo,
sino que muchos de los elementos que intervienen en este último trabajan a la vez en la médula espinal. De todos
modos, es posible identificar el comienzo de esta estructura justo por debajo del tronco del encéfalo.
Esta parte del sistema nervioso es el punto de conexión entre el cerebro y el resto del organismo, pasando la gran
mayoría de fibras nerviosas por la médula. La transmisión de la información no se da generalmente a través de una
única neurona, sino que por norma general, las neuronas que configuran los diferentes nervios del cuerpo hacen
una o varias sinapsis intermedias, sea dentro de la propia médula o fuera de ella (como con las neuronas de los
ganglios nerviosos).
La médula espinal recibe tanto aferencias como eferencias, es decir, posee tanto neuronas que reciben información
de los receptores de los diferentes órganos y estructuras como otras que envían información y órdenes a dichas
zonas.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que la médula espinal no es simplemente una especie de conducto por la
que viajan nervios de todas las partes del cuerpo en dirección al cerebro y viceversa; su composición y sus
funciones son más complejas de lo que parecen, e incluso es posible encontrar elementos similares entre esta parte
del sistema nervioso y el encéfalo. Por ejemplo, en ambas estructuras encontramos un envoltorio de meninges,
líquido cefalorraquídeo y una diferenciación entre materia blanca y materia gris.
18.
19. Si bien la división en vértebras tiene más que ver con la configuración de la columna vertebral, es decir, la protección
ósea de la médula que a su vez sirve como sostenedor de la posición corporal, puede ser útil tenerla en consideración
para localizar la situación de las partes de la médula que inervan los distintas zonas corporales.
La mayoría de seres humanos nacemos con un total de 33 vértebras, contando entre ellas siete vértebras cervicales,
doce torácicas, cinco lumbares, cinco sacras y cuatro coxígeas. Según vamos desarrollándonos, el número se reduce al
irse fusionando las más inferiores para formar los huesos sacro y coccígeo, pasando a considerarse vértebras solo las 24
primeras, acabando en la L5 o lumbar 5. El comienzo de la médula espinal se sitúa un poco antes de su recubrimiento
por la columna vertebral, estando adherida al bulbo raquídeo. El punto donde termina la médula puede variar de una
persona a otra, culminando generalmente entre las vértebras L1 y L3.
En general, las conexiones nerviosas corresponden de la médula corresponden a la zona donde se encuentran. Así, en la
parte de la médula situada en entre las vértebras torácicas se encuentran las conexiones nerviosas que inervan el tórax,
y así sucesivamente. En lo que se refiere a los nervios que se conectan con la médula, poseemos un total de treinta y un
pares, siendo ocho cervicales, doce torácicos, cinco lumbares, cinco sacros y uno coccígeo. Un punto a destacar es la
presencia de dos zonas en los que la médula es algo más ancha, debido a que en dichas zonas se encuentran las
conexiones nerviosas con las extremidades.
Entre las vértebras C4 y T1 existe una zona algo más ancha que el resto de la médula. Esta zona, conocida como
intumescencia cervical, es más gruesa debido a que en este lugar se encuentran las conexiones nerviosas que conectan
con las extremidades superiores
Hacia el extremo inferior de la médula puede observarse un engrosamiento, entre las que va de la vértebra T11 a la L1,
denominado intumescencia lumbosacra. Se trata de la parte de la médula que inerva las extremidades inferiores, y que
junto a la denominada cola de caballo conecta con las partes del cuerpo localizadas en el extremo inferior.
Respecto a la recién mencionada cola de caballo, que recibe su nombre debido a la semejanza de su forma con la cola
de dicho animal, es el conjunto de fibras nerviosas que conectan con los nervios espinales. Esta forma es debida a que la
médula espinal es más corta que la columna vertebral, con lo que las zonas por debajo de la zona lumbar deben
proyectar sus terminaciones nerviosas a los nervios espinales situados por debajo de ella.
Configuración neuroanatómica
20.
21. La importancia de esta parte del sistema nervioso central está fuera de toda duda. Solo hace falta observar los efectos que
tienen daños en esta zona para comprender que se trata de una sección fundamental para el funcionamiento habitual. Y es
que la médula espinal es más que el canal a través del cual el cerebro se comunica con el resto del cuerpo; también puede
realizar ciertas actividades automatizadas, como por ejemplo los arcos reflejos (en los que pasa muy poco tiempo entre la
captación de un estímulo y la emisión de una reacción motora, dado que este proceso no pasa por el cerebro, como
veremos).
De manera resumida, las principales funciones que hacen de esta sección del sistema nervioso tan relevantes son las
siguientes.
1. Transmisión de la información sensorial y motora
La médula espinal es el núcleo de relevo de las neuronas y fibras nerviosas presentes en la mayor parte del cuerpo. Esto
quiere decir que tanto cuando el cerebro da la orden de que se realice una acción (por ejemplo dar una patada a un balón)
como cuando una parte de nuestro cuerpo percibe algún estímulo (una caricia en el brazo), la información pasa primero a la
médula, que enviará la información a los músculos o al cerebro para que lo procese.
Así, la médula espinal actúa como un ascensor para la información aferente y la información eferente.
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Funciones de la médula espinal
22. 2. Procesamiento de la información
Si bien es en el cerebro donde la estimulación se hace consciente, la médula hace un rápido juicio de la situación con el
fin de determinar si únicamente enviar la información al cerebro o provocar una actuación de emergencia incluso antes de
que llegue.
Así pues, en lo relativo a los procesos mentales, permite la aparición de un tipo de atajos en los que la información no
tiene por qué esperar a ser procesada por instancias superiores para generar una respuesta.
3. Reacción inmediata: reflejos
Como acabamos de ver, en ocasiones la médula espinal produce por sí misma una actuación sin que la información haya
sido aún transmitida al cerebro. Estas actuaciones son lo que conocemos como reflejos. Para ejemplificar podemos
pensar en poner una mano en el fuego de forma accidental: la mano es retirada de forma inmediata, no planificada y sin
que haya pasado aún la información al cerebro.
La función de los reflejos es clara: ofrecer una reacción rápida ante situaciones potencialmente peligrosas. Como la
información sensorial ya produce una respuesta al llegar a la médula espinal, sin tener que esperar a ser captada por el
cerebro, se gana tiempo, algo muy valioso en caso de ataque de un animal o cuando se puede recibir heridas por caída o
por quemaduras. De esta manera, se realizan acciones programadas en el diseño de la médula espinal, y que siempre
son ejecutadas de la misma manera.
Este tipo de funciones encajan con la lógica con la que se rige el sistema nervioso en general (y, por consiguiente, también
la médula espinal): muchas veces, la rapidez es más importante que la precisión o las consideraciones sobre si realizar
cierta acción encaja o no con las normas sociales. El tiempo que ganamos con esto nos puede ahorrar muchos
problemas cuando está en juego nuestra integridad física.
Sin embargo, en el caso de los bebés también existen reflejos que se van perdiendo durante los primeros meses después
del nacimiento y cuya función básica no es siempre reaccionar rápidamente, sino realizar actos que favorecen la
supervivencia, como por ejemplo succionar leche materna. En este caso hablamos de reflejos primitivos, cuya ausencia
puede ser signo de enfermedad.
23. Características:
La médula espinal tiene un rasgo muy particular ya que en la zona lumbar y la cervical, se encuentra
un engrosamiento de sustancia gris que es llamado intusmecencia. Otra característica que posee es
que tiene un conjunto de nervios periféricos llamada cauda equina, que sale por los agujeros
intervertebrales.
La médula espinal puede verse restringida total o parcialmente por diferentes mecanismos, estos
pueden ser tanto internos como externos, en el caso de los externos encontramos principalmente a las
lesiones por arma de fuego, a los traumatismos directos ocasionados por caída y a los accidentes de
tráfico.
En cuanto a las lesiones internas medulares, se pueden encontrar la espina bífida, tumores y la
estenosis del canal lumbar.
Cuando ocurre la lesión medular, aparece el shock medular que está caracterizado por
presentar parálisis en la que se observa flacidez y no hay presencia de reflejos osteotendinosos,
hay anestesia es decir que no hay sensibilidad, y además se produce parálisis en la función vesical y
rectal.
¿Qué ocurre cuando se lesiona la médula espinal?
24. Partes de la Médula Espinal:
Al igual que en el cerebro, en la médula nos encontramos tanto con sustancia gris como con sustancia blanca. Sin
embargo, la disposición es inversa, estando la sustancia blanca situada en una posición externa y la gris en la parte
interna de la médula. Generalmente la transmisión de la información se da de manera ipsilateral, es decir el lado
derecho del cuerpo es tratado por la parte izquierda de la médula espinal mientras que el lado izquierdo se trabaja
con la parte derecha.
-Sustancia gris
La sustancia gris tiene esta coloración debido a que se trata de un conjunto de somas o núcleos de neuronas, que
proyectan sus axones a otras áreas. Es decir, es en estas zonas donde se acumulan los cuerpos de las neuronas,
centros de procesamiento de la información (si bien al no estar en el encéfalo ese procesamiento es muy somero).
La sustancia gris se estructura en diferentes cuernos o astas, siendo las principales el asta ventral, el asta dorsal y la
zona intermedia. Existe también el asta lateral, pero únicamente en en la zona torácica y el principio de la lumbar.
El asta dorsal es la encargada de recibir la información de los sistemas inervados por la médula. Dicho de otro modo,
es la parte de la médula que se encarga de que la estimulación externa o interna detectada por los receptores pueda
ser enviada al encéfalo.
El asta ventral de la médula, al contrario que la dorsal, tiene como principal función la de emitir información a los
nervios, haciendo que el organismo reaccione a los estímulos exteriores o interiores. A través de ella se ejerce el
movimiento voluntario.
En lo que respecta a la zona intermedia, en ella abundan las interneuronas, que son aquellas cuya principal función
es la de servir de enlace entre otras dos neuronas. Son puentes de conexión entre zonas distales.
Si bien solo aparece en la zona torácica y parte de la lumbar, el asta lateral tiene una gran importancia, inervando
diferentes estructuras y participando en los sistemas simpático y parasimpático del sistema nervioso autónomo. En
este sentido, cumple un rol fundamental en la homeostasis, el proceso por el cual el organismo establece un
equilibrio u armonía entre zonas diferentes del cuerpo para que el conjunto de órganos funcione de forma saludable y
coordinada.
25. -Sustancia blanca
La sustancia blanca está formada principalmente por los axones de las neuronas, interconectando médula y
cerebro. Está organizada en diferentes fibras que reciben el nombre de las zonas con las que conectan,
pudiendo ser ascendentes o descendentes. Además, esta agrupación de proyecciones de las neuronas es
visible a simple vista, sobre todo debido al contraste entre su color más pálido comparado con las partes del
sistema nervioso que están a su alrededor (de ahí el nombre de "sustancia blanca").
En la médula se pueden encontrar tres columnas, la dorsal, la lateral y la ventral, y se ven sin necesidad de
microscopio. La columna dorsal está principalmente formada por fibras aferentes de tipo somático. Dicho de
otro modo, al igual que ocurre con el asta dorsal en la sustancia gris, que se encargan de transmitir
información sensorial, del cerebro a la médula y viceversa según si es ascendente o descendente.
Las columnas ventral y lateral son tractos y fascículos, que tienden a ser de tipo eferente, transportando las
órdenes motoras otorgadas por el cerebro, por lo que van "de arriba a abajo".
Así pues, en general la distribución de la sustancia blanca y la sustancia gris de la médula espinal está
invertida con respecto a lo que pasa en el encéfalo: mientras que en este último la sustancia blanca
predomina en el interior y la gris lo hace en las capas más superficiales, aquí es al revés.
26.
27. Referencias bibliográficas:
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Recuperado de: www.unisanitas.edu.co
-Abducens | Qué es, ubicación, dónde se origina, recorrido, ramificaciones, qué zonas inerva y lesiones
Recuperado de: www.fisioterapia-online.com
-Nervios craneales archivos » Anatomía Topográfica
Recuperado de: anatomiatopografica.com
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Recuperado de: www.lifeder.com
-Médula espinal | El Sistema Nervioso
Recuperado de: agrega-2hapre.pntic.mec.es
-Pinel J. (2007).Biopsicología. 6ta Edición. Pearson.
Recuperado de: https://es.scribd.com/doc/234927684/Bio-Psicologia