La misión Curiosity de la NASA aterrizó en Marte en 2012 utilizando una técnica de guiado atmosférico y una grúa retropropulsada para corregir su trayectoria. El rover Curiosity analiza muestras de rocas en el sitio de aterrizaje, una antigua cuenca sedimentaria, en busca de compuestos de carbono que podrían indicar la presencia de vida antigua en Marte.