II Parte del material correspondiente al II Trimestre del curso de Estudios Sociales de 7º año, del profesor Gustavo Bolaños Ramírez, del Liceo de Atenas, Alajuela, Costa Rica.
Factores ecosistemas: interacciones, energia y dinamica
Historia antigua Costa Rica sociedades complejas
1. Liceo de Atenas
Estudios Sociales
Gustavo Bolaños
Sociedades complejas de
América y huella ecológica
del ser humano
II Parte
Sétimo año Curso 2017
2. Liceo de Atenas Gustavo Bolaños Estudios Sociales 2
En esta segunda parte del material, estudiaremos dos temáticas:
1. Historia Antigua de Costa Rica.
2. La huella ecológica en nuestro único lugar y espacio común, el planeta Tierra.
Historia Antigua de Costa Rica.
Aunque la fecha está revisión, se conoce la existencia de seres humanos en el territorio nacional desde 12000
años atrás. Estos primeros pobladores, o por qué no, primeros costarricenses, tenían un estilo de vida nómada y
vivían en sociedades poco organizadas y sencillas. El panorama iría cambiando de manera importante, hasta que,
unos miles de años después de su presencia acá, los pobladores de nuestro territorio desarrollaron la agricultura,
se hicieron sedentarios y comenzaron a crear sociedades complejas.
Para estudiar el desarrollo de estos grupos, el territorio costarricense se divide en 3 áreas o REGIONES
ARQUEOLÓGICAS, que son: Región Gran Nicoya, Región Central y Región Gran Chiriquí y Subregión Diquís.
Regiones Arqueológicas de Costa Rica.
1. Región Gran Nicoya.
Abarca la mayoría de la costa noroeste del país, sobre el Pacífico norte, aproximadamente desde la base de la
cordillera de Guanacaste, hasta el litoral, abarcando entonces, el territorio de Guanacaste, más las islas del Golfo
de Nicoya y el norte de Puntarenas.
Constituía la frontera sur oeste de la región
Mesoamericana, por tanto, recibió la
influencia de culturas del área, tales como
Olmecas y Mayas.
En esta región se desarrollaron culturas como
Chorotegas y Nahua Nicaraos, que vivían
principalmente del cultivo de maíz, chile,
cacao, frijol y calabaza y trabajaban tejido,
cerámica y orfebrería. Además, en vasijas
dibujaban serpientes y felinos.
2. Región Central.
Es la más grande de las tres. Se extiende por el
Valle Central y la vertiente del Caribe, así como
el Pacífico Central. Atenas está dentro de la
Región Arqueológica Central, y los pueblos
indígenas propios de este lugar, compartían
algunas características con los grupos andinos
y mesoamericanos.
Como grupos culturales destacados en la región, tenemos a Huetares, Bruncas, Guatusos, Bribri, Cabécar,
Brunca, Térraba y Guaymíe.
Algunas de las características generales de estos grupos consistían en que vivían en chozas de forma cónica y
cultivaban camote, tacaco, maíz, cacao, etc., trabajaron el oro, el barro, y la piedra,
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3. Región Gran Chiriquí y subregión Diquís.
Esta zona formó parte de la región Gran Chiriquí (Panamá) y se extiende desde las estribaciones de la cordillera de
Talamanca hasta el litoral suroeste del país.
Se diferenció por la forma de trabajo del oro y se destacan Guayabo (centro ceremonial y habitacional
importante) así como las esferas de piedra.
Modos de vida de las sociedades indígenas costarricenses.
Para estudiar a los aborígenes costarricenses, se caracterizan tres modos de vida.
A) Cazadores y recolectores: Las sociedades de este período estaban formadas por grupos de cazadores y
recolectores nómadas, compuestos por una, dos o
tres familias nucleares (familia nuclear: la
compuesta por madre-padre-hijos). Las principales
actividades económicas eran la caza, pesca y
recolección de frutos y alimentos naturales. En
ocasiones estos pequeños grupos se unían para
realizar actividades conjuntas, como cacería de
megafauna. Vivían en refugios, utilizaron el fuego.
Inician una agricultura incipiente y elaboraron
cuchillos, raspadores de pieles, puntas de lanza,
perforadores con piedra, madera y hueso.
B) Aldeanos igualitarios: La organización social y política, sufre grandes transformaciones, ya que se abandonó la
formación social comunitaria simple característica de períodos anteriores y se establecieron aldeas sedentarias,
basadas en la producción agrícola. El desarrollo de la agricultura fue una de las respuestas ante la desaparición de
la megafauna, dado el fin de la última glaciación.
La agricultura aceleró el sedentarismo y con este surgió la necesidad de una organización social más compleja. Así
se formaron las primeras tribus. El sedentarismo y la agricultura generaron nuevos retos y necesidades, por tanto,
se fortalecieron los trabajos en cerámica (vasijas, ollas, tazones, etc.), para almacenar semillas, productos y agua.
C) Período cacical: Para este momento del desarrollo de los
grupos, la agricultura ya se encuentra absolutamente
consolidada como la principal actividad económica, aunque la
pesca y la caza no son del todo abandonadas. Las aldeas se
vuelven más grandes y complejas cada vez, por lo que surge
un grupo de personas que la dirigen, diferenciándose de los
demás por la concentración de poder en sus manos. Los
grupos indígenas costarricenses pasan así de una
organización tribal, en el que el vínculo y la jerarquía son
fundamentalmente por relaciones familiares; a una
organización cacical, que cuenta con la presencia de un jefe
político y/o militar. Surgen además la diferenciación social y la
especialización laboral. Esta permitió el desarrollo de
avanzados sistemas de labranza, la agricultura especializada y
la explotación de minerales, construcción de centros
ceremoniales y viviendas desarrolladas y prácticas religiosas
sofisticadas. El comercio se convirtió en una actividad cada
vez más relevante.
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Etnias indígenas costarricenses.
Cuando los españoles inician a partir de 1524, el proceso de asentamiento definitivo en Costa Rica, existían una
enorme variedad de poblaciones aborígenes, entre las que se destacan: votos, guatusos, sueres, bríbis,
cabécares, ngöbes, cotos, borucas, etc.; algunas de ellas fueron arrasadas por los europeos.
En la actualidad se acepta la existencia de 8 etnias indígenas que son: cabércares, bríbis, ngäbes, térrabas,
borucas, huetares malecus y chorotegas.
1. Chorotegas: Es un pequeño grupo de comunidades indígenas que se ubican en Hojancha y Nicoya,
Guanacaste, quienes, lamentablemente, perdieron su idioma nativo y adoptaron el español. Construyen sus
viviendas especialmente con hojas de diversas palmas y con cáñamo. Son fundamentalmente agricultores,
actividad que complementan con la cría de algunos animales como cerdos y gallinas.
2. Malecus: Este pequeño grupo habita en las llanuras del norte, en los cantones de de San Carlos y Guatuso
en la Zona Norte, en las localidades de Tonjibe, El
Palenque Margarita y El Sol. La palabra “malecu”
significa persona en su propia lengua, que aún se
conserva y es conservada en las escuelas. Sus
casas eran construidas en forma de palenque. Al
igual que otras poblaciones indígenas, enfrentan
desafíos con la posesión y cuido de sus tierras, en
las que cultivan cacao, pejibaye, palmito, cazan
iguanas y pescan. Cultivan plantas medicinales y
conservan algunas tradiciones.
3. Huetares: Se concentran en los cantones
de Mora (Quitirrisí) y Puriscal (Zapatón)
principalmente. La huetar fue la población
indígena más numerosa y más afectada a la
llegada de los españoles. El héroe nacional
Garabito, ejemplo de la lucha y resistencia
indígenas contra el invasor, perteneció a este
grupo. Mantienen vivas algunas tradiciones
como la comida del maíz y el trabajo de textiles
teñidos con tintes naturales, artesanías de
palmas. Venden sus productos a la orilla de la
carretera. Hablan español.
4. Cabércares: Este grupo se establece principalmente en cantón de Buenos Aires, en el Pacífico Sur del
país, en el territorio indígena de Ujarrás. También tienen presencia en otros cantones del Caribe. Conserva el
idioma cabecar y muchas tradiciones culturales, espirituales y familiares. Es una etnia numerosa. Cultivan café,
cacao y plátano; pescan y cazan. Están en peligro por la destrucción del bosque, de donde obtienen materias
primas, alimentos y medicinas.
5. Bríbris: Se ubican en la cordillera de Talamanca, principalmente en Costa Rica, aunque también existe un
territorio bribri del lado panameño. Hablan su propio idioma (bribri) y en algunos casos, aún habitan sus chozas
tradicionales en forma cúbica. Cultivan maíz, frijoles, tubérculos, cacao y plátano y crían cerdos y aves. Realizan
artesanía de cestería y fabricación de instrumentos musicales. Transmiten sus principales costumbres mediante
la narrativa oral, a través de la cual enseñan sobre Sibö. Su dios.
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6. Térrabas: Se ubican en el cantón de Buenos Aires, en la zona sur, a orillas del río Grande de Térraba.
Lamentablemente ya perdieron su lengua nativa (teribe) y hablan español. Cultivan maíz, frijol, arroz, plátanos y
cítricos y crían cerdos y algunas aves.
7. Borucas: Los borucas habitan también en Buenos Aires, específicamente en los territorios indígenas Rey
Curé y Boruca. Cultivan granos básicos y crían ganado y cerdos. Producen tejidos de vistosos colores, artesanías
de jícara con estilo propio y máscaras pintadas en madera de balsa usadas para la ceremonia denominada Fiesta
de los Diablitos, que representa la resistencia contra el invasor español.
8. Ngäbes: Se ubican en el Pacífico Sur, en los cantones puntarenenses de Coto Brus y Corredores, donde
hablan su idioma Ngäbe y viven en viviendas tradicionales. Cultivan cacao, arroz, frijol, plátano y maíz, que
complementan con la cría de algunos animales y la pesca. Suelen tener migraciones temporales hacia otros
cantones del centro del país, con la intención de trabajar en la recolecta del café.
Aportes de los pueblos originarios costarricenses.
Como acabamos de ver, no existe una única cultura indígenas costarricense, sino que, hoy en día, existen al
menos 8 diferentes. Si las agrupásemos, podríamos hablar de un aporte general de esos pueblos, a la cultura
nacional. Ese aporte es por supuesto muy grande, relevante e importante.
El mismo va, desde
asuntos genéticos,
puesto que un tercio
de la población
costarricense
proviene de las
culturas indígenas,
pasando por
tradiciones
culturales, medicina
natural, cultivo de
especies agrícolas
autóctonas como el
tacaco, arte, música, máscaras, bailes, instrumentos musicales, tradiciones orales, las esferas de piedra, y una
muy importante, su cosmovisión.
Los pueblos originarios costarricenses tienen una profunda creencia en un ser superior, que establece normas
para la convivencia entre todos los seres vivos creados por él. Este ser supremo creó también otros seres
espirituales que protegen la Naturaleza y que estipulan que el desperdicio y el sobreuso, son prohibidos.
Es así como los indígenas costarricenses suelen ser muy cautos a la hora de emplear los recursos naturales y
viven de manera sencilla y humilde.
Otros aportes culturales, artísticos y hasta médicos de nuestros pueblos indígenas, son los siguientes: baile de la
yegüita, baile de los diablitos, consumo de maíz y sus derivados, empleo de plantas medicinales como sábila y
manzanilla, el conocimiento agrícola que les permitía determinar cuándo sembrar y cosechar; el uso y
domesticación de plantas como frijol, pejibaye, zapote, tabaco, cacao, algodón, etc,; cerámica, orfebrería,
alfarería, barro, cestería, jade, metates, esferas de piedra; y la domesticación de animales como chompipes,
papagayos, monos, tucanes saínos, y el consumo de tepezcuinte, conejo e iguana.
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Problemática Indígena actual.
La población aborigen costarricense es una minoría que está compuesta por menos del 2,5% de la población
nacional. Esta población vive en 24 territorios distribuidos a lo largo del país; en las que se concentra un 35% de
dicha población. Esas 24 comunidades indígenas, de 8 grupos diferentes, comparten, como todas las minorías,
una serie de problemas comunes.
Todas las comunidades
indígenas se encuentran
alejadas y además son
desatendidas por las
autoridades políticas
nacionales y cantonales. La
lejanía y desatención
provocan problemas y
desafíos muy importantes,
como la movilidad y la
salida de su producción.
Por lo anterior, la
electricidad y el servicio de
agua potable son muy
escasos. Ni qué decir de
otros servicios como la
Internet.
Además, el costarricense
ha asumido una posición
de soberbia y superioridad sobre los aborígenes, por tanto, suelen ser vistos como ciudadanos de segunda
categoría. Así mismo, esa lejanía ha hecho pensar al resto de la población que el indígena costarricense no existe.
Así que la “invisibilización” no es solamente política sino también social.
A lo anterior habría que agregar que el costarricense promedio, se cree descendiente europeo y se siente
superior al aborigen; además se han llenado de prejuicios y pone etiquetas como “tonto” y “vago” sin conocer
su realidad.
Otro grave problema con el que tienen que vivir a diario las comunidades indígenas, es la apropiación de sus
tierras. Con cierta frecuencia, personas no indígenas se aprovechan de las necesidades de los indígenas, de sus
problemas económicas y la falta de empleo, o simplemente usan la fuerza para desplazarlos y explotar las tierras
que no les corresponden.
La educación, la salud y la cultura son un verdadero martirio para estas poblaciones, dadas la lejanía de sus
comunidades, el difícil acceso que suelen tener y la falta de caminos y carreteras. La mayoría no sabe leer ni
escribir, por la falta de escuelas. Con frecuencia, los niños indígenas tienen que caminar largos trechos por las
montañas para poder recibir lecciones. Igualmente faltan EBAIS, colegios y otras instituciones que brindan
servicios públicos.
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La huella ecológica en nuestro único hogar y espacio común, el planeta Tierra
La huella ecológica es una manera de medir el impacto ambiental provocado por las actividades del ser humano
y está relacionado con la capacidad que tiene el planeta de regenerar sus recursos. En otras palabras, se trata de
un indicador de cómo hacemos las cosas desde el punto de vista ambiental… así como dejamos una huella en la
arena al caminar por la playa,
igualmente la humanidad deja la huella
de su presencia en el planeta. Algo así
como cuánto tarda el planeta en borrar
esa huella.
Este indicador fue creado con el
objetivo de evaluar el modo de vida
que las personas, sociedades y
naciones, desarrollan, desde el punto
de vista del ambiente; es decir, si
estamos haciendo las cosas bien, o no,
con respecto a la naturaleza. Así, la
huella ambiental muestra qué
actitudes y acciones de nuestra vida
debemos corregir, mantener, o
eliminar, para no acabar con los
recursos de nuestro planeta.
El de “huella ecológica”, es un concepto que se complementa con el de “biocapacidad”. Por este último,
entendemos la superficie biológicamente productiva de un territorio; áreas de cultivo, pastos, bosques, mar, etc.
Por tanto, tenemos que:
HUELLA ECOLÓGICA – BIOCAPACIDAD = DÉFICIT O RESERVA ECOLÓGICA
Lamentablemente, desde 1970 aproximadamente, la humanidad consume anualmente, más recursos de los que
el planeta puede producir. Por tanto, gastamos más de lo que la Tierra nos da. Lo anterior indica que llevamos
varias décadas ya viviendo en déficit ecológico, también conocido como “deuda ecológica”. Y lo peor aún es que,
cada año, gastamos los recursos anuales del planeta más temprano.
Si las tendencias continúan, los seres
humanos estaremos gastando, año tras
año, los recursos equivalentes a 3
planetas Tierra, para el año 2050. Tal
nivel de explotación provocará una serie
de consecuencias terribles a nivel
ambiental. Por eso es necesario que
cada ser humano tome las medidas
respectivas para agregar su granito de
arena y evitar llegar a situaciones
apocalípticas.
La huella ecológica también se puede medir para una persona o familia. Le invito a ingresar al sitio web
http://greencred.me/index.php y realizar su propia medición.
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Huella ecológica en Costa Rica
La deuda ecológica apareció en Costa Rica a partir de la década de los 90 del siglo anterior y se maneja desde
entonces por valores inferiores al 10% del territorio. Por lo anterior, nuestro país es considerado “verde”, dado
que su deuda ecológica es inferior a la de la
mayoría de países. Sin embargo, es importante
recalcar que, a pesar de esta etiqueta positiva,
sí existe una deuda ecológica y sí ocurren
desgracias ecológicas.
La huella ecológica ha aumentado en Costa
Rica, por algunos factores. El más relevante es
el incremento de los gases contaminantes
provenientes de la flota vehicular, que ha
aumentado considerablemente en las últimas
décadas. Otro factor que incide -aunque cada
vez menos- es el empleo de combustibles
fósiles para la producción de energía eléctrica.
Con respecto a la población, son relevantes de
destacar el elevado consumo de agua y la gran
cantidad de desechos sólidos que genera. Con
respecto a las aguas residuales, la gran
mayoría son vertidas en las cuencas del país
sin ningún tratamiento, incrementando
severamente la contaminación y dañando los
ecosistemas. La agricultura que emplea
técnicas poco eficientes y de tipo orgánica, es
mínima y más bien el uso de plaguicidas y
químicos se incrementó. Igualmente pesa en la huella ecológica, la falta de planes reguladores en los cantones
del país.
Alternativas para la reducción de la huella ecológica del ser humano
Disminuir la huella no es una tarea exclusiva de las autoridades políticas. Los sectores privados (empresas) y
públicos (gobierno), junto a la sociedad civil (población), deben unir esfuerzos para combatir este mal.
No se deben malgastar los recursos naturales y estos deben estar al alcance de toda la población. Atenas es una
comunidad con serios problemas de agua potable, y, sin embargo, es notable la despreocupación de algunas
personas que lavan el auto a manguera abierta, riegan el jardín aún en época lluviosa (y la época seca ni se nota
en sus plantas, dado el abuso) y mojan las aceras y calles para combatir el polvo, entre algunas prácticas nocivas
que hemos logrado detectar.
La población puede colaborar con la reducción de los desechos sólidos, mediante el uso correcto de los recursos,
el reciclaje y la reutilización. Evitar usar el automóvil o compartirlo para disminuir la emisión de gases de efecto
invernadero que producen un aumento en la temperatura de la tierra, y preferir el empleo del transporte público.
Igualmente podemos comer más sano e inclusive producir alguna parte de nuestros alimentos mediante el
desarrollo de una huerta casera, disminuyendo así el uso de plaguicidas. También debemos maximizar el empleo
de los artefactos y las cosas y evitar el consumismo.
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Práctica Material II.
1. Confeccione un cuadro comparativo con las ideas más relevantes de las regiones arqueológicas
costarricenses.
Región Gran Nicoya Región Central Región Diquís
Características
2. Compare las características de los tres períodos de desarrollo que atravesaron los pueblos indígenas
costarricenses. Emplee la ubicación temporal, características sociales, económicas, políticas y desarrollo
cultural, para hacer su comparación.
Período Características
Cazadores y
recolectores
Aldeanos
igualitarios
Cacical
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3. Describa las características relevantes de cada una de las 8 etnias indígenas existentes en la Costa Rica actual.
Etnia Características
Chorotega
Maleku
Huetar
Cabecar
Bribri
Térraba
Boruca
Ngäbes
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4. Describa los principales legados que los pueblos indígenas han aportado a la sociedad costarricense.
5. Enumere los problemas más relevantes que enfrentan las sociedades indígenas actuales en Costa Rica. ¿Qué
podría hacer usted para intentar remediar esta situación?
6. Explique qué es la huella ecológica y por qué es importante.
7. Mencione cómo se vislumbra el panorama futuro de la humanidad con base en los datos actuales de la huella
ecológica.
8. Con base en el material y su conocimiento, ¿cómo sería la huella ecológica en Atenas, en comparación con
otras comunidades del país, y por qué?
9. Escriba 10 acciones que podemos implementar las personas para tratar de combatir la huella ecológica en
Costa Rica y en el mundo.