Este documento resume un trabajo práctico sobre la posibilidad del viaje a través del tiempo. Explora definiciones filosóficas del tiempo de Aristóteles y Einstein. Luego analiza propuestas de ciencia ficción sobre viajar al pasado y futuro, incluyendo paradojas y universos paralelos. Finalmente, considera opiniones y objeciones desde la física sobre la viabilidad científica del viaje en el tiempo.
1. Trabajo Práctico de Filosofía de la
naturaleza
Tema: La posibilidad real del viaje a través del
tiempo
Alumno: Federico Caivano
Profesora: Olga Larre
Carrera: Filosofía, 1° Año
2. Introducción
El tema de la posibilidad de visitar el pasado y el futuro ha sido imaginado por varios
novelistas y científicos a lo largo de los últimos dos siglos. El objetivo del presente
trabajo es el de investigar en el ámbito de las ciencias particulares (sobre todo la Física)
si el problema tiene sus raíces en las fundamentaciones teóricas o si simplemente hace
falta un avance tecnológico en las ciencias para que sea factible.
Pero en primer lugar, además, es preciso establecer qué es el tiempo. El análisis de
Aristóteles es uno de los más conocidos y fundamentales en la Filosofía y las ciencias
particulares. Tanto así, que aún hoy en día se utilizan muchas de sus teorías para
explicar fenómenos naturales básicos, como el movimiento.
Aristóteles comienza planteando el problema del tiempo diferenciándolo del
movimiento pero relacionando ambos conceptos muy estrechamente. Por eso lo define
como “el número o la medida del movimiento según el antes y el después”1. Siempre
que el sujeto percibe movimiento, percibe el tiempo (por eso, por ejemplo, en el sueño,
perdemos la percepción del tiempo). El tiempo es único e igual para todos y en todas
partes, pero el movimiento de cada cosa o persona es diferente.
En cuanto a definir el presente, el problema yace en que, justamente, apenas se enuncia
deja de ser, es decir, se convierte en pasado. Entonces ¿cómo estudiarlo si parece tan
inalcanzable? Para Aristóteles, la solución aparece analizando al sujeto más que a la
realidad. Así, desde la perspectiva del sujeto que conoce, el instante es único; mientras
que desde la perspectiva del instante, este es diverso por lo que podría concluirse que si
bien para una persona el tiempo es siempre el mismo, el objeto por el contrario, es
medido de distintas maneras por la propia percepción de cada individuo.
Esta visión, en la que el marco de referencia del tiempo depende del sujeto vuelve a ser
tomada claramente por Einstein y su teoría de la relatividad especial la que establece,
entre otras cosas, el espacio-tiempo; una unidad entre las tres dimensiones espaciales y
la temporal (vista como una dimensión independiente por la Física clásica).
Pero dejaré el análisis estrictamente científico por un momento para ver qué aportes trae
la literatura y el cine, precursores muchas veces de los estudios científicos.
Planteos desde la ciencia-ficción
El más reconocido por ser el primero en concebir la idea de viajar en el tiempo haciendo
uso de la ciencia es H. G. Wells en su obra La máquina del tiempo (1895). Desde
entonces ha habido cientos de novelas y películas sobre el tema. Escritores como Isaac
Asimov (El fin de la eternidad, 1955), Ray Bradbury (El ruido de un trueno, 1952) y
Robert Heinlein (By his bootstraps, 1941) y directores como Terry Gilliam (Doce
monos, 1995) y Robert Zemeckis (Volver al futuro, 1985) han propuesto diversas ideas
sobre qué ocurriría si el viaje en el tiempo fuera posible. A continuación estudiaré cada
una de las alternativas que se proponen sobre el tema y sus posibles consecuencias:
-Viajar al pasado: Fatalismo o realidades múltiples
Es innegable que el pasado no forma parte de nuestra realidad, puesto que está formado
por todos los eventos previos a este instante y que ya no existen. Pero al tratar al tiempo
1
Physica, lib IV, cap. 10-14. Es pertinente aclarar que cuando Aristóteles habla de un antes y un
después lo hace en referencia al espacio; las palabras están tomadas en su sentido topológico, no
cronológico.
3. como una dimensión espacial parecería que el pasado podría quedar “impreso” de
alguna forma, lo que permitiría volver a experimentarlo. San Agustín, en el libro XI de
su Confesiones, planteaba esto mismo diciendo que el pasado se impregnaba en el alma
y que éste volvía al presente mediante los recuerdos. Esa es la manera en que actúa
nuestra memoria: a partir de información recabada previamente podemos formarnos una
imagen actual que represente esos hechos previos.
Pero ¿quiere esto decir que solo nuestro sentido interior de la memoria es capaz de
experimentar el pasado? ¿O realmente queda el tiempo, una vez que pasó por nosotros,
guardado en alguna dimensión paralela, como un rollo de película, almacenado para ser
usado de nuevo?
Si es verdad que el pasado es más un no-ser que un algo existente (como pensaba
Aristóteles), cualquier suposición que podamos hacer queda descartada por el simple
hecho de que no hay un punto de partida que posibilite un análisis, ya que estaríamos
dándole la cualidad de existente a algo que no es. Por otro lado, si se toma al tiempo
como una realidad lineal y un proceso constante, hay una remota posibilidad de acceder
a las diferentes partes que lo componen, por lo que su estudio (aunque sea teórico) no es
del todo en vano.
Ahora bien, la posibilidad y la capacidad de efectuar el viaje es solo la primera parte
del problema. Asumiendo que esto sea posible, todavía queda latente el problema de la
alterabilidad del pasado, es decir, si realmente se puede cambiar un hecho que ya
ocurrió.
El mundo ciertamente tiene determinismos; si se conocen las causas, se pueden deducir
los efectos y viceversa (en ciertos casos)2 y como todo hecho ocurre dentro de un marco
temporal, es lícito decir que toda acción tiene su repercusión en las acciones futuras. Las
leyes de Newton son claras y evidentes; cada acción tiene una reacción, por mínima que
sea. Esto también se deduce del hecho de que la materia no es una y simple, por lo que
los cambios se dan en todo momento. Por eso, ya con solo viajar al pasado y ocupar un
espacio que estaba libre, se produce un cambio que puede afectar toda la realidad desde
ese punto en adelante.
En El ruido de un trueno, los viajes al pasado están controlados y forman parte de un
servicio que presta una empresa para ir de safari a la época de los dinosaurios (siempre
y cuando se maten criaturas que estén a punto de morir o que no jueguen un rol
importante en la evolución del planeta). El problema surge cuando en una expedición al
pasado se mata accidentalmente a una mariposa produciendo pequeñas alteraciones
visibles en el presente (el presente del personaje principal).
Otro ejemplo de manipulación de la realidad se da claramente en El fin de la eternidad
donde los viajes en el tiempo están manejados por toda una sociedad, los Eternos,
quienes se encargan de corregir cualquier pequeño detalle en toda la historia de la
humanidad para lograr un mundo lo más perfecto posible. Así, en una misión asignada
al personaje principal, éste logra retrasar una guerra varios años solo con atascar el
mecanismo de un automóvil. Los viajes también sirven para transportar materiales,
tecnología y medicina a los siglos que lo necesiten pero nunca se puede ir más allá en el
pasado del siglo XIII (cuando se inventó el Campo Temporal que permite el viaje). En
cuanto al futuro (“hipertiempo”), ni los mismos personajes saben muy bien qué hay más
allá del siglo 100.000 pero el autor deja implícita la idea de que el tiempo y la
humanidad con él son infinitos, evolucionando constantemente.
2
Aristóteles desarrolla el tema de las causas en la Física Libro II, cap. 3
4. Un concepto interesante planteado por el autor es el del “fisio-tiempo” el cual se refiere
al tiempo que usan los procesos fisiológicos para desarrollarse. De este modo, ni
siquiera los Eternos pueden escapar del envejecimiento ya que el fisio-tiempo es igual
para todos, a diferencia del tiempo normal que depende de cada siglo; una especie de
unificación entre las ideas de Newton y las de Einstein.
Todas estas ideas suponen una lógica en sus formulaciones que no siempre está
presente, ya que a primera vista, para que el presente sea como es, es preciso que el
pasado no cambie. De esta forma, se cae en una visión fatalista del mundo en el cual
cualquier decisión que tomemos es irrelevante ya que (a la manera de la filosofía de
Hegel) todo; pasado, presente y futuro, son consecuencia de un determinismo y una
Providencia superior y misteriosa. Hay muchas paradojas que pueden explicar las
contradicciones que se deducen de alterar el pasado, como la Paradoja del abuelo, pero
las detallaré más adelante.
Sin embargo hay otra posibilidad, no comprobada (ni comprobable aún)
empíricamente: la existencia de universos paralelos. Según esta teoría, cada decisión
tomada por un sujeto abre infinitas ramas en dimensiones alternativas donde están
contemplados todos los posibles resultados de dicha acción. Así, por ejemplo, al
encontrarme con la decisión de hacer este trabajo o no, coexisten por lo menos dos
realidades simultáneamente pero en un espacio-tiempo diferente: la realidad que este yo
está viviendo en este momento y otra realidad donde otro yo está durmiendo
cómodamente en su cama. Desde esta perspectiva, no habría lugar para paradojas ya que
más que alterar un único tiempo lineal, simplemente se viajaría a otro universo donde
las circunstancias se den de otra manera.
Para ilustrar la teoría se puede hacer referencia a películas como El único (2001) o
Volver al futuro Parte II (1989) en las que se teoriza mucho sobre las líneas temporales
y cómo moverse entre ellas.
-Viajar al futuro: el conocimiento profético
El conocimiento de lo que vendrá es un poder que ciertamente muchos querrían poseer.
Los oráculos de la Antigüedad pretendían encarnar ese poder y hacerlo más accesible a
los demás mortales. Ciertamente una de las cosas más angustiantes para el hombre es la
indeterminación del momento de su muerte (además de su inevitabilidad). El saber el
momento y el lugar podría ser un alivio; se podría planear mucho más detalladamente el
estilo de vida de cada uno y tal vez podríamos organizarnos más con respecto a cómo
aprovechar cada momento. Sin embargo, también es cierto que el tener la imagen de
nuestra muerte constantemente presente sería un sufrimiento insoportable. A la manera
de Casandra, tendríamos la maldición de prever el futuro, sin poder hacer nada al
respecto, lo que también implicaría un fatalismo y una supresión total de la libertad
humana.
En la película Hechizo del tiempo (1993), el personaje principal revive una y otra vez el
mismo día, lo que le permite saber con exactitud qué es lo que pasará en cada situación
a menos que él interfiera en alguna situación en particular. De esta forma es capaz de
alterar las circunstancias para su propio beneficio con la seguridad de saber en un 100%
cómo funcionará la cadena de causas que lo llevarán hasta su objetivo.
Otro punto interesante que plantean varias ficciones es el de enviar mensajes al futuro
con la esperanza de que llegue a manos de una civilización más avanzada y capaz de
realizar viajes a través del tiempo.
5. En la práctica, este concepto está siendo utilizado por un grupo de científicos que tuvo
la idea de enviar un satélite con miles de mensajes de todo el mundo y enviarlos al
espacio exterior con la idea de que vuelva al planeta luego de varios miles de años: “En
torno al 2009/10 esta obra colectiva despegará a bordo del satélite KEO, concebido
para regresar intacto a su suelo natal, después de un largo viaje de varios millares de
años alrededor del planeta Tierra, con el fin de ofrecer al mundo de mañana una
imágen infalsificable de los hombres de hoy.”3
Si bien este proyecto no considera el viaje en el tiempo, está presente la idea de dejar
una huella, un testimonio de nuestra existencia que satisfaga nuestro deseo de perdurar
en el tiempo. Más extravagante aún es una Fondo4 que asegura que con un mínimo de
dinero de tu parte, intereses de por medio, puede enviarte al futuro. La premisa es que
ese dinero se guarda por cientos de años hasta que la tecnología permita el viaje en el
tiempo, con el objetivo de pagarle a la gente de esa época para volver a la nuestra y
hacer de turistas en el 2500. Si bien es bastante evidente que se trata de una farsa, la
propuesta (desde la ficción, claro) es interesante y tiene cierto atractivo; minutos o
incluso segundos después de haber depositado el dinero, podríamos tener a gente del
futuro parada en nuestra puerta lista para transportarnos a través del tiempo (aunque
nadie hasta el momento lo ha experimentado).
Volviendo al ámbito literario, en El fin de la eternidad, Asimov utiliza este concepto en
una oportunidad en que uno de los personajes queda “atrapado” en el pasado y cuya
solución para volver a su propio tiempo es publicar un aviso en una revista sabiendo que
otro personaje había guardado como recuerdo en el futuro. De esa forma, los personajes
en el futuro pueden determinar el espacio-tiempo preciso y contactarlo “inmediatamente
después” de haber publicado el mensaje.
Otro ejemplo de visión profética aparece en la película El pago (2003), una adaptación
de un cuento de Phllip K. Dick del mismo nombre. En ella, el personaje principal está
cuenta con una máquina que le permite ver el futuro más que viajar a él. Gracias a esto,
es capaz de alterar pequeñas cosas en el presente (como guardar un billete de lotería en
un sobre) y alterar sus efectos en el futuro. De este modo, cada vez que introduce algo
nuevo a su historia, puede ver en la máquina que repercusiones trae a su línea temporal
y así manejar las circunstancias a conveniencia.
Opiniones y objeciones desde la Física
Lo más criticado de la ciencia-ficción es que si bien pone a prueba varias teorías que
son posibles en la imaginación, el género no tiene en cuenta especificaciones científicas
innecesarias en una novela pero esenciales para la puesta en práctica. Así, por ejemplo,
el lector de La máquina del tiempo le cree a Wells cuando su personaje viaja miles de
años en el futuro, pero éste nunca da una explicación de cómo funciona dicha máquina.
Isaac Asimov es uno de los pocos escritores que estaban más en contacto con las
ciencias particulares (Astronomía, Bioquímica) y en sus obras se manifiesta un intento
por explicar ciertos fenómenos propios de la ficción. Sin embargo nadie hasta el
momento fue capaz de idear más que conjeturas sobre el tema. Un hecho es evidente: la
tecnología actual es insuficiente para permitir el viaje inter-temporal.
3
http://www.keo.org/es/pages/default.html
4
http://www.timetravelfund.com/
6. Pero ¿es solamente un impedimento tecnológico suscitado por falta de descubrimientos
o hay algo más? ¿Está en la naturaleza misma del universo el que el pasado sea
invariable? Para responder a estas preguntas, es necesario tener presentes las
cosmologías de Newton y Einstein.
Para Newton y toda la Física clásica, el cosmos ordena todos los procesos de la
naturaleza en una armonía perfecta, haciendo que todos los mismos elementos en las
mismas circunstancias tuvieran siempre las mismas reacciones. La naturaleza era
predecible. Pero desde que se probó la existencia de partículas subatómicas, el mundo
como era conocido por los científicos se vio alterado drásticamente. Parece ser que a
nivel cuántico la naturaleza no actúa tan deterministamente como en los otros procesos
físicos conocidos. El mundo subatómico es un mundo cambiante donde la mera
observación ya puede alterar la naturaleza de un proceso. Es por eso que se necesitaba a
una mente como la de Einstein para comprender esta nueva realidad que había sido
descubierta.
El aporte de Einstein al tema que estamos tratando viene desde su teoría de la
relatividad especial. En ella se establece (entre otras cosas) que ninguna clase de materia
puede viajar más rápido que la velocidad de la luz (300.000 m/s). Pero lo más
interesante de su teoría es que plantea la posibilidad real de viajar en el tiempo. Para
Einstein, cuanto más rápido viaje un cuerpo, más lento parecerá desde la perspectiva de
un observador que esté quieto. Si fuera posible viajar a una velocidad cercana a los
300.000 m/s, el viajero envejecería más lentamente en relación a un sujeto estacionario.
Se le llama la Paradoja de los gemelos, en le cual uno de los gemelos aborda una nave
que sale de la Tierra, viaja a casi la velocidad de la luz y vuelve siendo más joven que
su hermano. De hecho, la teoría no está tan lejos de la realidad actual. En 1971 se
realizó un experimento con dos relojes atómicos sincronizados perfectamente a
millonésimas de segundo. Uno permaneció en el suelo mientras el otro viajaba a bordo
de un jet a 960 km/h. Al regresar al punto de partida, se comprobó que había una
diferencia minúscula entre ambos relojes, tal y como Einstein lo había predicho.
Lo que quiere implicar Einstein con su pensamiento es que las leyes de Newton son
suficientes cuando se trabaja con velocidades pequeñas en comparación a la velocidad
de la luz. Pero a medida que se usan velocidades más aproximadas a la de la luz, el
sistema de Newton va presentando un margen de error que es insuficiente para
encontrar la verdad detrás del orden natural del mundo.
En cualquier caso, solo se estaría planteando la posibilidad de viajar al futuro. El pasado
para los científicos es lógicamente inalterable y tienen buenos fundamentos para
sostenerlo. Una de las paradojas más conocidas y contundentes es la Paradoja del
abuelo, que se pregunta qué pasaría si uno pudiera viajar al pasado y matar a su propio
abuelo antes de que éste pueda tener a su hijo. ¿Dejaría uno de existir? ¿O las
circunstancias se darían de tal forma que nos sería imposible matarlo? No parece haber
una salida razonable de este argumento.
Científicos como Stephen Hawking, tomando un argumento de Enrico Fermi (que dice
que si hubiera vida inteligente en otros planetas ya nos hubieran contactado), descartó la
idea de que el viaje en el tiempo sea posible porque si ese fuera el caso, estaríamos
rodeados de visitantes del futuro. A este cuestionamiento, Carl Sagan (astrónomo,
escritor y popularizador de las ciencias) respondió en una entrevista:
“NOVA: As a physicist, what do you make of Stephen Hawking's chronological
protection conjecture [which holds that the laws of physics disallow time machines]?
7. Sagan: There have been some toy experiments in which, at just the moment that the
time machine is actuated, the universe conspires to blow it up, which has led Hawking
and others to conclude that nature will contrive it so that time travel never in fact
occurs. But no one actually knows that this is the case, and it cannot be known until we
have a full theory of quantum gravity, which we do not seem to be on the verge of yet.
One of Hawking's arguments in the conjecture is that we are not awash in thousands of
time travelers from the future, and therefore time travel is impossible. This argument I
find very dubious, and it reminds me very much of the argument that there cannot be
intelligences elsewhere in space, because otherwise the Earth would be awash in aliens.
I can think half a dozen ways in which we could not be awash in time travelers, and still
time travel is possible.
NOVA: Such as?
Sagan: First of all, it might be that you can build a time machine to go into the future,
but not into the past, and we don't know about it because we haven't yet invented that
time machine. Secondly, it might be that time travel into the past is possible, but they
haven't gotten to our time yet, they're very far in the future and the further back in time
you go, the more expensive it is. Thirdly, maybe backward time travel is possible, but
only up to the moment that time travel is invented. We haven't invented it yet, so they
can't come to us. They can come to as far back as whatever it would be, say A.D. 2300,
but not further back in time.
Then there's the possibility that they're here alright, but we don't see them. They have
perfect invisibility cloaks or something. If they have such highly developed technology,
then why not? Then there's the possibility that they're here and we do see them, but we
call them something else—UFOs or ghosts or hobgoblins or fairies or something like
that. Finally, there's the possibility that time travel is perfectly possible, but it requires
a great advance in our technology, and human civilization will destroy itself before time
travelers invent it.
I'm sure there are other possibilities as well, but if you just think of that range of
possibilities, I don't think the fact that we're not obviously being visited by time
travelers shows that time travel is impossible.”5
Conclusión: Análisis filosófico personal del problema
En mi opinión personal, creo que el viaje a través del tiempo es un tema que no puede
ser dejado de lado tan displicentemente. Es un razonamiento muy válido que aporta
muchos planteos sobre cómo funciona el mundo.
5
http://www.pbs.org/wgbh/nova/time/sagan.html
8. En la práctica, me inclino a pensar que solo es posible ir hacia el futuro porque así es
como ya funciona el mundo, sin necesidad de una máquina; todo envejece, todo
evoluciona en el mismo sentido. En este trabajo he descuidado una posibilidad que es la
criogénesis, lo que sería un estudio del fenómeno que ya experimentan varios animales
conocido como hibernación, por el hecho de que más que un viaje al futuro se trataría
de una mera ralentización de la vida. El viaje en el tiempo implica moverse en el
espacio y además ser conscientes del cambio pero más allá de eso, implica el poder
entender y controlar los fenómenos físicos, la naturaleza misma.
Existen muchas cosas fuera de nuestro control en el mundo. Nuestras capacidades son
limitadas porque nosotros somos limitados, pero también hay algo en el hombre que le
permite rasgar esos ideales de perfección que no existen en la realidad: el intelecto
humano impulsado por la imaginación. Todos los avances en la ciencia se produjeron
con el objetivo de mejorar nuestro estilo de vida y hacer que nuestra existencia sea lo
más agradable y plena posible. Pero también está claro que con cada verdad que
descubrimos el mundo va perdiendo poder; cada vez estamos menos subordinados a las
fuerzas del universo. En cierto sentido, a medida que evoluciona nuestra capacidad de
entender nos vamos perfeccionando, completamos nuestro ser, aunque también es cierto
que con cada paso que damos hacia delante el camino se estira cada vez más ¿Habrá un
límite para nuestra evolución o estamos destinados a quedarnos siempre con respuestas
sin responder? Parece ser que ésta también entra en la categoría de preguntas sin una
respuesta clara y concisa.
“Todos tenemos nuestras propias máquinas del tiempo ¿No es así? Las que nos llevan
hacia atrás son los recuerdos, las que nos impulsan hacia adelante son los sueños”6
Bibliografía y referencias
Isaac Asimov, El fin de la eternidad, Biblioteca de Ciencia Ficción, Ed. Hyspamerica
La percepción del tiempo, J. E. Bolzán - Azucena A. Braboschi
6
Cita extraída de la película La máquina del tiempo (2002), adaptación de la novela de H. G. Wells por
su bisnieto, Simon Wells